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Historia de Gran Bretaña: Una fascinante guía de acontecimientos y hechos que debe conocer sobre la historia de Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia
Historia de Gran Bretaña: Una fascinante guía de acontecimientos y hechos que debe conocer sobre la historia de Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia
Historia de Gran Bretaña: Una fascinante guía de acontecimientos y hechos que debe conocer sobre la historia de Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia
Libro electrónico135 páginas3 horas

Historia de Gran Bretaña: Una fascinante guía de acontecimientos y hechos que debe conocer sobre la historia de Inglaterra, Gales, Irlanda del Norte y Escocia

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La vasta historia de Gran Bretaña está ahora al alcance de su mano.

Gran Bretaña tiene una larga historia, desde los tiempos de los asentamientos romanos, como Londinium (la actual Londres), hasta los días en que Gran Bretaña dominaba las olas, pasando por el posterior declive del imperio y el auge de la Mancomunidad. Es difícil abarcar toda la historia de Gran Bretaña en un solo libro. Sin embargo, este texto pretende desglosar su historia en secciones fácilmente digeribles.

Este libro comienza en el momento en que Gran Bretaña entró en la historia. A lo largo de él, descubriremos la invasión de Julio César y las conquistas realizadas posteriormente por los romanos. Estos fueron los primeros en dejar constancia por escrito de sus pensamientos y sentimientos acerca de los habitantes de Gran Bretaña.

El propio Imperio romano acabaría por desmoronarse, pero el Muro de Adriano, así como gran cantidad de asentamientos romanos, perdurarían. Estos fueron heredados por los anglosajones, llegados de las tierras de habla germánica al otro lado del canal de la Mancha. Los anglosajones crearon una rica historia y cultura, pero serían suplantados por los normandos en 1066.

En 1485 surgió la dinastía Tudor, que cambió radicalmente la vida en Gran Bretaña. El Tudor más notorio de todos, el rey Enrique VIII, se liberó del catolicismo romano e instituyó la Iglesia de Inglaterra con él mismo a la cabeza.

Tras la Reforma, Gran Bretaña pasaría a dominar las olas y a establecer un vasto imperio de ultramar que solo llegaría a su fin tras la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad, Gran Bretaña sigue desempeñando un papel dominante en los asuntos mundiales.

He aquí solo una muestra de lo que descubrirá:

  • El auge del dominio anglosajón y la fundación de Inglaterra.
  • Guillermo el Conquistador y cómo cambió el curso de la historia británica.
  • Enrique VIII y la Reforma protestante.
  • Los numerosos conflictos entre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
  • El legado de Gales y la cultura galesa.
  • El papel de Escocia en los asuntos británicos.
  • La participación británica en la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
  • Mitos y leyendas famosos de las islas británicas.
  • ¡Y mucho más!
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento25 jun 2023
ISBN9798215386781

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    Historia de Gran Bretaña - Captivating History

    © Copyright 2023

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    Ni el autor ni el editor asumen responsabilidad alguna en nombre del comprador o lector de estos materiales. Cualquier desaire percibido de cualquier individuo u organización es puramente involuntario.

    Introducción: Cuando Britania dominaba las olas

    Hoy en día, resulta casi difícil imaginar que Gran Bretaña fue en su día el mayor imperio del planeta. Vemos la isla de Gran Bretaña, donde se encuentran Escocia, Inglaterra y Gales, y nos preguntamos cómo este minúsculo pedazo de tierra pudo dar origen a semejante monstruo. Gran Bretaña es la novena isla más grande del mundo. Pero cuando se la compara con enormes naciones como China y Rusia, es fácil caer en la trampa de ver a Gran Bretaña como una pequeña isla que no podría sostenerse ante la amenaza de potencias mayores.

    Sin embargo, durante siglos, la isla de Gran Bretaña fue a la vez un faro y una fortaleza. Desde los días de la Carta Magna, Gran Bretaña brilló como un faro de lo que una nación podía lograr si se daba a sus ciudadanos la oportunidad adecuada.

    Gran Bretaña nos trajo las obras de William Shakespeare y las primeras locomotoras que llegaron a las vías del tren. En muchos aspectos, Gran Bretaña estaba muy por delante de sus pares. Aun así, Gran Bretaña tenía una larga historia de defensa contra los adversarios. Las islas británicas, que consisten principalmente en Gran Bretaña propiamente dicha y la isla de Irlanda (donde se encuentran Irlanda e Irlanda del Norte), fueron asaltadas por los vikingos y luego sufrieron una invasión normanda. (El término «islas británicas» se utiliza a veces de forma negativa debido al dominio del Imperio británico sobre Irlanda. El término sigue siendo utilizado por la mayoría de los académicos, por lo que hemos optado por emplearlo ocasionalmente en el libro).

    Los anglosajones fueron sometidos en 1066 por Guillermo el Conquistador, uno de los hombres más famosos de la historia. Sin embargo, los recién llegados normandos adoptaron lo que encontraron en Gran Bretaña en lugar de sustituirlo por sus propios modos de vida. A menudo se atribuye a Guillermo la «introducción» del feudalismo, pero esto no es del todo exacto. Se ha señalado que algunas formas de feudalismo ya existían en Inglaterra antes de su llegada. Sin embargo, Guillermo puso un mayor énfasis en el feudalismo y aceleró enormemente el proceso de convertirlo en una institución estatal consagrada.

