Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Campo de deportes #402
Campo de deportes #402
Campo de deportes #402
Libro electrónico113 páginas50 minutos

Campo de deportes #402

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Fue el 7 de septiembre de 1986, el mismo día del atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo, cuando abandonaron su casa en Las Condes. Ese mismo domingo en que todo Chile estaba pegado al televisor siguiendo las noticias de un misil que jamás estalló, él junto a su madre, hermana y perro, huían de la violencia del padre. En pocos minutos cruzaron algunos barrios de Santiago y se instalaron a vivir en Campo de Deportes 402, la casa de su abuelo, el querido nono Mario.

Este es uno de los tantos recuerdos que se le vienen a la cabeza al protagonista de esta novela durante su vuelo a Chile. Una triste noticia lo trae de regreso en un viaje fugaz y repentino que lo conecta con hechos que marcaron su infancia y adolescencia, fantasmas y demonios que amenazan su estabilidad emocional.

Escrita en clave de autoficción, esta novela refleja también un pedazo de la historia de Chile en los 80, en un país fracturado y envuelto en una sórdida atmósfera social. Un relato íntimo que refracta la espesura de ese ambiente colectivo sobre la base de una pluma ágil, directa y sin desperdicios.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento2 oct 2019
ISBN9789563247299
Campo de deportes #402

Relacionado con Campo de deportes #402

Libros electrónicos relacionados

Adultos jóvenes para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Campo de deportes #402

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Campo de deportes #402 - Franco Scianca

    FRANCO SCIANCA

    Campo de Deportes #402

    Scianca Missana, Francisco (Franco)

    Campo de Deportes #402 / Francisco (Franco) Scianca Missana

    Santiago de Chile: Catalonia, 2019

    ISBN: 978-956-324-717-6

    ISBN Digital: 978-956-324-729-9

    NOVELA

    863 CH

    Diseño de portada: Ximena Morales Sanhueza

    Diseño y diagramación: Sebastián Valdebenito M.

    Edición: Sergio Infante R.

    Corrección de textos: Cristine Molina

    Dirección editorial: Arturo Infante

    Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, en todo o en parte, ni registrada o transmitida por sistema alguno de recuperación de información, en ninguna forma o medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin permiso previo, por escrito, de la editorial.

    Primera edición: junio 2019

    ISBN: 978-956-324-717-6

    ISBN Digital: 978-956-324-729-9

    Registro de Propiedad Intelectual N° A-289.515

    © Francisco Scianca Missana, 2019

    © Catalonia Ltda., 2019

    Santa Isabel 1235, Providencia

    Santiago de Chile

    www.catalonia.cl – @catalonialibros

    Índice de contenido

    Portada

    Créditos

    Índice

    A Renzo Missana.

    Todo es ceremonia en el jardín salvaje de la infancia.

    Pablo Neruda

    Recuerdo exactamente cuándo ocurrió. Fue el mismo día del atentado a Pinochet, el 7 de septiembre de 1986. Esa tarde nos instalamos en la casa del nono Mario. 

    Pinochet venía de su mansión de descanso en el Cajón del Maipo con su caravana de escoltas, cuando un grupo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez lo interceptó e intentó matarlo. El atentado estaba planificado hacía varios meses, o años quizás. 

    Uno de los cohetes impactó en el Mercedes Benz donde iba Pinochet, pero dicen que como fue lanzado a poca distancia, el auto no explotó. Un detalle. Un error. Una casualidad que hubiera cambiado la historia para siempre.  

    Era domingo y, mientras los noticieros mostraban el auto baleado de Pinochet (quien decretó toque de queda por tres días), mi madre, la Carola, el Toby y yo nos cambiábamos de hogar.  

    El nono Mario no colaboró en la mudanza. Ni siquiera nos recibió ni nos dio la bienvenida. Estaba pegado a la tele del living siguiendo todos los detalles relacionados con el atentado a Pinochet, a quien llamaba mi general.

    Entro al baño, una cabina tan estrecha que apenas puedo moverme. Me siento mal. Estoy mareado y tengo el estómago revuelto. No he comido nada desde que el avión salió de Roma, hace ocho horas ya. Apenas bebí un vodka tónica antes de despegar. Me lo tomé en tres tragos, junto con un Ravotril de dos milígramos que me recetó mi psiquiatra. Él sabe que detesto volar.  

    Me arrodillo frente al pequeño inodoro, meto dos dedos en mi boca y después de varias arcadas logro vomitar. 

    Solo expulso bilis.

    Una azafata toca la puerta y me pregunta si estoy bien. Le digo que sí y tiro la cadena. El remolino de agua se lleva el vómito. 

    Suelo vomitar cuando estoy nervioso, suelo hacerlo cuando las circunstancias me superan. Y ahora me superan. El viaje fugaz y repentino, lo de mi nono, dejar a mi familia sola en Milán… No sé, todo. 

    Me enjuago la boca y me miro en el espejo. No me gusta lo que veo. Mis ojos están hinchados y rojos, tengo unas ojeras que asustan, y la papada, las canas y las arrugas me hacen ver mayor de lo que soy. En dos meses más cumplo cuarenta, pero el tipo que se refleja en el espejo parece tener más de cincuenta.

    Noto que mi camisa está manchada con vómito. Echo a correr la llave del lavamanos y la limpio con jabón y agua. 

    Me aterra pensar que estoy volando en medio del Atlántico. ¿Qué pasaría si los motores del avión fallan? ¿Cuál será el aeropuerto más cercano? Con el combustible que tiene el avión, ¿alcanzaríamos a llegar a alguno? Preguntas que prefiero que nadie me responda, porque no quiero ponerme más nervioso de lo que ya estoy.

    Mi nono era de derecha. Un facho, como le decían en el barrio cuando había cacerolazos y él no participaba. Según el nono Mario, Pinochet había salvado al país de la debacle de la Unidad Popular. Su teoría siempre le costaba discusiones con amigos y familiares que pensaban distinto. Las peores discusiones eran con el tío Lucho,

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1