José Revueltas: Del cine a la fotoplasticidad narrativa (1929–1941)

Por Juan Luis Loza León

La obra de José Revueltas ha sido estudiada desde la militancia política, pero pocas ocasiones se hacen estudios sobre la influencia del cine en su obra, particularmente la manera de narrar la luz y la oscuridad.

• Idioma: Español
• Editorial: Universidad Iberoamericana A.C.
• Fecha de lanzamiento: 16 oct 2023
• ISBN: 9786078931651

Juan Luis Loza León

José Ramón Alcántara Mejía. Realizó estudios teológicos de Maestría en Regent College, en Vancouver B.C., Canadá. Además de haber obtenido licenciaturas en Literatura y en Psicología de la Universidad de Washington, en Seattle, Washington; Maestría en Literatura Romance de la Universidad de Washington; y Doctorado (Ph.D.) en la Universidad de British Columbia, Canadá. Fue profesor de varios seminarios en México como son el Nacional Presbiteriano, el Bautista, el de la Iglesia Apostólica, el Metodista, y del Seminario Luterano Augsburgo. Hugo Salcedo Larios. Autor de más de 70 títulos de teatro y ensayos académicos. Muchas de sus obras han obtenido premios nacionales e internacionales, y se han publicado o representado en numerosas lenguas. Es doctor en Filología por la Universidad Complutense de Madrid, y Académico de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana, donde le han otorgado el Reconocimiento FICSAC-IBERO a la investigación de calidad, en tres ocasiones. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores, y ahora es del Sistema Nacional de Investigadores del Conacyt. La Universidad de Guadalajara estableció el “Premio Nacional de Dramaturgia Hugo Salcedo” como reconocimiento a su trayectoria nacional e internacional. Juan Luis Loza León. Maestro y doctor en Letras Modernas por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, realizó estudios de teología y psicología, ha formado parte de diferentes proyectos de investigación sobre teatro, estética y los límites de la representación en la Universidad Iberoamericana, donde es profesor actualmente. En sus investigaciones se ha interesado en explorar las cuestiones relacionadas a la técnica y estética enfocándose en la narrativa y la dramaturgia de José Revueltas.

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Portada

José Revueltas

ENSAYO

José Revueltas

Del cine a la fotoplasticidad narrativa (1929–1941)

Juan Luis Loza León

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

D.R. © 2023 Universidad Iberoamericana, A.C.

Prol. Paseo de la Reforma Número 880

Col. Lomas de Santa Fe

Ciudad de México

01219

[e-mail]

Primera edición: octubre 2023

ISBN edición digital (ePub): 978-607-8931-65-1

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

Hecho en México.

Digitalización: Proyecto451

Índice de contenidos

Portadilla

Legales

Fotoplasticidad: apertura

PRIMERA SECUENCIA. La teoría o el punto de vista

El lugar del cine en la obra de José Revueltas

El lugar desde el que se habla: algunos presupuestos teóricos y conceptuales

SEGUNDA SECUENCIA. Modo de aparecer o análisis de las obras

Fotoplasticidad narrativa: 1929–1941

Los muros de agua (1941): la primera novela publicada

Primer corte: a manera de cierre

Referencias

Reemprendió la marcha en sentido opuesto al que había tomado Natividad y de esta suerte, el sol, que ya comenzaba a caer, quedó a sus espaldas. Un fenómeno singular se desarrolló entonces ante su vista. Los rayos del sol, cayendo sobre las pequeñas y lejanas casas de enfrente, dábanles extraordinaria perfección y plasticidad, como si atrás de ellas fuese a nacer la aurora. De un golpe perdía el crepúsculo su sitio, y un amanecer increíble, en el lado opuesto a donde el sol caía, alteraba las nociones. Caminar con el sol a la espalda era, paradójicamente, ir a su encuentro, y el hombre podía seguir este espejismo insensato, dirigiéndose, no a su salvación, sino a las tinieblas; no al día sonoro y creador, sino a la noche del miedo y la ceguera, pero creyendo siempre ir en busca de la luz.

JOSÉ REVUELTAS, El luto humano

Fotoplasticidad: apertura

Me tienen por un heterodoxo del marxismo, pero en realidad no saben lo que soy.

