Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Sonata, soledad y esperanza
Sonata, soledad y esperanza
Sonata, soledad y esperanza
Libro electrónico235 páginas3 horas

Sonata, soledad y esperanza

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Carla, es una mujer de nuestros días, activa, trabajadora, eficaz en su quehacer, alegre y divertida.
Su existencia cambia al ser operada de cáncer.
Más tarde su cuerpo desarrolla una sensibilización hacia agentes tóxicos presentes en el medio
ambiente. Diagnosticada de síndrome de Sensibilidad
Química Múltiple (SQM), sufre la obligación de aislarse para salvar su vida. En este encierro forzado, toma una determinación, contar al mundo su realidad y la de otras personas afectadas con la misma enfermedad. La forma de poder mostrar su situación será a través de la música, así nace: “SONATA SOLEDAD Y ESPERANZA. Una historia de sensibilidad química múltiple”.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 dic 2022
ISBN9788419442352
Sonata, soledad y esperanza

Relacionado con Sonata, soledad y esperanza

Libros electrónicos relacionados

Ficción general para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Sonata, soledad y esperanza

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Sonata, soledad y esperanza - Antonio Montoro

    PERSONAJES

    Alejandro, marido de Carla, la protagonista. Una persona callada, atenta y siempre pendiente de su esposa.

    Alfonso de Oriol y Trassierra, comerciante que acostumbra acudir a los conciertos con el fin de relacionarse y así favorecer sus negocios.

    Carla Mestre, protagonista de esta historia. Padece síndrome de Sensibilidad Química Múltiple e Hipersensibilidad electromagnética.

    Esperanza, amiga íntima de Carla.

    Estefanía, hermana de Carla, la tercera en edad: María la mayor, luego le seguía Juan, después Estefanía y la más pequeña de todos era Carla.

    Esther, amiga íntima de Carla.

    Eva, compañera de Carla, afectada de SQM, a la que conoció en la Fundación Amanecer.

    Fernando Hernández. Melómano. Un personaje tan amante de la música que no se pierde un concierto.

    Helen, pintora, casada con Robert. Vive junto a su marido en las montañas.

    Juan, hermano de Carla Mestre.

    Klauss, alemán jubilado, vecino de Carla, casado con Susanne.

    María, hermana mayor de Carla Mestre.

    Miguel, hombre sencillo, agricultor que suministra los productos de su huerta a Carla.

    Miliana Tsvetátieva, eslava, concertista y profesora de piano en el Conservatorio Superior de Música. Profesora de Máster de Carla Mestre.

    Reme dueña y encargada de Reme Hairdressing Studio centro de peluquería.

    Remedios Montero Estévez, Dra. de la Fundación Amanecer.

    Robert, músico de blues, vecino de Miguel en la montaña, casado con Helen.

    Sakura Akiyama, concertista de piano, madre de la concertista Takako, casada con Takeo.

    Susanne, alemana jubilada, vecina de Carla, casada con Klauss.

    Takako Akiyama, afamada concertista de origen japonés, maestra de Carla Mestre.

    Takeo Akiyama, padre de la concertista Takako. Coronel del ejército imperial.

    Victoria, amiga íntima de Carla Mestre.

    PRÓLOGO

    Qué difícil es a veces expresar algo, cuando lo que quieres trasmitir es tan profundo que sabes que por mucho que te esfuerces, ninguna palabra puede ni siquiera acercarse a ser mínimamente fiel a tu intención... a trasmitir su esencia...

    Percibes como desde lo más hondo de tu SER surge una gran alegría y es cuando todos tus poros se ven permeados de ese sentir profundo, pero a su vez también aparece una gran tristeza cuando te das cuenta que aquello tan inmenso que estas sintiendo, según sale al exterior, debes encarcelarlo en palabras, transformando algo sublime en algo incluso a veces vulgar...; es entonces, cuando tienes que apelar a tu humildad para conformarte con reducir aquello que te hacía sentir inmensa, eterna, inabarcable e infinita, en algo siempre limitado, pequeño, corto e insignificante...

    Lo humano nos obliga a ser humildes, a sentir la gravedad... mientras que lo divino nos eleva, nos hace sentirnos sublimes...

    Amar la vida, es amar tanto lo que nos eleva como lo que nos ata a la tierra...

    Esto mismo es lo que siento cuando quiero expresar lo que para mi entraña el significado de esas tres siglas: SQM...

