Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)
AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)
AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)
Libro electrónico159 páginas2 horas

AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Estimados lectores, les mando un saludo en donde quiera que esten, y tambien les hago saber que mi libro no habla de aventuras, ni tampoco de cosas extravagantes. Mi libro esta basado en una historia verdadera que es la historia de mi vida, y que, ademas, tiene dos puntos muy importantes que son Amor y esperanza. No solo habla del amor, ni tampoco solo habla de la esperanza; sino que mi libro comienza en donde relata el lugar de mi origen, el lugar en donde yo naci, creci y vivi una parte de mi vida. Ahi ustedes podran encontrar todo por lo que yo tuve que pasar para sobrevivir, porque que vivir en el campo no es nada facil, sobre todo, alejado de la tecnologia. Ustedes se daran cuenta de esa convivencia que tuve con los animales, que para mi eran mi otra familia. Ademas, conoceran de mis principios en la musica, mayormente, en mi adolescencia; y tambien les hablare de los lugares en donde tuve que salir a trabajar lejos de mi casa, cuando yo era muy joven. Asi van a encontrar muchas cosas interesantes. Tambien van a encontrar mi historia de cuando yo cruce para el otro lado, y se daran cuenta de todos los peligros que existen para poder cruzar; el famoso Rio Bravo, que yo no se lo recomiendo a nadie, pero bueno, siempre arriesgamos nuestras vidas para poder llegar a este pais y asi poder lograr el sueno americano. Tambien ustedes se daran cuenta de que aqui nada es facil, y de que todo es muy diferente a lo que nos contaban alla cuando estabamos en nuestros paises, y tambien se daran cuenta de como vivimos en este pais, de que aqui siempre vivimos al dia y para poder comer. Tambien aprenderan que con tantos sacrificios y con tantos esfuerzos que tenemos cada dia, si podremos salir a delante, que si se puede.

En mi libro tambien van a encontrar algo de ese amor y de esa paz, y, sobre todo, de esa esperanza tan espiritual que Dios nos da, porque Dios existe, solamente tenemos que salir a buscarlo y ahi esta para darnos amor y esperanza, porque El nunca nos abandona. Ahi ustedes van a conocer como ha entrado Jesus en mi vida, y de como El ha sido parte de mi vida. Para cambiar, algo diferente, tambien yo les hablare de mis mascotas, ya los conoceran y ya veran que divertida es esta historia de ellos; van a ver que se moriran de risa.

Ya, por ultimo, vamos a platicar del tema de mi familia; ahi ustedes tendran la oportunidad de conocer y de aprender algo de ellos, que son mi esposa y mis dos hijos; y tambien, yo les voy a hablar de como debemos de tratar a nuestros hijos y de como debemos de hablarles y, sobre todo, de sacarlos adelante, ensenandoles cosas buenas y positivas, dandoles buenos ejemplos. No nos podia faltar hablar tambien acerca del matrimonio; lo unico que les puedo comentar es solamente gracias, muchas gracias, por hacer de mi libro el mejor y por ese tiempo que ustedes le van a dedicarle a el. Ojala y que les guste mi historia, y les prometo que ya muy pronto saldra la continuacion, asi que esperenlo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 mar 2021
ISBN9781643347974
AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)

Relacionado con AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)

Libros electrónicos relacionados

Arte para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida) - Antonio M. Cuellar

    cover.jpg

    AMOR Y ESPERANZA (La historia de mi vida)

    Antonio M. Cuellar

    Derechos de autor © 2020 Antonio M. Cuéllar

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING, INC.

