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El mensaje de los tres ángeles
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Libro electrónico214 páginas3 horas

El mensaje de los tres ángeles

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Después de una introducción histórica y teológica al tema del mensaje de los tres ángeles, los siete capítulos de este libro hablan de la centralidad del evangelio, el Dios creador, el juicio previo al Advenimiento, la caída de Babilonia y la imagen de la bestia. También nos recuerda el inmenso poder de la proclamación de Dios del tiempo del fin que precede a la gloriosa aparición de nuestro Señor.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 sept 2023
ISBN9789877988970
El mensaje de los tres ángeles

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    El mensaje de los tres ángeles - Elena G. de White

    Lista de abreviaturas

    ATO: Alza tus ojos

    AUCR: (Australasian) Union Conference Record

    CBA: Comentario bíblico adventista

    CM: Consejos para los maestros

    CRA: Consejos sobre el régimen alimenticio

    CS: El conflicto de los siglos

    CSS: Consejos sobre la salud

    CT: Cristo triunfante

    CTBH: Christian Temperance and Bible Hygiene

    CyM: Cartas y mansucritos

    DTG: El Deseado de todas las gentes

    EJ: Exaltad a Jesús

    Ev: El evangelismo

    HAp: Los hechos de los apóstoles

    HM: The Home Missionary

    HR: La historia de la redención

    HS: Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh-day Adventists

    JT: Joyas de los testimonios

    MC: El ministerio de curación

    MM: El ministerio médico

    Mpu: El ministerio de las publicaciones

    MS: Mensajes selectos

    MSV: ¡Maranata! El Señor viene

    OE: Obreros evangélicos

    OP: El otro poder

    PE: Primeros escritos

    PP: Patriarcas y profetas

    PR: Profetas y reyes

    PVGM: Palabras de vida del gran Maestro

    RH: Review and Herald

    RJ: Reflejemos a Jesús

    RP: Recibiréis poder

    SE: Sermones escogidos

    SG: Spiritual Gifts

    SP: The Spirit of Prophecy

    ST: Signs of the Times

    TI: Testimonios para la iglesia

    TM: Testimonios para los ministros

    VEUC: La voz: su educación y uso correcto

    Introducción histórica y teológica

    El mensaje de los tres ángeles que encontramos en Apocalipsis 14 es fundamental para las enseñanzas y los consejos de Elena de White. Para ella, no son teorías especulativas. Ella los vivía. Su vida estaba entretejida con ellos.1 Vivenció cada mensaje históricamente, a medida que ella y sus compañeros adventistas pasaban de la expectativa al Chasco, y luego a un descubrimiento más profundo.

    Las declaraciones reunidas en esta compilación se basan en las palabras de las Escrituras, concretamente en Apocalipsis 14:6 al 16 y 18:1 al 5. El libro del Apocalipsis tiene un mensaje de gran importancia para quienes viven en los últimos días de la historia de la humanidad. Despliega el gran conflicto cósmico-histórico entre Cristo y Satanás desde su mismo inicio en el reino celestial, su desarrollo a lo largo de la historia humana (Apoc. 12) y el triunfo final de Cristo y sus seguidores. Elena de White se refiere a este libro crucial como el lugar donde se le quita el sello2 a las profecías de Daniel y donde todos los libros de la Biblia se encuentran y terminan.3 Ella enfatizó que los solemnes mensajes que en el Apocalipsis se dieron en su orden deben ocupar el primer lugar en el pensamiento de los hijos de Dios.4

    Dentro del libro del Apocalipsis, el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12 proclama las últimas advertencias de Dios al mundo impenitente en preparación para la gloriosa segunda venida de Cristo (vers. 14-20). El primer mensaje anuncia el evangelio eterno de Dios en el contexto de la hora de su Juicio, llamando a la gente a adorar al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas (vers. 7). El segundo mensaje anuncia la caída de todos los falsos sistemas religiosos e ideologías (vers. 8). Y el tercer mensaje describe la polarización final de la humanidad entre los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús y los que siguen las enseñanzas de la bestia y su imagen (vers. 12).

