Freak

Por Francisco Angulo de Lafuente

La nueva novela "Freak" de Francisco Angulo supone una brillante exploración de algunos de los temas eternos que han obsesionado al ser humano desde el albor de los tiempos: la búsqueda desenfrenada de la inmortalidad, el lacerante dolor de la pérdida y la redención a través del poder salvífico del amor.

Con una prosa elegante y evocadora, que a momentos alcanza tintes líricos, Angulo nos transporta a un ambiguo territorio entre la realidad y la fantasía, un inquietante circo freak habitado por seres mitad humanos mitad animales, que han encontrado en esta peculiar familia de inadaptados un hogar donde guarecerse, un oasis de aceptación lejos de la crueldad y los prejuicios imperantes en el mundo exterior.

El autor maneja con gran destreza los saltos temporales, entrelazando con magistral habilidad la enigmática historia del Doctor Nikola, un hombre que lleva décadas siendo eternamente joven gracias a los efectos de una misteriosa máquina, con la del joven Alex, un muchacho sensible e incomprendido que ha pasado su infancia recluido en un psiquiátrico, injustamente tachado de loco por su propia familia. Las vidas de estos dos personajes, separados por más de un siglo de distancia, se nos muestran sin embargo entrelazadas por el invisible e inescrutable hilo del destino.

Como bien señalara Thomas Mann, "el tiempo no es más que una ilusión persistente", y esta novela constituye una elocuente demostración de dicha aseveración. Mediante un ingenioso juego de correspondencias temporales, que bien podría remitirnos a ciertos aspectos de la relatividad einsteniana, Angulo difumina las aparentemente nítidas fronteras entre pasado y presente, mostrándonos que en última instancia no son más que parte de esa ilusión a la que Mann aludía, pues en lo esencial todo tiempo es Uno y el mismo.

A lo largo de la densa trama argumental, el autor plantea sugerentes paralelismos entre la obstinada búsqueda emprendida por el Doctor Nikola y los incesantes intentos de la humanidad por trascender sus limitaciones, ya sea a través del poder de la ciencia y la tecnología, de la fe o de la ancestral magia. La ansiada eterna juventud perseguida por Nikola evoca irremediablemente ese sueño prometeico de vencer a la muerte que ha obsesionado al hombre desde los albores de la civilización. Al igual que el legendario Fausto, Nikola está dispuesto a pagar cualquier precio y arriesgarlo todo con tal de recuperar a su amada Apolonia, de rescatarla de las garras inexorables del tiempo.

• Idioma: Español
• Editorial: The Old Sailboat
• Fecha de lanzamiento: 3 oct 2023
• ISBN: 9798223210887

Francisco Angulo de Lafuente

Francisco Angulo Madrid, 1976 Enthusiast of fantasy cinema and literature and a lifelong fan of Isaac Asimov and Stephen King, Angulo starts his literary career by submitting short stories to different contests. At 17 he finishes his first book - a collection of poems – and tries to publish it. Far from feeling intimidated by the discouraging responses from publishers, he decides to push ahead and tries even harder. In 2006 he published his first novel "The Relic", a science fiction tale that was received with very positive reviews. In 2008 he presented "Ecofa" an essay on biofuels, whereAngulorecounts his experiences in the research project he works on. In 2009 he published "Kira and the Ice Storm".A difficultbut very productive year, in2010 he completed "Eco-fuel-FA",a science book in English. He also worked on several literary projects: "The Best of 2009-2010", "The Legend of Tarazashi 2009-2010", "The Sniffer 2010", "Destination Havana 2010-2011" and "Company No.12". He currently works as director of research at the Ecofa project. Angulo is the developer of the first 2nd generation biofuel obtained from organic waste fed bacteria. He specialises in environmental issues and science-fiction novels. His expertise in the scientific field is reflected in the innovations and technological advances he talks about in his books, almost prophesying what lies ahead, as Jules Verne didin his time. Francisco Angulo Madrid-1976 Gran aficionado al cine y a la literatura fantástica, seguidor de Asimov y de Stephen King, Comienza su andadura literaria presentando relatos cortos a diferentes certámenes. A los 17 años termina su primer libro, un poemario que intenta publicar sin éxito. Lejos de amedrentarse ante las respuestas desalentadoras de las editoriales, decide seguir adelante, trabajando con más ahínco.

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Para mi niña de ojos castaños, siempre te estaré esperando

Francisco Angulo de Lafuente

Prólogo

La nueva novela Freak de Francisco Angulo supone una brillante exploración de algunos de los temas eternos que han obsesionado al ser humano desde el albor de los tiempos: la búsqueda desenfrenada de la inmortalidad, el lacerante dolor de la pérdida y la redención a través del poder salvífico del amor.

