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Clemente. Vigente, vibrante siempre
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Libro electrónico725 páginas7 horas

Clemente. Vigente, vibrante siempre

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Información de este libro electrónico

En estas letras hay muchas anécdotas e historias ya conocidas sobre Clemente, y otras menos conocidas, casi inéditas. Algunos temas son controvertibles, como sus supuestos amoríos, su polémica con la prensa, el ocaso de la Ciudad Deportiva y el racismo sufrido en los Estados Unidos. Otros son más agradables, como su museo y su estatua en Pittsbu

IdiomaEspañol
Editorialibukku, LLC
Fecha de lanzamiento28 nov 2022
ISBN9781685742485
Clemente. Vigente, vibrante siempre

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    Vista previa del libro

    Clemente. Vigente, vibrante siempre - Ángel R. Cabán González

    Clemente_port_ebook.jpg

    Proud as a peacock, nuestra fotografía favorita. La satisfacción del deber cumplido. (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente)

    Una petición clementina

    Amigo lector, este libro ha sido escrito sin ningún interés económico. Los derechos de autor podrían ser donados a varias entidades sin fines de lucro; además, les donaremos 30 ejemplares del libro para que sean intercambiados por donativos para su causa.

    La intención del autor es animar a vivir la vida con el mito y el antídoto del legado de Roberto Clemente. En reciprocidad por el libro, te solicitamos que envíes un donativo a las entidades sin fines de lucro que proponemos. Además, puedes obtener copias adicionales con estas organizaciones caritativas.

    Con esta acción, continuaremos el modelo del Astro: ayudar siempre a los más necesitados.

    Entidades sin fines de lucro

    1. Casa Pueblo,

    30 PR-5516 Adjuntas P.R. 00601

    (787) 829-4842

    Donativos favor de enviarlos a:

    Casa Pueblo

    Apartado Postal #704,

    Adjuntas, Puerto Rico 00601

    2. Hermanas Misioneras del Buen Pastor

    Carretera PR 1 Km. 24

    Barrio Río, Guaynabo, P.R.00725

    (787) 789-4338 (787) 789-1466

    Donativos: ATH móvil 787-214-5334

    C/O hermana Carmen Ivette Zayas

    3. La Casa de Todos

    Carmen Carmona, directora

    HC 23 Box 6128

    Juncos, P.R. 00777-9710

    Donativos: ATH móvil (787) 734-5511

    4. Semanario Claridad

    Urb. Santa Rita

    Calle Borinqueña #58-60

    Río Piedras, P.R. 00925

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    5. Needs Foundation, Bayamón, P.R.

    www.needsfoundationpr.org

    C/O dr. Joaquín Vargas

    (855) 633-3777

    Cuenta del Banco Popular #272219057

    6. Carlos Beltrán Baseball Academy

    Florida, P.R.

    (787) 822-6060

    7. Hogar Albergue de Niños Jesús de Nazaret

    Mayagüez Arriba, 00680

    (787) 831-6161

    Donativos por ATH móvil:

    1. Entrar a la ATH.

    2. Oprimir Pagar a un negocio.

    3. Escribir Hogar Jesús de Nazaret.

    4. Seleccionar la cantidad.

    5. Oprimir Enviar.

    Roberto Clemente está admirando la rueda de una vieja carreta de bueyes.

    (Fotografía cortesía de Jorge Colón Delgado)

    Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

    El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable sobre los derechos de los mismos.

    Publicado por Ibukku

    www.ibukku.com

    Diseño y maquetación: Índigo Estudio Gráfico

    Copyright © 2022 Ángel R. Cabán González

    ISBN Paperback: 978-1-68574-247-8

    ISBN eBook: 978-1-68574-248-5

    TABLA DE CONTENIDO

    Prólogo

    Capítulo 1 ¿Qué tenía este hombre?

    Capítulo 2 Ocho clementinos del corazón del rollo

    Capítulo 3 ¿Clemente o Beltrán?

