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Los Vagabundos
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Libro electrónico190 páginas1 hora

Los Vagabundos

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Octavio es un hombre nervioso y atormentado por un dolor de cabeza que, incluso después de varios exámenes y varias puertas consultadas, parece no tener ninguna solución. Hasta que un amigo lo remite a un Centro Espírita, donde es orientado a comenzar un tratamiento espiritual en paralelo a consultas médicas, y luego se somete a una sesión de re

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 may 2024
ISBN9798869384065
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    Los Vagabundos - Luiz Sérgio Gomes

    Nota del editor

    Este libro aborda dos cuestiones que es necesario aclarar debidamente.

    En primer lugar hablaremos de la regresión de memoria que lleva a cabo uno de los personajes como parte del tratamiento de una enfermedad. Queremos dejar claro que este recurso solo debe ser utilizado por profesionales debidamente preparados y con un conocimiento profundo del tema. Utilizada con instrucciones y métodos adecuados, esta práctica es una ayuda valiosa para innumerables personas.

    La segunda pregunta es sobre el dolor de cabeza de Octavio, uno de los personajes principales de este libro. Se trata de un caso excepcional, ya que no todos los dolores de cabeza sin solución clínica son consecuencias de vidas pasadas. La mayor parte, cuando no se resuelve con tratamiento médico, se resuelve con educación mediúmnica, especialmente en los casos en que el paciente es un médium que se ha comprometido en el plano espiritual a desarrollar este don, que se vuelve fundamental para el rescate de sus faltas y su consiguiente evolución espiritual. La enfermedad es, entonces, una forma de llamarlo a sus responsabilidades.

    Desde el momento en que una persona comienza a poner en práctica sus dones mediúmnicos para ayudar a los más necesitados, estudiando y experimentando las enseñanzas cristianas, el dolor generalmente desaparece.

    Palabras del autor

    Queridos lectores:

    Este libro no tiene héroes ni villanos. En él, la vida misma adquiere el papel protagonista. Se centra en la grandeza de los seres humanos comunes y corrientes en su aprendizaje diario en la escuela terrenal. Viajero de la eternidad en el que se encuentra el hombre. Importa el bendito laboratorio donde podrá realizar sus experimentos en busca de un mayor conocimiento. Acompañando a Henrique en sus viajes de estudios junto a su hermano Pierre, entraremos en contacto con criaturas de carne y hueso como cualquiera de nosotros. Ya sea a través de sus sueños o de sus ansiedades e incertidumbres, seguramente nos identificaremos con ellos.

    Los nombres de los personajes fueron cambiados deliberadamente, ya que están encarnados. Sus vidas quedarán naturalmente ligadas dentro de una trama integral que las manos invisibles del destino van tejiendo sutilmente, sin que nos demos cuenta. En este modesto trabajo no queremos demostrar ninguna tesis importante, salvo la que estamos en el momento crítico del gran salto de calidad hacia una civilización más equilibrada y justa.

    La consigna es tomar conciencia, asumir nuestro papel como agentes transformadores del caos social a través de nuestro propio cambio interior. Hecho esto, en medio de la aventura de la vida cotidiana, tendremos que reconocer la magnífica y resplandeciente inteligencia suprema del Creador, iluminando los caminos que nos conducirán a la paz y la felicidad.

    Presentación

    Y primero, presentémonos a los lectores.

    Henrique está desencarnado desde hace algún tiempo, en una tarea de aprendizaje en la Colonia Espiritual Viña de Luz. Como la mayoría ya sabe, existen, en el entorno espiritual del planeta, varias instituciones destinadas a albergar a quienes alcanzan el plano etéreo, retomando sus luchas por la reencarnación. Estas colonias reciben a los recién desencarnados tan pronto como sus propias condiciones lo permiten, tratándolos y ayudándolos a restablecer su equilibrio emocional y energético. Desde allí, se les invita a participar en programas de estudio que abrirán sus corazones y mentes para comprender la vida. Entonces, surge la visión de lo que debieron haber hecho y de lo que realmente lograron en el viaje terrenal. En este proceso de juzgar sus propias actitudes, reciben la ayuda de amorosos mentores que los animan a reconstruir sus vidas, desarrollando un nuevo programa para una futura inmersión de nuevo en las sombras de la materia. Y así, con la bendición de Dios, caminan hacia la perfección en el camino evolutivo, eligiendo, mediante el ejercicio del libre albedrío, los panoramas floridos y suaves o los acantilados escarpados y rocosos que compondrán el escenario en el que escribirán su propia historia.

    Henrique regresó de su última existencia hace unos 40 años. Viviendo en tierras lusitanas, trabajó como profesor de historia, ya que estaba muy fascinado, como todavía lo está, por comprender los mecanismos por los que camina el hombre a lo largo de su viaje. Buscó comprender en profundidad la relación entre lo individual y lo colectivo, creyendo que nadie puede existir solo en el universo. Aunque se crio en una familia católica, no le dio ninguna importancia a las cuestiones religiosas, más allá de las visitas esporádicas a la iglesia, cumpliendo con los deberes de convivencia social. Tras su muerte, ocurrida a los 62 años, provocada por la rotura de un aneurisma, tuvo la gracia de ser acogido por sus compañeros de la Colonia, afrontando, como todos, un período más o menos largo de convalecencia y readaptación a la nueva realidad.

