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La Narrativa y sus Hilos
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Libro electrónico249 páginas3 horas

La Narrativa y sus Hilos

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El género narrativo destaca en la literatura como uno de los más productivos debido a sus características únicas. Un texto narrativo se asemeja a una tela tejida con múltiples hilos que se entrelazan para darle forma, representando el tema, la acción, la trama, el punto de vista, los personajes, el tiempo, el espacio, la escena, el conflicto, la emoción, el diálogo y la descripción. Todo esto se ve realzado por el estilo personal del escritor, que añade un toque especial, original y único a sus obras. Un escritor de narrativa debe ser consciente de los distintos componentes que conforman este tipo de textos y poseer la habilidad para tejer adecuadamente estos hilos, a fin de garantizar el éxito del relato y su impacto en los lectores.
El propósito de este texto es abordar los elementos de la narrativa y destacar los aspectos más relevantes de cada uno, así como su interrelación en la creación de un texto narrativo de ficción. Cada capítulo se enfoca en un elemento específico, presentando los conceptos fundamentales, características, partes o tipologías, y algunas estrategias para trabajar con ellos, desde la planificación hasta la escritura del texto.
Este libro está dirigido a escritores que deseen comprender o profundizar en los elementos esenciales del género y la forma en la que se relacionan para construir obras narrativas de ficción que cautiven a los lectores. No es un manual que ofrezca pasos concretos para la escritura de un relato, sino un documento que abarca los conceptos básicos para brindar mayor claridad al lector-escritor y permitirle adoptar buenas prácticas para producir y mejorar sus textos narrativos.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento17 ago 2023
ISBN9798215660102
La Narrativa y sus Hilos
Autor

Mary Heathcliff

Mary Heathcliff es el seudónimo de una escritora de obras narrativas. Apasionada por la escritura desde joven, se licenció en idiomas y literatura, lo que le proporcionó una base sólida para explorar su pasión por la escritura. Continuó su trayectoria académica cursando una maestría en lingüística, lo que le permitió profundizar en el estudio del lenguaje y enriquecer su estilo literario. Además, ha llevado su búsqueda de conocimiento más lejos, obteniendo dos doctorados, uno en educación, y otro en innovación educativa, demostrando su dedicación al aprendizaje y su compromiso con la excelencia académica. Su carrera como escritora de obras narrativas despegó en 2009 con la publicación de su primera novela, "Vuelve a mí". Esta historia fue cálidamente acogida por el público y marcó el comienzo de una serie de éxitos literarios. Desde entonces, ha escrito más de doce novelas y relatos cortos, consolidando su posición como una autora destacada en el género de la novela romántica. Las influencias literarias de Mary son evidentes en su obra. Johanna Lindsey, Shirlee Busbee y Kathleen Woodiwiss son algunas de sus autoras favoritas, quienes han dejado una huella profunda en su estilo y en sus primeras obras. Sus novelas románticas históricas y contemporáneas se destacan por su cuidada ambientación, personajes bien desarrollados y tramas emocionantes que mantienen a los lectores cautivados. Aunque prefiere mantener su vida personal en privado, se sabe que disfruta de su tiempo en compañía de su familia y seres queridos. Reside en algún país de Latinoamérica, combinando su amor por las letras y la escritura con otras actividades profesionales, como la docencia y la investigación educativa.

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    La Narrativa y sus Hilos - Mary Heathcliff

    La Narrativa y sus Hilos

    Claves para crear historias impactantes

    Mary Heathcliff

    La narrativa y sus hilos.

    Claves para crear historias impactantes

    SmashWords Edition

    © 2023 por MRC.

    All rights reserved / Todos los derechos reservados.

    MRC - R006552

    7630 NW 25 Street # 2B

    Miami, Florida 33122

    Registro de derecho de autor: 1-2023-70336 Bogotá, Colombia.

    ISBN Ebook: 9798215660102

    Queda rigurosamente prohibida, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos sin la autorización escrita y legal de los titulares del Copyright.