    ¿¿Sensibilidad??... ¿¿es acaso debilidad??... ¿¿es acaso lo mismo debilidad que fragilidad??

    La debilidad nos empuja hacia el mar de la cobardía, de la incapacidad, de la rendición...; la fragilidad, en cambio, nos vincula con la precisión, con lo verdadero, y lo sublime...; acaso una lente precisa, preparada para captar el detalle y la perfección, no es por ello mismo más frágil??...; es lo que más cuidamos... como un tesoro que nos acompaña y nos ayuda a percibir lo más bello y verdadero de la vida...

    Química. La química es un baile de millones y millones de átomos que forman moléculas y que a su vez forman cada una de las bases de las estructuras que componen nuestro organismo... bailan, en un continuo movimiento, creándose y descreándose y perpetuando con ese movimiento el tiempo..., el tiempo vivo que cabalga con nosotros en cada acto de esencia y presencia...

    Múltiple.La multiplicidad, la diversidad, la riqueza es la base de la Naturaleza... cada semilla da lugar a infinidad de frutos, que vuelven a multiplicarse una y otra vez, recordándonos que no existe pobreza en la esencia de la vida... la pobreza la generamos los humanos con nuestra avaricia, ambición y nuestro afán de poder...

    Somos por tanto seres frágiles, danzando en la riqueza de la vida...

    Cuando esa danza, en lugar de realizarse en la Vida, con sus leyes, su lógica, sus sentidos, nos adentra en el Mundo, este mundo creado como un tumor, por los actos humanos, sus envidias, afán de poder, ambiciones, egoísmos, mentiras, hipocresías, soberbia y arrogancia... nos arrojamos en medio de una gran toxicidad que nos destruye... y aquellos seres más frágiles, no entendidos como débiles, si no como verdaderos, enferman, se intoxican y envenenan ante tanta contaminación...

    Es acaso enfermizo si nuestros cuerpos diseñados para la verdad, belleza y bondad de la vida, protestan ante la corrupción del mundo... ¿¿No es acaso una llamada de vuelta a casa??... ¿¿a nuestra verdadera naturaleza, a nuestra esencia??... ¿¿No es verdad que las personas con SQM recuperan su salud cuando respiran, huelen, comen, beben, y sienten emociones verdaderas, limpias, sin contaminar??... ¿¿No será que la SQM es un intento de nuestros organismos de volver a CASA??... ¿¿a nuestro hábitat natural??

    Somos extranjeros visitando un mundo contaminado, y cuando nos olvidamos que estamos aquí de paso, que somos simples turistas e intentamos convertir el mundo en nuestro hábitat natural... nuestra esencia nos recuerda que hay que volver a casa... pero a veces, ya nuestro cuerpo está demasiado dañado, nuestra ceguera de permanecer en un lugar que no le corresponde lo ha prácticamente destruido...

    La SQM es una llamada para volver a la VIDA, para recordarnos que el mundo no es nuestra casa... que la Naturaleza es nuestro hogar y que lo verdadero, todo aquello que pertenece a la VIDA en su proporción, contexto y ciclo, es lo que mantiene en homeostasis a nuestro organismo...

    La SQM nos recuerda que nuestro cuerpo, nuestro organismo es como un instrumento, una guitarra, un piano que se ha desafinado. Que se ha ido acostumbrando, adaptándose a una forma de vida enfermiza y dañina, y que en este proceso de instrumento al perder su armonía poco a poco ha llamado tolerancia a un proceso de enmascaramiento, que nos ha ido enfermando lentamente, sibilino, sin darnos cuenta, con engaños sutiles disfrazados de felicidad... Y ahora el instrumento está desafinado, cada nota que quiere emitir se aleja cada vez más de esa melodía armónica y bella, lanzando sonidos a veces desgarradores y disonantes...

    ¿¿Cómo podemos afinarlo??... Volviendo a la Naturaleza, con sus leyes, su proporción, su belleza, su verdad...su ciclo...

    Cómo decía ya Carl Sagan, el hombre es el guardián del sentido del Universo...

    La SQM es una oportunidad para ser de nuevo esos guardianes, que portan la consciencia, y las leyes de la VIDA...

