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Anne-Marie La Bella
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Libro electrónico46 páginas1 hora

Anne-Marie La Bella

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El monólogo –ácido, divertido, desgarrador– de una vieja actriz que repasa su vida y su carrera. 

Anne-Marie, una vieja actriz, desgrana sus recuerdos. Evoca su infancia en una pequeña ciudad del norte de Francia; la juvenil fascinación por Brigitte Bardot, cuyas fotos recortaba y pegaba en un álbum; el hechizo del teatro; su llegada a París con diecinueve años; el encuentro con Giselle Fayolle, alias Gigi, desde el principio destinada a convertirse en una estrella... Se conocieron cuando compartieron escenario en las representaciones de Berenice: entre ambas hubo amistad, pero también rivalidad; sus carreras transcurrieron en paralelo y Anne-Marie se convirtió en la confidente de Gigi, cuya vida amorosa era mucho más agitada que la suya.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento18 oct 2023
ISBN9788433919083
Anne-Marie La Bella
Autor

Yasmina Reza

Yasmina Reza nació en París. Su padre, nacido en Moscú, descendiente de una familia judía expulsa - da de España por la Inquisición y que se refugió en Uzbekistán, y su madre, violinista, de una familia de judíos húngaros, se conocieron en París. Ha recibido los más prestigiosos galardones por sus obras teatrales (como el Molière, el Laurence Olivier, el Theater Houte y el Tony), entre las que destaca Arte, publicada en esta colección. De su obra narrativa hemos editado Una desolación: «Pocas veces existen tantas razones para recomendar una novela como en este caso» (María Bengoa, El Correo); Hammerklavier: «Una colección de relatos –de carácter autobiográfico– hermosamente perturbadores. Un exquisito manjar digno de paladares exigentes» (Lola Beccaria, ABC); En el trineo de Schopenhauer: «Un excelente libro compacto, que se lee de un tirón, y que a pesar de su divertida crítica sobre el empeño de ofrecer un sentido a la vida, nos transmite una conmovedora melancolía» (Jacinta Cremades, El Cultural); Felices los felices: «Acción y pensamiento, nervio y sentido del humor, es breve, pero te deja ver un mundo muy amplio, casi inabarcable... Reza es lúcida, divertida y cruel, pero sobre todo humanista» (Carlos Zanón, El País) y Babilonia: «A medio camino entre una trama de los Coen y el mejor libreto de Woody Allen, nos regala un “polar” divertido, tierno, profundo y patético sobre la vida del común de los mortales» (Ángeles López, La Razón). También la crónica El alba la tarde o la noche: «Tienes una obra maestra al alcance de la mano. Esto supone una rareza absoluta y debieras aprovechar la oportunidad» (Arcadi Espada, El Mundo).

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    Anne-Marie La Bella - Rubén Martín Giráldez

    Índice

    Portada

    Anne-Marie la Bella

    Créditos

    a André Marcon

    Soy de Saint-Sourd-en-Ger, señora, una región en donde no nos quedamos tumbados

    En Saint-Sourd, cuando yo era niña, estaban los pozos de carbón y la Compañía Teatral de Prosper Ginot

    Veíamos pasar por el pueblo a los actores de la Comédie de Saint-Sourd. Andaban solos o en parejas por allí. Sobre todo los domingos, porque había mercado

    Siempre me supe sus nombres

    Los murmuraba para mis adentros

    Armand Cheval, Prosper Ginot, Madeleine Puglierin, Désiré Guelde, Georgia Glazer, Odette Ordonneau

    Los reconocía a todos

    ...

    Casi doy saltitos

    Sí...

    ¿Después de incinerarme meterán la prótesis de titanio en la urna? Me pregunté

    Los que saben, señora, dicen que el alma sale de golpe del cuerpo y que te ves

    Te ves descender bajo tierra hacia el confinamiento

    Y por eso yo digo: incineración

    Mire, yo he tenido una vida feliz

    La rodilla entera la tengo de titanio, no me dejaron más que la rótula

    El médico dijo: ha quedado usted casi como nueva, puede prescindir del bastón de vez en cuando

    ¡Que desaparezca inmediatamente!

    El bastón para mí representa la poliomielitis

    Los niños deformados con su pata chula, que pasan rozando los muros de Saint-Sourd. Toda la infancia he vivido con el terror de la poliomielitis

    Al más mínimo dolor, tenía la polio. También cáncer o meningitis. Pero sobre todo polio

    Jamás me habría dejado ver con el bastón. ¿O es que a usted le gustaría que la recibiese en pantuflas?

    Unas furlane

    Unas furlane venecianas, tengo unas amarillas también

    Mientras vivió mi marido se estuvieron marchitando dentro del armario

    Me decía que parecía un cubo

    Con el bastón me organicé un pequeño circuito, discreto, con sitios donde sentarme, en dirección a Picard y el Monoprix

    Y el peluquero para teñirme

    Me sentaba donde el panadero, que tenía salón de té. Me sentaba en la farmacia, donde me tienen cariño. En Picard, donde todos me adoran. Contaba con la parada del 84. Y el asiento vacío de una cajera del Monoprix

    Son tres para cinco cajas. Me conocen

    En el Monoprix tengo a un pequeño evangelista de Madagascar encantado conmigo. Se llama Victor. Es reponedor. Siempre que busco alguna cosa me la encuentra

    El vigilante también, es tonto pero amable. Me alcanza chismes a los que yo no llego. Todavía no he recuperado del todo la flexión. Colocan el abrillantador de cobre por debajo de la estantería porque no tienen sitio

    No es muy grande ese Monoprix

    Ahí me conocen

    El médico nuevo dijo: está usted como nueva, puede olvidarse del bastón

    Ya está guardado, amigo mío

    Me encontró la tensión un poco alta

    Le dije: ¿doctor cómo es que tengo la tensión alta si nunca he tenido la tensión alta? Él me dijo: pues va como va. Un día no tenemos nada y al siguiente lo tenemos

    Yo dije: ¡caray, qué poca gracia me hace esta filosofía! Esa nunca fue la filosofía del doctor Olbrecht

    Echo de menos a Olbrecht. Hacía treinta años que

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