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Parejas Bíblicas Con Lecciones Modernas: Un análisis sobre la interrelación saludable entre parejas
Parejas Bíblicas Con Lecciones Modernas: Un análisis sobre la interrelación saludable entre parejas
Parejas Bíblicas Con Lecciones Modernas: Un análisis sobre la interrelación saludable entre parejas
Libro electrónico140 páginas1 hora

Parejas Bíblicas Con Lecciones Modernas: Un análisis sobre la interrelación saludable entre parejas

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Parejas bíblicas con lecciones modernas analiza problemas entre parejas, recopilando comportamientos así como sus consecuencias. Este libro da respuestas adecuadas para la solución de conflictos. Puede ser visto como un manual para tomar decisiones en momentos de crisis o como una consulta preventiva para evitar ser atrapados por situaciones adversas en la relación matrimonial.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 jun 2020
ISBN9781643342771
Parejas Bíblicas Con Lecciones Modernas: Un análisis sobre la interrelación saludable entre parejas

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    Parejas Bíblicas Con Lecciones Modernas - Andrés H. Mercedes

    Capítulo 1

    Adán Y Eva

    Génesis 3, 1–3; 6

    Toma de decisiones inconsulta entre pareja

    Adán y Eva, los primeros padres, fueron puestos como pareja sobre la faz de la tierra. Todo transcurría normal de acuerdo con las normas existentes en el espacio que le toco vivir, el Huerto del Edén.

    Cuenta la historia bíblica que el engañador aprovechó un momento que Eva se encontró sola para cuestionarla respeto a las instrucciones que había recibido de Dios, y lo hace con las siguientes palabras: …¿Conque Dios ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto…?, Génesis 3, 1.

    Eva, por cierto, muy firme al inicio de la conversación, le aclara lo que realmente Dios dijo: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que esta en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de Él, ni le tocareis, para que no muráis, Génesis 3, 2.

    La prolongación del dialogo llevó a Eva a moverse de su pensamiento y, siendo seducida, violentó las instrucciones recibidas por Dios. Como resultado, vio que el árbol era bueno para comer, agradable a los ojos y codiciable para alcanzar sabiduría y comió del árbol cometiendo el error que toda pareja debe evitar: La toma inconsulta de decisiones significativas.

    Adán y Eva tenían las mismas instrucciones respecto al huerto, si ella decidió tomar la penosa iniciativa de cambiar las reglas aceptadas por ambos, debió consultar con su esposo. Ella comió del árbol prohibido y le llevo a él, quien, cayendo en trasgresión, comió también.

    La lección aprendida es la siguiente: Cuando de acciones que afecten la pareja o la familia se trata, no deben ser tomadas sin dar participación o escuchar a los involucrados.

    Decisiones tales como: cambio de trabajo, de residencia, inversiones que involucre grandes capitales, adopción de un hijo, préstamos personales, traer un familiar a vivir a casa, intervenciones quirúrgicas, dejar o iniciar un trabajo, acciones que afecten la seguridad social, económica, espiritual, emocional de la pareja o de algún miembro de la familia; debe ser consultada con los afectados ya sea que los beneficie o perjudique.

    Rivalidad entre hermanos: Caín y Abel

    De los dos primeros hijos de la primera familia, uno se llamó Caín y el otro Abel.

    Con el pasar del tiempo ambos presentaron a Dios una ofrenda. Caín escogió la suya del fruto de la tierra y Abel la prefirió de los primogénitos de sus ovejas, los más gordo de ellas.

    El resultado de ambas entregas están en el libro de Génesis: "Y miro Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miro con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante’’, Génesis 4, 4–5.

    Después de esto, Caín invitó a su hermano Abel al campo y le quitó la vida.

    No tenemos registros bíblicos como fueron criados Caín y Abel, lo que sí es imposible de ocultar es el grado al que había llegado la rivalidad entre estos dos hermanos. Definitivamente el vínculo fraternal en ese sistema familiar era disfuncional.

    No se corresponde la reacción de Caín contra su hermano, por el hecho de Dios recibir con más agrado la otra ofrenda. Todo parece indicar que raíces de amarguras le agobiaban y que este evento desbordó sus pasiones.

    Existe diferencia entre motivos y causa.

    Motivo: Es lo que se ve.

    Causa: Es lo que no se ve.

    En el hogar, los padres deben enseñar a los hijos a perder y ganar, aceptar logros de otros, gozar con los que se gozan, festejar el premio ajeno. Es conocido que a los hijos resentidos les espera lo que muchos llaman las tres C (cama, cárcel o cementerio).