    Capítulo 4 Utopía abandonada

    Capítulo 5 El santo de San Antón

    Capítulo 6 Un chisme de mal gusto

    Capítulo 7 Another Noisy niger

    Capítulo 8 Él era tan diferente…

    Capítulo 9 No tenían nada

    Capítulo 10 Sucedieron al azar

    Capítulo 11 ¿Qué se ha escrito de él?

    Capítulo 12 En honor a y agradecido de…

    Capítulo 13 ¿A dónde hemos llegado?

    Capítulo 14 ¿Quién es el autor?

    Índice Onomástico

    (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente)

    Prólogo

    Carmen González Toro

    Desde sus inicios, el año 2020 nos ha golpeado duro. Primero tuvo su antesala con un terremoto de magnitud 6.4 que sacudió nuestro terruño en la primera semana de enero. Las secuelas fueron sentidas por varios meses, e hicieron alargar la permanencia de estos por más de 30 días. Tal parecía que no se aquietaría la tierra. Justo cuando se comenzaba a sentir un respiro, estalló en todo el mundo la pandemia del COVID-19. Asi mismo, se añadieron los episodios del polvo del Sahara con densa bruma, sequía e índices de calor de hasta 107˚F; todo esto cuando aún no estábamos restablecidos de la paliza recibida por el huracán María en el 2017.

    La falta de información, la inseguridad, la ansiedad ante lo desconocido y la inestabilidad económica crearon un panorama de desespero para muchos. Pero dentro de toda esta escenografía siempre hay personas que inspiran con su ejemplo y esfuerzo personal de superación; estas son las personas que nos proveen una luz de esperanza cuando nos encontramos perdidos en el túnel de la incertidumbre y el desasosiego.

    Dentro de todo este panorama, donde grandes esfuerzos están siendo dirigidos a conseguir una vacuna para combatir el fatal virus, hay otros antídotos a la mano que nos pueden servir para mantener la compostura y proveer fuerzas para seguir adelante, como una luz esperanzadora. Este antídoto lo puede proveer el gran Roberto Clemente, quien también, en tiempos de adversidad e incertidumbre, por ser un hombre negro, humilde y de origen pobre, aventuró en un mundo deportivo competitivo, enfrentando el discrimen y el racismo. Los tiempos para Clemente también fueron difíciles, pero él persistió en la manera que conocía y dominaba, al ser un excelente jugador de pelota y dar cátedra no solo en el parque, sino fuera de este, ayudando a otros.

    Vera Cristina y Roberto sentados en un avión, quizá en camino a su luna de miel en 1964. (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente)

    Según afirma mi primo, Ángel (Papo) Cabán, el compartir datos sobre la vida de esta gran personalidad le ha servido de bálsamo y de antídoto para enfrentar la difícil y complicada situación del COVID-19. Ahora él quiere aprovechar estos momentos para compartir la vida y las anécdotas de este gran puertorriqueño, no solo en la arena de juego, sino como ser humano. Que lo disfruten.

    Prefacio

    "Roberto Clemente es el atleta

    más grande y admirado en todo el mundo".

    Jorge Colón Delgado

    Oda a Roberto Clemente

    Para Ángel Cabán

    Digo que usted es una estrella

    Que vuela como los pájaros.

    Nadie se atrevería a negarlo.

    Nadie.

    Su guante: una suerte de leyenda.

    Su bate: un urgente horizonte.

    Su brazo: como afinado violín.

    Su corazón: un latido de eternidad.

    Su dignidad: como un extenso país.

    Además,

    usted recuerda los pasos de un poeta.

    Antonio Ramírez Córdova

    Barrio Paso Palma, Utuado, P.R., 10-VII-20

    Efectos secundarios

    Nuestra prioridad en la vida es fortalecer los lazos familiares y Roberto es nuestro modelo. Vivir y ayudar a vivir la vida con pasión positiva; mañana siempre será mejor.

    Clemente es un mito para nosotros los clementinos, los fanáticos acérrimos de él. Roberto ha representado cualidades prodigiosas que admiramos en este ser humano especial y que ya es reconocido mundialmente como tal.