Con una prosa elegante y evocadora, que a momentos alcanza tintes líricos, Angulo nos transporta a un ambiguo territorio entre la realidad y la fantasía, un inquietante circo freak habitado por seres mitad humanos mitad animales, que han encontrado en esta peculiar familia de inadaptados un hogar donde guarecerse, un oasis de aceptación lejos de la crueldad y los prejuicios imperantes en el mundo exterior.

El autor maneja con gran destreza los saltos temporales, entrelazando con magistral habilidad la enigmática historia del Doctor Nikola, un hombre que lleva décadas siendo eternamente joven gracias a los efectos de una misteriosa máquina, con la del joven Alex, un muchacho sensible e incomprendido que ha pasado su infancia recluido en un psiquiátrico, injustamente tachado de loco por su propia familia. Las vidas de estos dos personajes, separados por más de un siglo de distancia, se nos muestran sin embargo entrelazadas por el invisible e inescrutable hilo del destino.

Como bien señalara Thomas Mann, el tiempo no es más que una ilusión persistente, y esta novela constituye una elocuente demostración de dicha aseveración. Mediante un ingenioso juego de correspondencias temporales, que bien podría remitirnos a ciertos aspectos de la relatividad einsteniana, Angulo difumina las aparentemente nítidas fronteras entre pasado y presente, mostrándonos que en última instancia no son más que parte de esa ilusión a la que Mann aludía, pues en lo esencial todo tiempo es Uno y el mismo.

A lo largo de la densa trama argumental, el autor plantea sugerentes paralelismos entre la obstinada búsqueda emprendida por el Doctor Nikola y los incesantes intentos de la humanidad por trascender sus limitaciones, ya sea a través del poder de la ciencia y la tecnología, de la fe o de la ancestral magia. La ansiada eterna juventud perseguida por Nikola evoca irremediablemente ese sueño prometeico de vencer a la muerte que ha obsesionado al hombre desde los albores de la civilización. Al igual que el legendario Fausto, Nikola está dispuesto a pagar cualquier precio y arriesgarlo todo con tal de recuperar a su amada Apolonia, de rescatarla de las garras inexorables del tiempo.

Uno de los grandes aciertos de la novela radica sin duda en el magistral retrato psicológico de sus complejos y fascinantes personajes. La tortuosa evolución del Doctor Nikola a lo largo de los años, de brillante científico visionario a un solitario y enigmático viejo mago de circo, resulta profundamente conmovedora. Igualmente lograda está la caracterización de Apolonia, una mujer independiente y valerosa, muy por delante de su época, que desafía los rígidos convencionalismos sociales en pos de sus ideales.

Otro de los grandes méritos de esta ambiciosa novela es la prodigiosa capacidad de Angulo para recrear con asombroso realismo diferentes épocas históricas, desde el fulgor estetizante y el refinamiento de la Belle Époque hasta la convulsa España de la Guerra Civil. La evocadora prosa del autor posee la precisión de un escalpelo y el lirismo de una sinfonía para transportarnos a estos escenarios, tan vívidamente descritos que parecen adquirir vida ante nuestros atónitos ojos.

Mención aparte merece la magistral ambientación del inquietante circo freak protagonista, un lugar donde lo monstruoso se vuelve belleza y la anormalidad es la norma. Con una riqueza descriptiva propia de los grandes maestros del realismo decimonónico, Angulo nos sumerge de lleno en este fascinante y perturbador mundo, donde lo extraordinario se vuelve cotidiano.

En definitiva, con Freak Francisco Angulo se consagra como una de las voces literarias españolas más singulares e interesantes surgidas en los últimos años. Esta ambiciosa novela atesora todos los ingredientes necesarios para cautivar irremisiblemente al lector: unos personajes inolvidables, que perdurarán en nuestra memoria tanto como los de cualquier clásico universal; unas hondas reflexiones sobre los aspectos más inquietantes y fascinantes de la naturaleza humana; y una trama repleta de giros argumentales e inesperadas revelaciones.

Poseedora de una destacada erudición y de un profundo conocimiento de la naturaleza humana, la literatura de Angulo bebe de variadas fuentes: desde la tragedia griega clásica hasta el romanticismo decimonónico, pasando por el realismo mágico latinoamericano o el simbolismo poético. Pero esas influencias están tan sabiamente digeridas y amalgamadas que el resultado es una obra enteramente original, imposible de encasillar en ninguno de los compartimentos estancos de la crítica literaria al uso.