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2020

    ISBN 978-1-64334-798-1 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-64334-797-4 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    Tabla de contenido

    Capítulo 1

    Este libro está enfocado en la superación personal de cada uno de nosotros y en los ejemplos y las maneras de cómo podemos superarnos cada día y cómo podemos salir adelante día con día, sobre todo, en este país que aquí nada es fácil especialmente cuando recién llegamos aquí, con todas esas barreras con las que nos encontramos día con día, sobre todo, con ese lenguaje que es tan difícil para nosotros y también esas culturas que son muy diferentes a las nuestras. Pero con ese sacrificio que todos hacemos, y ese gran amor que emprendemos cada día, podremos lograrlo aquí y en cualquier otro lugar; si queremos, sí se puede. Y también en este libro yo quiero hablarles un poco de Dios, porque Dios existe y Él está en cada uno de nosotros, solamente tenemos que buscarlo acercándonos a Él, porque Él siempre está para cada uno de nosotros. Amén.

    En este libro yo les doy varios ejemplos de que no es fácil cuando llegamos a este país que no es el nuestro, porque aquí todo es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a hacer, sobre todo, con la ley no se juega, aquí se tiene que respetar todo porque, si no lo hacemos, tendremos serias consecuencias porque aquí no es fácil conseguirlo todo como se cree. Ah, pero eso sí, yo les aseguro y garantizo que si le echamos muchas ganas y trabajamos muy duro, con el transcurso del tiempo, podremos salir adelante y podremos lograrlo, porque con esa fe y con ese esfuerzo de cada día, y con esas ganas que tenemos de superación, podremos salir adelante en este país y en cualquier otro lugar del mundo; ¿por qué? Porque Dios es muy grande y Él siempre estará ahí con nosotros y nunca nos abandonará, eso si se los digo, él siempre estará ahí, búsquenlo, acérquense a Él que sí se puede.

    Hola, mi nombre es Antonio Martínez Cuellar y yo nací el 9 de abril de 1969. Nací en un lugar muy alejado de la ciudad, nací en la provincia en un ranchito en un lugar llamado La Pendencia que pertenece al municipio de Ciudad del Maíz, S. L. P., México. Ese lugar es un lugar muy pequeño, de por lo menos unos 120 habitantes. Déjenme les cuento como fue mi vida en ese lugar. Yo nací y crecí rodeado de animales, créanmelo que ellos eran mis mejores compañeros, compartí parte de mi vida y mucho tiempo con ellos y ellos eran gatos, perros, gallinas, chivos, chivas, vacas y caballos, y hasta unos burros, pero créanmelo era una convivencia tan hermosa que nunca se me va a olvidar en mi vida. Imagínense allá, ustedes saben que no es como aquí que no estamos acostumbrados a sufrir nada, porque allá no tenemos nada de las comodidades que tenemos aquí, como aire acondicionado o calentador.

    Pues verán, déjenme les cuento, allá en el invierno era tan frío, pero tan frío, que mi calentador era mi gata la Mona. Recuerdo que ella siempre llegaba a mi cama a dormirse conmigo, por allá como a la media noche y yo la ponía en mis pies que los tenía bien fríos y ella me los calentaba, así era como sobrevivíamos allá. Pero déjenme les dijo, que yo fui feliz, pero tan feliz, al lado de todos ellos, que ellos fueron parte de mi vida y yo nunca los podré olvidar. También recuerdo como corría yo todas las mañanas por ese hermoso paisaje que estaba alrededor de mi casa y que podía ver ese hermoso amanecer, ahí todo era muy bonito, todos nos conocíamos, éramos como hermanos, éramos una familia, éramos todos muy unidos.

    Ahí, en las mañanas, todas las mujeres se levantaban bien temprano para ir al molino a moler el nixtamal, para después hacer las tortillas para toda su familia y eso era de todos los días, así que no era una vida fácil. Por otro lado, los hombres también tenían sus quehaceres, ellos tenían que ir a ordeñar las vacas para sacar la leche y luego nosotros no las tomábamos y las mujeres hacían unos ricos quesos, y todo era tan bonito. La vida en el rancho es muy diferente a la de la ciudad, porque, para empezar, en el rancho no tenemos esos lujos que tenemos en esos grandes lugares, ni mucho menos esas prestaciones, como tener autos para salir y pasearte en ellos; allá los autos eran los caballos y los burros, así que todo eso era diferente. Pero, como les vuelvo a decir, yo era tan feliz.