    Edición y corrección: Cálamo S.E. https://www.calamose.com ©

    Fotografías de portada: http://pixabay.com/ © sus propietarios.

    Montaje y diseño de portada: MRC ©

    A quienes tienen una historia para contar.

    O miles.

    El género narrativo destaca en la literatura como uno de los más productivos debido a sus características únicas. Un texto narrativo se asemeja a una tela tejida con múltiples hilos que se entrelazan para darle forma, representando el tema, la acción, la trama, el punto de vista, los personajes, el tiempo, el espacio, la escena, el conflicto, la emoción, el diálogo y la descripción. Todo esto se ve realzado por el estilo personal del escritor, que añade un toque especial, original y único a sus obras. Un escritor de narrativa debe ser consciente de los distintos componentes que conforman este tipo de textos y poseer la habilidad para tejer adecuadamente estos hilos, a fin de garantizar el éxito del relato y su impacto en los lectores.

    El propósito de este texto es abordar los elementos de la narrativa y destacar los aspectos más relevantes de cada uno, así como su interrelación en la creación de un texto narrativo de ficción. Cada capítulo se enfoca en un elemento específico, presentando los conceptos fundamentales, características, partes o tipologías, y algunas estrategias para trabajar con ellos, desde la planificación hasta la escritura del texto.

    Este libro está dirigido a escritores que deseen comprender o profundizar en los elementos esenciales del género y la forma en la que se relacionan para construir obras narrativas de ficción que cautiven a los lectores. No es un manual que ofrezca pasos concretos para la escritura de un relato, sino un documento que abarca los conceptos básicos para brindar mayor claridad al lector-escritor y permitirle adoptar buenas prácticas para producir y mejorar sus textos narrativos.

    ÍNDICE

    Introducción

    Capítulo 1. La narrativa

    Capítulo 2. El tema, la acción y la tramaCapítulo 3. El punto de vista

    Capítulo 4. El personajeCapítulo 5. El tiempoCapítulo 6. El lugarCapítulo 7. La escenaCapítulo 8. El conflictoCapítulo 9. La emociónCapítulo 10. El diálogoCapítulo 11. La descripciónCapítulo 12. El estiloEpílogo. Por qué y para qué narrar ficciónCapítulo 3. El punto de vistaCapítulo 3. El punto de vista

    Introducción

    La vida del ser humano está repleta de narraciones. Desde tiempos inmemoriales, los seres humanos han contado historias. Algunas de ellas sobre sus propias vidas, otras sobre lo que observan o perciben en su vida cotidiana, y muchas otras sobre mundos imaginarios, como ocurre en la narrativa literaria. El acto de contar es parte intrínseca de la naturaleza humana.

    En las primeras civilizaciones, era común reunirse en grupos para relatar historias de forma oral. Estas historias se transmitían de generación en generación, convirtiéndose en mitos y leyendas que desempeñaron un papel importante en las culturas. Con el paso del tiempo, la transmisión oral ya no fue suficiente, y el surgimiento de la escritura permitió registrar las narraciones para que pudieran ser conocidas incluso años después de haber sido escritas.

    Sin embargo, cuando la narración oral se transfiere al texto escrito, el acto de contar parece volverse más complejo. Esto se debe a que no solo se requiere habilidad para crear y narrar, sino también dominio de diversas técnicas y herramientas que permitan contar la historia de la mejor manera posible (Kohan, 1998; Martín Vivaldi, 2002c; Pozuelo Yvancos, 2017).

    El trabajo del escritor que se expresa a través del texto va más allá de simplemente contar una historia; implica crear todo un mundo interesante y coherente para que el lector encuentre lo que busca (entretenimiento, disfrute, pasar un buen rato, etc.). Por lo tanto, la narración escrita requiere condiciones diferentes a las del discurso hablado. En este sentido, no basta con tener una historia, sino que también se necesita poseer una serie de habilidades, recursos, técnicas y estrategias que permitan dar forma al texto y cumplir con el propósito planteado.