    Una vez en vigor, el sistema feudal racionalizó mejor el control de la tierra, asignando secciones enteras a diversos miembros de la élite. La mayor parte de esta «élite» eran compatriotas normandos de Guillermo que habían luchado junto a él para someter Inglaterra. Los normandos francófonos establecieron castillos por todo el reino, afianzando aún más su control sobre sus numerosos latifundios.

    La mayor conmoción de la toma del poder por Guillermo la sufrió la nobleza anglosajona, que se vio despojada de sus tierras y títulos. Para ellos, el cambio fue tremendo. Pero para los campesinos sin tierra, que ya carecían de ella antes de la invasión, el impacto inmediato en su vida cotidiana no fue tan grande. Como mucho, podían esperar nuevos terratenientes que hablaran un nuevo idioma. Independientemente de quién fuera la élite terrateniente, el carácter general y el espíritu de las masas británicas siguieron siendo prácticamente los mismos.

    Gran Bretaña ha tenido durante mucho tiempo un espíritu de originalidad —algunos dirían incluso de desafío— que lo hace mantenerse firme en sus principios sin interferencias de otros. Podría decirse que esta vena independiente cobró protagonismo durante el reinado de Enrique VIII. A este monarca se lo suele tachar de imprudente y egocéntrico debido a sus desavenencias con la Iglesia católica por su deseo de tener otra esposa y, de ese modo, un heredero varón para su trono.

    Pero, independientemente de lo que se piense de los motivos de este rey Tudor, hay que reconocer que, incluso cuando el statu quo de la Iglesia católica romana se negó a darle lo que quería, no estaba dispuesto a aceptar un no por respuesta. Cuando la Iglesia católica romana le indicó que anular su matrimonio iba en contra de sus normas y reglamentos, Enrique VIII simplemente creó una iglesia propia, la Iglesia de Inglaterra, y se puso a su cabeza.

    Se puede discutir si hizo bien o mal, pero todos estamos de acuerdo en que el desafío británico se hizo notar. Y lo hizo en muchas otras épocas de la historia británica. Gran Bretaña estaba prácticamente sola frente a las potencias del Eje al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, tras la caída de Francia, y sin embargo estaba dispuesta a defender su modo de vida a toda costa.

    Incluso después de que las tropas británicas fueran expulsadas de las costas de Dunkerque, el audaz y valiente primer ministro, Winston Churchill, se mantuvo firme en su postura, declarando que los británicos lucharían contra sus enemigos en todo momento y «nunca se rendirían».

    Estas audaces palabras resumen la historia de Gran Bretaña en su totalidad. Desde los anglosajones hasta el Brexit, Gran Bretaña se ha atrevido a ser diferente, y el mundo entero no ha dejado de asombrarse.

    PRIMERA PARTE: INGLATERRA

    Capítulo 1: La llegada de los anglosajones

    «Nada espero en este mundo tan ardientemente como volver a ver ese paraíso llamado Inglaterra. Anhelo abrazar de nuevo a todos mis viejos amigos de allí».

    —Cosme III de Médici

    La llegada de los anglosajones a Gran Bretaña se remonta a mediados del siglo V. Justo cuando la influencia romana sobre Gran Bretaña tocaba a su fin, en torno al año 410, unos recién llegados del continente europeo conocidos como los anglosajones empezaron a hacerse notar en gran número. Los anglosajones, formados por anglos, sajones y jutos, eran un pueblo germánico que llegó en varias oleadas migratorias. Estos emigrantes entrarían en contacto directo (y en conflicto) con los britanos romanizados del sur de Inglaterra, que en aquella época se dice que eran bastante numerosos.

    Cuando decimos «britanos romanizados», es importante entender que estas personas procedían de diversos orígenes y grupos tribales. Entre ellos estaban, por supuesto, los celtas (al menos los que decidieron someterse al dominio romano), los bretones, los caledonios y los brigantes. Estos grupos tribales fueron los primeros en adoptar la romanización y ahora se encontraban en conflicto directo con los recién llegados anglosajones.

    Los anglosajones establecieron inicialmente su enclave en el extremo oriental de Inglaterra, Anglia Oriental, que lleva su nombre. La llegada de los anglosajones se ha comparado con una invasión lenta. A diferencia de la invasión romana de Gran Bretaña y de las posteriores invasiones vikinga y normanda, la llegada de los anglosajones se produjo de forma fragmentaria a lo largo de los siglos. Según al menos un relato de un monje llamado Gildas, también se produjeron algunos episodios más manifiestos de invasión. Alrededor del año 540, Gildas compiló una breve historia de los acontecimientos que se dice que ocurrieron en la década de 440, justo al final de la influencia romana en Europa occidental.

    Gran Bretaña en 540

    myself, CC BY-SA 3.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0>, vía Wikimedia Commons https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Britain.circa.540.jpg

    Según Gildas, en el siglo V, un caudillo británico llamado Gurthigern, más conocido como Vortigern, intentó mantenerse en el este de Inglaterra, pero decidió recurrir a una vieja táctica romana de reclutar mercenarios. Esta estrategia provocó una de las afluencias más masivas de anglosajones. Algunos cuestionan el relato de Gildas, afirmando que Vortigern ni siquiera era real. Sin embargo, el consenso general es que sí existió, y no se descarta la posibilidad de que contratara mercenarios extranjeros. Y como ocurría a

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