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Por la utopía de peaje
Por la utopía de peaje
Por la utopía de peaje
Libro electrónico380 páginas5 horas

Por la utopía de peaje

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Información de este libro electrónico

Por la utopía de peaje contiene tres libros distintos en un solo volumen. Algunas personas preguntarán, ¿forman una trilogía? Y yo respondo: acabo de decir que son tres libros distintos, por tanto, no se trata de una trilogía, aunque sumen tres, no se fíe de la aritmética, los tres mosqueteros al final eran cuatro. Otras personas preguntarán: ¿entonces, por qué editarlos juntos? Y yo contesto con otra pregunta: ¿y por qué no? Ya que he conseguido convencer a mi editor, no venga usted a poner pegas. Incluso habrá quien se pregunte: juntos o separados, me da igual, ¿por qué editarlos? Para lo que no tengo ninguna respuesta elegante.
El curioso lector que, antes de comprar ojea y hojea, descubrirá tres subtítulos: Diario del coronavirus 2020, selección de relatos difundidos por las redes durante los 72 días que Madrid estuvo sin bares, algo aún peor para muchos que el confinamiento en sí; Retratos en blanco y negro, compendio de panegíricos, a veces merecidos y otras no tanto, de los personajes que pasaron por RBE cuando mi misión en el programa era precisamente esa, hacer loas; y Seso seguro (Estupideces del ser humano, ya sea racional o irracional), versión corregida, aumentada y a veces abreviada de mi primer libro de relatos breves.
Si ha pensado usted que este puede ser un buen regalo, le aseguro que sí, por una sencilla razón: el autor ha sido acusado en numerosas ocasiones de hacer humor inteligente (por lo que nadie se atreve a criticarlo), aunque siempre ha salido absuelto por falta de pruebas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 mar 2024
ISBN9788410051294
Por la utopía de peaje

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    Vista previa del libro

    Por la utopía de peaje - Miguel Vigil

    Cubierta y diseño editorial: Éride, Diseño Gráfico. Dirección editorial: Ángel Jiménez

    edición eBook: marzo, 2024

    Por la utopía de peaje

    © Miguel Vigil

    © Éride ediciones, 2023

    Éride ediciones

    Espronceda, 5

    28003 Madrid

    ISBN: 978-84-10051-29-4

    Diseño y preimpresión: Éride, Diseño Gráfico

    eBook producido por Vintalis

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Miguel Vigil

    Miguel Vigil

    Miguel Vigil, músico, cómico, actor, escritor... él mismo no sabe si es polifacético o disperso. Miembro fundador del grupo cómico-musical Académica Palanca, fue acusado de hacer humor inteligente saliendo absuelto por falta de pruebas.

    Web: https://miguelvigil.es

    Correo: contacto@miguelvigil.es

    Titulos publicados en Éride:

    • Relax (Teatro)

    • Poemas breves (Poesía)

    • Relatos polisémicos (Relatos)

    • El hombre perfecto, o casi (Novela)

    • Pilar Himmler. Sin límite de mal (Novela, escrita a la par con Javier García)

    • Por la utopía del peaje

    ¡Qué extraña máquina es el hombre!

    Usted le mete pan, vino, pescado y rábanos,

    y salen suspiros, risas y sueños.

    NIKOS KAZANTZAKIS

    Zorba, el griego

    A Ana, por haber contribuido en buena parte a mi felicidad.

    DIARIO DEL CORONAVIRUS

    Durante los 72 días que duró el confinamiento en la ciudad de Madrid, mejor dicho, durante los 72 días que Madrid estuvo sin bares, desde el 14 de marzo hasta el 24 de mayo, colgué en las redes una canción, una reflexión, la lectura de algún relato breve de alguno de mis libros, un soliloquio, un monólogo, llámelo usted como quiera. De esos 72 cuelgues, he descartado los que ya estaban publicados con anterioridad y los meramente coyunturales, y he seleccionado estos.

    1. MADRID, 14 DE MARZO DE 2020, PRIMER DÍA SIN BARES (QUÉ LARGO SE ME VA A HACER ESTO).

    La comunidad científica sigue sin poder explicar el enigma de la acumulación de papel higiénico en domicilios particulares.