    Los grandes acontecimientos del siglo XVIII –especialmente el terremoto de Lisboa de 1755 y el encarcelamiento del papa Pío VI en 1798– generaron un renovado interés por las profecías bíblicas, con especial atención a los libros de Daniel y el Apocalipsis. Varios expositores protestantes contemporáneos asociaron a los tres ángeles de Apocalipsis 14 con Martín Lutero, Juan Calvino y la Iglesia de Inglaterra. Sin embargo, en 1813 William Cuninghame, el expositor escocés de las profecías bíblicas (c. 1775-1849), reconoció que aquellos reformadores ni siquiera predicaron por toda la Europa cristiana y, por tanto, no cumplieron el alcance mundial del mensaje del primer ángel. Si bien él creía que el primer ángel había comenzado su misión por medio de las sociedades bíblicas recién organizadas, consideraba que los mensajes de los ángeles segundo y tercero aún estaban en el futuro.5

    En una época en la que el mundo luchaba contra la falta de libertad religiosa, Norteamérica aportó un refugio seguro para el cumplimiento escatológico y la proclamación del mensaje de los tres ángeles. William Miller (1782-1849) y otros que creían en la pronta venida de Jesús antes de 1844 consideraron que el mensaje del primer ángel se aplicaba a la proclamación mundial del evangelio, a partir de 1798 aproximadamente, al final de los 1.260 días/años (Apoc. 11:3; 12:6; 13:5). El mensaje del segundo ángel y la caída de Babilonia se aplicaron al Papado. El tercer ángel, escribió Miller, era el mismo ‘clamor de medianoche’, que da aviso al mundo de la proximidad del Día del Juicio en 1843 o 1844.6

    En el verano de 1843, se produjo una diferencia de opinión entre los milleritas, cuando Charles Fitch (1805-1844) presentó su sermón titulado Salgan de ella, pueblo mío. Fitch aplicó el mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14:8 y el del ángel del fuerte clamor de Apocalipsis 18 no solo al Papado, sino también a las iglesias protestantes que habían rechazado el pronto regreso de Jesús.7 Durante este tiempo, muchos milleritas fueron expulsados de las iglesias protestantes, o las abandonaron. Miller y algunos de los que lo acompañaban se opusieron firmemente a la opinión de Fitch de incluir a alguna iglesia protestante como parte de Babilonia.8

    Durante los primeros años después del chasco del 22 de octubre de 1844, los adventistas observadores del sábado, que más adelante llegaron a ser adventistas del séptimo día, sostenían la postura millerita, con la posición de Fitch de que los dos primeros ángeles de Apocalipsis 14 se aplicaban a la proclamación del Segundo Advenimiento hasta 1844, pero que el mensaje del tercer ángel se aplicaba total o parcialmente al período posterior a 1844, con la proclamación del sábado en los mandamientos de Dios y la fe o testimonio de Jesús.9

    La obra de Joseph Bates, The Seventh Day Sabbath, a Perpetual Sign (1847), vinculó por primera vez el ministerio de Jesús en el Lugar Santísimo del Santuario celestial con el sábado, sobre la base de Apocalipsis 11:19 y 14:12, y le adjudicó al sábado importancia escatológica. La visión del halo sabático de Elena de White confirmó y enriqueció este concepto y le añadió un énfasis misionero y evangelizador al sábado. Ella escribió: Salimos a proclamar más plenamente el sábado.10

    Fue G. W. Holt en 1850 quien mencionó por primera vez en la prensa la vinculación del tercer ángel y la marca de la bestia con los Estados Unidos, representado por la imagen de la bestia con forma de cordero (Apoc. 13:11-18). En alusión a una imagen protestante de la bestia papal, escribió: Él [la bestia semejante a un cordero] asume el carácter de un cordero (protestante y republicano), pero en el fondo es un dragón.11 En 1851, J. N. Andrews ofreció una exposición más completa sobre el futuro papel de Estados Unidos como la bestia semejante a un cordero que lleva a cabo la unión de la Iglesia y el Estado al imponer la observancia del domingo.12

    Estos hechos prepararon el camino para un gran avance en la comprensión. En el transcurso de 1857 y 1858, los adventistas que guardaban el sábado llegaron a considerar que el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14:6 al 12 y el ángel de Apocalipsis 18 se habían estado proclamando desde 1844. Elon Everts acuñó la expresión juicio investigador en una carta al referirse al mensaje del primer ángel:

    La pregunta que me hago es: ¿Dónde estamos? Yo respondo: Más de doce años después de la proclamación La hora de su juicio ha llegado (Apoc. xiv, 6, 7). Llevamos el mismo tiempo en la purificación del Santuario (Dan. viii, 14). [...]

