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Las formas de obtención de la plusvalía en México (1992-2017)
Las formas de obtención de la plusvalía en México (1992-2017)
Las formas de obtención de la plusvalía en México (1992-2017)
Libro electrónico268 páginas2 horas

Las formas de obtención de la plusvalía en México (1992-2017)

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Cuando estudiamos la producción de la riqueza en un país, por lo regular nos remitimos al volumen general de su creación en un tiempo dado, a su distribución y grados de concentración, entre muchos otros aspectos. Pero las investigaciones sobre las formas que se han empleado para producirla, y particularmente, sobre la manera en que se obtiene el excedente en sociedades capitalistas como la me xicana, son escasas. Más aún si pretendemos hacerlo desde la concepción de Marx y Engels plasmada en la Crítica de la Economía Política.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento9 may 2023
ISBN9786073057639
Las formas de obtención de la plusvalía en México (1992-2017)

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    Las formas de obtención de la plusvalía en México (1992-2017) - Miguel Ángel Lara Sánchez

    INTRODUCCIÓN

    Cuando estudiamos la producción de la riqueza en un país, por lo regular nos remitimos al volumen general de su creación en un tiempo dado, a su distribución y grados de concentración, entre muchos otros aspectos. Pero las investigaciones sobre las formas que se han empleado para producirla, y particularmente, sobre la manera en que se obtiene el excedente en sociedades capitalistas como la mexicana, son escasas. Más aún si pretendemos hacerlo desde la concepción de Marx y Engels plasmada en la Crítica de la Economía Política.

    En esta empresa no solo nos encontramos ante el obstáculo, ya recurrente en México, de la escasa información estadística que nos permita adentrarnos en este tipo de temas fundamentales para una apreciación crítica del desarrollo capitalista, de las discontinuidades que intencionalmente presenta el órgano oficial del gobierno mexicano, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), con el objeto de nublar el proceso de degradación de la clase obrera y de los trabajadores mexicanos, en general, resultado de las políticas neoliberales y de la descomposición política que se vive en este país, sino además, a todas estas limitaciones se suma la escasa investigación crítica sobre temas como el que nos proponemos en esta investigación. La Crítica de la Economía Política en México que se ocupe de la investigación de las formas en que se produce la plusvalía es escasa, y ha dejado de ser una de las líneas de investigación fundamentales, por lo menos de los economistas mexicanos; sin embargo, es necesario adentrarnos en el estudio de estas dos formas elementales de obtención de plusvalía para comprender su mecanismo interno de reproducción.

    Al cierre del año 2015 el Producto Interno Bruto (PIB) en México se cuantificaba en 18.2 billones de pesos, de los cuales, aproximadamente el 24% se convertía en sueldos y salarios a la fuerza de trabajo, y el 66% iba a parar, en gran medida, a manos de la burguesía y a la pequeña burguesía en una porción menor; el 7% tenía como destino las arcas del Estado para alimentar el conjunto de sus aparatos de coerción y dominación. (INEGI, 2016a). Estos, poco más de 12 billones de pesos que conforman el excedente bruto de operación más lo recaudado por el Gobierno federal, integran la plusvalía que fue producida mediante el sistema de trabajo asalariado, urbano y rural, base de la valorización del capital¹. Pero dicho sistema de producción no es uniforme ni presenta los mismos grados evolutivos en las regiones y sectores que integran la economía nacional, por el contrario, se compone de un variado mosaico de formas de producción que la relación de capital ha engendrado durante toda su existencia como modo de producción dominante y que en nuestro país adquiere una fisonomía específica, acorde con las economías del subdesarrollo.

    En esta investigación no nos remitimos a las formas económicas y políticas convencionales que procuran explicar la evolución del capitalismo mexicano a partir del movimiento del capital en la superficie, como los llamados modelos de desarrollo, que asumen categorías diversas como desarrollo estabilizador, crecimiento hacia afuera o hacia adentro, etcétera, sino a partir de las formas de extracción del excedente trazadas por Marx en su Crítica de la Economía Política, pero no solo de ellas, sino además, de las surgidas en el siglo XX y lo que va del presente.

