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Madurando Tu Fe Católica
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Libro electrónico283 páginas3 horas

Madurando Tu Fe Católica

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Información de este libro electrónico

Cuando dejamos de ser niños y entramos en la vida adulta, vamos alcanzando logros que nos llenan de sa8sfacción: un buen trabajo, formar una familia, solvencia económica, un nivel de vida que nos da comodidad material...
Pero la vida trae también golpes que no esperábamos. Todos hemos tenido uno o varios: la traición de un amigo, un accidente, una enfermedad grave, la pérdida de un ser querido, la pérdida del empleo, las dificultades económicas, la ruptura matrimonial... Cuando nos pasan estas cosas nos volvemos vulnerables:

  • Vulnerables a la ansiedad y la ira, que nos lleva a agredir al prójimo, verbal o Fsicamente.
  • Vulnerables a la depresión y al miedo, que anula nuestra capacidad de razonar y decidir.
  • Vulnerables al miedo a la muerte, que nos quita la esperanza y la alegría.

Pero es posible salir de todo eso y encontrar una Paz que nunca te va a abandonar. Es algo que conociste pero que 8enes olvidado: la Fe Católica en la que te educaron. Sí, ya sé: cuando eras niño, todo eso de la religión estaba muy bien. Pero en algún momento te hiciste adulto: había otras prioridades y te fuiste alejando de la Fe que te enseñaron. Bien, ya es hora de que alguien te hable de esto como adulto: la Fe Católica no consiste en creer ciegamente en lo que te digan. Es otra cosa. Es confiar en Alguien.

  • Alguien con el que tendrás una estrecha amistad.
  • Alguien que te demostrará con8nuamente que es digno de confianza.
  • Alguien que siempre te ayudará.
  • Alguien que siempre te dará mucho más que lo que le pidas.

Ese Alguien no es otro que Jesús de Nazaret. No, no es solo un personaje histórico. Él vive y busca tu amistad.

Déjame proponerte un camino de vuelta: «Madurando tu Fe Católica». Este libro es la guía que necesitas para retomar en la edad adulta esa amistad de la que te alejaste. El libro comienza apelando a tu razón y a tu intelecto. Ya eres adulto, no un niño. Necesitas verdades empíricas y razonamientos sólidos. Por eso, «Madurando Tu Fe Católica» te demuestra empíricamente que Jesús es Dios; que estuvo en la Tierra hace algo más de dos mil años; que hizo milagros; que lo mataron; y que al tercer día resucitó, mostrándose a sus discípulos durante cuarenta días.

«Madurando Tu Fe Católica» te muestra también los pasos necesarios para retomar la amistad con Jesús.

Te avanzo el primero: deja de hacer cosas, deja de recibir interrupciones, apaga el móvil... Es tan sencillo como eso: párate y observa durante unos minutos.

Los demás pasos son también sencillos y llevaderos. Jesucristo no nos pone cargas insoportables.

Al contrario, la amistad con Él es liberadora:

  • Nos libera del miedo.
  • Nos libera de la ira.
  • Nos libera de la frustración en la que vivimos.
  • Nos libera de la angustia ante los problemas.
  • Nos libera del miedo a la muerte.

Puede que te preguntes quién es el autor de este libro. Mi nombre es Antonio Montes Orozco. No soy sacerdote ni obispo, tampoco teólogo. Soy un profesional, alguien como tú . Estudié Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid. Me gano la vida como experto en metodologías Agile, las cuales se utilizan en desarrollo software. En 2016 volvı́́ a la Fe Católica. Al escribir Madurando Tu Fe Católica he querido compartir con otras personas cómo hacer este camino de vuelta. Todo lo que digo en el libro está basado en mi experiencia personal.

En este camino he llegado a una conclusión que te va parecer radical, pero que nace de la experiencia: alejarte de Jesús te destroza la vida. Acercarte a Él te libera y te da la Paz. Te invito a que lo compruebes por ti mismo con «Madurando Tu Fe Católica».