    Algunos autores manifiestan que la habilidad para narrar ficción es en parte innata y en parte aprendida (Martín Vivaldi, 2002c). Si bien es cierto que algunas personas poseen una creatividad natural para inventar historias, también es importante ser consciente de los diferentes elementos que componen una narración. Esto implica dominar técnicas y estrategias que permitan elaborar un relato adecuado y agradable para el lector. El propósito de este libro es presentar los distintos elementos que conforman una narración literaria y proporcionar herramientas prácticas para abordarlos de manera efectiva.

    Antes de adentrarnos en el terreno de la narrativa, es importante abordar el marco que la contiene: la literatura. Al comprender los aspectos fundamentales de la literatura y de la obra literaria, podremos tener una mejor comprensión de la narrativa y de cómo esta forma parte de la literatura.

    La literatura

    El término literatura ha abarcado varias definiciones de acuerdo con los distintos contextos en los que se ha conceptualizado y las variadas perspectivas que han adoptado los estudiosos. De Aguiar e Silva (1999) presenta una definición que contiene distintos ángulos, a partir de la historicidad de esta concepción. La palabra proviene del latín literatura, la cual significaba instrucción o saber enfocado al arte de escribir, leer, y todo lo relacionado con las letras.

    Esta definición fue la más estable y se empleó incluso hasta el siglo XVIII para designar todo lo referente al oficio de la escritura. Hacia finales de ese siglo, gracias al aumento en la vida cultural y artística, se empleó el término literatura para referirse a obras escritas que se publicaron como producto de la actividad creadora de los autores. Asimismo, se asoció esta concepción con la creación estética como forma de conocimiento, a la par del incremento de las obras literarias en distintos géneros.

    En los dos siglos siguientes, el término literatura adquirió distintos significados que se han mantenido hasta nuestros días. De Aguiar e Silva lista algunas acepciones (1999):

    1. Conjunto de la producción literaria de una época (por ejemplo, literatura contemporánea).

    2. Conjunto de obras caracterizadas por su origen, temática o intención (por ejemplo, literatura de suspenso, literatura juvenil).

    3. Conjunto de obras que tratan sobre un tema determinado (por ejemplo, literatura barroca).

    4. El arte de la retórica, especialmente en relación con la poesía.

    5. Historia de la literatura.

    6. Manual de historia de la literatura.

    7. Conocimiento organizado del fenómeno literario.

    La literatura es ante todo un arte cuyo instrumento principal son las palabras. El lenguaje se emplea de manera particular para comunicar un mensaje estético a los receptores para su divertimento. El sentimiento y el pensamiento del autor en la creación literaria se ve enaltecido por el uso de las palabras que adornan el texto (Amorós, 1979; Eagleton, 1998; Wellek y Warren, 1985).

    Un aspecto relevante de la literatura, entendida como el arte de la creación estética a través de las palabras, es el carácter creador de una realidad particular que genera un universo ficcional a partir de la imaginación y que no necesariamente refleja la realidad del mundo. La literatura tiene la capacidad de crear mundos que solo existen en la imaginación de los escritores y que no son espejo fiel de la cotidianidad. Sin embargo, esa creación no significa un distanciamiento completo con el mundo real, pues los mundos posibles que plantea la literatura se fundamentan en la realidad aunque no la reproducen de manera precisa. Es decir, la literatura crea su propia realidad (Amorós, 1979; De Aguiar e Silva, 1999; Todorov, 1981; Wellek y Warren, 1985).

    De Aguiar e Silva afirma que serán obras literarias aquellas en que el mensaje crea imaginariamente su propia realidad, que la palabra da vida a un universo de ficción (De Aguiar e Silva, 1999, p. 33). En la misma línea, Eagleton (1998) argumenta que si bien la literatura no se apega fielmente a los hechos, en algunas obras se pueden incorporar elementos de la vida real o la cotidianidad como sucesos, acontecimientos o personajes que no son completamente ficticios. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que una obra literaria muestra la interpretación del autor sobre aquellos eventos reales, por lo que es imposible que una obra, incluso basada en hechos reales, sea completamente objetiva, pues siempre tendrá la visión de mundo particular del autor.

