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Perdido en el Señor
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Libro electrónico120 páginas1 hora

Perdido en el Señor

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Caminas sin rumbo y perdido en un bosque interminable lleno de belleza, oscuridad y desesperación, y encuentras un bote de pesca averiado. Estás extremadamente cansado de intentar conseguir el camino que te conduzca a la salida, así que te refugias en el bote averiado y a medida que observas el sutil empuje del rio corriente abajo, reflexionas sobre si realmente existe una salida y si algún día la encontrarás. Has escuchado que si en realidad encuentras la salida, algo muy especial y esclarecedor sucederá. Una especie de tesoro que te intriga y despierta tu interés, pero el bosque te proporciona algo que puedes ver y sentir, pues no estás seguro si la salida “rendirá sus frutos” como te han prometido. El camino hacia el tesoro luce desalentador, pero tú tienes el mapa y la llave. Billones de personas han oído hablar de Él pero muchos no buscan conocerle. Pronuncian su nombre a diario pero muchos no han hablado con Él, otros hablan con Él con bastante frecuencia. Él produce confusión y a la vez es muy brillante, incluso cuando es odiado, Él ama aún más. Él conoce tus momentos más íntimos y comprende tus dificultades, y espera pacientemente a que le digas “hola”. La ciencia nunca ha podido refutar la existencia de Dios, así que si uno no cree, debe estar abierto a la posibilidad porque Él nos da pruebas de Su existencia todos los días, sin embargo, no las vemos. Los cristianos se han convertido en nuestros peores enemigos y ha llegado el momento de restructurar la palabra de Dios y de hacer que Jesús sea “buena onda” otra vez. Realmente existe un Cielo y contrario a la creencia popular, no hace falta un esfuerzo complicado y agotador para poder entrar. Todos somos seres humanos de carne y hueso y no podemos aspirar a ser como Jesús, tal y como Él claramente lo ha dicho, pues sus formas son más elevadas. No podemos estar a la altura de sus estándares y no se espera que lo estemos. Hay una razón por la que podemos discernir entre lo correcto y lo incorrecto, entre el bien y el mal, y no depende de lo que nos hayan enseñado porque ¿cómo sabía quién nos enseñó? No hay una explicación científica en cuanto a por qué tenemos una consciencia humana, sin embargo está allí, sentimos qué es correcto e incorrecto, el bien y el mal. Perdido en el Señor es una conversación interactiva que contiene poesía, asesinos en serie, adicción sexual, satanismo, cristianos que enjuician, y auto reflexión sobre por qué tanta gente elige no creer en Dios, quizás no sepan lo que se están perdiendo.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento30 oct 2020
ISBN9781071572764
Perdido en el Señor

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    Perdido en el Señor - Richard G Chaber

    Perdido En El Señor

    por

    Richard G. Chaber

    Perdido En El Señor

    Derechos de Autor © 2020 de Richard G. Chaber

    Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida o trasmitida en forma alguna o por medio alguno sin la previa autorización por escrito del autor.

    ISBN 9780578722665

    Dedicatoria

    A mi amada y hermosa esposa y a mi madre, quienes son epítomes

    de amor verdadero y eterno.

    Todo aquel que esté seriamente interesado en el estudio de la ciencia llega a convencerse de que algún espíritu se manifiesta en las leyes del universo, uno que es inmensamente superior al del hombre.