    En la actual fase de aprendizaje, además de las clases impartidas en el gran anfiteatro por mentores dedicados sobre los más variados temas del conocimiento humano, forma parte de un pequeño grupo que recibe la supervisión del hermano Pierre en sus actividades de rescate con los encarnados. El objetivo de tales estudios es seguir en la práctica las enseñanzas recibidas en los cursos, especialmente aquellas que tratan de las interrelaciones entre espíritus y encarnados.

    Y es en medio de tales actividades que traeremos a los lectores algunas noticias sobre un grupo de personas en su vida diaria en la Tierra. Pierre se dedica especialmente a acompañar los pasos de Roberto, un discípulo que lo siguió durante muchos siglos y que actualmente se encuentra en el campo ejerciendo la profesión médica. En su última encarnación, en el siglo pasado, Pierre también fue médico en territorio francés. Después de regresar al plano espiritual, se ha dedicado, como muchas otras personas desinteresadas, a la difusión de la realidad espiritual entre los médicos de la Tierra, contribuyendo así a la implementación de una ciencia iluminada por el reconocimiento de la verdadera naturaleza humana.

    Durante el proceso de aprendizaje, el grupo acompañará a Beto, así se dio a conocer en su actividad profesional el joven médico Roberto Pinheiro de Assumpção. Y así, todos están ahí, intentando aprender un poco más. El pequeño grupo lo forman Henrique, Diogo, un joven simpático y juguetón, y Marisa.

    1 Los vagabundos

    Al cumplir los 16 años, Giuseppe y su inseparable amigo Paolo, fascinados por el espíritu aventurero y hartos de la vida monótona que llevaban, no tuvieron grandes dificultades para abandonar sus hogares en busca de nuevos horizontes. En una noche sin Luna, mientras todos dormían, los dos cayeron al mundo, comenzando así una vida de aventuras y confusión.

    Giuseppe era delgado y frágil, pero de fuerte personalidad, audaz e impetuoso. Paolo, todo lo contrario, era grande y parecía mucho mayor que su amigo, con un temperamento tranquilo y pacífico. Caminaron mucho durante la noche y solo se detuvieron, exhaustos, para dormir un poco, bajo enormes rocas que parecían una cueva. El viento y el frío atacaron sus cuerpos, pero sus corazones latían salvajemente, ebrios de la aventura y lo desconocido. Tan pronto como empezó a salir el Sol, se levantaron y continuaron marchando durante todo el día. Caminaron sin detenerse por los pequeños pueblos que encontraron. Al anochecer, muy cansados y hambrientos, llegaron a las afueras de un pequeño pueblo, llamando a la puerta de una modesta casa al costado de la carretera.

    - Señora, señora - gritó Giuseppe -. ¿Puedes darnos un plato de comida y darnos posada por esta noche?

    La anciana, sintiendo lástima por los chicos, aceptó y les dio cobijo, recomendándoles que durmieran en una habitación del fondo. Después de comer un plato de sopa caliente ofrecido por la amable señora, cayeron en un sueño profundo. Unas pocas horas fueron suficientes para reanimar a los muchachos, que pronto siguieron adelante. Luego encontraron un gran castillo donde fueron a buscar trabajo, y allí los utilizaron para limpiar los establos.

    En ese lugar pasaron unos meses, conociendo nuevos amigos y hermosas chicas, pues, a pesar de ser jóvenes, ambos ya habían comenzado a descubrir los misterios del amor.

    Una noche, en una pequeña taberna, una música alegre arrullaba los sueños de aquellos hombres y mujeres sencillos en medio de la ruidosa conversación. Inesperadamente, alguien provocó a Giuseppe, quien, impulsivamente, después de haber bebido mucho, atacó al retador, entablando una pelea física. Los presentes intentaron separarlos, terminaron involucrándose y la otrora feliz taberna se convirtió en una verdadera batalla campal.

    Paolo, que hasta entonces había permanecido en silencio en la mesa donde bebían, viendo cómo la pelea se generalizaba, no lo pensó dos veces: se levantó y salió en defensa de su amigo. Con su gran cuerpo logró defenderse de los atacantes en poco tiempo y, sosteniendo a Giuseppe por el brazo, gritó en tono desafiante:

    - ¡Está bien, salgamos de aquí, pero que nadie se atreva a cruzarse en nuestro camino!

    Todos guardaron silencio, mientras el grandullón salía cargando a su tambaleante amigo, quien sangraba por varias partes de su cuerpo.

    Al llegar a la pequeña habitación que ocupaban, Paolo arrojó a su amigo sobre la rústica cama y le advirtió severamente:

    - ¡Vaya, simplemente sabes cómo causar problemas! ¿Cuándo dejarás este hábito de querer ser el acosador y provocar a los demás? Me estoy cansando de interrumpir peleas y sacarte de problemas. Si sigue así, ¡llegará el día en que te daré la espalda y te dejaré en paz!

    Aunque le dolía todo el cuerpo por los golpes y patadas, Giuseppe se dio cuenta que Paolo no estaba bromeando. De hecho, su viejo amigo, con su físico privilegiado, ya le había salvado de muchas situaciones difíciles. De temperamento tranquilo, a diferencia de Giuseppe, siempre trató de encontrar una solución a los problemas a través del diálogo y la conversación.

    - ¡Está bien! ¡Está bien! - Murmuró Giuseppe entre dientes al notar el enfado de su amigo -. Prometo no volver a meterme en problemas, pero ahora déjame dormir un poco.

    2 De nuevo en el camino

    Tan pronto como amaneció, Giuseppe despertó a Paolo.

    - Paolo, despierta, vámonos, rápido.

    - ¿Por

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