El camino chino y la razón china

Por Yan Yilong

El camino chino y la razón china. Basado en prácticas que se llevan a cabo en la República Popular China, este libro presenta una nueva perspectiva de las características y ventajas que tienen la economía, la política y la estructura de gobernación de este país. Se enfoca en una serie de cuestiones que preocupan a los pueblos, propone nuevos conceptos y formulaciones que incluyen el sistema de gobernanza por objetivos, la toma de decisiones colectiva, la gobernación justa y la coordinación de polarización. Con una visión global y una interesante discusión con la teoría occidental, el texto explora el origen de la cultura y la historia del país, el camino de su civilización política, las razones que hacen del Partido Comunista de China (PCCh) una organización capaz y las características de un socialismo ventajoso. Es un nuevo entendimiento e interpretación de la filosofía de Xi Jinping y del socialismo chino de nuestra era.

• Idioma: Español
• Editorial: LID Editorial
• Fecha de lanzamiento: 14 dic 2022
• ISBN: 9786078704682

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PRIMERA PARTE METODOLOGÍA DEL DISCURSO CHINO

Esta es una era que necesita teorías y definitivamente producirá teorías, y necesita ideas y definitivamente creará ideas.

Palabras de Xi Jinping durante el simposio para debatir sobre la filosofía y las ciencias sociales en China 17 de mayo del 2016

Capítulo I El gran rejuvenecimiento de China requiere de la escuela china4

A lo largo de la historia de la humanidad, la prosperidad y el desarrollo de cualquier escuela es producto de la gran práctica y declaración pública del poder espiritual de una era específica. Es la respuesta ideológica a los temas y el resumen teórico de las prácticas bajo el contexto histórico, y el precursor para liderar y promover los cambios de los tiempos.

Desde el largo siglo XVI,5 como lo denominan los historiadores, ha formado y desarrollado gradualmente el sistema de conocimiento de la filosofía y las ciencias sociales modernas de Occidente, volviéndose cada vez más refinado. La civilización occidental centrada en Roma, Grecia y el cristianismo hebreo ha servido como placenta para su nacimiento, y el sistema capitalista moderno en evolución se ha convertido en su matrona. Es el reflejo espiritual de la realidad política y económica actual de Occidente y la autoafirmación de la sociedad occidental moderna. Es un auténtico hijo del mundo occidental que lleva el dolor, la alegría y el orgullo de siglos de transformación occidental, pero que proclama legislar para toda la raza humana.

La expansión global del poder material occidental va acompañada de una expansión global del poder espiritual occidental. El mundo occidental se ha convertido en el centro de la nueva iglesia universal, el modelo occidental en el modo universal y los valores occidentales en los valores universales. Bajo la presión de la fuerte superioridad militar, material y espiritual, todas las diferencias entre las civilizaciones y realidades no occidentales y las occidentales son definidas como disparidades entre lo premoderno y lo moderno, lo periférico y lo central. Este conjunto de conocimientos afirma que, solo aceptando plenamente los valores y los modelos occidentales, podemos conseguir la entrada al mundo moderno y lograr la salvación pasando de la barbarie a la civilización y del atraso al progreso.

La civilización china se encuentra en el oriente del mundo y se ha conservado hasta el día de hoy. Desde la dinastía Zhou del Oeste, China ha sido un país de gran unificación durante más de tres mil años. Esta espléndida civilización milenaria ha sufrido innumerables altibajos, sin colapsar, y su extenso territorio ha vivido numerosos reveses, sin separarse. Estas son sus dos características excepcionales. A lo largo de la historia, la civilización china siempre ha sido una de las más avanzadas del mundo.

La China moderna sufrió los cambios más importantes y se encontró con los enemigos más poderosos en miles de años. Ante el enorme impacto de Occidente, China cayó en una crisis sin precedentes, puesto que no era capaz de combatirlo, vencerlo o debatirlo. El eje principal del desarrollo histórico de China desde los tiempos modernos ha sido responder a esta crisis, explorar el camino de la salvación nacional y la supervivencia y hacer realidad el gran rejuvenecimiento de la nación china.

El Partido Comunista de China dirigió al pueblo chino en una gran e inquebrantable lucha, cambió el destino de la nación china de caer al abismo en los tiempos modernos y encontró una salida a la crisis. La grandiosa práctica de la revolución, la construcción, la reforma y la nueva era de China es una exploración inédita a nivel internacional.

El gran rejuvenecimiento de China es una historia muy diferente al surgimiento del mundo occidental, que no se puede explicar en un sistema de conocimiento centrado en Occidente. La gran práctica de la China moderna ha superado la experiencia occidental en términos de su base de civilización, su milagro de desarrollo y, también, su vía de desarrollo, por lo que ha entrado en las aguas desconocidas del sistema de conocimiento occidental.

Primero, desde la perspectiva de su base, la civilización china es fundamentalmente diferente de la occidental. A lo largo de la historia, la civilización china no ha dejado de integrar nuevos elementos y de desarrollarse continuamente en forma independiente, alcanzando un muy alto nivel. En el proceso de transformación moderna, la civilización china no se ha desintegrado ni colapsado, sino que ha mantenido su autonomía, continuidad e inclusión. Rejuvenece mientras absorbe elementos de la civilización occidental a fin de crear un nuevo horizonte de civilización.

El nacimiento y el desarrollo de la China moderna se basa en una matriz de civilización totalmente diferente al Occidente moderno, lo que ha provocado la diferencia en el sentido general entre ambas partes. La cultura tradicional china fluye en la sangre del pueblo chino, dando forma a su personalidad, valores y forma única de pensar, e influye profundamente en la elección de caminos, la construcción de sistemas institucionales y su ideología. Como resultado, los hechos de la China moderna reflejan definitivamente características y formas chinas, y su sistema de conocimiento representa inevitablemente el estilo y el modo chinos.