    Los medicamentos tienen unos efectos secundarios, algunos positivos y otros negativos. El mito y antídoto Clemente supera un poco las medicinas, tiene unos efectos secundarios casi siempre positivos. De eso se trata el libro en general, cómo este ser humano influencia positivamente la vida de muchos. Veremos algunos ejemplos de esas reacciones en personas que emulan su legado.

    El ejemplo más palpable que tenemos es el nuestro, de ese podemos hablar con evidencia y sin especulación. Cuando en 2010 nos aceptaron para dirigir la construcción de la Academia de los Beltrán, ya estábamos retirados del mundo profesional, en la parte baja de la sexta entrada de la tarde de la vida. Fuimos inspirados por la idea de ayudar a crear un lugar donde se aprendiera a jugar béisbol, motivado por Clemente y su sueño de la Ciudad Deportiva. Durante dos años viajamos de madrugada desde Cabo Rojo a Florida y regresábamos de noche, luego de estar pa’ arriba y pa’ abajo en el proyecto; muchas veces fueron seis días a la semana. De eso se trata el legado de Roberto. No sabemos de dónde sacamos tanta energía para dirigir la obra a esa avanzada edad. La inspiración de Clemente produjo una transformación mental para una actuación inesperada; nuestra recompensa fue doble, la satisfacción del deber clementino cumplido y las acostumbradas sonrisas de Jessica y Carlitos Beltrán.

    Al escribir este libro, no pensamos en el rédito económico a nuestro bolsillo. Pensamos en compartir ese legado y a la vez, causar un efecto secundario con el derecho de autor, donarlo como Roberto se donó. Clemente puso el dinero para alquilar el avión en que murió o sea que salió de su bolsillo la acción humanitaria. Igualmente a nosotros nos cuesta hacer esta donación, pero por ahí va la cosa.

    Este deportista trasciende y supera en popularidad a muchos de los grandes patriotas, en el sentido de que es más amplia su popularidad, la cual rebasa las fronteras políticas. Ya ha rebasado fronteras generacionales y de nuestras costas, pues en Estados Unidos, Alemania, Nicaragua, República Dominicana, Panamá, Venezuela y otros países lo respetan y lo admiran. En Liberia, república africana, acuñaron una moneda en su honor.

    Clemente es antídoto, pues nos ha ayudado a neutralizar la toxicidad que hemos enfrentado en la vida. Una de las mejores vacunas contra el COVID-19 es la mente sana; Roberto nos ayuda a tener esa medicina cerebral.

    En su ensayo, La mitificación de Roberto Clemente como héroe fundacional en un poema nicaragüense, el intelectual Ramón Luis Acevedo (2006) dijo:

    Ya desde antes de su muerte, sus actuaciones como atleta y ser humano, proyectadas por los medios de comunicación masiva, lo habían convertido en un héroe popular. Con su muerte trágica, este proceso culmina en su mitificación, convirtiéndolo en paradigma de dimensiones heroicas de lo puertorriqueño, lo caribeño, lo antillano y lo latinoamericano.

    En otra cita del mismo escritor:

    Así, por virtud de sus acciones y de la palabra poética, el humilde pelotero boricua entra en la dimensión de leyenda y del mito como uno de los héroes fundacionales de la gran patria latinoamericana.

    Nuestras letras quieren evidenciar cómo Clemente ayuda a modificar la conducta de forma positiva y actuar mejor con su modelaje humanístico.

    Retiro del número 21 de las Grandes Ligas (MLB)

    No estamos de acuerdo con el retiro del 21 del béisbol. Carlos Delgado y el dominicano Sammy Sosa fueron peloteros excelentes. Ellos han expresado que cuando usaron el 21 en su uniforme, se sentían orgullosos por lo que representaban. Clemente los inspiraba, pero también les imponía una responsabilidad de buena actuación dentro y fuera del parque. Ambos ganaron el premio de la MLB, Roberto Clemente, por sus obras a favor de los más necesitados.