    Por casualidad, he encontrado un dato que podría dar una pista para resolver este misterio.

    Nostrasladamus, pseudónimo por el que se conoce a un juglar, malabarista, cómico y charlatán del siglo XII, vendedor de un crecepelo infalible, que cambiaba muy a menudo de ciudad debido al escaso éxito de su pócima mágica, recogió en su obra Extrañas profecías difíciles de explicar una enigmática cuarteta atribuida al trovador cartaginés Silvius Rodrigus, que podría tener alguna relación con este asunto. Dice así:

    Como gasto papeles recordándote,

    como me haces hablar en el silencio,

    como no te me quitas de las ganas

    aunque nadie me ve nunca contigo.

    Yo no digo ni que sí ni que no, que los expertos en el tema lo estudien y ya veremos, pero se intuye claramente a qué se refiere.

    En ese mismo libro, el profeta parece tener otra explicación para el tema que nos ocupa. La famosa frase «Mi reino por un caballo» es atribuida al rey inglés Ricardo III, proclamada durante la batalla de Bosworth el 22 de agosto de 1495. Nostrasladamus sostiene que la frase real del rey, valga la redundancia, fue: «Mi reino por un papel», ya que sufrió un inoportuno apretón durante la contienda y tuvo que ponerse a hacer sus necesidades en mitad del campo, del campo de batalla; viendo que iba a sufrir un golpe mortal por parte de un soldado enemigo, perteneciente al ejército de Enrique Tudor, conde de Richmond y pretendiente al trono de Inglaterra, Ricardo III no quiso pasar a la historia con sus posaderas sucias y pidió un papel para limpiarse.

    La teoría de Nostrasladamus, si fuera cierta, sería una verdadera profecía, ya que Ricardo III vivió tres siglos después que él, pero lo que sí es cierto es que en el siglo XV la higiene no era la principal preocupación de nadie, ni del rey ni del vasallo; por lo que nos parece más creíble la explicación de Silvius Rodrigus.

    2. MADRID, 15 DE MARZO DE 2020, SEGUNDO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN

    Basándome en la idea original de mi amiga Ángela Bautista, que escribe tuits-poesía, yo estoy haciendo tuits-canciones, o sea, canciones breves. Es un trabajo más sencillo, necesitas menos acordes, menos notas, menos palabras, pero eso sí, la capacidad de síntesis tiene que ser muchísimo mayor.

    El inconveniente de este tipo de canciones breves es que el mensaje puede quedar algo confuso, por eso lo que hago es ponerle un título aclaratorio que evita tener que ahondar más. La canción que os voy a cantar se llama: La importancia de la protección de datos en cualquier faceta de la vida, incluso en los escarceos amorosos, ya sean con pareja propia o ajena, en grupo o en solitario (lo más común).

    Y dice así:

    Esto es una canción de amor,

    no puedo decir más,

    por la protección de datos

    no puedo decir más.

    3. MADRID, 16 DE MARZO DE 2020, TERCER DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN.

    Hoy vamos a dar una clase de gramática y ortografía, pero cantando, por aquello de «la letra con música entra».

    Esdrújula

    Esdrújula es una palabra esdrújula,

    y llana es una palabra llana,

    pero aguda es una palabra… llana también;

    y es una aberración que no guarde relación

    con las otras dos.

    Es una pésima idea

    por muy aguda que sea,

    es una pésima idea.

    Separado se escribe todo junto,

    y todo junto se escribe separado.

    Y digo yo, que no sé mucho del asunto,

    que juntar lo separado y separar lo juntado

    nunca da buen resultado.

    Es una pésima idea

    por muy correcta que sea,

    es una pésima idea.

    Ayer siempre se ha escrito sin hache,

    pero hoy se escribe con hache.

    Y digo yo que de un día para otro

    no hay que cambiar tantas cosas

    por las leyes caprichosas, presurosas, rigurosas,

    de semánticas añosas.

    Es una pésima idea

    por muy lingüista que sea,

    es una pésima idea.