    En síntesis, en este texto se concibe la literatura como el arte de crear mundos imaginarios verosímiles, que pueden incorporar algunos elementos de la realidad, y que se caracterizan por su esencia estética, no solo en la forma del lenguaje sino también en el contenido de la obra.

    La finalidad de la literatura

    Desde el inicio de las primeras obras literarias y hasta el siglo XVIII, se atribuyó a la literatura una misión hedonista, pedagógica y moralizante (De Aguiar e Silva, 1999; Garrido, 2004; Wellek y Warren, 1985). Así, los cuentos, las fábulas y los relatos épicos buscaban comunicar las virtudes humanas como la felicidad, el amor y el bienestar, entre otros, con la intención de enseñar a los lectores y propiciar reflexiones sobre la propia vida y la conducta. Siglos después, se empezó a reconocer la finalidad estética de la creación literaria que no está obligatoriamente apegada a un interés práctico, sino que busca la exaltación del lenguaje literario por sí mismo y su capacidad para crear realidades ficcionales. De esta manera, no es imperativo que una obra tenga una finalidad pedagógica, moralizante o de cualquier otra utilidad, por lo que la literatura se concibe, al igual que las demás artes, como una forma de contemplación y entretenimiento para las personas.

    Aun así, no debe interpretarse que el carácter práctico de la literatura y su esencia estética se contradigan o se opongan entre sí, sino más bien todo lo contrario: la belleza impulsa la elevación de las virtudes del ser humano a un nivel más alto que el de la realidad, a través de la creación literaria. Es decir, la belleza implícita en los textos literarios invitan a la elevación del espíritu humano, por lo que la estética también es una manera de promover la reflexión y el avance moral de las personas (De Aguiar e Silva, 1999).

    Por otro lado, algunos autores consideran que la literatura tiene como propósito la evasión, entendida como la capacidad del ser humano para escapar momentáneamente de su realidad y de las circunstancias de su vida y el mundo que lo rodea, para recrearse en mundos imaginarios en las que el valor estético proporciona una sensación placentera. Esto no solamente es cierto para el lector, quien a través de la literatura se fuga de su realidad, sino que también es válido para el escritor, quien crea mundos imaginarios a través de su obra para escapar de su cotidianidad (De Aguiar e Silva, 1999).

    Adicionalmente, algunos autores consideran que la literatura permite conocer la naturaleza humana, puesto que los mundos imaginarios creados, al tener como base la vida real, reflejan los sueños, las inquietudes, los miedos, las ambiciones y los anhelos de los seres humanos. Desde esta perspectiva, la literatura permite conocernos como individuos y entender la esencia del ser humano (Garrido, 2004; Wellek y Warren, 1985).

    Independientemente de la finalidad de la literatura o de las razones que tenga los lectores para acercarse a las obras literarias, desde aquí consideramos que la literatura merece ser estudiada para comprender sus lógicas internas y dominar sus procesos creativos. Es pertinente recordar que la literatura se enmarca en lo que De Aguiar e Silva (1999) denomina ciencias del espíritu, las cuales se caracterizan por tener objetos, métodos y finalidades distintas a las de las ciencias empíricas. Así, a pesar de que la literatura plantea la creación de mundos imaginarios, es necesario que estos mundos tengan un carácter de verosimilitud, por lo que es necesario el dominio de una coherencia entre los elementos que la conforman para generar un sentido de credibilidad (Amorós, 1979; Wellek y Warren, 1985).

    Los géneros literarios

    Como se señaló en secciones anteriores, la literatura se caracteriza por la creación de mundos imaginarios que se definen por su verosimilitud, es decir por tener una coherencia interna que los hace parecer reales y generan una sensación de credibilidad ante el lector. Las obras literarias se constituyen como el producto de la actividad creadora del autor para entregar al lector un texto estético que transmita un mensaje.