    Nos referimos en particular a la producción de plusvalía absoluta y de plusvalía relativa, las dos formas fundamentales de extracción de plusvalor a la moderna clase obrera. "La plusvalía producida mediante la prolongación de la jornada de trabajo es la que yo llamo plusvalía absoluta…", nos dice Marx en El Capital; pero también comprende aquel plusvalor que se extrae mediante la intensificación del trabajo; "[…] por el contrario, la que se logra reduciendo el tiempo de trabajo necesario, con el consiguiente cambio en cuanto a la proporción de magnitudes entre ambas partes de la jornada de trabajo, la designo con el nombre de plusvalía relativa" (MARX, 1975).

    Pero la disminución del tiempo de trabajo necesario se consigue mediante la reducción del valor de la fuerza de trabajo, cuestión que se logra a su vez por medio de la disminución del valor del conjunto de las mercancías que forman parte del consumo y reproducción de la clase obrera.

    Estas dos formas de obtención de plusvalía referidas tienen cada una sus modos particulares de manifestarse. En el caso de la absoluta, como vimos, se obtiene a través de la prolongación de la jornada de trabajo y de la intensificación del trabajo, pero la producción del segundo tipo de plusvalía es más compleja, ya que se extrae a través de los diversos métodos de producción de la plusvalía relativa (MARX, 1975) que Marx analizara en el primer tomo de esa obra, o formas de producción del plusvalor relativo. Esta última es la que preponderantemente, emplea el capital en la actualidad, sin negar la existencia necesaria de la obtención de capital valorizado mediante la plusvalía absoluta, aunque siempre subordinada y acompasando a la primera.

    La periodización del desarrollo capitalista en el siglo anterior fue un tema que ocupó la atención de un variado número de economistas marxistas: desde los regulacionistas hasta los ecologistas, cada uno de ellos de acuerdo con la manera particular en que interpretaban el legado teórico de Marx al respecto. Lamentablemente, la abundancia de investigaciones sobre este esencial aspecto se redujo a su mínima expresión tras la caída de la URSS y del llamado eurocomunismo, pero ya con las dimensiones actuales que ha cobrado la relación de capital y calibrando las diversas maneras en que se ha abordado este fundamental aspecto de la reproducción del excedente, quien suscribe ha propuesto una explicación de la forma que rige la producción de plusvalía relativa desde principios de los años noventa, hasta la actualidad, y que se expone en la obra titulada Del fordismo a la automatización del trabajo mental (2015).

    Este será, pues, nuestro marco general de referencia para emprender la reconstrucción de las formas de extracción de plusvalía relativa empleadas por la burguesía que anida en nuestro país, ya sea nativa o extranjera, por lo que invitamos al lector a revisar la obra para una lectura detallada del conjunto de categorías empleadas en la interpretación de la forma actual de la producción capitalista, tomando como base la Critica de la Economía Política, no sin antes advertir al lector la peculiar dificultad para emprender esta tarea en México, debido al desinterés por los gobiernos burgueses de llevar una cuenta puntual de los perfiles tecnológicos, sociales y productivos de los cuales se alimentan.

    Cuando se emprenden investigaciones sobre la producción del excedente, por lo regular se sobreentiende que es de la clase obrera moderna, es decir, del proletariado, el conjunto de personas de la sociedad burguesa de donde se extrae el plusvalor. Es un supuesto en el análisis; pero si nos proponemos el estudio específico de las formas de obtención de la plusvalía en una sociedad dada, en un lapso de tiempo acotado, es decir, si el objeto de la investigación tiene un marco histórico concreto determinado en un espacio específico de la producción de capital, México, no basta con el supuesto, sino que es necesario tener por lo menos el dimensionamiento básico de la clase social sobre la que descansa la producción de la riqueza. Con mayor razón si lo hacemos desde la concepción crítica de la Economía Política, ya que demanda el conocimiento de ciertas propiedades cuantitativas y cualitativas de la clase social productora del excedente. Es por ello que en un principio analizaremos la composición actual del proletariado mexicano, su peso real frente a las clases sociales restantes, sus dimensiones y partes componentes, así como su distribución en los diversos segmentos que componen la reproducción del capital en su conjunto.

    Posteriormente habremos de establecer la composición específica de las dos grandes esferas que componen la economía, ya que sostenemos, al igual que Marx y Engels, que la creación de nuevo valor y por tanto de plusvalía, solamente tiene lugar en la esfera de la producción del capital y no en la circulación, aspectos que abordamos en el capítulo II.

    Enseguida en el capítulo III, se aborda la composición del capital social global en uno de los elementos determinantes de la valorización y particularmente de la acumulación, es decir, en la forma específica en que socialmente se estructura para satisfacer, por un lado, las necesidades de la reproducción inmediata de las clases sociales existentes en la actualidad y por el otro, para desarrollar los elementos de la potenciación mediata de las fuerzas productivas del capital en México.