    Ahí, o sea, en ese sitio,

    hay, que existe, que está,

    un hombre que dice ¡ay!,

    eso es que se ha hecho daño,

    por saltar una valla,

    ¡vaya, hombre!,

    para comerse unas bayas,

    bajo un haya con el aya,

    porque allá donde se halla

    no los puede ver la yaya.

    Ya, ya.

    Corregirse es una ingrata tarea,

    el diccionario cojea,

    la norma se tambalea,

    y es que la regla chochea.

    Seguirla es una odisea,

    están mal de la azotea

    en la Real Asamblea.

    Academia, quise decir Academia,

    en la Real Academia

    la falta es una blasfemia,

    pero es que la polisemia

    junto con mucha alcoholemia

    confunde a nuestra bohemia

    y eso ya es una pandemia.

    O sea, una epidemia.

    4. MADRID, 17 DE MARZO DE 2020, CUARTO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN.

    Hay que aprovechar el tiempo para aprender cosas nuevas. Los idiomas siempre han sido un escollo difícil de superar, sobre todo el inglés, y aún más para los que tenemos cierta edad, que estudiamos francés en el colegio y nos enseñaron aquello de la pérfida Albión y Gibraltar español… Pero el inglés no es tan difícil como parece, al menos el inglés para principiantes. El otro, el incomprensible inglés, es imposible aprenderlo y mucho menos aprehenderlo, así que he decidido hacer un tutorial de inglés para principiantes, para los que no saben nada nada de inglés. Se lo he consultado a Lorenzo Azcona, mi saxofonista favorito, y a Laura Caba, mi corista favorita, que los dos saben muchísimo inglés, y ambos me han dicho lo mismo: «¿Tú crees que estás capacitado para dar clases de inglés?». Y yo les he contestado:

    «Si Enrique Iglesias puede cantar, yo puedo dar clases de inglés». Y los dos se han callado.

    Vamos a hacerlo con música porque el inglés que yo sé es gracias a la música. La primera palabra que aprendí fue con una canción de los Beatles, se llamaba Sometin. Luego me enteré de que se escribe Something, pero se pronuncia Sonzin. Más tarde, gracias a Internet todos sabemos que «ventanas» se dice windows, que siempre me ha parecido curioso lo de Bill Gates, que llamándose Gates pusiera a su programa Windows, pero no soy yo quién para aconsejar en los negocios a nadie, y menos al multimillonario ese, si él decidió llamarlo Windows, sus razones tendría. Volviendo a mi método, consiste en aprender primero las palabras más usuales, y luego, más adelante, ya iremos formando frases, pero de momento solo palabras sueltas.

    Empezamos. Cogemos una melodía conocida; cuanto más conocida, mejor, para que no se nos olvide.

    Y la rellenamos con palabras en inglés con su respectiva traducción. De esta manera, esas palabras se nos van quedando en la cabeza y nunca se nos olvidarán. Atentos.

    Tengo un tractor yellow, yellow

    y una little house con windows,

    y mi personal computer

    que también tiene muchas windows.

    Pa, pa, pa, pa, pa, (now in inglish, please).

    Pei, pi, pei, pi, pei (repeat after me).

    A las patatas, potatoes

    y a los tomates, tomatoes;

    al viento lo llaman wind

    y a rebobinar rewind.

    Pa, pa, pa, pa, pa, (now in inglish, please).

    Pei, pi, pei, pi, pei (repeat after me).

    Si vas montado en el bus

    y te dicen «onde vas»

    no te lo tomes a mal

    on the bus es «en el bus».

    Pa, pa, pa, pa, pa, (now in inglish, please).

    Pei, pi, pei, pi, pei (repeat after me).

    Isabel es una campana,

    por si no lo has entendido,

    Is a bell es una campana,

    y ¡oh, señor! se dice ¡oh, lord!,

    qué olor, qué mal olor.

