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El eslabón perdido
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El eslabón perdido
Libro electrónico159 páginas2 horas

El eslabón perdido

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Información de este libro electrónico

Hay una parábola que contó Jesús, que hace referencia a la historia de la humanidad: El hijo pródigo. La forma en que el hijo pide la parte de la herencia que le correspondía a su padre, cuando el padre estaba vivo aún. Es la forma en que indirectamente hemos querido tomar lo que nos ayudará en la vida, y olvidarnos de dónde venimos. Al punto de

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento15 ago 2023
ISBN9781685744731
El eslabón perdido

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    El eslabón perdido - Arturo Orozco

    El_eslabon_port_ebook.jpg

    EL ESLABÓN

    PERDIDO

    ARTURO OROZCO

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable por los derechos de los mismos.

    Las referencias a la Biblia corresponden a la versión Reina Valera 1960.

    La cita está entre paréntesis, entonces, es parafraseada o una porción del verso.

    Publicado por Ibukku, LLC

    www.ibukku.com

    Diseño de portada: Ángel Flores Guerra Bistrain

    Fotografía de portada: Arturo Orozco

    Diseño y maquetación: Diana Patricia González Juárez

    Copyright © 2023 ARTURO OROZCO

    ISBN Paperback: 978-1-68574-472-4

    ISBN Hardcover: 978-1-68574-474-8

    ISBN eBook: 978-1-68574-473-1

    ÍNDICE

    Introducción

    Sección 1

    Saliendo de casa

    Capítulo 1

    Los dos hijos

    Capítulo 2

    El sueño de la humanidad

    Capítulo 3

    Emancipación

    Capítulo 4

    Cruzando la puerta

    Capítulo 5

    La tierra distante

    Capítulo 6

    El Querubín desempleado

    Capítulo 7

    El eslabón perdido

    Capítulo 8

    El hombre que quería ser animal

    Capítulo 9

    Los jornaleros

    Capítulo 10

    La moneda perdida

    Sección 2

    Mirando hacia atrás

    Capítulo 11

    Cuando llega el hambre

    Capítulo 12

    Identidad o ID entidad

    Capítulo 13

    Tú estás aquí

    Capítulo 14

    Corazón de camello

    Capítulo 15

    Cerrando los ojos

    Capítulo 16

    La teoría de la R-evolución

    Capítulo 17

    Pretérito imperfecto

    Capítulo 18

    Intersecciones

    Capítulo 19

    El cielo y la tierra se besan

    Capítulo 20

    Parado frente a la hacienda

    Sección 3

    El regreso a casa

    Capítulo 21

    El becerro predestinado

    Capítulo 22

    Nueva vestimenta

    Capítulo 23

    La fiesta

    Capítulo 24

    El anillo

    Capítulo 25

    El calzado

    Capítulo 26

    El querubín con nuevo empleo

    Capítulo 27

    Nuevo domicilio

    Capítulo 28

    Vestido para la ocasión

    Capítulo 29

    Dios en una caja

    Capítulo 30

    La segunda Eva

    A los que están cansados de vagar por la vida

    en busca de un propósito.

    A los que van por la vida creyendo que no hay un propósito.

    A los que van por la vida creyendo que no hay nada más al final del camino.

    Incluso, a los que van por la vida esperando que alguien encuentre el eslabón perdido…

    Espero que encuentren en este libro lo que están buscando.

    Introducción

    Un hombre quería construir una hacienda, en su mente había una imagen de lo que esperaba, todos los detalles estaban grabados ahí. Todo parecía perfecto.

    El hombre solo tenía que encontrar el lugar perfecto para construir.

    Debía ser un lugar donde la tierra fuera fértil, donde él pudiera plantar cualquier tipo de árbol y verlo dar fruto.

    En su búsqueda, encontró el lugar perfecto. Todo alrededor se veía verde. La razón era porque cerca de ahí había un río que se partía en cuatro brazos, había agua suficiente para irrigación.

    El lugar perfecto para su hacienda. Comenzó a construir. Quería hacer el mejor lugar para habitar para sus hijos. Construyó un lugar al que no le faltaba nada, sus hijos no tendrían que estar buscando nada para codiciar fuera de ahí, pues lo tendrían todo.

    Plantó todo tipo de árboles para que sus hijos pudieran comer del fruto de ellos.

    Y sus hijos conocerán todo tipo de árboles. Conocerán los olores, los sabores. Quería lo mejor para ellos.

    Tenía una gran variedad de animales, unos para ayudar en las labores de la hacienda y otros para exhibición, para apreciar.

    Al terminar el lugar, colocó un cerco alrededor para protección y para marcar el territorio.

    Solo había una puerta, solo había una entrada, esta estaba al lado este de la hacienda.

    El tiempo pasó y sus hijos crecieron, ellos tenían todo lo que necesitaban, y estaban bajo la protección del padre.

    Él les enseñaba cómo dirigir una hacienda, les enseñaba lo que necesitaban saber en ese momento, no podía mostrarles todos los secretos, sería demasiado para ellos. Todo a su tiempo.

    Lo más importante en ese momento era, no solo negocios y economía, quería compartir con ellos cómo ser un buen administrador, una buena persona, un buen ser humano, integridad, ética, moral.

    Por un lado quería compartir su corazón, una relación que duraría toda la vida, que compartieran todo tipo de momentos y experiencias. Y más que nada, él quería que siguieran sus pasos, que trataran de imitarlo, de ser como él.