    Afinemos nuestro SENTIDOS, como si fueran cuerdas de esa guitarra, o teclas de ese piano... nuestros 15 sentidos, que van más allá de los 5 sentidos que ya conocemos. Acaso no tenemos sentidos como el sentido de la VIDA, y el sentido del SER, y el del BIENESTAR, y el de la AFINIDAD, y de la RELACIÓN.., y el VITAL, y de la ORIENTACION, del EQUILIBRIO, del HUMOR, y cómo no, el más básico de nuestros sentidos, que es el sentido COMÚN...??

    Todos estos sentidos bien afinados, nos devuelven a la VIDA...

    Ojalá, no necesitemos pasar por un proceso tan duro, cruel y doloroso como la SQM para tener que afinarnos... y sepamos salir del tumor del mundo y volver a la esencia de la VIDA...

    Pilar Muñoz-Calero Peregrín

    Presidenta y directora médica de la Fundación Alborada,

    codirectora de la cátedra de Patología y Medio Ambiente

    de la Universidad Complutense de Madrid

    INTRODUCCIÓN

    Antes de acceder a la temática que da forma a esta novela testimonio, interesa que el lector que aborde estas páginas piense que está ante el relato novelado de una realidad casi olvidada que existe entre nosotros: la S.Q.M. (Sensibilidad Química Múltiple) y la

    E.H.S. (Electrohipersensibilidad o Hipersensibilidad electromagnética, también llamada la contaminación invisible). Esto no es una ficción, es un hecho. Unas enfermedades terribles que pueden afectar a cualquiera, sin distinción de sexo, etnia o condición, unos males resultantes de nuestro modo de vida, del sistema que impera en nuestra sociedad, basada en la producción y el consumo desaforado de productos que afectan a nuestro organismo. Productos estos presentes en todas las cosas que nos rodean: alimentos, enseres, carburantes, objetos de uso cotidiano, y otros no tangibles como son la multitud de ondas electromagnéticas que nos rodean.

    S.Q.M. y la E.H.S, son las espadas de Damocles de nuestro siglo.

    En la sociedad actual, las personas con S.Q.M cumplen una función similar a la que realizaban los canarios en las minas antiguamente. Los mineros tenían siempre un canario al lado porque es un animal muy sensible a los gases tóxicos como el metano o el monóxido de carbono. De esta manera, cuando había una fuga de gases y los trabajadores estaban en peligro, el canario dejaba de cantar o perdía el conocimiento. Los mineros estaban muy atentos y siempre lo vigilaban. En cuanto lo veían un poco mal, como principio de precaución, salían a la superficie para salvar su vida.

    Las personas con Sensibilidad Química Múltiple son los pájaros de la mina del siglo XXI, porque nos están alertando de una sociedad colmatada de sustancias tóxicas que minan nuestro organismo, nos están diciendo que no vamos por buen camino.

    Son Centinelas de la vida.

    Carla, la protagonista de esta novela, es una persona real, como real es el testimonio de su vida, que se relata en estas páginas, como reales son los testimonios de otros afectados cuyas reseñas aparecen al final de este libro.

    El cometido de este relato no es otro que dar mayor nombradía a una enfermedad casi desconocida y obviada por la sociedad, y divulgación a la situación de sus afectados.

    Espero que estas líneas puedan conseguir su objetivo o al menos despierten algunas conciencias.

    Antonio Montoro Gómez

    ENTRE BASTIDORES

    Ella sabe que este sufrimiento acabará algún día, pero la espera continua se le hace insufrible. Es angustiante estar siempre esperando. Ha llegado a tal grado de saturación que la más mínima demora le provoca cierta desazón. Invariablemente aguardando algo que debe o no debe ocurrir. Incluso en esta ocasión, en la que está tan ilusionada por lo que va a hacer, le toca permanecer expectante a que llegue su tiempo. Hay momentos que le es imposible soportarlo. Ilusión y fuerza es a veces todo lo que le mantiene. Esta situación sería ilusoria sobrellevarla sin él. Es su sombra, siempre está a su lado, como un reflejo anónimo, tal vez unos metros más allá, pero atento a cualquier contingencia. Podría desconocerse su existencia por su actitud tan discreta, pero su apoyo es incondicional. En este preciso instante sabe que está ahí abajo, en las primeras filas. En esa penumbra tras los focos.

    La demora le hace estar tensa.

    Es la primera vez que se enfrenta a un reto de este tipo. Lo ha preparado todo durante años. En el comienzo de esta arrojada aventura, pensaba que pasado los tiempos duros solo quedaría recoger los frutos de su trabajo. Ahora sabe que no es así, que la lucha nunca acaba, que los paréntesis que se abren y cierran esconden dentro de sí otras claves, otros retos, otros horizontes.