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 mar 2023
ISBN9798215011256
Madurando Tu Fe Católica
Autor

Antonio Montes Orozco

A la hora de presentarme, creo que lo mejor es empezar por el principio. Me formé como ingeniero de telecomunicaciones y he trabajado como administrador de sistemas y programador en C++. En 2006 conocí la metodología Scrum y me he especializado en este campo, trabajando como profesional por cuenta ajena y como consultor independiente. En 2014 me certifiqué como Scrum Manager y en 2015 como practicante de Agile por el prestigioso Project Management Institute. Con el tiempo me he ido formando como coach, tanto en mi área de especialización como a un nivel más general. En 2020, obtuve el Máster «Coaching & Mentoring Fundamentals for Agile», por la Escuela Europea de Coaching de España; además, he sido certificado como coach por la prestigiosa International Coaching Foundation. Al mismo tiempo, soy escritor. Un escritor peculiar, que no se ciñe a un género concreto, sino que publica aquello que considera que puede ayudar a otras personas. Por eso he publicado dos libros dirigidos a las personas interesadas en la metodología Scrum, tanto a nivel básico («Scrum para No Informáticos») como avanzado («Agile Coaching para Scrum Masters»). También he publicado un libro de ficción sobre el estrés laboral, basado en mi propia experiencia profesional («El Ciclo del Estrés Laboral»). Pero no me he conformado con escribir libros dirigidos a profesionales. También he publicado uno dirigido a cualquier persona interesada en el sentido profundo de su vida. Se titula «Madurando Tu Fe Católica». En 2016 volví a la Fe Católica y he sentido la inquietud y la necesidad de compartir mi camino espiritual con otras personas. El resultado ha sido este libro. Lo escribí pensando en las personas que, como yo mismo, hemos sido educadas en la Fe Católica pero luego la abandonamos. Como adultos, necesitamos un mapa para reencontrarnos con ella. Pero el libro también ayudará a cualquier persona que sienta la inquietud de encontrar el sentido profundo de su vida.

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    El libro describe las formas de madurar la fe, pero desde la experiencia de un padre de familia y circunstancias que nos pasan en el día a día. Además, el autor intercala fábulas, que aparte de entretenidas, hacen que se entienda todo. Me ha ayudado a entender muchas cosas que no tenía claras, como las ventajas de rezar el Rosario, o qué es el perdón que nos pide Dios. También me ha gustado el análisis de las bienaventuranzas, pues nunca las había entendido. El libro me ha ayudado. Lo recomiendo.

Vista previa del libro

Madurando Tu Fe Católica - Antonio Montes Orozco

Índice de contenido

Introducción...... ...............................

Conceptos básicos..................................

Demostración empírica..............................

¿Y ahora qué?....................................

Humildad y pobreza de espíritu.........................

Los seis pasos hacia la Paz Divina.......................

¿Cómo se ora?....................................

¿Cómo se ha de pedir?...............................

Los tres pilares del Cristianismo........................

Herramientas que Dios nos da..........................

El Perdón.......................................

Ecuaciones......................................

Las tribulaciones...................................

El miedo a la muerte................................

Qué hacer si nos estancamos...........................

Rezos a memorizar.................................

Pasos para recuperar la Fe............................

Agradecimientos especiales...........................

Biografía........................................

Libros publicados..................................

Créditos........................................

Introducción

Desde pequeños, si vivimos en un entorno cristiano, recibimos los rudimentos de la Religión Cristiana, los cuales se materializan, aparte del ejemplo en casa, en cursos de catequesis para hacer la Primera Comunión, y más tarde la Confirmación.

Pero por desgracia, algunos cursos de catequesis se quedan cortos, siendo impartidos por catequistas poco cualificados, concentrados más en entretener a los alumnos, que en formarlos en la Fe. Esto sin contar con el pobre ejemplo que vemos muchos en el seno de nuestras familias.