    - Albert Einstein

    CONTENIDO

    Capítulo       Página

    DESCONCERTADO6

    LA CARNE ES DÉBIL15

    EL CRIMINAL Y EL PRISIONERO25

    CRISTIANO CONTRA CRISTIANO36

    LA RELIGIÓN OSCURA46

    BATALLA EN EL DESPEÑADERO59

    SOLO LOS SOLITARIOS71

    CUESTIÓN DE VIDA, AMOR Y MUERTE82

    EL TREN y LA NIÑA DE CINCO AÑOS94

    REVELACIÓN105

    Capítulo I – Desconcertado

    Un pervertido sexual; el dinero, el poder y un individuo hambriento de fama, una vida perdida, un corazón roto e irreparable. El fracaso y la pérdida son devastadores, consumen en definitiva tu existencia y cuestionan todo lo que no puedes controlar, porque, si no puedes verlo, sentirlo, experimentarlo, conservarlo, desearlo, comprarlo, lograrlo, ganarlo, cobrarlo, hacerle el amor, salirte con la tuya, escaparte de ello, pelearlo, reemplazarlo, lidiar con ello o conquistarlo, debe ser culpa de otro.  Alguien o algo, obviamente es cómplice y/o único responsable de todo aquello que te agobia. Perdiste un ser querido o tal vez varios, y el dolor es insoportable. Tu esposo, esposa, novia o novio te dejó y te hizo sentir indigno, indeseado e incapaz de sostener la relación que ELLOS desean. Tus padres no te dieron el amor que necesitabas y merecías, te subestimaron y te hicieron sentir que TU fuiste la causa de su desdicha. Fuiste abusado en todos los aspectos; sexualmente, mentalmente, físicamente y emocionalmente. Tienes impulsos que no puedes controlar, pero, ah, parece ser lo correcto y DEBES satisfacer los deseos porque estos simplemente son demasiado fuertes para ser ignorados. Hay una voz que RETUMBA en tu cabeza y que te anima a hacerlo, pero luego está esa pequeña voz en tu corazón que te pide que desistas.

    Te avergonzaron y te hicieron creer que te amaban incondicionalmente porque eras buen proveedor, atractivo, deseado, exitoso y trabajador. Conducías un coche de lujo, vestías ropas de marca y cenabas en los mejores lugares. Perdiste tu empleo o un ascenso por alguien menos calificado que tú y sin causa o explicación. En todos los aspectos eras considerado como alguien sumamente valioso y te ganaste tu estilo de vida y en consecuencia, tu felicidad.

    Surge la pregunta sobre si algo de esto te afectó de alguna manera y te pido que tengas un momento de honesta reflexión antes de continuar.......

    Si tu respuesta a la pregunta es no, entonces no necesitas de un médico y puedes optar por no seguir, pero hay más.

    Caminas sin rumbo y perdido en un bosque interminable lleno de belleza, oscuridad y desesperación, y encuentras un bote de pesca averiado. Estas extremadamente cansado de intentar conseguir el camino que te conduzca a la salida, así que te refugias en el bote averiado y a medida que observas el sutil empuje del rio corriente abajo, reflexionas sobre si realmente existe una salida y si algún día la encontrarás. Has escuchado que si en realidad encuentras la salida, algo muy especial y esclarecedor sucederá. Una especie de tesoro que te intriga y despierta tu interés pero el bosque te proporciona algo que puedes ver y sentir, pues no estás seguro si la salida rendirá sus frutos como te han prometido, entonces estás mucho más cómodo en el bosque. Durante tu estadía en el hermoso pero oscuro bosque, has hecho dos amigos que no puedes ver ni tocar pero que han sido tus compadres en tu recorrido por el vasto paisaje. Han hecho una amistad muy íntima pero uno quiere que te quedes en el bosque y el otro te ofrece un camino de salida y así, es en ese bote averiado donde tienes que decidir qué vas a hacer.

    Probablemente lo veas como otra simple versión  de la vida de Cristo y ya has escuchado todo esto antes y realmente no te interesa en lo más mínimo. Yo estoy aquí para decirte que no lo es, que más bien se trata de una versión de tu vida. Verás, nosotros como raza humana compartimos los mismos sentimientos y emociones. Todos ambicionamos las mismas cosas y TODOS admitimos que somos nosotros quienes controlamos nuestras vidas y nuestra felicidad. Creemos tener el control sobre cómo vivimos nuestras vidas, cumplimos nuestros sueños y manejamos nuestros estilos de vida ¿Y por qué no? La mayoría de nosotros, en algún momento, se ha preguntado ¿por qué? ¿Por qué me está pasando esto? ¿Qué he hecho para merecer este sufrimiento y tanto conflicto? ¿Qué pasa conmigo que la gente me desprecia o me ignora? ¿Por qué me tratan como si fuera prescindible o indigno? ¿Por qué en mi familia hay tanta tragedia y por qué, ¡ay por qué!, no estoy feliz y satisfecho?