    Por otro lado, yo también tenía mis amigos con los que me pasaba mucho tiempo juntos, teníamos una mentalidad muy buena, siempre jugábamos a diferentes juegos que nosotros inventábamos todos los días para así pasar el rato. Déjenme les cuento quien eran ellos. Ellos eran: Robi, Jaime, Benito, mi primo Adelo, Sergio, Humberto y la Rana; nosotros éramos muy grandes amigos y compartíamos siempre tantas cosas juntos que nos mirábamos casi todos los días. Ahí en el rancho no había nada de los lujos que existen ahora para jugar, en aquellos tiempos no teníamos ningún juguete como lo son: carritos o monitos, ni mucho menos los Nintendo que existen, ni toda esa clase de juegos electrónicos. Con decirles que no teníamos ni televisión, éramos tan pobres, pero tan pobres, que estábamos tan atrasados con toda la tecnología. A nosotros no nos llegaba nada, así que teníamos que inventar nuestros propios juegos para poder jugar cada día.

    Nos divertíamos jugando con las avispas esas rojas grandototas. Les picábamos el panal y salían todas a volar a buscarnos para picarnos, pero nosotros éramos bien listos, cortábamos una palma y con ellas corríamos, las tumbábamos y las espantábamos; si hubieran visto, nos pegaban unas buenas correteadas que algunas veces si nos picaban, pero era tan divertido y de esa manera nosotros pasábamos un buen tiempo. Otro de los juegos que también acostumbrábamos a jugar era a los olotes, los olotes, como ustedes saben, es la parte donde se da el maíz y nosotros los usábamos cuando ya no tenían maíz y están secos. Pues bien, nuestro juego consistía en agarrarnos a olotazos, o sea, nos los tirábamos y nos pegábamos con ellos unos con otros, ah, pero para nosotros era bien divertido y nos la pasábamos muy bien. Otro de nuestros juegos favoritos era la roña, las escondidas y los encantados, también uno de nuestros juegos favoritos eran jugar a las canicas. Mi primo Adelo era muy bueno, pero tan bueno para jugar a las canicas, que tiraba y pegaba de bien lejos y, además, tiraba bien recio; como éramos de chapuceros, como nos divertíamos con eso. Me acuerdo que cuando estábamos en la raya, a alguien se le ocurría y gritaba ¡Se perdieron las canicas! y corríamos todos a agarrarlas y algunos agarrábamos de más y, por supuesto, alguien salía perdiendo sus canicas, pero era bien divertido.

    Otro de los juegos que también mucho nos gustaba jugar era el béisbol. Casi lo jugábamos todos los días en las tardes hasta ya bien noche. En ese tiempo los jugadores que estaban de moda eran Pedro Guerrero Fernando el Toro Valenzuela y el Pingüino Ron 6, y nosotros decíamos cuando bateábamos o pichábamos que éramos uno de ellos. Recuerdo que éramos tan pobres, pero tan pobres, que teníamos unos guantes bien viejos, que nos habíamos encontrado y con esos era con los que jugábamos todos los días y también recuerdo que no teníamos pelotas ni bates para jugar, así que teníamos que inventar cómo y nos fabricábamos unas pelotas de garras con estambres, y los bates, cortábamos unos palos y de ahí los hacíamos. La careta la teníamos que hacer con chicheves de palma, pero como nos divertíamos jugando y pasándonos muy buenos ratos juntos. Era cuando recién habían puesto la luz en el rancho y había un foco afuera en el poste, así que ahí estábamos hasta bien tarde jugando en el barrio.