Dichos alumnos, al madurar y enfrentarse a la vida, se encuentran con golpes para los que no están preparados: como el fallecimiento de un ser querido; la aparición de una enfermedad grave en el ámbito familiar; el padecimiento de una enfermedad personal; el ver cómo no nos llega el dinero a fin de mes; el despido del trabajo; la quiebra económica; una pandemia que lo trastoca todo; una guerra que provoca una crisis económica terrible, etc.

Independientemente del porcentaje de cosas malas que nos pueden pasar en la vida, nos encontramos con el ataque constante del Diablo, el cual aprovecha nuestros miedos, traumas y ansiedades para manipularnos y alejarnos de Dios.

Ante los golpes de la vida y los ataques del Maligno, la falta de una buena base religiosa nos va alejando de Dios, buscando compensaciones en cosas que no nos dan felicidad, y que incluso nos alejan más de ella, como las drogas, el sexo, las emociones fuertes que producen adrenalina, los placeres mundanos, etc.

En este libro, le propongo un viaje directo hacia la Felicidad y la Paz, donde usted, simplemente con pocas ideas claras, dedicando tiempo a orar, y dejándose hacer por Jesús, se verá en poco tiempo reconfortado, ayudado en sus proyectos personales y profesionales, y en pocos años capaz de soportar cualquier golpe que le dé la vida.

Dedicado a:

Todos aquellos que se enfrentan a la vida diariamente, sufriendo y frustrándose.

Conceptos básicos

En este capítulo voy a aclarar una serie de conceptos, ya que los voy a utilizar durante todo el libro. De esta forma usted entenderá lo que pretendo transmitir.

SIN PARTICIPACIÓN NO HAY COMPROMISO

Este principio dice que, si queremos que alguien se comprometa con un proyecto (ya sea personal o profesional), debemos dejar que participe en las decisiones sobre dicho proyecto. Si le imponemos algo sin permitir que participe, nos obedecerá por miedo o respeto, pero realmente no estará comprometido con el proyecto.

Este principio es clave en nuestro proyecto de «relación con Dios». Dios no nos va a obligar a nada, pues Dios no quiere esclavos, sino hijos. Él nos regala su amor y nos ayuda, pero sólo si estamos comprometidos con Él. Por lo tanto, si queremos tener Fe, se lo tenemos que pedir. Igualmente, si queremos que nos ayude, se lo tenemos que pedir. Sólo participando, lograremos comprometernos con nuestro proyecto «relación con Dios».

Por ello vemos a nuestro alrededor que, sólo cuando se quiebran nuestros corazones y tocamos fondo, es cuando generamos la humildad suficiente para acercarnos a Dios y pedirle Fe y ayuda. Por lo tanto, no esperemos que Dios venga a nosotros. Seremos nosotros los que tendremos que acudir a Él.

Del mismo modo podemos intuir que la religión se propone, no se impone. Si imponemos a nuestros hijos la religión, ellos no se comprometerán y aparecerá la posibilidad de que se vuelvan ateos. Por ello hay que tener siempre presente que «sin participación no hay compromiso».

DISTINCIÓN ENTRE ORAR, REZAR Y MEDITAR

Orar es hablar con Dios (con Dios Padre, con Jesús, con Nuestra Madre La Virgen, o con algún Santo que esté en el Cielo), tal cual lo hacemos con un amigo al que le contamos nuestras cosas. Por lo tanto, la oración es el acto de hablar con Dios.

Rezar es emitir una frase hecha, como el «Padrenuestro», que nos ha enseñado directamente Jesús, o bien que se haya ido formando con el paso de los siglos, como el «Avemaría», la «Salve», el «Gloria», etc.

Meditar es reflexionar sobre nuestra relación con Dios y nuestra condición de cristianos. Se suele realizar leyendo la Biblia, o bien un libro que hable de temas religiosos, como este que tiene usted entre sus manos, o bien escuchando una charla (como las de la app «10 minutos con Jesús»).