    ¿Por qué Dios, por qué?

    Perdón, quise decir, ¿por qué (llena el espacio en blanco) por qué?

    Ya entiendo, es muy difícil para alguien de tu nivel de inteligencia y estatus creer en alguien o algo que nunca has visto, tocado o escuchado. De hecho, dirían que estás completamente loco y tal vez te convertirías en el hazme reír de tus compañeros y colegas. Echas un vistazo a todos los dementes que le rezan a ese Dios que nunca han conocido ni visto. Observas las historias de tragedias inimaginables y todavía ves a esta misma gente triste y débil rezándole a Dios y perdonando a aquellos que han asesinado o violado a sus hijos o seres queridos. Internet y la televisión están repletos de tragedias e injusticias contra personas inocentes que son encarceladas por algo que no hicieron y ésta pobre gente sigue diciendo Dios me recompensará o esa es la voluntad de Dios. Te encuentras gritando frente a la pantalla con una rabia e incredulidad extremas, pues no puede existir un Dios amoroso que permita que sigan ocurriendo estas cosas en el mundo ¿También te has encontrado pensando en voz alta o preguntando por qué esa gente sigue siendo fiel a un Dios que simplemente ha destruido sus vidas?

    Estoy seguro que sí, también estoy seguro que sientes que tienes todas las explicaciones y argumentos racionales para oponerte a esto. Te puedo decir que es muy fácil sentirse y pensar de esa manera. Simplemente estamos demasiado ocupados con las responsabilidades de la vida y las obligaciones y metas del mundo real como para emplear cualquier energía y pensamiento restante en una entidad que sentimos que no existe o al menos la evidencia circunstancial al respecto, es muy escasa. Hay un motivo por el cual una parte de ti siente esa emoción buena o mala y no tiene que ver con la manera en que fuiste educado, y aunque eso ayuda, ese no es el indicador de facto de por qué albergamos tales emociones en nuestro interior. Muchas personas dicen que ellas fueron enseñadas a diferenciar lo correcto de lo incorrecto, el bien del mal, por sus padres u otra persona, pero, ¿cómo sabía aquel que les enseñó?

    Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos.Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios", Juan 3:19 NVI

    Sí, ya lo sé, otro versículo de la Biblia que sencillamente no quieres escuchar. Permíteme traducirlo antes de que vuelvas a perder el interés. Nosotros, como humanos, fuimos creados (o evolucionados) para ser la especie superior en el mundo. Desde el inicio de nuestra existencia, estábamos destinados a dominar el mundo sobre los demás habitantes. La raza humana estaba destinada a liderar la iniciativa y a amar este planeta, amarnos unos a otros, amar esta vida y sentar un precedente que no había existido en La Tierra. Ese precedente era la felicidad, el amor y la compasión, todo lo cual representa la luz que es también lo que Jesús representa. Sin embargo, debido a la carne humana, fuimos mayormente buscadores de placer. Los sentimientos naturales de dicha, nostalgia, codicia y poder en definitiva acaban con el control de nuestra luz natural y a su vez, agobian nuestras mentes y corazones e incitan a nuestro ser a hacer aquello que siente como natural. Después de todo, si sentimos que es lo correcto y es alcanzable, debe ser la razón de por qué existimos. Hay muchas historias de Reyes y emperadores y su oro, riquezas, concubinas y pecados quienes non solo han sido perdonados por Dios, sino que además han sido recompensados (véase el Rey David). Sin embargo, estas fueron pequeñas muestras (pero grandes), transcritas y puestas a disposición del mundo solo para mostrar cuan misericordioso, amoroso y compasivo es Dios. Eso no quiere decir que debemos pecar imprudentemente para satisfacer nuestros

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