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Participación ciudadana. SSCB0109
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Libro electrónico396 páginas7 horas

Participación ciudadana. SSCB0109

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Libro especializado que se ajusta al desarrollo de la cualificación profesional y adquisición del certificado de profesionalidad "SSCB0109 - DINAMIZACIÓN COMUNITARIA". Manual imprescindible para la formación y la capacitación, que se basa en los principios de la cualificación y dinamización del conocimiento, como premisas para la mejora de la empleabilidad y eficacia para el desempeño del trabajo.
IdiomaEspañol
EditorialIC Editorial
Fecha de lanzamiento11 sept 2023
ISBN9788411039765
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    Participación ciudadana. SSCB0109 - Irene Fernández Vidal

    Capítulo 1

    Procesos de participación social y ciudadana

    Contenido

    1. Introducción

    2. Evolución de los procesos de participación social y ciudadana

    3. Dinámica de la participación social y ciudadana

    4. Procedimientos de participación ciudadana en la administración pública

    5. Resumen

    1. Introducción

    La participación se entiende como la acción por medio de la cual se abordan problemas específicos para encontrar soluciones comunes o hacer converger voluntades diferentes en una sola acción compartida.

    A través de ella, se deben fundamentar las relaciones entre las instituciones públicas y los ciudadanos y ciudadanas, y propiciar mecanismos e instrumentos eficaces desde el punto de vista de la gestión pública.

    Hoy en día, los sistemas democráticos y de gestión política de los asuntos públicos deben estar atentos al contexto en los que operan y deben tener más contacto con la ciudadanía, para que esta sienta que sus opiniones e iniciativas cuentan. Ante todo, deben generar procesos de transformación social, destinados a mejorar la calidad de vida de las ciudades y los pueblos.

    Los procesos participativos deben planificarse siempre, planificación que debe impregnar todas las fases del proceso: diagnóstico, diseño y elaboración de propuestas, ejecución y evaluación; y a todos los agentes implicados: políticos/as, técnicos/as, organizaciones sociales y ciudadanía.

    2. Evolución de los procesos de participación social y ciudadana

    Se define participación como la acción y el efecto de participar, y ciudadano/a, como habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país. Es decir, existe participación ciudadana cuando los ciudadanos y ciudadanas de un país forman parte activa de la toma de decisiones de sus políticas públicas y de los asuntos públicos de su ciudad o pueblo, como derecho fundamental, tanto de manera individual como colectiva, a través de los dispositivos y herramientas establecidos en las leyes.

    El fin de participar no es otro que influir en la toma de decisiones de las administraciones públicas, en relación a aspectos tan importantes para nuestra vida diaria como son los políticos, administrativos, ambientales, económicos, sociales, culturales, igualdad de oportunidades, etc., que optimicen la calidad de vida de la ciudadanía.

    A lo largo de la historia de la humanidad, participar no siempre ha significado lo mismo, ni los procesos de participación han sido iguales, pero lo que sí es cierto es que la participación ciudadana es imprescindible para adaptarse a la evolución de la sociedad. Es evidente que los tiempos cambian, por lo que se hace necesario también cambiar las formas de decidir de los Estados y la participación activa de la ciudadanía en los procesos de discusión de las políticas públicas.

    Actividades

    1. ¿Ha participado alguna vez en alguna reunión o asociación de su entorno más próximo? ¿Y en algún órgano de la Administración pública (ayuntamiento, diputación, etc.)?

    Si es así, ¿en qué área?

    Si es que no, ¿sobre qué temática le gustaría informarse y opinar?

    2.1. ¿Cómo ha evolucionado la participación a lo largo de los siglos?

    En los comienzos de la humanidad, era igual de necesario participar que hoy en día, aunque evidentemente el objetivo de esa participación era totalmente diferente al de ahora. La participación suponía más bien una cooperación entre todos los integrantes de la comunidad, cada grupo jugaba un papel primordial en la supervivencia de los demás.

    Conceptos actuales como ciudadanía, política o democracia tienen su origen en las civilizaciones griegas. A partir de ahí, será la ciudad la figura principal en torno a la que gire la vida política en Occidente.

    No es hasta la aparición de la civilización romana cuando se extiende el derecho de participación al pueblo, que en este caso solo afecta a las clases sociales de los patricios y plebeyos, excluyéndose al resto, entre los que se sitúan los esclavos y las mujeres.

    Durante la Edad Media, aparecen las asambleas o consejos, convocadas por el rey, pero seguían teniendo un acceso restringido a determinados grupos de poder. El rasgo característico de la participación en la sociedad feudal es el hecho de que va a estar condicionada por la división de la sociedad en una jerarquía, lo cual conduce a la llamada representación estamental: el individuo participa no como ente individual, sino como parte de un estamento social.

    La Edad Moderna comienza con el descubrimiento de América en 1492 y culmina con la Revolución Francesa en 1789. En esta etapa, el ser humano comienza a estar en el centro del mundo y se produjo un nuevo escenario en las instituciones, al ampliar la participación política a más ciudadanos y ciudadanas.