Descubriremos que muchas veces, cuando rezamos o meditamos, acabamos orando. Por ejemplo, cuando yo rezo el Santo Rosario, ofrezco cada misterio por una serie de personas allegadas, por lo que acabo hablando con Nuestra Madre María para que Ella interceda en los asuntos que más necesiten mis allegados. Del mismo modo, si meditamos, al final es normal acabar hablando con Jesús, para que nos ayude con aquellos temas que más nos cuestan.

REFERENCIAS BÍBLICAS

Veremos, en textos religiosos, referencias a la Biblia. La Biblia está formada por numerosos libros que conforman el Antiguo y el Nuevo Testamento, respectivamente. Los libros, a su vez, están formados por capítulos, y dentro de cada capítulo se distribuye el texto en versículos, siguiendo una numeración ascendente. Por ejemplo, la oración «Padrenuestro» se encuentra en dos libros: en el Evangelio de Mateo, y en el Evangelio de Lucas, ambos del Nuevo Testamento. En el Evangelio de Lucas se encuentra en el capítulo 11, entre los versículos 2 y 4. Por lo tanto, la referencia bíblica sería «Lucas 11:2-4». En el libro del Evangelio de Mateo se encuentra en el capítulo 6, entre los versículos 9 y 13, por lo que la referencia bíblica sería «Mateo 6:9-13».

GRACIA

A lo largo de este libro hablaré de la «Gracia» que recibimos de Jesús, y que yo defino como la inteligencia divina que Jesús nos regala para conducir nuestras vidas hacia la Santidad.

La Gracia es un elemento esencial del cristiano, pues es la auto-donación de Jesús que penetra en el alma del hombre y lo transforma. El propio Jesús, en «Juan 4:10», nos cuenta, cuando se encuentra con la samaritana en el pozo, que la Gracia es el agua viva:

«... Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice dame de beber, tú le habrías pedido y Él te habría dado agua viva».

Es importante tener presente que la Gracia es un regalo, tal y como nos dice San Pablo en su carta a los Efesios (Efesios 2:8):

«Pues habéis sido salvados por la Gracia mediante la fe; y esto no por vosotros, sino que es don de Dios».

Dios nos la regala porque nos ama. Esa inteligencia divina nos ayudará a entender las Sagradas Escrituras, a tener misericordia con el prójimo, a darnos cuenta de los ataques que nos hace el Diablo, a tratar a nuestros hermanos con amor... Es decir, nos transformará y nos conducirá hacia la Santidad. Por ello, cuando más Gracia recibamos, mejor nos irá.

DISTINCIÓN ENTRE PAZ HUMANA Y PAZ DIVINA

Le decía, en la introducción de este libro, que madurando la Fe obtendrá felicidad y Paz. Pero antes de seguir hemos de distinguir entre la paz humana y la Paz Divina. En Juan 14:27 Jesús nos dice:

«La Paz os dejo, mi Paz os doy; no como el mundo la da yo os la doy».

Jesús deja claro que su Paz no tiene que ver nada con la paz humana. Por lo tanto, es importante que entendamos cómo es la Paz Divina que nos promete Jesús, y en qué se diferencia de la paz humana a la que estamos acostumbrados:

Paz Humana

El mundo nos dice que para tener paz nos hacen falta una serie de elementos externos que no dependen de nosotros:

•  Tener buenos amigos.

•  Tener una familia amorosa.

•  Tener seguridad y protección.

•  Tener solvencia económica.

•  No tener conflicto alguno.

•  Estar libre de culpa.

•  No guardar rencor a nadie.

Pero vivimos en un mundo en el que hay:

•  Amigos que nos traicionan.

•  Familiares que proyectan sobre nosotros sus frustraciones.

•  Errores que cometimos en el pasado y que nos persiguen.

•  Incapacidad para perdonar ofensas que nos hayan hecho, acumulando así rencor.

•  Agitación política, religiosa y social.

•  Enfermedades.

•  Pandemias, como la de la gripe de los años veinte del siglo XX, o el COVID-19 de los años veinte del siglo XXI.