    5. MADRID, 18 DE MARZO DE 2020, QUINTO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN.

    En el tutorial de hoy vamos a aprender a hacer una canción de música country. No me refiero a la música contribuyente, que es toda, sino a la música country americana, que ha dado auténticas maravillas musicales. Analizando muchas canciones de este estilo, he llegado a la conclusión de que para hacer este tipo de música son imprescindibles seis elementos que aparecen en esta foto virtual. Vamos a imaginarnos esta fotografía que bien podría servir como cartel cinematográfico.

    • En plano destacado, de espaldas, está ella, una chica guapísima de pelo larguísimo, rubio y ondulado, que acaba de mandar a tomar por… a tomar el aire a su chico. No se le ve la cara, pero se sabe que es guapísima. Tampoco se ve, pero se sabe que está llorando. Lleva un vestido estampado de flores, en tonos claros, con falda de vuelo por encima de la rodilla, y unas botas camperas. Junto a ella, en el suelo, hay un jarrón roto y un ramo de flores, que ya no es ramo, sino flores sueltas.

    • En escorzo, cerca de la chica, se ve la típica casa del oeste americano, de madera, con un porche amplio en el que hay una bandera de Estados Unidos y un sofá viejo donde yo no me sentaría ni después de hacer el Camino de Santiago. Pero es imprescindible, la casa, la bandera, el porche y el sofá te hacen ver que ni estás en Jamaica ni vas a escuchar reggae.

    • En segundo plano está el perro de la chica, que duda entre quedarse con ella o irse con él, ladra acompasado con el bajo y la batería y afinado perfectamente con la guitarra, o sea, en sol.

    • Al fondo, una vieja camioneta que no pasaría la ITV ni en Burundi; tiene los faros traseros rotos, las ruedas sin dibujo y muy flojas, y la matrícula descolgada del lado derecho. La chapa está llena de abolladuras y la última mano de pintura se la dieron los de las cuevas de Altamira. Y tiene más polvo que el sofá del porche.

    • Entre el perro y la camioneta está el chico, también de espaldas, pero también se sabe que es muy guapo, y que está llorando. También tiene el pelo largo y algo ondulado, pero es moreno, se ve perfectamente a pesar de que el sombrero de cowboy le tapa casi hasta la nuca. Lleva pantalones vaqueros, botas camperas y camisa de cuadros de manga corta, y además remangada. En el pliegue se ve un paquete de Marlboro y se adivina un encendedor de la marca Zippo. Se está alejando de la chica y acercándose a la camioneta. Todos sabemos que se va muy lejos, concretamente a tomar por… al sitio al que le ha mandado la chica.

    • A la espalda lleva colgada una guitarra acústica con cuerdas de bronce, no puede ser española con cuerdas de nylon, tiene que ser la típica guitarra americana, marca japonesa, fabricada en Corea. La guitarra tiene que verse bien, por lo que bajo ningún concepto irá protegida con una funda. Deben apreciarse las doce cuerdas, o mejor, las seis cuerdas dobles; además, el espectador podrá admirar así el estupendo físico del muchacho, su complexión fuerte y su estatura, ya que la guitarra en su espalda, aparentemente, tiene el tamaño de una bandurria, pero es una guitarra grande; vamos, colgada en mi espalda parecería un contrabajo.

    Con estos seis elementos se han hecho miles de canciones de country. A veces, en la última estrofa, la chica, después de mucho dudar, arranca a correr detrás de la furgoneta, que ya ha alcanzado cierta velocidad, él la ve por el espejo retrovisor, también duda, luego acelera, después frena, por fin da la vuelta, y en el último acorde se besan apasionadamente mientras el perro brinca de alegría a su alrededor. A veces, incluso hay una última sorpresa, como en las películas de miedo cuando te dan el último susto. Pues eso, mientras ellos se besan, el perro husmea en el jarrón roto y encuentra un estuche que contiene un anillo.

    De todo esto va la canción de hoy. De por qué han discutido. ¿Qué ha pasado? ¿Si se quieren, por qué rompen? Esta canción habla del desgaste de la pareja, se llama Al principio todo es muy bonito, pero luego… ya te digo, como no respetes el espacio personal de cada uno… mal vamos.

    Siempre que te necesito estás ahí,

    y cuando no te necesito también estás ahí,

    el problema es que siempre estás ahí.