Segundo, la modernización de China ha superado a los países occidentales, creando un milagro de desarrollo. Desde su fundación, la Nueva China ha demorado unas pocas décadas en recorrer el camino de más de dos siglos de los países desarrollados occidentales. Durante el periodo de construcción socialista, China estableció un sistema industrial y una economía nacional independientes y completos en tan solo treinta años, a pesar de la difícil exploración, sentando las bases industriales, de defensa nacional, de recursos humanos y del sistema socialista para el desarrollo y los resultados de la reforma y apertura. Desde la reforma y apertura, China ha logrado un crecimiento sostenible de alta velocidad. El profesor Michael Spence, Premio Nobel de Economía, señaló que, entre todos los casos de alto crecimiento en el mundo, China tiene la tasa y la velocidad más altas jamás antes vistas.6 Al mismo tiempo, China también es el país con los mayores logros en la reducción de la pobreza a nivel mundial. Según la línea de pobreza internacional de 1,25 dólares estadounidenses al día por persona, más de setecientos millones de personas han superado la pobreza desde 1980. En el 2021, según los estándares vigentes, toda la población rural vulnerable se liberó de la pobreza.

Tercero, el socialismo chino ha superado el camino de la modernización capitalista. La modernización occidental es, al mismo tiempo, el proceso de formación del sistema capitalista, por lo que la lógica del capital es priorizada por sobre el resto, y el capitalismo se ha convertido en el paradigma básico de la modernización. El movimiento socialista que se originó en Europa, en sí, fue un movimiento contrario al sistema capitalista, formando un patrón de equilibrio después de la Segunda Guerra Mundial. Con la desintegración de la Unión Soviética y el bloque socialista en Europa del Este en los años ochenta y noventa del siglo XX, el capitalismo parecía haber ganado finalmente la competencia institucional. Tanto que el académico estadounidense Francis Fukuyama afirmó que la historia había terminado.

Sin embargo, la historia no termina, sino la vana presunción de los eruditos occidentales. En las primeras dos décadas del siglo XXI, el péndulo de la historia parecía desplazarse hacia el otro lado. Después de la crisis financiera internacional del 2008, el proceso de integración del sistema capitalista global posterior a la Guerra Fría se revirtió. Se intensificaron las controversias entre diferentes clases sociales en los países desarrollados occidentales, empeoraron los conflictos raciales y aumentaron el populismo y las fuerzas de extrema derecha. El antiguo ejemplo institucional global comenzó a mostrar sus deficiencias en los sistemas económico, político y social, las que no podían ser corregidas de manera efectiva. En un momento, parecíamos ver la decadencia del gigante occidental. En el 2020, la propagación mundial de COVID-19, como un espejo, expuso plenamente la crisis del camino y el sistema occidentales.

La causa socialista de China ha presentado un gran vigor y vitalidad. Siendo diferente de la modernización capitalista occidental y del camino socialista al estilo soviético, el camino del socialismo con características chinas ha abierto un nuevo capítulo en el movimiento socialista mundial.

En el 2010, China superó a Japón para convertirse en la segunda economía más grande del mundo. En términos de paridad de poder adquisitivo, en 2014 China superó a Estados Unidos para transformarse en la economía más grande del mundo, lo cual ocurrirá antes del 2030 si calculamos las cifras según el tipo de cambio. Una potencia global emergente se está acercando al centro del escenario mundial, llena de confianza.

El gran rejuvenecimiento de China y el ascenso colectivo de los países no occidentales han cambiado la tendencia básica de siglos sobre la gran divergencia entre el mundo occidental y los países no occidentales, y el patrón mundial básico del occidentalismo y la marginación de sociedades no occidentales. La historia ha pasado de una gran divergencia a una gran reversión y una gran convergencia. El largo siglo XVI está llegando a su fin, y la humanidad marcará el comienzo del siglo XXI en el que todo el globo comparte el mismo frío y calor.

Con la desintegración del imperio material, los cimientos sobre los que fue construido el gigantesco imperio espiritual comenzaron a aflojarse, y el método de construir el conocimiento centrado en Occidente llegará a su fin tarde o temprano.

No obstante, China aún no ha construido su propia ideología, y el pensamiento de la China moderna ha hecho unas contribuciones extremadamente limitadas al mundo, lo cual no se corresponde con el gran rejuvenecimiento del poder material del país. Por supuesto, la hegemonía del discurso occidental es una de las razones, pero también está el factor de la autolimitación ideológica, cuya causa fundamental es que hemos construido un sistema de conocimiento centrado en Occidente y hemos dedicado nuestra energía principal a predicar e interpretar las teorías occidentales. Durante más de un siglo, hemos estado mirando hacia el oeste. Es el momento de cambiar nuestra postura y fijarnos en nuestras propias prácticas, pasando de aprender de Occidente a aprender de la práctica.

El gran rejuvenecimiento de China promoverá la revolución del paradigma chino para construir el conocimiento, trasladando el enfoque del occidentalismo a la práctica china. Esta revolución conducirá al surgimiento de la escuela china. En otras palabras, la llamada escuela china es la construcción de un sistema teórico para todo el proceso de rejuvenecimiento de la revolución, la construcción y la reforma de la China moderna, con el fin de lograr la unidad de la teoría y la práctica, la integración de la conciencia y la existencia y otorgar contribuciones ideológicas chinas para reinterpretar la sociedad humana y reescribir el sistema de conocimiento