    Al retirarse el número 21, podría olvidarse a Clemente, solo en los aniversarios se recordaría; sin embargo, si este se mantenía en la camisa de los peloteros, se conservaba su presencia. Retirar el #21 es como llevarse un familiar a un asilo, pues muchos se olvidan de él.

    El motivo principal de estas letras es emocional. Roberto ha sido un inspirador en nuestras vidas para hacer obras positivas. Él nos levanta la autoestima, nos infunde orgullo emocional, nos inspira a levantarnos al caer. Compartir estas experiencias personales para animar a otros a vivir apasionados e inspirados es el propósito principal del libro.

    Mente sana, cuerpo sano

    Yo lo que quiero en la vida es tener buena salud y educar a mis hijos. Que ellos respeten a la gente que yo respeto, gente común, gente que han sufrido y que estos respeten a mis hijos. Que disfruten de la vida, pero que aprendan, aunque sufran, el respeto al hombre trabajador, sufrido, pues tiene una visión de la vida muy diferente.

    Así habló Clemente en la entrevista con Sam Nover, comentarista deportivo de WPXI-TV de Pittsburgh en octubre de 1972, tres meses antes de morir.

    Roberto en una playa caribeña, ejercitándose. Su cuerpo era como el de un adonis o príncipe africano. Esa escultura física requirió mucho trabajo, comida saludable y fisicoculturismo adecuado. (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente)

    La salud física era lo más preciado para Roberto hace medio siglo. Hoy con la pandemia sigue siendo la mayor preocupación del ser humano. No hay nada nuevo bajo el sol. Pueden haber cientos de libros, entrevistas radiales y televisivas, fotografías y reportajes escritos de él. ¿Por qué uno más? ¿Qué hay de nuevo en este libro?

    Él ha evolucionado dentro de nosotros una idolatría clementina y la queremos compartir con amigos, familiares y todo aquel interesado, sea o no clementino, para inspirar la pasión por la vida. Esta motivación es especial en este momento histórico, donde impera el miedo pandémico. Hace largos meses de estas primeras entradas del juego del año 2020, comenzó un nuevo juego de la vida, a new ball game, con el COVID-19. El ¡quédate en casa! nos abrió la puerta para sentarnos a escribir lo soñado y lo escrito está matizado con un subjetivismo histórico y personal. Normalmente somos más subjetivos que objetivos. Por eso, amigo lector, encontrarás mucho de Roberto y mucho de nuestra historia familiar y personal. Casi todo está entrelazado con la vida de Clemente.

    Escribimos como sentimos la verdad, según la vemos. Es el caso del árbitro, que canta la jugada según la ve él, no como el fanático lo desea ver. El autor y esta obra son un poco controversiales, como casi todo en la vida; pero el testamento se hace a nombre del testador. No pretendemos hacer una tesis doctoral e histórica de Clemente, solo deseamos compartir nuestra visión de él. Le pedimos excusas a los lectores por nuestros polémicos lanzamientos. Si llegásemos a pegarles un bolazo con nuestros argumentos, ustedes tienen derecho a llegar a la primera base y concluir su verdad.

    Al hablar de Clemente o de nosotros, esperamos respeto por los criterios y pensamientos diversos, así mantenemos el diálogo abierto. No hay peor cosa en una conversación que tratar de imponer nuestros criterios; esta dominante actitud apaga el coloquio.

    En el béisbol, como en casi todos los deportes, los fanáticos nos unimos solidariamente de una manera mágica ya que se rompen las barreras políticas, las raciales, las idiomáticas, las religiosas. En el fanatismo clementino pasa de igual manera, sus seguidores somos como los de una congregación: profesamos una fe en él casi al unísono, ciegos de pasión.