•  Crisis económicas donde la gente pierde su empleo.

•  Guerras.

•  Accidentes que causan heridas e incluso la muerte.

•  Y en general, todo tipo de tribulaciones.

¿Cómo podemos afrontar las pruebas a las que nos somete la vida y tener paz humana al mismo tiempo, si la paz humana no depende de nosotros? Si nos quedamos en el plano puramente humano, llegamos a la conclusión de que la paz humana es muy fácil perderla, por lo que esa paz que nos vende el mundo es un espejismo que no sirve para nada.

Paz Divina

Para explicar en qué consiste la Paz Divina, voy a comenzar transcribiendo lo que Jesús le cuenta a los Apóstoles antes de su pasión (Juan 16:33):

«Os he dicho esto para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación; pero confiad: yo he vencido al mundo»

Jesús es consciente de las tribulaciones que tenemos durante la vida en La Tierra, pero en medio de dichas tribulaciones, podemos tener Paz Divina si permanecemos en Él. El camino de «mejora continua hacia la Santidad» que nos ofrece Jesús nos proporciona lo siguiente:

•  Perdón de Dios ante nuestro arrepentimiento, por lo que dan igual los pecados que hayamos cometido en el pasado, ya que, si nos arrepentimos sinceramente, Dios, en toda su misericordia, nos perdona y borra el pecado de nuestra alma mediante el sacramento de la reconciliación.

•  Trato misericordioso hacia el prójimo, siendo capaces de perdonar las ofensas que recibamos, lo que nos elimina el rencor del alma. Un alma sin rencor es un alma libre. Dedicaré un capítulo entero al perdón, pues es una de las partes más complicadas de entender en este mundo en el que vivimos.

•  Ayuda ante las necesidades que tengamos, pues Jesús, en toda su misericordia hacia nosotros, está deseando ayudarnos y verter sus gracias sobre nosotros. Tan sólo nos pide que nos dirijamos a Él con confianza.

La Paz Divina llega incluso en medio de las pruebas que nos manda la vida. El camino hacia Jesús nos libera de miedos y agobios, pues nos perdona si nos arrepentimos, nos enseña a amar y a perdonar al prójimo, y nos ayuda en los momentos difíciles, si acudimos a Él con confianza. Por ello, la Paz Divina «elimina el miedo de la ecuación». La Paz Divina es una Paz duradera que no depende de agentes externos, sino sólo de que pongamos a Dios en el centro de nuestra vida.

SOLOS NO PODEMOS

El mundo actual nos promete lo que no puede dar:

•  La falsa creencia de que la felicidad se consigue a través de la tecnología, o los bienes materiales.

•  La ilusión de que somos autosuficientes, dueños y señores de nuestro destino.

•  El espejismo de pensar que podemos dar sentido a nuestra vida al margen de Dios.

Una idea que nos debe quedar muy clara es que solos no podemos alcanzar la Santidad. La Fe es un regalo de Dios y hemos de pedirla. Precisamente en eso consiste la «pobreza de espíritu» de la que habla Jesús en el Evangelio (Mateo 5:3). Es connatural al ser humano creerse autosuficiente, sacando su soberbia y no dejándose ayudar. Además, el Diablo explota esta ansia por la autosuficiencia para manipularnos y tentarnos. Por ello, Jesús ensalza a los niños, ya que ellos son conscientes de que no saben nada, y de que necesitan la ayuda de los adultos (Marcos 10:13-16). Necesitamos ayuda, y eso requiere la humildad necesaria para reconocerlo. Además, en Juan 6:65, Jesús nos explica:

«ninguno puede venir a mí si no le es concedido por el Padre».

Todo lo que sea creernos autosuficientes es producto de nuestra soberbia, aumentada la mayoría de las veces por el Diablo, al que no le interesa nada que alcancemos la Santidad.

Jesús, en el Evangelio de San Juan, nos recuerda, en la parábola de la vid y los sarmientos, que no podemos hacer nada sin Él (Juan 15:1-5):

«Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he dicho. Permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.»