    A partir de la Edad Contemporánea se abren nuevas formas de participación política y social, y en el siglo XIX se produce una entrada masiva en la vida política. Empieza a surgir con fuerza la necesidad de reivindicar los derechos desde las diferentes clases sociales.

    Todas las personas tienen derecho a manifestar su opinión.

    Finalmente, en la época de la posmodernidad, se pueden destacar algunas características importantes que han orientado los procesos de participación:

    Los partidos políticos constituyeron la gran maquinaria de la participación política.

    Discontinuidad en la economía, sociedad y la organización política.

    Economía basada en la información y el consumo.

    Creciente desconfianza de lo gubernamental.

    Nota

    Cuando en la vida de las personas ha ocurrido un acontecimiento de mucha importancia para toda la humanidad y las formas de vivir han cambiado, los historiadores dicen que ha finalizado una época y ha comenzado otra.

    2.2. La participación en el contexto español

    El sistema democrático español es relativamente joven en comparación con los sistemas democráticos europeos. La evolución de la participación ciudadana en España se ha desarrollado en un contexto de transición política del franquismo a la democracia. La Constitución de 1978 consagra la igualdad de todos los ciudadanos y ciudadanas y su derecho a participar en la organización de la vida social.

    El artículo 23 de la Constitución vigente afirma que los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes. Se establecen, además, mecanismos para elegir a los representantes públicos en la Administración local, autonómica, estatal y europea. La participación se muestra también en el ejercicio activo de la libre expresión y del debate público y en el grado de confianza o reconocimiento de las instituciones políticas.

    Según el Colectivo Ioé (2012), el modelo político establecido en España en las últimas décadas ofrece un marco institucional ambivalente para la participación ciudadana: por un lado, se afirma el derecho a la participación y se establecen algunos cauces concretos que antes no existían; por otro, el énfasis en la delegación (mecanismos de representación) impone unos límites precisos a la participación directa en los asuntos públicos.

    A continuación, se presentan algunos datos sobre la participación en el contexto español en base a diversos criterios:

    Índice Sintético de Participación Ciudadana, el cual se obtiene a partir de los índices sintéticos de las tres dimensiones de la participación: la participación electoral, el asociacionismo y la confianza en las instituciones políticas.

    El índice sintético, se obtiene a partir de la síntesis o resumen de las dimensiones anteriormente citadas.

    Participación social directa: referida a los asuntos públicos. Suele ser muy diversa y compleja y se podrá practicar de forma puntual (asistiendo a una manifestación), o de manera continuada (militando en un partido político).

    Participación en redes asociativas, en la que se distinguen tres realidades: si pertenecen y participan activamente; si pertenecen pero no participan; y si pertenecieron en el pasado pero no actualmente.

    La mayoría de la población, no participa ni ha participado nunca en los diferentes tipos de asociaciones, y de los que están apuntados, casi la mitad no participa de forma activa.

    Tiempo dedicado a la participación social, el cual permite saber cuántas personas dedican parte de su tiempo en actividades de participación social, precisando el tiempo que le dedican.

    Afiliación a partidos políticos. Aunque el índice de afiliación pueda parecer bajo, el porcentaje de españoles que se han ido afiliando a algún partido político no ha dejado de aumentar desde el restablecimiento de la democracia.

    Escasa confianza en las instituciones públicas, que va a servir para valorar la actitud de la ciudadanía ante las instituciones políticas de participación indirecta.

    Satisfacción con el funcionamiento de la democracia, valores que suelen variar bastante en tiempos de crisis económicas.

    Situación política general en España, datos que muestran la elevada insatisfacción de las personas con el funcionamiento de la democracia y con los bajos niveles de afiliación a partidos políticos anteriormente reflejados.

    Barómetro de Febrero de 2014. Centro de Investigaciones Sociológicas La Participación Ciudadana. Algunos apuntes a partir del Barómetro Social de España

    A lo largo de los años, la participación social y ciudadana en España ha ido variando según los acontecimientos sociales, económicos, políticos y culturales que han acontecido.

    Sin duda, la participación de los ciudadanos y ciudadanas en los asuntos públicos es bastante limitada, lo que refleja su debilidad como sujetos políticos, capaces de intervenir activamente en los asuntos colectivos que les afectan.

    La gestión de lo político no puede ni debe estar en manos solo del Estado y los partidos políticos, sino también de la ciudadanía. De no ser así, provocarán el desencanto de gran parte de la población o bien la búsqueda de vías alternativas a los cauces establecidos, vías que amplían su presencia en momentos de recesión económica, cuando las posibilidades de consumo y ocio individualizado se ponen en crisis.

    Principales problemas que existen actualmente en España, entre los que destacan la crisis económica, el desempleo y la sanidad. Los siguientes datos reflejan los porcentajes de respuestas a las preguntas:

    ¿Cuál es, a su juicio, el principal problema que existe actualmente en España? ¿Y el segundo? ¿Y el tercero? (MULTIRRESPUESTA). En total se realizaron 3.650 entrevistas (51,7 % mujeres y 48,3% hombres) en abril de 2022.