    Otra de mis cosas favoritas era cantar. A mí siempre me gustó cantar. Yo estaba chiquillo y siempre soñaba con ser un cantante famoso, un artista. Me acuerdo que me gustaba subirme a una jacaranda, la jacaranda es un árbol muy conocido ahí en el rancho, así que casi todos los días me subía arriba de la jacaranda y me daba rienda suelta cantando, a gritar y sacar todos mis sentimientos; los vecinos ya estaban bien fastidiados conmigo, porque eso no era todo, yo también ponía unas latas viejas y decía que eran mi batería, así que ya se imaginarán todo el ruido que yo hacía, que ellos ya estaban fastidiados, pero bien fastidiados, con toda esa gritadera que yo hacía y ese ruido que hasta llegaron a pensar y decir que yo estaba loco; pero nunca pudieron callarme. Casi todos los días hacía el mismo show cantando y, sobre todo, tocando mis latas viejas pretendiendo que eran mi batería, y así hacía un ruido por todos lados.

    Pues bien, sepan que así crecí con todo ese ambiente a mi alrededor y, claro, algo que yo siempre me inventaba para pasar y hacer un mejor día, y créanmelo, que todo era felicidad; aunque yo era tan pobre yo siempre era tan feliz con lo poquito que tenía y todo lo que me rodeaba, porque, gracias a Dios, yo era tan feliz porque nunca me faltaron las ideas y así poder jugar y ser mejor cada día.

    Así crecí y yo seguía acumulando más amigos, me hice tan popular que, además de tener los amigos más pobres, también llegué a tener los amigos más ricos de ahí del barrio y siempre me visitaban ellos, siempre iban para mi casa a jugar conmigo porque les gustaban mucho las ideas que yo tenía para jugar y se la pasaban muy bien conmigo. Recuerdo que éramos tan traviesos y vagos, que cuando salíamos de la escuela ya en la tarde, nos íbamos a bañar al río sin permiso de nuestros papás a un lugar que le llamábamos la cuadrada, ese era un lugar especial que habíamos encontrado y ahí pasábamos un buen rato de nuestro tiempo porque vaya que si nos divertíamos bañándonos. Le decíamos la cuadrada porque era una poza que estaba cuadrada en medio del río y era especial para nosotros, era tan popular, que ahí nos dábamos rienda suelta bañándonos y aventándonos clavados toda la tarde.

    También me acuerdo de Silverio, le hacíamos muchas travesuras, él era un chico muy reservado y muy serio él, era muy diferente a nosotros. Siempre cargaba con él una reata bien larga de esas que se usan para lazar caballos y como en la orilla del río había unas barrancas que estaban bien altas, a nosotros nos gustaba deslizarnos por ellas y se nos ocurría de pedirle la reata para deslizarnos por la barranca usando su reata y él no la prestaba. Se la lazábamos de un árbol que estaba bien alto y cuando ya todos habíamos cruzado, ahí se la dejábamos y no le ayudábamos a descolgarla y él se tenía que quedar a quitarla él solo y, algunas veces, hasta lloraba porque tenía que bajarla él solo; esta era otra de nuestras aventuras. Después, nos regresábamos para la casa, nos íbamos hasta que se hacía oscuro. Nos íbamos caminando y durábamos como una hora para llegar. Cuando llegaba a la casa, mi mamá ya me estaba esperando afuera en la puerta, y me acuerdo que tenía las manos para atrás y se sonreía conmigo, eso lo hacía para distraerme y que yo me confiara, lo que pasa es que ella tenía una riata escondida y me quería pegar, pero yo ya sabía cómo estaba la movida y no me le acercaba, sino que le corría y ella se iba detrás de mí, pero nunca me alcanzaba; era tan divertido que yo me moría de risa. Por otro lado, a mis amigos les pasaba lo mismo con sus papás.

    Nuestras aventuras eran tan divertidas que lo repetíamos muy seguido, y así nos pasábamos muy buen tiempo con todas esas aventuras que siempre teníamos. También que en la escuela teníamos un maestro que era bien malo, pero bien

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1