    Es propicio recordar que Caín fue el primer hijo de Adán y Eva, y Abel el segundo.

    Los padres deben vigilar la forma como se interrelacionan sus hijos, pero con mucha especialidad el primero y el segundo. Siempre se presentará rivalidad entre ellos por una razón lógica. Cuando llega el segundo hijo, el primero se siente desplazado, al observar que ahora los padres deben de repartir sus afectos y cariño entre dos; el primogénito siente que su reinado terminó y hay un solo culpable, su propio hermano.

    Es responsabilidad paterna ayudarlo a comprender el nuevo escenario del hogar, nunca despojar de forma brusca al primogénito de sus honores y privilegios, esto debe acontecer paulatinamente. El niño/a debe ser educado hasta que aprenda que la familia se desarrolla dentro de una convivencia sana donde hay amores, afectos, regalos y bienes para todos sus miembros.

    Como padres, debemos cerrar todas las puertas por donde pueda acceder el enemigo del alma para destruir la relación entre nuestros hijos, como lo hizo con estos dos hermanos.

    Rivalidad entre el hijo prodigo y su hermano mayor

    En la historia del Hijo Prodigo, narrada por el evangelista Lucas, en el capítulo 15 aconteció algo similar:

    Una familia de dos hermanos criados probablemente por su padre, el hijo menor decidió independizarse y hacer su vida separado de su padre y hermano. Con ese propósito, reunió al padre y le pidió lo que como herencia le pertenecía. Este joven tomó la decisión de irse a vivir a otra ciudad para estar fuera del control paterno. La inexperiencia sumada a una vida desordenada, lo condujo rápidamente a una crisis económica, habiendo malgastado todo lo que tenía. No soportando más la situación de abandono en que vivía, tomó la resolución de regresar a su padre, solicitarle perdón por sus actuaciones y pedirle que lo aceptara de regreso a casa, esta vez no en condición de hijo sino como un jornalero. Así lo hizo y fue recibido por su padre con alegría, no así por su hermano mayor quien, en lugar de alegrarse, se enojó y prefirió reclamar.

    En su reclamo se percibe claramente la rivalidad con su hermano menor, sin duda alguna existían rencores acumulados en este hijo mayor.

    El padre, como era natural, con el regreso de su hijo menor a quien creía perdido, hizo una gran fiesta, además ordeno: ceñirle el mejor vestido, ponerle un anillo en su mano, calzarlo con un buen zapato y matar el becerro más gordo.

    Este desborde de alegría no fue entendido por el hermano mayor. Cuando se enteró en detalle de las gratificaciones a su hermano, se disgustó, negándose a asistir a la fiesta.

    La situación estaba tensa y el padre tuvo que salir a conversar con su resentido hijo primogénito, quien aprovechó para descargar abiertamente su resentimiento. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por lo tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que has consumido sus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo, Lucas 15, 28–30.

    Es fácil de identificar la rivalidad que existía entre estos hermanos, aun antes del menor salir de la casa.

    La celebración de la llegada del hijo menor no era razón para el enojo exhibido por este hermano. Hay una realidad en esta conducta, este joven estaba respirando por una herida.

    El Dr. John Maxwell explica este tipo reacción con las siguientes palabras: Cuando una reacción es mayor que el asunto que la produce generalmente tiene que ver con otro asunto.

    Un análisis de las expresiones utilizadas por este hermano que se sintió desplazado arroja los siguientes resultados:

    He aquí tantos años te sirvo:

    Está llamando la atención al pasado, quería llevar la mente de su padre al día-día de los años viviendo juntos. Sin duda alguna, este joven estaba confrontando a su padre y haciéndole un reclamo por lo que entendía un incumplimiento paterno.

    No habiéndote desobedecido jamás:

    Con esta expresión está apelando a sus deberes cumplidos con el entendido que estos le daban licencia para reclamar sus derechos.

    Y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos:

    Cada hijo es un individuo y tiene necesidades particulares, en su reclamo dejó entender que sus amigos, no eran los mismos que los de su hermano.

    Los padres a menudo crían los hijos en un ambiente o circulo exclusivo de hermandad. La realidad es que, llegada cierta edad, se debe dar paso a que hagan relaciones fuera del hogar con la supervisión de los adultos. La interrelación con personas externas baja la tensión de la rivalidad y permite tener más de un foco de atención, disminuyendo el ambiente conflictivo.

    "Pero cuando vino este tu

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