    No ser él, pero como él.

    Que lo representaran.

    Así que el padre ponía su corazón al descubierto para que ellos tomaran de ahí.

    Por otro lado, el padre compartía su cerebro, su conocimiento, su experiencia, su sabiduría.

    Ellos necesitan eso también para sobresalir, para triunfar, para dirigir ese lugar.

    El padre no iba a dejar que sus hijos aprendieran cayendo o cometiendo errores, si él podía evitarlo, lo haría.

    Uno como padre, antes de enseñar a los hijos a cómo ganarse el pan, quiere enseñarles lo básico para ser una persona de bien, ética, modales, moral. Después que aprenden eso, entonces se les enseña lo relacionado al trabajo, debe haber un equilibrio.

    Enseñarles que debe haber ambición, pero no avaricia.

    Enseñarles que es bueno desear, pero no codiciar.

    Que deben superarse, pero evitar los atajos.

    Aquí está el padre, en una mano tiene su corazón, ellos pueden venir a él y alimentarse de lo que él tiene para compartir con ellos. Relación, memorias, fundamento, conexión.

    En la otra mano tiene su cerebro, ellos pueden venir y aprender todo lo relacionado a negocios, economía, sabiduría, comodidad.

    ¿Qué mano tomarías tú?

    ¿Qué crees que necesitas más?

    ¿Qué te llevaría más lejos?

    ¿Qué está más en armonía con tus sueños?

    ¿Cuál de los dos es más compatible con tus planes?

    Me imagino que la respuesta a estas preguntas tiene mucho que ver con el tipo de relación que tenemos con el padre. O con la percepción que tenemos de la vida o hasta de nosotros mismos.

    Aquí tenemos al hijo menor, mirando las dos manos y pensando qué es lo que más le beneficiaría en la vida, él no quiere ser como el padre, él quiere ser el padre.

    Él quiere ser independiente, pero no tiene los recursos para tener lo mismo que el padre.

    Si se va a desconectar del padre, tiene que llevarse algo que lo ayude a comenzar su imperio.

    Un día el padre ya no va a estar presente, y todo lo que está alrededor del hijo menor, estará a su disposición, él podrá tomar decisiones sobre eso.

    Tiene que esperar, un día va a recibir la herencia.

    ¿Esperar? ¿No sería más rápido vivir como si el padre no existiera y tomar lo que es mío?

    ¿Y tomar su lugar, y no tener que responder a nadie por mis acciones?

    Y el hijo toma una decisión, y le pide al padre la parte de la herencia que le corresponde.

    El hijo menor cree que es mejor que el padre. Cree que puede ser mejor administrador. De hecho cree que él puede tener una mejor hacienda que la del padre y una mejor forma de dirigirla.

    Y decide tomar el cerebro del padre, su conocimiento, su sabiduría, y salir de ese lugar y buscar su propio terreno donde comenzar de nuevo y mostrarle a su padre que él es mejor.

    El nombre del hijo menor: Adán y Eva.

    Para este momento creo que ya miraste el contraste entre la parábola del hijo pródigo y la historia del comienzo de la humanidad en el jardín del edén.

    Que el padre (Dios), está en el jardín compartiendo una relación con sus hijos.

    Y enseñándoles cómo gobernar la tierra y lo que hay en ella.

    Y que la mano con su corazón es el árbol de la vida y la mano con su cerebro es el árbol del conocimiento.

    Cuando Dios creó a Adán, lo equipó con lo necesario para vivir en esta tierra.

    Cuando lo puso en el jardín, le dio misiones para formarlo y que tuviera un propósito, no solo existir, sino una razón para ello.

    Implantó instintos en él que lo ayudarán a buscar el desarrollo y mejorar cada día.

    De hecho se le dice al hombre que debe alimentar o saciar estos instintos…

    Multiplicate, sojuzga, señorea, come…

    Además de esos instintos, implantó algo más, sopló en su nariz su propio aliento, lo que le dio vida al ser humano. Y además de vida, eso era lo que lo conectaría con Dios mismo.

    Lo hizo a su imagen, parecido a él, para que lo representara, para que el humano buscara la forma de parecerse a él, de ser como él.

    Ahora tenemos, no solo a Adán, sino lo que representa su nombre: la humanidad, mirando los árboles y pensando en qué nos afecta y beneficia probar de los diferentes frutos.

    Tenemos a la humanidad deseando tomar solo el conocimiento de Dios y retirarnos, y actuar como si el padre no existiera y no tener que responder a nadie por lo que hacemos.

    No ser como el padre, sino ser el mismo padre, porque creemos que podríamos hacer un mejor trabajo que él en esta tierra.

    Podemos juzgar al hijo pródigo por lo que hizo.

    Podemos juzgar a Adán por lo que hizo.

    Pero esta no es solo la historia de ellos, esta es mi historia.

    Esta podría ser tu historia.

    Esta es la historia de la humanidad buscando un propósito en esta tierra… O tal vez no.

    Tal vez la historia de la humanidad solo buscando un pretexto para no tener un propósito y solo vagar por el mundo viviendo al día…

    Sección 1

    Saliendo de casa

    Capítulo 1

    Los dos hijos

    También dijo: un padre tenía dos hijos;

    Lucas 15:11

    Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

    Génesis 1:27

    El hermano mayor

    Era una persona responsable, trabajador,

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