    6. MADRID, 19 DE MARZO DE 2020, SEXTO DÍA SIN BARES.

    La canción que os voy a cantar hoy me ha venido a la cabeza porque habla de una situación de alerta. No tiene presentación posible, por razones que entenderéis cuando la escuchéis, pero para los amantes de las adivinanzas y de los jeroglíficos os voy a dar dos pistas: se llama Un crimen espantoso, y la escribí en enero de 2011. Vamos con ella.

    Un crimen espantoso

    Anoche en mi barrio

    hubo un gran revuelo,

    saltaron las alarmas,

    llegaron los bomberos

    y muchas ambulancias.

    Algo terrible tuvo que ocurrir,

    llegaron autocares de la Guardia Civil,

    y los municipales, también los nacionales,

    y un colaborador del FBI.

    Y yo en mi balcón

    no paraba de pensar:

    «Menudo follón,

    esto es algo más

    que un simple botellón».

    ¡Un asesinato!, gritaba una señora,

    un crimen espantoso, decía su marido,

    y que estas no son horas,

    se quejaba un vecino

    con voz atronadora

    y olor a langostino.

    Y en esto que veo

    que llegan los GEO

    y los antidisturbios

    montando un gran jaleo,

    y empieza el tiroteo.

    Y con gran eficacia

    resuelven la cuestión,

    así es la democracia,

    la civilización.

    Y Mercedes Milá,

    la gran profesional,

    nos cuenta la noticia

    en versión original.

    Un ciudadano de sexo masculino

    se había atrincherado dentro de un bar

    con un arma de fuego y con varios rehenes,

    y les obligaba... les obligaba a respirar,

    mientras él fumaba con su arma de fuego

    echándoles el humo, el humo carroñero,

    hay que ser cabrón, saltarse así la ley,

    yo no quiero violencia, pero duro con él.

    El francotirador sabía lo que hacía,

    le perforó la sien, un ojo y una encía,

    y aunque el fumador ya no se movía,

    llegó una nueva orden, llegó de muy arriba,

    disparen más abajo, en medio del badajo,

    no tengan miramientos,

    que sirva de escarmiento,

    que la ciudadanía se tiene que enterar,

    que fumar es muy malo, que te puede matar.

    7. MADRID, 20 DE MARZO DE 2020, SÉPTIMO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN.

    El triángulo escaleno

    El inconveniente de la vida moderna es que te puedes pasar años sin saber quiénes son tus vecinos. Te los cruzas en la escalera, en el ascensor, y nada más. Una de las pocas ventajas que tiene este confinamiento obligatorio es que empiezas a conocer todos los entresijos del bloque entero. Sabes que hay uno que baja siete u ocho veces diarias a la calle; eso sí, siempre con el carro de la compra. Sabes que hay otro que alquila su perro para quien lo quiera sacar de paseo… Pero son excepciones; en general, todo el mundo es bueno. Y mis vecinos de aquí detrás son un ejemplo de ciudadanía, de concienciación, de solidaridad… incluso de modernidad. Me explico: yo hasta la semana pasada no sabía ni quiénes eran, pero ahora, de vez en cuando, hablamos de balcón a balcón, cuando salimos todos los días a las 20 h a aplaudir al personal sanitario, y te cuentan cosas, y encima, como las paredes son de papel, pues te enteras de todo.

    Resulta que Leonor y Serafín, así se llama la pareja, en cuanto decretaron el estado de alerta, decidieron encerrarse a cal y canto y no salir a la calle para nada. Las compras de alimentos se las traen a casa, y no necesitan más. ¡Ole por ellos! Lo curioso es que la cuarentena les pilló a Serafín, que volvía de viaje, y a Leonor en su casa con Carlos, el mejor amigo de Serafín. Serafín llegó a casa antes de lo previsto y se encontró la tostá

    Que si «no es lo que tú te piensas...».

    Que si «oye, Serafín, que somos amigos de toda la vida, ¿vas a sospechar de mí?».

    Que si «huy, no te lo vas a creer, pero es que…».