JOSÉ REVUELTAS

Durante mucho tiempo se ha creído que la faceta de José Revueltas como guionista y adaptador cinematográfico durante la llamada Época de Oro del cine mexicano fue solamente una actividad con fines de sobrevivencia; asimismo, se ha planteado que para un militante comunista la realización de guiones, catalogados mayormente como melodramáticos, no tendría otra motivación que la económica. De la obra de Revueltas como dramaturgo podría decirse lo mismo, y ni hablar de su trabajo como director teatral, aun si sólo se contara una puesta en escena. En cuanto a estas artes se refiere, ya pueden observarse signos que indican que los estudios sobre la obra de Revueltas han comenzado una nueva búsqueda que promete ser fructífera, con lo que se abona a la importante investigación ya existente hasta ahora. En realidad, toda nueva búsqueda es siempre realizada gracias a las herramientas de análisis que un número considerable de estudios ha logrado construir previamente, pues no hay investigaciones, por novedosas que sean, que surjan de la nada.

Este trabajo es parte de esa búsqueda que pretende leer y releer el trabajo artístico de Revueltas, pero no de manera fragmentaria, ya que la fragmentación es una estrategia del poder establecido para desvincular las diferentes esferas de la vida y catalogar a una como más digna de ser vivida, con más valor, mientras la otra es descartada por su escasa importancia. Por eso, lo que aquí pretendemos es colocarnos desde una perspectiva que busca comprender la técnica narrativa como aquello que se despliega en la ejecución de la narración y analizar cuáles son las piezas que la conforman. Aunque ésto no es una propuesta original y tampoco los es el estudio de los textos, creemos que hay un diferencial singular en la exploración acerca de los modos en que el cine ha impactado a la técnica narrativa que conforma el todo y las partes de una obra. Ésto encuentra justificación en la misma vida y obra de Revueltas, para quien el cine fue una pasión que lo cautivó desde su temprana infancia y que lo acompañó durante toda su vida. En cuanto a los estudios hasta ahora realizados, no diremos que fue la falta de una cultura cinematográfica lo que ha impedido pensar la vinculación del cine con la obra literaria de Revueltas, sería más acertado decir que quizá no se habían dado las condiciones en la tradición y que dichas condiciones, como ya señalamos, han venido sucediendo en los años recientes; para muestra de ésto, baste señalar que cuando estas líneas fueron escritas ya habían sido publicados dos guiones cinematográficos de Revueltas, El luto humano (2021) y Los treinta dineros (2021), ambos bajo el cuidado filológico de José Manuel Mateo y con el respectivo estudio introductorio y prólogo de Alessandro Rocco.

En realidad, el título imposible de este libro hubiera sido aquel que reflejara la preocupación materialista, dialéctica, filosófica y militante, título que también debería mostrar las múltiples facetas artísticas de la vida del autor. Ante la imposibilidad, optamos por uno que sólo pretende dirigir la atención hacia la pasión por el cine que se ve reflejada en la obra literaria de nuestro autor. Ésto no es una cuestión sencilla, primero, porque supone problemas hermenéuticos respecto a la idea que se ha construido de Revueltas a lo largo de muchos años, quien por ser comunista no se espera de él un trabajo literario estetizado, sino otra cosa, cualquiera que sea. También existen los problemas documentales (¿cuáles documentos elegir? ¿cómo rastrear su desarrollo?), biográficos (¿qué años de su vida dedicó al cine? ¿un comunista en los banales estudios cinematográficos?) y hasta de corte filosófico (¿qué significa pensar cinematográficamente? ¿cómo es un técnica narrativa cinematográfica?), que deben ser zanjados para poder poner ante los ojos algo que, por lo demás, siempre ha estado en las obras de nuestro Revueltas.