    Francisco J. Cabán Aponte, nuestro nieto y pícher zurdo, con el pelo pintado rubio, una moda que se estiló en el Clásico de Béisbol 2017. Casi todos los integrantes del gran equipo de Puerto Rico se tiñeron el cabello de rubio. La serie fue de una gran unidad nacional, apoyando a los nuestros. (Fotografía cortesía de María Rosa Aponte López).

    El modelo Clemente, según lo hemos entendido y troquelado en el alma, les dará trabajo a muchos para masticarlo; a otros, mucho menos, tragárselo, pues quizá son fanáticos de los yanquis, go home. A otros les podría fascinar, por ser fanáticos del Team Rubio. Siempre los clementinos boricuas vamos a favor de los del patio.

    En la vida todo es relativo, nada es absoluto, solo Dios es absoluto. Y es así para los que creen en el Absoluto.

    En estas letras incluimos muchas anécdotas e historias ya conocidas sobre Clemente, y otras menos conocidas, o inéditas. Algunos temas son controvertibles, como el chisme de sus supuestos amoríos con una dama nicaragüense, su polémica con la prensa, el ocaso de la Ciudad Deportiva y el racismo sufrido en los Estados Unidos. Otros son más agradables, como su museo y su estatua en Pittsburgh. La Academia de béisbol de los Beltrán, en el municipio de Florida. Su vida de juventud en Carolina son cubiertos por el autor en detalle. Asimismo, comentamos algunos de los muchos libros publicados sobre él. La posible tangencia con el Pobre de Nazaret, puede ser un tema interesante para algunos.

    Incluimos algunas coincidencias medio raras y muy personales con Clemente. Reproducimos amenas e interesantes entrevistas con su hermano, Matino; con su compañero de equipo Terín Pizarro; con un primo lejano, Joaquín Ortiz Velázquez; con Mako Oliveras su discípulo; con su amigo íntimo Canenita Allen; con Palillo Santiago, su compañero senador; con Enrique Zorrilla, hijo de uno de sus mentores, don Pedrín Zorrilla; con los historiadores Jorge Colón Delgado y Luis Rodríguez Mayoral.

    Los temas serán esbozados honestamente, pues han salido del alma de un fanático clementino.

    Un aspecto que casi ningún autor ha tratado en gran detalle y muy importante en la vida de Clemente, es su relación con los periodistas estadounidenses. El mito comenzó cuando estos escritores descubrieron un pelotero diferente. Detallaremos y comentaremos algunos de los escritos de cómo ellos lo interpretaron. Estos textos nos dan una radiografía de la mente y el alma de Roberto, desde la perspectiva de grandes cirujanos del deporte. Muchos de estos escritores son destacadas plumas que lo cubrieron en detalle por su personalidad diferente, mucho más que por su actuación en el terreno de juego.

    Clemente, arrodillado en la pierna derecha, en uniforme Pirata; bastante joven, mirando en lontananza. Para algunos religiosos esa es una postura bastante común en las celebraciones de su fe. (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente).

    Finalmente, el libro lo publicamos por amor al arte, sin ningún interés económico, solo por el placer de compartir a Clemente y sus efectos inspiradores en nuestra vida. Así continuamos la carrera de relevo del legado clementino.

    Si Clemente hubiese jugado en esta época, se arrodillaría al comienzo de cada partido, lo afirmamos porque conocemos su filosofía de vida. Lo haría en solidaridad con los atletas y las masas que actualmente protestan con la camiseta negra de Black Lives Matter, por el nefasto y constante discrimen racial y la violencia engendrada en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos.

    Las sombras de la noche se desvanecen al rayar el sol. Mañana será mejor era una de las frases que inspiraba a Clemente para volver a jugar al otro día con pasión y con dolor. Observamos el diario amanecer en la carretera entre Añasco y Moca. (Fotografía del autor)

    En el mes de diciembre de 2020 ha circulado la noticia de que la MLB clasificará de igual a los peloteros que vieron acción en las Ligas Negras con los de las Ligas Blancas. Tal acción es parte de la celebración del centenario de estas Ligas Negras. Nuestra opinión es que justicia tardía no es justicia, pero reconocemos que es un paso positivo, por este conservador monopolio, la MLB. En las Ligas Negras participaron muchos boricuas. Esta declaración de MLB confirma aún más la alta calidad de ese deporte que se jugó en antaño en el Béisbol Romántico de Puerto Rico.