    Pareciera que el orden es que los justos muertos han estado bajo juicio investigador desde 1844.13

    James White escribió un artículo ampliado que concuerda con la interpretación de Everts. Creemos que las evidencias son claras, que desde ese tiempo [1844] el juicio de los que murieron bajo la gracia de Dios ha estado en marcha. James White presentó un cuadro conmovedor de los que murieron en la fe: Jesús sonríe; y apoyado en el pecho de su Salvador, el santo exhala allí su vida dulcemente. Se cierra su período de prueba, y su caso descansa hasta que el registro de su vida se abre, y su caso pasa a revisión en el Juicio. A esta descripción llena de gracia le sigue una referencia a un futuro juicio de los vivos: ¡El Juicio se está llevando a cabo! Muy pronto los nombres de ustedes serán confesados por Jesucristo ante su Padre o serán borrados del Libro de la Vida.14

    Por lo tanto, se observó una estrecha relación entre una visión correcta del estado inconsciente de los muertos y el concepto bíblico de un juicio previo al Advenimiento, ya que las recompensas eternas no se otorgan al momento de la muerte, sino en el tiempo del fin. Yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para dar a cada uno según sea su obra (Apoc. 22:12). Porque todos debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho cuando estuvo en el cuerpo, sea bueno o malo (2 Cor. 5:10).

    Elena de White describió el mensaje de los tres ángeles como tres escalones de acceso a la sólida plataforma de la Verdad Presente, con dos grupos distintos. El primer grupo era el de los que pasaron por la experiencia millerita y la de los primeros adventistas observadores del sábado y aceptaron el mensaje tal como se predicó originalmente. El segundo grupo estaba formado por los que llegaron después de la proclamación original del mensaje.15 Aunque el mensaje de los tres ángeles se predicó originalmente en un orden secuencial, los tres debían seguir predicándose simultáneamente: El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes.16

    El concepto del Juicio Investigador en el Cielo posterior a 1844 condujo a un estudio más profundo del fuerte clamor del ángel de Apocalipsis 18. Tanto Elon Everts como James White escribieron sobre su importancia, y Elena de White confirmó que este llamado final a salir de Babilonia tenía relación con el mensaje del segundo ángel de Apocalipsis 14:8.17

    Tras el énfasis del Congreso de la Asociación General de 1888 en la justificación por la fe y los acontecimientos en los Estados Unidos con respecto a una ley dominical nacional, muchos adventistas esperaban la rápida proclamación del fuerte pregón, cuando el evangelio llegaría a todo el mundo. Sin embargo, Elena de White tuvo cuidado de no declarar nunca que el juicio a los vivos había comenzado, o que se estaba aplicando la marca de la bestia. Durante muchos años, escribió: Pronto –nadie sabe cuándo– les tocará ser juzgados a los vivos.18 En su edición de 1911 de El conflicto de los siglos, Elena de White expuso su explicación más completa de los acontecimientos del tiempo del fin en conjunción con el mensaje de los tres ángeles y el fuerte pregón.

    Los adventistas observadores del sábado consideraban que la proclamación del mensaje de los tres ángeles era el despliegue de un sistema completo de la Verdad Presente. Aunque cada mensaje es distinto, Elena de White y sus contemporáneos a menudo se referían a las verdades de los tres mensajes utilizando la frase general el mensaje del tercer ángel. En los primeros días del Movimiento, dos expresiones de estos mensajes recibieron especial atención. Una era ha llegado la hora de su juicio (Apoc. 14:7), que se consideraba una alusión a la fase posterior a 1844 del ministerio sacerdotal de Cristo en el Santuario celestial (Dan. 7:9-14; 8:14). La otra expresión era los mandamientos de Dios (Apoc. 14:12), con énfasis en la naturaleza permanente del Decálogo y del día de reposo sabático. Este enfoque se basaba en la convicción de que la fe salvífica no anula la Ley de Dios (Rom. 3:31). Los adventistas del séptimo día consideraban que ellos mismos eran los que Juan describe como los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús (Apoc. 14:12). Incluso relacionaban varias de sus creencias con este fundamento doctrinal. Por ejemplo, después de la visión de la reforma prosalud que tuvo Elena de White en 1863, los principios básicos de la salud se consideraron expresiones de los mandamientos de Dios. Después del Congreso de la Asociación General de Minneapolis en 1888, la doctrina de la justificación por la fe se consideró una parte crucial de la fe de Jesús. Esta percepción promovió una predicación cristocéntrica del evangelio, en el contexto de la hora de su juicio (vers. 7). Por cierto, el mensaje de los tres ángeles comienza con el evangelio eterno y termina con la fe de Jesús (vers. 6, 12).