Nos encontramos, en suma, ante una novela llamada a perdurar en el tiempo, a ser reivindicada por las futuras generaciones como un título capital de nuestra época. Una obra que nos sumerge en los abismos del alma humana y nos confronta sin concesiones con nuestras más recónditas pulsiones. Una montaña rusa emocional tan irresistible como descorazonadora, capaz de expandir nuestra imaginación y de estremecer nuestra sensibilidad.

En el turbulento panorama de la narrativa española actual, lastrado en exceso por el realismo costumbrista o el minimalismo psicologista, la vertiginosa imaginación de Francisco Angulo, su rigor literario y la universalidad de sus temas, suponen un soplo de aire fresco, una bocanada de oxígeno muy necesaria.

Con Freak, Angulo demuestra una ambiciosa vocación totalizadora, abordando en una sola novela algunos de los grandes dilemas inherentes a la condición humana. ¿Hasta dónde estamos dispuestos a llegar por amor? ¿Supone la ciencia una vía factible para que el hombre se convierta en dueño de su propio destino? ¿Es el circo un microcosmos de las luces y sombras de la realidad? Son solo algunos de los interrogantes que planean sobre esta fascinante historia.

Aunque su acción discurre principalmente en la primera mitad del siglo XX, con inevitables derivaciones hacia un impreciso futuro distópico, la novela logra conectar asombrosamente con el Zeitgeist de nuestro convulso presente, poniendo sobre la mesa preocupaciones muy actuales: la creciente deshumanización, la crisis de valores, el triunfo de la imagen sobre la autenticidad o nuestra problemática relación con el paso del tiempo y la fugacidad de la vida.

Pero Freak no es en absoluto una novela de tesis, sino una ágil y seductora combinación de intriga, lirismo y reflexión existencial. Una historia que atrapa tanto la mente como el corazón del lector. Una montaña rusa narrativa imposible de abandonar hasta alcanzar la última página.

Con este libro, Angulo demuestra sobradamente que es un virtuoso de los diálogos, capaz de dotar a cada personaje de una voz y un ritmo conversacional propios. También hay que elogiar su brillante uso de la elipsis, la anticipación y otros recursos propios del lenguaje cinematográfico, que confieren a su prosa un ritmo trepidante, casi hipnótico.

La capacidad del autor para crear tensión psicológica resulta asimismo encomiable. Mediante pequeños detalles, miradas, silencios elocuentes o atmósferas enrarecidas, nos introduce sutilmente en un estado de suspense que se prolonga a lo largo de toda la novela. Una tensión latente, una electricidad flotando en el aire, la certeza de que algo extraordinario va a suceder de un momento a otro.

Por momentos, ciertos pasajes de la novela adquieren la calidad de auténticas pesadillas, de sueños febriles y angustiosos capaces de helarnos la sangre. Imágenes oníricas que perviven obstinadamente en nuestra mente, como los residuos de un trauma.

El final de la historia resulta, por todo ello, tan orgánico como devastador. Lejos de apelar a efectismos gratuitos, Angulo cierra el círculo argumental de un modo tan bello como desolado, otorgando una resplandeciente unidad de sentido al conjunto de la obra. Una conclusión que nos impacta tanto por lo inesperado como por lo inevitable.

En definitiva, nos hallamos sin duda ante una de esas raras novelas capaces de dejar una honda huella en nosotros. Una historia que nos hace mirar la realidad con ojos nuevos, que agita nuestro espíritu y despierta nuestra imaginación. Una historia que, como las mejores obras de la literatura universal, nos transforma de algún modo.

Y es que la auténtica literatura debe aspirar precisamente a eso: a remover las más recónditas fibras de nuestro ser, a expandir las fronteras de nuestra experiencia, a mostrarnos lo maravilloso que se esconde tras la aparente banalidad de la existencia.

POCOS ESCRITORES ACTUALES lo logran con la habilidad y la hondura de Francisco Angulo. Su capacidad para bucear en los pliegues más enigmáticos del alma humana, y para hallar allí tesoros inesperados, le convierte sin duda en uno de los autores españoles más brillantes y prometedores de su generación. Una voz literaria llamada a perdurar, a ser releído y reivindicada por lectores venideros.

Si tuviera que señalar algún autor clásico con el que Angulo guarda cierta afinidad creativa, ese sería sin duda alguna Ray Bradbury. Como el genial autor estadounidense, Angulo destaca por la ductilidad de su imaginación, por esa rara capacidad para encontrar lo extraordinario en lo cotidiano. Para transformar la realidad desde dentro, llevándonos a una dimensión paralela donde todo es posible.