    Confesamos nuestra especulación en algunos temas; para otros, tenemos evidencia; en otros, copiamos de sus biógrafos. Todo está hecho por explicar la idolatría clementina como el mejor pelotero completo. Creemos, como él creía, que no es ser bueno dentro del parque, sino, más importante aún, ser mejor fuera del terreno de juego. Su gran humanismo lo vemos plasmado en su actuación, dado que la filosofía de vida se demuestra con obras concretas.

    Dicen que el maestro es el que más aprende en el salón de clases. Los que escribimos, aunque sea nuestro primer turno al bate, somos los que más disfrutamos al hacerlo. El tema de Clemente nos da fuerza; nos inspiramos con este puertorriqueño que se superó, ¡y cómo!, en un país extranjero. Nuestra autoestima se catapulta con gran orgullo. Él está vivo en el espíritu de los que lo idolatramos. Somos muchos los clementinos animados por este boricua. Su temática es refrescante, neutralizante y positiva, tanto para los que están en la diáspora como los que están en el querido terruño.

    El sol de Borinquén sale todos los días y nos llena de esperanza; a menudo hemos admirado el bello amanecer del sol, despuntando por el este. Es un placer observar esa belleza natural desde la altura del monte La Cadena, en la carretera PR 110 de Añasco. Por eso decimos que mañana será mejor. Roberto, en muchas ocasiones, animó a sus compañeros de equipo, familiares y amigos a que olvidaran lo sucedido, el juego perdido y que soñaran con la victoria del próximo día.

    El retiro solitario y sorpresivo que vivimos es como una jugada de cuña con una plancha, un squeeze play. Forzar la jugada en jon es una estrategia fascinante en el béisbol para ganar el juego.

    El distanciamiento físico actual produce efectos secundarios y cambios en la vida, algunos incluso resultan muy positivos. Estar aislados permite, a algunos, apreciar más la vida, la familia, los amigos, los detalles; permite aumentar la comunicación virtual. Es alentador escuchar buena música, leer un buen libro, cocinar con amor y sin prisa. Es como las carreras limpias anotadas en el juego de la vida. La vorágine en que nos hemos movido, a veces no anotamos y somos fusilados en el plato. No vivimos conscientemente, sino que pasamos por la existencia como zombis.

    ¿Qué mejor que la reunión con los amigos? Así lo ilustramos en la fotografía adjunta. Ya estos agradables momentos pronto volverán. Si estás pasándolo bien: ¿qué es mejor? ¡Seguir pasándola mucho mejor!. Frase emblemática de nuestro hijo espiritual, el ingeniero Félix Álvarez Bracero.

    (Fotografía del autor)

    La vida es ladrona y nos roba, nos roba los seres queridos, la juventud, los recuerdos, los amigos. El covid-19 nos ha metido un freno a la vida, como Clemente lo hacía, nos ha fusilado en el jon. Así, al estar recluidos en la casa, podemos ver lo bello que nos rodea, lo positivo que nos une. Al quedarnos en casa haciendo las cosas para las que no había tiempo, hemos visto lo bello de la existencia. Ahora nos sobra el tiempo para el ocio productivo, para lo que no había espacio. Este es un buen efecto terapéutico para la salud mental que nos hacía mucha falta. En la vida, como en las baterías, siempre hay un polo positivo y uno negativo, ambos son necesarios para activarnos.

    Ya pronto volverá la cena-reunión familiar, como lo observamos en la fotografía.

    Así nos volveremos a unir y todo seguirá mejorando.

