¡Velad!
En el Evangelio de Hoy nos encontramos con esta lectura del santo evangelio según san Marcos (13,33-37)
¡Velad! A eso nos invita el Evangelio de hoy, pero recordemos que hoy comenzamos este tiempo de Adviento, del Latín “adventus” que significa llegada, ¿llegada de quién? Pues del mismo Dios al mundo. El mismo que creo todo esto, bajó para hacerse uno con nosotros.
La persona que está atenta es la que, en el ruido del mundo, no se deja llevar por la distracción o la superficialidad, sino vive en modo pleno y consciente, con una preocupación dirigida en primer lugar a los demás. Con esta actitud somos conscientes de las lágrimas y las necesidades del prójimo, y podemos captar también las capacidades y cualidades humanas y espirituales. La persona atenta se dirige luego también al mundo, tratando de contrarrestar la indiferencia y la crueldad en él, y alegrándose de los tesoros de belleza que también existen y que deben ser custodiados. Se trata de tener una mirada de comprensión para reconocer tanto las miserias y las pobrezas de los individuos y de la sociedad, como para reconocer la riqueza escondida en las pequeñas cosas de cada día, precisamente allí donde el Señor nos ha colocado. P.Francisco
Muchos decimos ¡que se acabe ya este 2020! Por las situaciones que hemos vivido: los temblores de enero, la pandemia, las protestas, el feminicidio, las elecciones. Un año lleno de “desilusiones”, de tristeza, de caídas, de muerte, de vergüenza, de lucha. Pero a pesar de esto para mí a sido un año para darse cuenta de que el dolor que sufrimos como individuos, como sociedad nos une más de lo que pensábamos. Este tiempo de vigilancia que nos propone el Evangelio nos invita a no dejarnos abrumar por los desánimos, la desesperanza, la decepción, entre muchos otros sentimientos que nos pueden aflorar a causa de estas situaciones, y también nos llama a que estar pendiente es actuar por amor todos los días de nuestras vidas, ¡VELAD! Este tiempo previo a la llegada del Mesías es para darnos cuenta de que todos y cada uno de nosotros estamos en la misma barca y nos tenemos que ayudar como hermanos. Estar atentos y vigilantes es una propuesta para que dejemos de vagar por el mundo alejados de los caminos de nuestro Señor, perdidos en nuestros egoísmos, nuestros pecados. Estar atentos y vigilantes son necesarias para que Dios irrumpa nuestras vidas, para que se restituya nuestro valor, nuestra dignidad con su presencia.
Hoy te hago una invitación a hacer un acto de amor por tu amigo, tu familia, por la persona que esta a tu lado, *ponte la mascarilla*

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