    «¿Que no me lo voy a creer?, ya lo creo que me lo creo… si lo he visto con mis propios ojos…».

    Pero nada, tranquilos, los tres son muy modernos y muy razonables, y admitieron con aplomo la situación.

    Carlos, muy sensatamente, dijo: «Acaban de decretar el estado de alarma, salir a la calle en estas circunstancias sería insolidario y peligroso, así que me quedo». Y llevan los tres juntos ahí una semana, o sea que se deben estar organizando bien… Pero, claro, si en circunstancias normales es una situación extraña, estando confinados el marido, la mujer y el amante, pues todavía más.

    Ya anoche empecé a oír cómo se lanzaban pullas unos a otros. Y esta mañana, bien tempranito, Serafín le cantaba a Leonor:

    Qué fácil era hacerte canciones de amor

    cuando tenías veinte años

    y un cuerpo diez, matrícula de honor, Leonor.

    Y Leonor le contestaba:

    Qué fácil era enamorarse de ti

    cuando tenías veinte años,

    estabas cachas y no llevabas peluquín, Serafín.

    Carlos, el amigo/amante también ha metido baza:

    Una de dos, o me llevo a esa mujer,

    o entre los tres nos organizamos, si puede ser…

    Llevo un rato oyendo gemidos, pero no son de llanto, más bien de placer, así que creo que han decidido organizarse.

    8. MADRID, 21 DE MARZO DE 2020, OCTAVO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN.

    Y las calles… y la vida.

    Me recuerda a aquel que se lamentaba en la cárcel.

    • Qué pena tengo, qué pena más grande…

    Y le decía su compañero de celda:

    • ¿Qué te pasa, hombre? ¿Qué tienes? ¿Te duele algo?

    • No, que tengo una pena muy grande, que me han caído veinte años y un día.

    • Bueno, hombre, pues míralo por el lado positivo, ya has cumplido la mitad de la condena.

    • Pero qué mitad ni qué mitad, si entré ayer.

    • Pues eso, de los veinte años y un día, ya has cumplido el día, ya solo te queda la otra mitad, los veinte años.

    Hay que ser positivo en cualquier circunstancia. Hay un proverbio chino, precisamente, que dice: «Si tu problema tiene solución, ¿por qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿por qué te preocupas? A veces mis amigos me dicen: «Tú eres demasiado optimista, no ves la cruda realidad», y yo les contesto:

    Cogí la cruda realidad,

    le eché un poco de sal,

    y le di un par de vueltas más

    en la sartén.

    Ya no estaba tan cruda,

    ya se podía comer,

    y así me como yo

    la cruda realidad.

    Pero el colmo del optimista es para aquel moscovita que, en plena ola de frío por toda Rusia, con temperaturas de 25 grados bajo cero, salió a la calle cantando alegremente.

    (Cántese con la melodía de la canción Bella ciao

    Hoy he cogido la rebequita

    y me la echao, me la echao,

    me la echao, chao, chao,

    me parecía que iba a hacer fresco

    y por si acaso me la echao.

    Ciao, ciao.

    9. MADRID, 22 DE MARZO DE 2020, NOVENO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN.

    Y para volver a pisar las calles con alegría y sin mascarillas, de las de verdad o de las caseras. Esta situación me recuerda aquella canción de Pablo Milanés:

    Yo pisaré las calles nuevamente

    de lo que fue Madrid tan confinada

    y en una hermosa barra liberada

    me detendré a brindar con los presentes.

    Están corriendo muchos bulos de remedios infalibles para prevenirse del virus. Yo, como no tengo ni idea de medicina ni de tantas otras cosas, solo hago caso de las informaciones de los especialistas cualificados. Pero es que hay algunos métodos que, aunque sean falsos, dan el pego. Por ejemplo, ese que ha corrido como la pólvora, que os habrá llegado, seguro, de que te metes seis garbanzos crudos en el bolsillo izquierdo del pantalón y tres rodajas de mortadela en el bolsillo derecho. Y con eso puedes ir a la compra, o a pasear al perro, sin ningún riesgo. Luego, al volver a casa, tienes que tirar los garbanzos y la mortadela a la chimenea. Si no tienes chimenea haces una fondue.