    (Fotografía del autor)

    Para algunos, una cervecita o un vinito es agradable al paladar de vez en cuando y con moderación; principalmente en estos días de calor, de pandemia, del polvo del Sahara, los temblores y temporales. Baja la tensión, se relaja el ambiente y vemos la vida más color de rosa. El compartir con amigos el tema Clemente nos alivia las preocupaciones y nos llena de mayor esperanza real al releer sus dichos y hechos.

    Una estrategia usada por nosotros desde hace años es que: en las conversaciones con amigos o familiares, al entrar en discusiones controversiales con los temas políticos, religiosos o muy personales y tornarse estas calientes, usamos una jugada de cuña: mejor hablamos de Clemente. Así cambiamos el tema a uno más positivo y agradable. Análogamente, en el juego de pelota es como cuando al pícher se le está llenando el cuarto de agua; entonces, el dirigente pide un time out para visitar la lomita de los suspiros. Así le da un respiro o sustituye al lanzador con uno más fresco, a ver si cambia el ritmo del partido.

    Wings of an angel (las alas de un ángel), es el nombre de esta fotografía de Les Bannon, el fotógrafo oficial de los Piratas, en la época de Roberto. Obsérvense las nubes que le sirven de fondo en el cielo. (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente)

    Capítulo 1

    ¿Qué tenía este hombre?

    "Roberto Clemente daba todo

    por poner a su equipo en posición de ganar".

    Michael Jordan

    A Clemente nunca lo vimos jugar, nos lo perdimos, no lo conocimos; insistimos: la vida es ladrona, nos robó esa dicha. En 1971 lo vimos de lejos en el parque de Summit Hills, ofreciendo una clínica a nenes, los periquitos; asistíamos a esa liga con nuestro hijo mayor, Paco, que tenía siete años, que estaba dando sus primeros pasos en el béisbol.

    A Roberto lo hemos conocido a profundidad en nuestra evolución de la idolatría clementina; por los reportajes de prensa, sus biografías, la televisión y hablando con otros fanáticos, que sí le conocieron personalmente. El privilegio de conocer y hablar con Vera Cristina, su viuda y con Luis Roberto, uno de sus hijos, esto ha ampliado nuestro conocimiento de este inmortal del béisbol y ha abonado al crecimiento de su mito en este clementino. Además, hemos hablado en detalle con otros que sí lo conocieron muy bien, como su hermano Matino.

    Pito sabe, es una frase usada por nuestra familia; no por sabio, sino por viejo, sabiduría que viene de las canas, de las alegrías y principalmente de los sufrimientos. Hemos acumulado muchas anécdotas tras más de 65 años de haber cultivado la idolatría clementina; hoy, en este escrito las compartimos, para animar a otros a vivirla con una pasión positiva.

    Los pequeños detalles de la vida del Astro los vamos ensartando en el rosario de camándulas (semillitas de la planta Lágrimas de Job) que usamos para ilustrarlo como modelo. Este poeta inspirador nos exhorta a jugar el juego de la vida como si fuese un partido de béisbol. Saber el porqué de sus carismáticos movimientos del cuello y la espalda, en el introito de su misa al batear, es una lección de vida. Esa actuación tiene una raíz con unos detalles que la explican, dándole sentido y haciendo su existencia mucho más interesante.

    Roberto’s Bread

    Casabi

    Barriga llena, corazón contento. El pan ha sido por miles de años el alimento principal del hombre. Los antepasados taínos tenían el pan hecho de yuca o mandioca, el casabi (o casabe, como se le conoce hoy día). Los navegantes españoles descubrieron que el casabe viajaba mucho más tiempo y mantenía una mejor calidad que el pan hecho de trigo. Así, cambiaron a su consumo en los largos viajes en los barcos de vela por los mares de la sangrienta conquista y la vergonzosa esclavitud.

    La yuca, la planta madre de las Antillas, recientemente ha sido nombrada por las Naciones Unidas como el alimento más relevante del siglo XXI. Los taínos creían que, en la elaboración del casabi, el dios Yocajú le regalaba este manjar al cacique, en señal de su agrado por su liderato.

