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Muchas veces actuamos como nuestro peor verdugo.
Cometemos un error y nos castigamos. Empezamos a tener un diálogo interno perjudicial.
Recuerda esto:
No eres perfecto.
Cometerás muchos errores, herirás a otras personas y, sobre todo, a ti mismo. Pero el progreso es aprender de tus errores. Es diseñar un mapa para guiarte por la vida. Es saber pedir perdón… es saber perdonarte a ti mismo.
Nunca es tarde para emprender el camino hacia el bien.
Eso escribió Séneca.
No puedes asegurar que no vayas a equivocarte nunca más en tu vida. Pero algo sí es seguro: puedes corregirte cada vez que te equivocas.
El gran Marco Aurelio también se equivocaba. Escribió esto para sí mismo
No te enfades, ni desfallezcas, ni pierdas la paciencia, si no logras actuar siempre de acuerdo con principios rectos. Más bien, después de un fracaso, vuelve a intentarlo. Y ama aquello a lo que de nuevo encaminas tus pasos.
No hay tiempo para lamentarse. Levántate, quítate el polvo y sigue.
¿Te equivocas con alguien? Admite el error y pide perdón. Eso es progreso.
¿Te equivocas contigo mismo? Admite el error y perdónate. Eso es progreso.
El pasado ya no depende de ti. Depende de ti como te enfrentes a la situación presente.
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