    Totalmente creíble, ¿verdad? Pues no, es falso, es fake, como se dice ahora. Parece muy lógico, muy sensato y muy científico, pero no vale para nada, aunque, eso sí, tampoco es perjudicial.

    Lo que sí vale en esta situación, y en cualquier otra, es la prevención, la higiene, el esfuerzo, el sacrificio, el quedarse en casa; en fin, la constancia. La constancia, al final, tiene su recompensa siempre, o casi siempre. En esta historia, sí, la constancia gana.

    Solo para ella

    Mi mujer me pidió

    que le hiciera una canción

    solo para ella.

    Yo le dije que sí

    y me puse a escribir

    solo para ella.

    La canción me quedó

    más bonita que un san Luis,

    solo para ella.

    Con su estrofa y su tal,

    su estribillo y su cual,

    solo para ella.

    No la puedo cantar

    porque yo la escribí

    solo para ella.

    Y no es por presumir,

    pero soy muy legal,

    solo para ella.

    Cuando la terminé

    la canté a media voz

    solo para ella.

    Yo se la regalé

    y ella se la quedó

    solo para ella.

    La guardó en su cajón

    y no la volví a ver,

    y en la separación

    ella se la llevó,

    y otras cosas también.

    Conoció a un cantautor

    que le hizo otra canción

    solo para ella.

    Se ha hecho muy popular

    y la canta el Bisbal, ja,

    solo para ella.

    Ella le abandonó

    por vender su canción

    solo para ella.

    Y conmigo volvió

    por ser hombre de honor

    solo para ella.

    La sacó del cajón

    y me la devolvió,

    pero aquella canción

    no la podéis oír

    porque yo la escribí

    solo para ella.

    10. MADRID, 23 DE MARZO DE 2020, DÉCIMO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN

    El tutorial de hoy consiste en cómo leer un libro en tres sencillos pasos. Empezamos: primer paso, cogemos un libro, un libro cualquiera, y nos familiarizamos con él. Una vez que nos hemos cerciorado de que el libro no nos va a atacar, pasamos al segundo paso, que es abrir el libro con cuidado y leer al azar, y por fin llegamos al tercer paso que es disfrutar de la lectura.

    Quintín Cabrera, un magnífico cantautor uruguayo al que me unía una gran complicidad, decía en una de sus canciones: «La ciudad es un libro que se lee con los pies». Y es verdad, porque los libros son la mejor herramienta para escapar de este confinamiento temporal en el que estamos. Lo del Red Bull no es nada comparado con leer. Leer, eso sí que te da alas.

    (Cántese con la melodía de la célebre canción Libre)

    Llevo casi veinte libros y no estoy cansado de leer,

    porque en la biblioteca están Nadal, Planeta y Seix Barral.

    Pienso que la lectura es mucho más que un trozo de papel,

    algo que me da alas de verdad y que me hace viajar.

    Libros, hasta que el ojo me escuece leo libros, qué placer.

    Libros, son la llave para huir de esta prisión y al fin poder volar.

    Libros, que recogen pensamientos de toda la humanidad,

    de Aristóteles a Kant sabrás diferenciar

    y verás lo que es al fin la libertad.

    11. MADRID, 24 DE MARZO DE 2020, UNDÉCIMO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAB

    Siguiendo con nuestra máxima de aprovechar el tiempo, en el tutorial de hoy vamos a aprender ruso.

    Todos sabemos que «gracias» en ruso se dice «spasibo tebe» ( espasivateb), que «adiós» se dice «do svidaniya» ( doesvidania) y que «perdón» se dice «proshcheniye» ( proschenie), pero sabemos poco más de Rusia y su cultura.

    Podemos citar algunos pintores: Kandinski, Chagall… Algunos escritores: Gorki, Dostoyevski, Tolstoi, Gogol, Chéjov, Nabokov… Algunos músicos: Rimski-Korsakov, Stravinski, Tchaikovski, Musorgski… Pero poco más.