    Actividades

    2. Teniendo en cuenta los datos anteriores, ¿cree que la situación socioeconómica afecta positivamente a la participación ciudadana?

    3. ¿Cuáles son los cinco problemas más importantes para los españoles y españolas?

    4. ¿En qué posición de la tabla aparece "los/as políticos/as, en general, los partidos y la política?

    2.3. La participación como necesidad

    ¿Qué hace que las personas participen? ¿Qué factores parecen ser influyentes o determinantes? ¿Por qué en ocasiones nuestra participación se considera eficaz y necesaria?

    Son cuestiones que en algún momento de nuestra vida uno se plantea, pero para las que pocas veces se halla respuesta.

    La participación es una necesidad psicológica de los seres humanos. Una vez cubiertas las necesidades básicas, la mente impulsa a participar, puesto que se vive en sociedad y, como tal, se hace necesario relacionarse con las demás personas. Es necesario compartir ideas y opiniones, expresar los deseos propios, trabajar en grupo, tomar decisiones, ayudar a los demás, identificarse con el otro, contribuir a solucionar problemas, etc.; cuestiones que a través de la participación social y ciudadana se podrán ir respondiendo.

    En este apartado es interesante conocer algunas teorías explicativas sobre cómo los seres humanos satisfacen sus necesidades, desde las más primarias (como el hambre, la sed o el sueño) hasta las más secundarias, que pueden ser tanto personales como sociales y que se suelen aprender a lo largo de la vida.

    Nota

    La participación ciudadana es necesaria para poder gobernar, para mejorar la actuación de las administraciones públicas y para crear y consolidar el tejido social.

    Teoría de la Motivación Humana, Abraham Maslow

    En 1943, Maslow propone su Teoría de la Motivación Humana, la cual tiene sus raíces en las ciencias sociales. Esta teoría parte del supuesto de que las personas van a ir satisfaciendo sus necesidades según una jerarquización de las mismas. Establece cinco categorías, en orden ascendente de acuerdo a su importancia para la supervivencia y motivación.

    Según esta teoría, el comportamiento de las personas variará según se vayan satisfaciendo sus necesidades, las cuales irán apareciendo en la medida que las anteriores estén razonablemente cubiertas.

    Las cinco categorías de necesidades son: fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia, de estima y de autorrealización; siendo las necesidades fisiológicas las de más bajo nivel. Maslow también distingue estas necesidades en deficitarias (fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia, de estima) y de desarrollo del ser (autorrealización).

    La caracterización de la jerarquía de necesidades propuesta por Maslow es la siguiente:

    Necesidades fisiológicas: o también llamadas necesidades básicas o biológicas, ya que, si estas no están cubiertas, la persona no puede desarrollar una vida normal, poniendo en riesgo su supervivencia. Se refieren a la necesidad de respirar, beber, comer o descansar.

    Necesidades de seguridad: son el siguiente peldaño de la pirámide, las cuales están dirigidas hacia la seguridad personal, de recursos, de empleo, familiar, o de salud. Están orientadas a dar estabilidad y protección y aparecen una vez cubiertas las fisiológicas.

    Necesidades de amor, afecto y pertenencia: las personas son seres individuales con sus características y necesidades específicas, pero que necesitan relacionarse con las personas que conviven en la sociedad. Con el amor, la amistad o el afecto se superan los sentimientos de soledad, y es a través de la familia, de los amigos o de pertenecer a una asociación, como cubrimos estas necesidades.

    Necesidades de estima: una vez satisfechos los tres primeros tipos de necesidades, aparecen las de reconocimiento, que supondrán tener confianza y respeto en uno/a mismo/a. Para que las personas puedan aportar y se sientan valiosas para la sociedad, es fundamental que se sientan seguras de sí mismas. En este sentido, Maslow estableció dos categorías: una inferior, que incluye el respeto y reconocimiento de los demás; y otra superior, que supondrá que la persona experimenta sentimientos de confianza, éxito, independencia y libertad.

    Necesidades de autorrealización (ser): son el último peldaño de la pirámide, e incluyen la espontaneidad, la falta de prejuicios, la aceptación de hechos o la resolución de problemas. Al estar en la cima, son las más difíciles de cubrir, sin embargo, tienen una importancia vital para el desarrollo de la persona y del entorno en el que se sitúa.

    Una visión sistémica de las necesidades, Max-Neef, Elizalde y Hopenhayn (Grupo CEPAUR: Centro de Alternativas de Desarrollo)

    Para estos autores, las necesidades manifiestan una tensión constante entre carencia y potencia.

    Concebir las necesidades tan solo como carencia implica restringir su espectro a lo puramente fisiológico, que es precisamente el ámbito en que una necesidad asume con mayor fuerza y claridad la sensación de falta de algo. Sin embargo, en la medida en que las necesidades comprometen, motivan y movilizan a las personas, son también potencialidad y, más aún, pueden llegar a ser recursos. La necesidad de participar es potencial de participación, tal como la necesidad de afecto es

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