Lo que este libro ofrece es una reflexión sobre un modo de leer, pensar y experimentar el trabajo de Revueltas; entonces, se podría decir grosso modo que aquí pretendemos una lectura materialista, esto es, una lectura ocupada en los modos en que la narración como materialidad es producida y, más aún, por los elementos que la conforman como constructo armado, pues nos interesa lo que aparece dicho y aquello que es omitido. En este ímpetu por la materialidad, evitamos caer ante la atracción del símbolo y de la metáfora, a sabiendas de la fascinación que estas funciones del lenguaje ejercen en nuestra tradición académica, sobre todo cuando se trata de la psicologización como proceso mediante el cual se adjudica valor a los personajes y a los elementos que componen el ambiente en la narración. En esta investigación tanto la lectura como la escritura son consideradas actividades materialmente mediadas, esto es, limitadas por técnicas y materiales, que en el caso de Revueltas son el papel y la máquina de escribir. Es en este sentido que la hipótesis que asumimos es que la obra artística es creada mediante técnica(s) estética(s) que no son otra cosa que las de la construcción de la narración, las cuales toman elementos de la expresión cinematográfica para transformar el modo de escribir, y quizá de leer, del propio Revueltas.

Y como toda técnica de trabajo es política, o activa maneras de producción que siempre son políticas, nos orilla a pensar que el trabajo artístico de Revueltas es siempre algo político, y no lo es porque se ocupe del Partido Comunista —algo que por cierto no sucede en muchos de sus cuentos, dramas, guiones y adaptaciones—, sino porque su estética revolucionaria desajusta y produce movimientos no previstos o no permitidos por lectores o por censores de la correcta literatura. Es innegable hoy en día que Revueltas desajustó la estética que promueve la folklorización colorista de la literatura mexicana, ya que con su modo de crear situaciones con personajes horriblistas ha sacudido el plácido aposento que la moral en turno le había construido a la representación de lo indígena; pero consideramos que es mucho menos conocido que también revolucionó el modo de narrar en la literatura mexicana al cultivar lo que podríamos denominar como una estética que introduce elementos cinematográficos.

Ahora bien, como el título de esta obra lo anticipa, lo que pretendemos aquí es tomar en cuenta el cine como un aparato cuya técnica o lenguaje técnico fue introducido en la obra literaria de Revueltas, quien mostró ser muy consciente de las transformaciones que la técnica narrativa requería para lograrlo. Nos interesa mostrar ésto en acto en una selección de textos que van de 1929 a 1941, textos que sin duda dejan fuera a otros no por menos importantes, sino porque los que aquí se trabajan son, consideramos, estratégicos para evidenciar la aparición de la fotoplasticidad narrativa en el trabajo de nuestro autor. Podríamos abordar la obra de Revueltas desde otros ángulos y maneras en que el cine aparece como técnica en la narración, pero para nosotros lo más relevante se presenta en la forma de narrar la luz. Proponemos, pues, que algo distintivo en las obras que analizamos es su forma de narrar la luz y la oscuridad, así como su manera de trabajar con las posibilidades ficcionales que estos constructos ofrecen. De ahí el uso del término fotoplasticidad narrativa, que es más o menos extraño a la literatura, ya que nos interesa mostrar que lo fundamental de la introducción de la técnica narrativa del cine en la literatura fue, primariamente, la construcción de luz y oscuridad en la narración, así como la creación de estructuras temporales y anímicas que se concretan en la producción de ambientes lumínicos. Fotoplasticidad narrativa es, entonces, ese modo en que Revueltas construye y utiliza luz y oscuridad en sus textos, es decir, para hacernos pensar (imaginar) lo que leemos y, así, producir especies de encuadres cinematográficos.

PRIMERA SECUENCIA

La teoría o el punto de vista

El lugar del cine en la obra de José Revueltas (*)

—¿Y el cine, cuándo y por qué le interesó?

—Es otra vocación muy orgánica en mi ser.

JOSÉ REVUELTAS en entrevista con Ignacio Hernández

La pasión de José Revueltas por el cine, como él mismo lo recordaba, provenía desde su muy temprana infancia: De chico siempre me desvivía para que me compraran proyectores con lámpara de alcohol, iba al mercado el Volador a comprar cintas viejas por metro, ya deterioradas. Era pedacería, algunas italianas y las pasaba en la casa; luego descubrí cómo ponerle un foco a mi proyector de manivela, ahí ocurría que mi cuarto, dice Revueltas, se convertía en un lugar mágico, más que en una sala cinematográfica (Revueltas 1987b, 274; Hernández 2001, 177). Ésta sería una pasión que perduraría toda la vida, pues él mismo recuerda que, ya de adulto, asistía a los estudios invitado por amigos que trabajaban en alguna película, o bien, Durante la filmación me fijaba como si se hubiese tratado de una lección. Después los compañeros me llevaban a cortar, es decir, editar, manejar la moviola (Revueltas 1987b, 274).