    Hoy vamos a aprender un poquito más gracias a una canción del folklore ruso, concretamente de la zona de Tartaristán, que lo único que conocemos de allí es su famosa salsa tártara. Es una canción tradicional que fue compuesta hacia la mitad del siglo XIX, de autor desconocido, y que explica las vicisitudes del compositor a la hora de enfrentarse a la partitura en blanco. Está dividida en tres partes, la primera cuenta las vicisitudes del autor a la hora de encontrar una letra bonita; la segunda cuenta las vicisitudes del autor a la hora de encontrar una melodía bonita; y la tercera, las vicisitudes del autor a la hora de encontrar un final apoteósico que provoque el aplauso del público. No os preocupéis, que os lo iré recordando a medida que vayamos pasando de una parte a otra.

    Empezamos. Primera parte: vicisitudes del autor a la hora de encontrar una letra bonita Tachón tras tachón y tras tanto tachar otro tachón.

    Segunda parte: vicisitudes del autor a la hora de encontrar una melodía bonita Tachín tras tachín y tras tanto tachín otro tachín.

    Tercera parte: vicisitudes del autor a la hora de encontrar un final apoteósico: Chimpón tras chimpóny llegamos al último chimpón.

    Chimpón.

    12. MADRID, 25 DE MARZO DE 2020, DÉCIMO SEGUNDO DÍA SIN BARES, UN DÍA MENOS PARA QUE LOS ABRAN

    Si analizamos unas cuantas canciones de éxito, de distintas bases rítmicas, observaremos que es habitual en todas la búsqueda de la rima sorprendente. Hay un empeño por parte de los letristas en deslumbrar al público con rimas audaces y originales, por ejemplo, hermano con mano, cariño con niño, noche con coche, estrella con bella, etc.

    La rumba va más allá todavía, si es posible. Lejos de buscar rimas complicadas, busca metáforas, alegorías, hipérboles, metonimias, etc. En el año 15, antes de la pandemia, fui invitado por la Universidad de Tokio (hasta 1947 denominada Universidad Imperial de Tokio) para dar una charla/coloquio sobre la rumba y sus figuras retóricas, asunto que, al parecer, despierta una gran expectación entre la juventud nipona. Lo que viene a continuación es un extracto de mi ponencia.

    Hay dos figuras retóricas que nunca fallan y se repiten inexorablemente en toda rumba que se precie, y además nunca van solas, siempre van en triadas, son las siguientes: lailo, lailo, lailo

    y

    naino, naino, naino.

    Sin estos dos tropos no existiría la rumba. Ahora bien, ¿qué significan? Porque no hay que entenderlas con su acepción académica, entonces sería muy fácil. Generalmente, el significado que el autor les otorga suele ir antepuesto, por ejemplo: te quiero mucho, lailo, lailo, lailo… En este caso, lailo, lailo, lailo, lo que hace es remarcar la frase anterior, sería algo así como «te quiero mucho, una jartá». Si variamos el orden, es decir, si en vez de te quiero mucho, lailo, lailo, lailo, dijéramos: lailo, lailo, lailo, te quiero mucho, entonces equivale a «te adoro, mi vida, eres lo mejor que me ha pasado, por ti dejaría de beber, incluso puede que trabajara», lo que ya no sería una metáfora, sino una hipérbole.

    Analicemos ahora la otra metáfora habitual de las rumbas: naino, naino, naino. Si el mensaje que se quiere transmitir precede al naino, naino, naino, o sea, te quiero mucho, naino, naino, naino, el poeta utiliza la metáfora para advertir a la amada, «te quiero mucho, pero soy infiel por naturaleza, sin maldad, pero infiel». Si intercambiamos los términos y decimos naino, naino, naino, te quiero mucho, el poeta comunica a la amada que, aunque es infiel por naturaleza, hará todo lo posible por contener sus bajos instintos.

    No debemos ahondar más en este primer día sobre las metáforas rumberas para no agobiar al estudiante neófito. Una vez que todo esto esté comprendido, estudiado, aprendido y aprehendido, veremos la metáfora más compleja de la rumba que es «pun, catapún, chimpún, cómo nos gusta el verano». Pero eso más adelante.

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