    Más recientemente, los autores y los predicadores adventistas han vuelto a centrarse en el énfasis en la Creación que aparece en el mensaje del primer ángel (Apoc. 14:7). Los eruditos bíblicos han reconocido que la expresión y adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas (vers. 7) no proviene del relato de la Creación del Génesis, sino del cuarto mandamiento del Decálogo, que dice: El Señor hizo el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que contienen (Éxo. 20:11). También se presta especial atención al tema de la adoración, como evidencia el contraste entre los que adoran a Dios y guardan sus mandamientos (Apoc. 14:7, 12) y los que adoran a la bestia y su imagen y reciben su marca (vers. 9, 11).

    El mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 bien puede ser el conjunto de verdades más rico y abarcador del libro de Apocalipsis, por no decir de toda la Biblia. No es de extrañar que Elena de White describiera estos mensajes como las verdades […] más solemnes que jamás hayan sido confiadas a seres mortales y su proclamación como una obra de la mayor importancia.19 Para resaltar su relevancia perdurable, afirmó: El primer mensaje y el segundo se dieron en 1843 y 1844, y ahora estamos bajo la proclamación del tercero; pero aun ahora hay que seguir proclamando los tres mensajes. Ahora es tan esencial como en cualquier tiempo pasado que se los repita a los que están buscando la verdad. Debemos hacer resonar su proclamación mediante la pluma y la voz.20

    Es nuestra oración que el estudio de las ideas inspiradas que se presentan en este libro nos lleve a una mayor comprensión de la naturaleza integral de estos mensajes para los últimos días, así como a un compromiso renovado de compartirlos con el mundo. Junto con Elena de White, clamemos con gran voz: ‘¡Vamos rumbo a la patria!’ Nos estamos acercando al tiempo cuando Cristo vendrá con poder y grande gloria para llevar a sus redimidos a su hogar eterno.21

    La Junta de Fideicomisarios del Patrimonio Elena G. de White,

    Silver Spring, Maryland - Septiembre 2021


    1 Elena de White, Mensajes selectos (Florida, Buenos Aires: ACES, 2015), t. 2, p. 484.

    2 Elena de White, Testimonios para los ministros (Florida, Buenos Aires: ACES, 2013), p. 131.

    3 Elena de White, Los hechos de los apóstoles (Florida, Buenos Aires: ACES, 2009), p. 482.

    4 Elena de White, Testimonios para la iglesia (Miami, Florida: IADPA, 1998), t. 8, p. 316.

    5 William Cuninghame, A Dissertation on the Seals and Trumpets of the Apocalypse (Londres: J. Hatchard, 1813), pp. 308–313.

    6 William Miller, Miller’s Lectures–Nº 1: The Harvest of the World, Signs of the Times, 1˚ de julio de 1840, p. 50; ver también Charles Fitch, The Glory of God in the Earth (Boston: Joshua V. Himes, 1842), pp. 31, 32.

    7 Charles Fitch, Come Out of Her, My People: A Sermon (Rochester, NY: J. V. Himes, 1843); Charles Fitch, ‘Come Out of Her, My People’ , The Midnight Cry!, 21 de septiembre de 1843, pp. 33–36; ver también Francis D. Nichol, The Midnight Cry (Washington, DC: Review and Herald®, 1944), pp. 148, 149.

    8 William Miller, Wm. Miller’s Apology and Defence (Boston: J. V. Himes, 1845), pp. 24, 25; ver también P. Gerard Damsteegt, Foundations of the Seventh-day Adventist Message and Mission (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1977), pp. 78–84.

    9 Joseph Bates, The Seventh Day Sabbath, a Perpetual Sign, From the Beginning, to the Entering Into the Gates of the Holy City, According to the Commandment, segunda edición revisada y ampliada (New Bedford, MA: Press of Benjamin Lindsey, 1847), p. 58; James White, Thoughts on Revelation 14, en A Word to the Little Flock (Brunswick, ME: James White, 1847), pp. 10, 11.

    10 Elena de White, Primeros escritos (Florida, Buenos Aires: ACES, 2014), pp. 62-65; Elena de White, A Vision, volante, 7 de abril de 1847.

    11 G. W. Holt, Letter From Bro. Holt, Present Truth, marzo de 1850, p. 64; ver también Hiram Edson, An Appeal to the Laodicean Church, Advent Review extra, septiembre de 1850, p. 9; H. S. Case, Letter From Bro. Case, Present Truth, noviembre de 1850, p. 85.

    12 J. N. Andrews, Thoughts on Revelation XIII and XIV, Second Advent Review and Sabbath Herald, 19 de mayo de 1851, pp. 81–86.

    13 E. Everts, Communication From Bro. Everts, Advent Review and Sabbath Herald, 1˚ de enero de 1857, p. 72.

    14 James

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