Fue en 1944, cuando ya había aparecido su premiada novela El luto humano (1943), que Revueltas comenzó su actividad profesional en la industria cinematográfica con el equipo del fotógrafo Gabriel Figueroa. Luego vendría una larga lista de guiones y adaptaciones, en la que se encuentran La otra (1946) y La diosa arrodillada (1947), sólo por citar un par muy accesible para su consulta hoy en día. Es un hecho, sin duda, que su pasión por el cine fue mucho más allá de lo que los estudios sobre su obra han concedido hasta ahora, mismos que se concentran mayoritariamente en su militancia política, pues la ponen en relación con su literatura, es decir, que estudian la forma en que dicha militancia quedó plasmada en sus creaciones. Es necesario, sin embargo, como hace José Manuel Mateo:

[…] insistir en la continuidad del pensamiento de Revueltas, en el que difícilmente se puede hablar de cortes. Un análisis penetrante […] demostraría a todas luces la existencia de una trayectoria ininterrumpida, aun cuando ésta hubiera conocido periodos de retroceso debido al contexto histórico de confrontación y lucha en el cual se produjo. La prueba rotunda de esta continuidad de su pensamiento se encuentra "en el hecho de que Los errores reanuda y prolonga, desde un punto de vista superior y más amplio, la temática de Los días terrenales" (2011, 12). (2)

Si asumimos la continuidad de pensamiento como premisa, según propone Mateo, sería necesario reflexionar acerca del modo en que cine, teatro y literatura se hacen uno con su militancia. Ahora bien, puede haber dos modos para pensar esta continuidad; el primero sería aquel donde se privilegia la técnica en la que sus actividades se entrelazaban con su hacer cinematográfico, en tanto que el segundo consistiría en buscar los momentos en los que su activismo político se hacía presente en los espacios donde practicaba el arte cinematográfico. En el primer caso, lo podemos encontrar en su práctica como guionista y adaptador, donde queda evidenciado que, una vez que estuvo dentro del ámbito del cine comercial de su época, encontró la forma de revestirlo con un mensaje, pues como él mismo escribe, "yo siempre metía una chingamusita, es decir, algún mensaje revolucionario aún en lo más sombrío (Hernández 2001, 178). Al respecto, Alessandro Rocco en su artículo La narrativa fílmica de José Revueltas, encuentra un subtexto político presente bajo la trama sentimental", así lo social y político están divididos mediante un plot twist y muchos otros recursos cinematográficos (2015, 214), todos ellos recursos técnicos empleados para crear un clima emocional que sólo se podía obtener a través de un método que consistía en una acumulación de ‘diferentes aspectos emocionales hábil y correctamente graduados’ (217).

En el segundo caso se encuentra otro enfoque para pensar la continuidad entre la vida y obra de Revueltas; se trata de la búsqueda de la manera en que su militancia política se introdujo en el ambiente cinematográfico, como habría ocurrido en el caso de su colaboración en movimientos organizados en relación con alguna demanda de justicia. Al respecto, bastaría señalar que Revueltas fue nombrado secretario general de la Sección de Autores y Adaptadores del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC), cargo desde el que publicó un escrito en la revista Hoy, titulado Yo acuso, contra las empresas que acaparaban las salas de cine. En dicho texto denunciaba que: Un fuerte monopolio que encabezan Jenkins, Alarcón y Espinosa sabotea abiertamente nuestras películas (1981b, 119). (3) Este evento no deja de ser significativo porque, sin lugar a dudas, se trata de un caso de continuidad en la vida y obra de Revueltas, pero, al mismo tiempo, estamos ante un modelo de análisis que no permite evidenciar la técnica artística en el guionismo o la narrativa porque en su lugar privilegia la militancia política.

En la búsqueda de la continuidad, sería necesario reconocer que hasta el momento la faceta menos estudiada de José Revueltas ha sido la de escritor cinematográfico, (4) pues como señala Alessandro Rocco:

Hay que observar, sin embargo, que