    Una vez establecidos los componentes fundamentales del factor subjetivo de la reproducción y estructuración del metabolismo económico, ya estaremos en condiciones de abordar el mosaico de formas de extracción del excedente que emplea el capital para su expansión hasta el año 2004, cuestión que se analiza en el capítulo IV, y que continuaremos en el capítulo V bajo un tratamiento particular, ya que al interrumpirse su seguimiento por el instituto oficial de estadística, tuvimos que proyectar sus tendencias haciendo uso de otros elementos.

    ¹ Decimos de la mayor parte porque existen otras formas de producción como las comunitarias que no están regidas por la relación de capital, aunque representan una porción muy reducida.

    CAPÍTULO I

    LA ESTRUCTURA ACTUAL DE LAS CLASES SOCIALES EN MÉXICO

    Cuando abordamos el estudio de la plusvalía, deben conocerse las condiciones esenciales de los agentes que intervienen en la creación de la riqueza y particularmente del excedente producido. En una sociedad burguesa, como la imperante en México, son clases fundamentales, el proletariado y la burguesía, quienes protagonizan la creación del excedente, por lo que habremos de establecer, en principio, las características económicas fundamentales de las clases, para no movernos en la abstracción de su existencia.

    En diciembre de 2015, la población mexicana ascendía a 121 486 582 habitantes y de estos, 32 432 400 son menores de 15 años, esto es, el segmento de la sociedad que legalmente no se encuentra en edad de trabajar, según cifras del INEGI. (2016b). Así está fijado en términos formales, aunque de entrada, esta información esconde la explotación del trabajo infantil. Por tanto, la población que formalmente se encuentra en edad de laborar está compuesta por 89 054 182 habitantes.

    Sin embargo, el desglose de la información del año 2015 aún no es publicado por la entidad del gobierno federal encargada de la estadística nacional, INEGI, lo cual muestra el grado de atraso en el procesamiento de los datos en nuestro país. Solo retrocediendo hasta el año 2013 es que podemos encontrar la información con el suficiente detalle para lograr la diferenciación de la población en sus clases sociales integrantes. Los resultados obtenidos de este año no tienen variaciones significativas respecto a los de 2015-2016, por lo que se pueden considerar representativos de las condiciones actuales.

    Cuadro 1. Establecimientos y personal ocupado según año de inicio de actividades, método de captación y tipo de propiedad

    *Las unidades económicas comprenden los establecimientos y las empresas que comparten la misma razón social en actividades como construcción, transportes, servicios financieros y de seguros, electricidad, agua, gas y telecomunicaciones.

    Fuente: INEGI, 2015b, p. 10.

    Al cierre de 2013 había 118 896 009 mexicanos, de los cuales 86 128 981 tienen edades de 15 años o más. Los menores de edad son, por tanto, 32 767 028. De este universo de población, podemos desprender su estructuración social por la estadística de las unidades económicas (establecimientos y empresas) que realiza el INEGI. De acuerdo con el cuadro 1, descontados los establecimientos que iniciaron operaciones en 2014, para el año 2013 había 5 250 286 unidades económicas. Como los censos económicos en el medio rural se realizan a través de un muestreo por, según el INEGI, la dispersión geográfica, las dificultades de acceso y su costo, esta institución centra su análisis en las empresas y establecimientos del sector privado y paraestatal, una vez que también resta las entidades económicas de los servicios públicos y las asociaciones religiosas.

    En consecuencia, queda una cantidad neta de 4 230 745 establecimientos del sector privado y paraestatal con una población de 21 576 358 mexicanos con empleo. Ya veremos más adelante las condiciones de su ocupación, pues no son homogéneas porque en ellas encontramos el empleo subcontratado, por citar un ejemplo¹.

    Siguiendo los criterios de la OCDE para la estratificación del personal ocupado, el INEGI agrupa estos 21.5 millones de personas ocupadas en cuatro segmentos, como se puede ver en el cuadro 2.

    Cuadro 2. México. Unidades económicas y personal ocupado. Sector privado y paraestatal, 2013

    Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI, 2015d. Censos económicos 2014. Resumen de los resultados definitivos (SECURED), p. 14.

    Sin embargo, aunque esta agrupación del personal ocupado nos acerca a la estratificación en clases de la sociedad mexicana,

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