Pensé que terminar los 35 con la vista frente al mar sería una despedida decorosa, hasta suficiente. Pero en medio de esa escena, de golpe vinieron a mí todas las imágenes de lo vivido hasta llegar a mi cumpleaños No. 36.



Los 35, qué año tan maestro, de tantas lecciones y nuevas realidades. Puedo decir que en un año viví 20 y en tiempo récord. Pasó tanto en tan poco que definitivamente reconozco, acepto y abrazo que no soy el ser humano que hace un año, a pesar y a propósito de todo. Sólo puedo decir ¡Gracias, 35 y bienvenidos los 36!



En este episodio te cuento de mi año con mayor movimiento hasta ahora.



Si de todo lo que ocurrió en mi vida durante los 35 tuviera que obtener una sola lección sería: suelta el control de cómo se deben de ver las cosas.



Cuando queremos controlar la vida y los resultados nos perdemos de la posibilidad, el crecimiento, el desarrollo y la evolución del alma, la mente y el corazón.



TODO ES UNA ILUSIÓN, por lo tanto, NADA ES SEGURO. Esto también nos lo demostró la pandemia.



Durante los 35 me despedí de muchas relaciones, proyectos, personas y momentos de mi vida que nunca imaginé, pero gané nuevos negocios, nuevas amistades, relaciones inesperadas, sanación familiar y mucha magia. Esto no pudo haber sido posible de no ser porque solté la idea de que está en mí controlarlo todo; al contrario, fluyo y confío en que algo más grande está moviendo las piezas.



Cuando puedes soltar el control es porque sabes que tú no eres el ‘big boss’.



El control es un juego mental que te hacer creer que tienes algo “seguro”.



Suelta el control; desdobla, escucha y redescubre la idea de todo lo que puede pasar. Es posible que te sorprendas de los regalos que hay para ti.



Bienvenido a ‘El poder de lo incómodo’.


Si no creces, te encoges.