El orgullo (o soberbia) nos hace no necesitar la ayuda de Dios, por lo que nos aleja del amor hacia Él. Del mismo modo, el orgullo nos hace fijarnos sólo en los defectos del prójimo, por lo que nos aparta del amor hacia este. Por ello, el orgullo es la peor cualidad que podemos tener, pues es justamente la que explota Satanás para alejarnos de Dios.

Recojo una frase de Santa Faustina en la que explica esto claramente:

«He aprendido que para que Dios pueda obrar en un alma, esta tiene que renunciar a actuar por su propia cuenta, ya que en caso contrario, Dios no realizará en ella Su voluntad».

El alma por sí sola no llegará muy lejos, y Satanás quiere precisamente que el alma que desee la Santidad se guíe sola, ya que entonces no será capaz de alcanzarla nunca.

Hemos visto que en el camino de mejora continua hacia la Santidad necesitamos la ayuda de Dios. Pero ¿quienes pueden ser Santos? Lo vemos en el siguiente apartado.

TODOS PODEMOS SER SANTOS

La Santidad es amar a Dios y querer hacer siempre su voluntad, cada uno en su estado particular. Al fallecer en ese estado, vamos al Cielo, para gozar de la Vida Eterna. Es entonces cuando nos convertimos en Santos.

Por lo tanto, un Santo es un alma que está en el Cielo, ya gozando de la Vida Eterna. Al estar en el Cielo, podemos acudir a dicha alma para que nos ayude, rogando e intercediendo por nosotros. Aclaremos antes que los milagros solo los hacen Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Por lo tanto, los Santos no son los que nos hacen los milagros, sino que ellos solo ruegan e interceden por nosotros, de forma que sea Jesús el que haga los milagros.

Durante generaciones, se extendió la idea de que sólo algunos de los que consagraban su vida a Dios, o los que morían por Él (los mártires) podían ser Santos. Intuyo que esa idea la introdujo Satanás en la Humanidad, para ver la Santidad como algo «muy difícil e inalcanzable». De esa forma, es fácil que tiremos la toalla y ni lo intentemos. Pero Dios, en su infinita misericordia, le reveló a San Josemaría, a finales de los años veinte del siglo XX, que todos podían ser Santos. Bastaba con poner a Dios en el centro de nuestro corazón, acercarse a Él con humildad, dejarse hacer, y orar mediante el trabajo diario bien hecho.

Ya en el siglo XXI, el Papa Francisco dijo, durante la catequesis del 19 de Noviembre de 2014 lo siguiente:

«la Santidad no es una prerrogativa solo de algunos: la Santidad es un don que se ofrece a todos, nadie está excluido, por eso constituye el carácter distintivo de todo cristiano».

Es muy interesante cómo la Humanidad se ha ido olvidando de las partes esenciales del mensaje de Jesús, y cómo Dios ha tenido que actuar una y otra vez en la Historia, para reconducirnos por el buen camino. Otro ejemplo de la intervención de Dios en la Historia lo tenemos en la revelación de la Divina Misericordia, que Jesús tuvo que hacer a Santa Faustina, en los albores de la Segunda Guerra Mundial. Esta intervención fue para recordar al Ser Humano que Jesús nos ama con locura, que es todo misericordia, y que está deseando ayudarnos.

Por lo tanto Dios, en su gran misericordia, quiere que todos seamos Santos y demos fruto. También sabe que la vida se puede volver muy dura, por lo que está deseando ayudarnos. Simplemente tenemos que tener la voluntad de acercarnos a Él, con mucha humildad y confianza, dejarnos transformar y dar fruto.

RESUMEN

En este capítulo he planteado una serie de conceptos básicos que voy a utilizar en este libro. De esta forma manejaremos el mismo vocabulario, dándole el mismo significado:

•  Le he presentado el principio de que «sin participación, no hay compromiso». Es un principio que utiliza Dios para que vayamos a él de forma libre y voluntaria.

•  A continuación, le

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