Pero Francisco Angulo posee un impecable estilo propio, muy diferente al de cualquier otro. Dueño de una voz narrativa tan fascinante como proteica, capaz de adaptarse igualmente a la lírica, la reflexión filosófica o el suspense más angustioso, es sin duda uno de los valores literarios españoles llamados a dar mucho que hablar en el futuro.

Si tuviese que sintetizar en una frase los principales logros de esta notable novela, diría que Freak consigue sumergirnos en un fascinante territorio crepuscular, en esa ambigua frontera entre la realidad y el sueño donde todo es posible. Una historia que nos recuerda, en definitiva, esa certera sentencia de Calderón de la Barca: la vida es sueño.

Y es precisamente en ese territorio fronterizo, en esa encrucijada entre la razón y la fantasía, donde la literatura alcanza sus más altas cotas de grandeza. Ahí es donde Francisco Angulo se mueve como pez en el agua. Y ahí es, sin duda, donde reside la perdurable grandeza de esta magistral novela. Una obra imprescindible llamada a figurar en las futuras historias de la literatura española como una de las cimas narrativas de nuestro tiempo.

-  Ya se te pasará, el tiempo todo lo cura...

¿A quién no le han dicho esto alguna vez? Con el tiempo uno se da cuenta de la mentira, del engaño, pues el dolor de la pérdida nunca desaparece. La pérdida de la persona amada, de la madre, hermano o hijo. La pérdida de la memoria, del alma, de uno mismo. Envejecer, la enfermedad degenerativa que día a día nos acerca un poco más a nuestro irrevocable final.

El envejecimiento es la enfermedad que se cobra más víctimas y la dolencia más antigua de la humanidad. Tal vez por ello, nos parece normal, asumimos que deteriorarnos y terminar como ancianos minusválidos es algo normal; pero en la antigüedad era normal morir a los treinta años, que el veinticinco por ciento de las mujeres muriesen al dar a luz o que la mitad de los niños no superasen los primeros meses de vida.

Deteriorarse física y mentalmente, no es ni bonito ni maravilloso. Estoy cansado de novelas, películas y anuncios donde nos venden que hacerse mayor es algo bonito. La realidad, nunca he visto a ninguno de esos maravillosos ancianos, guapos y con canas, más inteligentes y ágiles que cualquier joven. Todos los que he conocido, tienen graves problemas de salud, problemas para orinar se mean encima, problemas de riñón, hígado, pulmón, no pueden dormir por los dolores de huesos y espalda, necesitan ayuda para levantarse de la cama, no ven bien, algunos hasta se cagan en los pantalones y por si fuese poco, el cerebro también se atrofia, se deteriora y encoje. El mito de que a mayor edad mayor inteligencia es tal vez una de las mayores falsedades, las personas que yo conozco cuanto más mayores más idiotas. Creo que es de vital importancia abandonar esas ideas de cuentos de hadas y comenzar a poner remedio a la mayor pandemia que ha sufrido la humanidad. Imagina que Albert Einstein siguiese vivo, con el físico y la mente de cuando tenía treinta años, Shakespeare, Cervantes, Picasso...

Cuanta preparación, estudios, trabajo y que escaso tiempo.

El conocimiento, la amistad, el amor, todo perdido como gotas de agua en el océano.

Anotaciones

Pude rescatar del fuego el diario del Doctor Nikola, la mayoría de anotaciones quedaron ilegibles, he dedicado mucho tiempo y esfuerzo en transcribirlas, ya que se encontraban en un lamentable estado tras el incendio y además estaban escritas a pluma y en diferentes idiomas. Voy a transcribirlas en letra cursiva, para que puedan ser diferenciadas del resto de la historia.

Por desgracia todos los esquemas de la máquina se perdieron para siempre.

Lakoni Lates

4 de mayo de 2018

La soledad del creador

Apenas cuarenta años : La gente joven me considera viejo y los demás son demasiado mayores para recordarme.

Diez años han pasado antes de poder enfrentarme a una hoja en blanco, tiempo para reflexionar, para intentar olvidar esta necesidad de seguir esperándola.

Apertura

Alex recordaba cosas desde muy temprana edad, incluso anteriores a su paso por la guardería. A los cuatro años ocurrió un suceso que le marcaría para toda su vida:

Los domingos había reunión familiar en la casa de su abuela, los adultos, abuelos, padres y tíos solían jugar