    Carla. Ese es su nombre. Un nombre de carácter, dijeron sus padres el día que nació, ante el grito que lanzó al venir al mundo. Pero un nombre de carácter no es suficiente para afrontar la tremenda soledad que ha sentido en todos estos años. Años duros. Tiempos severos lejos de la propia piel. Un período demasiado áspero, por no decir cruel, de su vida.

    Desde los bastidores del teatro, simulada tras la espesa cortina, le parece percibir el letal olor y el desasosiego de aquello que le perturba: perfumes, cosméticos, desodorantes ambientales, luminotecnia, ondas de transmisión de datos… Algo que en su tiempo fueron olores gratos, luces que le facilitaban su quehacer, aparatos que le ayudaban en la vida diaria, y que hoy se han convertido en sus peores enemigos.

    La organización ha cuidado cada detalle para evitar o minimizar en lo posible que las ondas de móviles, aparatos electrónicos, lámparas y focos, y los cosméticos y perfumes de los asistentes al concierto, puedan perjudicarle. Todo se ha explicado en los folletos del acto. La propia cartelería, donde se anuncia el evento, advierte de los cuidados a tener en cuenta, pero los que leen los carteles poco saben de lo que se cuece realmente tras el texto y las imágenes que se muestran y hasta puede que banalicen el mensaje que se pretende transmitir; por otra parte, ¿quién puede impedir que los asistentes al acto se olviden de apagar sus móviles?; al fin y al cabo, es algo que se pide en cada espectáculo y siempre hay alguien que hace caso omiso… El crear conciencia sobre el daño que el entorno habitual puede afectar a un enfermo de sensibilidad química múltiple y electrosensible es una de las tareas pendientes y también uno de los objetivos de este concierto.

    Está acostumbrada a muchos olvidos, incluso al olvido de sus seres queridos, los más cercanos, los de familiares y amigos. Eso es algo a lo que ha terminado acostumbrándose y sufre en silencio.

    A punto de salir a escena, respira de manera controlada para calmar su nerviosismo. Se encuentra inquieta, feliz, pero no puede controlar el temblor de piernas debido a los nervios. Se juega mucho en este momento. La mascarilla que le cubre boca y nariz no le ayuda demasiado en la tarea. También es algo con lo que no ha tenido más remedio que familiarizarse.

    Piensa en algo agradable —se dice—, respira profundo, toma el aire por la nariz de manera intensa y continua, expúlsalo por la boca, suave, sin pausa y recuerda alguna sensación especialmente gratificante mientras lo haces. Evoca, en un ejercicio mental ritualizado, las técnicas aprendidas en las sesiones de yoga y siente como el entrecejo se le relaja.

    El pensamiento vuela tiempo atrás, mientras el aire controlado penetra en los pulmones con los ejercicios de relajación. Los movimientos acompasados de las manos con las palmas hacia arriba, mientras inhala, y luego abajo, al exhalar, van surtiendo efecto. Las imágenes evocadas recorren el pasado, pasan como fotogramas de una película que se proyecta en su mente, fundiéndose con estampas del presente: ojos cerrados, manos apoyadas junto al regazo… El tiempo ha desaparecido. Ahora no se encuentra en el teatro, tras las espesas cortinas. Ha volado lejos, a tiempos pretéritos, a otro lugar. Siente la brisa marina sobre su rostro y cómo el cabello le roza la cara y los hombros. Los golpeteos arrítmicos del oleaje en los costados del velero y el vaivén del casco sobre las olas le dan la impresión de cabalgar sobre las aguas. El olor a mar le penetra hasta el alma. Se siente fascinada por ese mundo de agua que se extiende hacia el infinito, donde se funden las ondas del azul océano con el celeste aire en la línea perdida del horizonte, sin que se pueda adivinar dónde acaba uno y comienza otro.

    Hace unas horas que han salido del puerto deportivo del sur de la isla. Han pensado pasar unos días en la islita vecina. Es una de las más pequeñas del archipiélago y cuenta con unas calas de ensueño. Hacía allí se dirigen. Pasarán el fin de semana en Cala Perdida. El velero es tan ligero como sus velas blancas, tímidamente tremolantes al viento antes de inflamarse. El casco hiende las oceánicas aguas, extrañamente calmosas, sin apenas ruido. Es como un cuchillo albo rasgando el ondulante velo

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1