    Desde el surgimiento de las primeras obras literarias, fue posible identificar que estas podrían agruparse de acuerdo con varias características que compartían entre sí, aunque la esencia de cada texto fuera diferente. Así se acuñó el término géneros literarios para clasificar las obras en distintas tipologías de acuerdo con una serie de criterios. Tales criterios son de forma, contenido, el rol que juega el autor, o las funciones del lenguaje (Gutiérrez, 2010).

    Es necesario tener en cuenta que los géneros literarios no son estáticos, sino que se pueden transformar a medida que aparecen nuevos elementos en las obras literarias. A partir de los criterios y de los elementos, distintos autores han clasificado las obras literarias en distintos géneros (Gutiérrez, 2010; Wellek y Warren, 1985).

    La clasificación actual más recurrente es la que establece tres géneros literarios, a partir de las características y los rasgos específicos de las obras que pertenecen a ellos (Garrido, 2004; Gutiérrez, 2010; Wellek y Warren, 1985). Estos son: la lírica, la dramática y la narrativa. Es importante identificar las generalidades de la lírica y la dramática para reconocer los rasgos propios a estos géneros y poder diferenciarlos de la narrativa, que es el objeto central de este libro. A continuación se esbozan los dos primeros de manera breve. El resto del libro se dedicará a la narrativa.

    La lírica

    La lírica, conocida también como poesía, es el género literario que se caracteriza por un particular uso estético del lenguaje a través de diversas figuras literarias para la expresión del poeta. Las características particulares de la lírica son (Garrido, 2004):

    1. Se dirige hacia la expresión interna del poeta, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, emociones y anhelos, por lo que se convierte en un género subjetivo.

    2. No se enfoca en la creación de una historia o relato, aunque en algunas ocasiones apela a la anécdota para evocar sentimientos y emociones.

    3. Explora en detalle un aspecto o sentimiento, por lo que la mayoría de las obras líricas suelen ser relativamente cortas en comparación con las obras dramáticas o narrativas.

    4. Posee una estructura lingüística que permite el uso de recursos literarios y el juego de palabras para exaltar la estética de la creación poética.

    5. En la mayoría de las obras, se usan los versos de distintos tipos para su estructura, excepto de la poesía en prosa.

    6. El uso de versos permite que las obras tengan ritmo y musicalidad.

    A pesar de estas características recurrentes en las distintas obras líricas, estas a su vez pueden ser clasificadas en subgéneros que cuentan con ciertas particularidades a partir de su estructura, su versificación o sus temas. Los más comunes son (Garrido, 2004; Jiménez y Sáez Rodríguez, 2010):

    1. El soneto: consta generalmente de dos cuartetos y dos tercetos, y aborda temas como el amor, lo religioso, lo burlesco, entre otros.

    2. La oda: emplea un lenguaje elevado y diferentes tipos de estrofas para expresar temas relacionados con personajes destacados, paisajes o reflexiones contemplativas.

    3. La égloga: se caracteriza por su estructura con introducción y cierre, y trata sobre la vida en el campo.

    4. La canción: tiene una extensión más amplia y se centra en la expresión de una historia con temática religiosa o amorosa.

    5. El epigrama: se enfoca en la alabanza como tema principal.

    6. El himno: al igual que el epigrama, se centra en la alabanza, pero esta se dirige hacia un héroe o hacia una deidad.

    7. La elegía: aborda una temática variada, pero generalmente se orienta hacia el lamento.

    8. La sátira: su objetivo es censurar o ridiculizar a personajes o comportamientos.

    Vale la pena aclarar que estos no son los únicos subgéneros de la lírica, sin embargo son los más recurrentes. De igual manera, las nuevas obras y estilos que van apareciendo a lo largo del tiempo permiten que esta gama se amplíe, por lo cual no es una clasificación estática.

    La dramática

    El género dramático es el encargado de la representación teatral

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