    Señala un estudioso de los taínos que la última sílaba quén en el nombre Borinquén tiene su origen en burén, una pieza de piedra o cerámica donde se amasa el casabe. El estudioso señala que uno de los significados del nombre taíno Borinquén puede ser tierra buena para la siembra de yuca. Este tubérculo es uno de los principales alimentos en Latinoamérica. En la bajura del pueblo de Isabela, cerca del barrio Jobos, se observan algunos bellos sembradíos de yuca. Son terrenos sueltos y arenosos, como los hay en otros lugares de Puerto Rico; con estos, el agricultor mantiene la buena tradición taína de la siembra de la mandioca.

    Un burén es una plancha de acero, hierro o barro curado y donde se cocina con carbón o leña. La fotografía es del autor de la portada del libro publicado por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, y fue capturada por don José A. Rosario.

    El Burén de Lula, la propietaria es María Dolores de Jesús, un restaurante de cocina artesanal en Loíza. Los Walker, la familia materna de Roberto, podrían ser oriundos de esa zona. Este acogedor lugar es uno de los últimos resquicios que pueden quedar de esa tradición de amasar el casabe. La visitamos hace unos años y allí se usaba un burén hecho de una tola de acero. Cabe recordar que el pan de la eucaristía es, para los católicos, el cuerpo de Cristo, principal alimento espiritual para la religión. El pan siempre será el principal alimento de los pobres.

    Braun Baking Company

    ¿Sabías que el mito Clemente inspiró a preservar el empleo de cientos de obreros en una panadería en Pittsburgh, luego de varios años de su muerte? Cuando le narramos esta anécdota a la familia de Clemente, nunca la habían escuchado.

    La interesante historia de los obreros de la Panadería City Pride en Pittsburgh y su exitoso Pan Roberto. La fotografía es de una parte de un artículo de prensa. (Fotografía del autor)

    Este es el caso de una panadería de más de 100 años que vendía pan fresco en Pittsburgh, Braun Baking Company. Sus dueños estaban en problemas económicos y decidieron vender o cerrar. La anécdota sucedió 15 años después de la muerte de Clemente. Cerca de 90 empleados se unieron para comprar el negocio. Así no perdieron los empleos, pues lo aumentaron a 150 personas, con el éxito de Roberto’s Bread. Ellos tuvieron la brillante idea de producir un pan con el nombre del Astro, lo que les llevó a un éxito rotundo. Roberto es casi un dios en Pittsburgh; aquí vemos como el inmortal sigue ayudando a los mortales, otro milagro para los cofrades clementinos.

    Algunos miembros de nuestra familia tuvimos el privilegio de asistir a un juego de Michael Jordan y los Bulls de Chicago en el Madison Square Garden de Nueva York en los años 90. (Fotografía del autor)

    Michael Jordan People

    En una ocasión un periodista le peguntó a Jordan: ¿Cuál es tu atleta favorito? ‘Roberto Clemente. Él daba todo por poner a su equipo en posición de ganar’, contestó Michael.

    El comentario pone los pelos de punta. El legendario canastero es considerado por muchos como el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos y hasta hoy día ha sido uno de los líderes del baloncesto profesional, pues orienta a los jugadores. Así también lo hubiese hecho el Astro de Puerto Rico si hubiese estado vivo.

    Quiero que me recuerden como el que dio todo lo que tenía, cita lapidaria de Clemente. El padre de Jordan admiró a Roberto, y su hijo, Michael, igual. Luego de su retiro del baloncesto, Jordan intentó emular subconscientemente a Clemente; se entrenó por un tiempo para jugar béisbol. No pudo llegar al nivel requerido, se le había ido la guagua del tiempo. Dicen los expertos que en el béisbol hay que empezar desde niño e ir acostumbrando la vista a la velocidad de la bola. Carlitos Beltrán nos comentó en una ocasión que la bola viene tan rápido que hay que tirarle cuando sale de la mano del pícher para poder chocarla, casi adivinando como viene el lanzamiento.

    Willie Montañez Naranjo

    A Montañez cuando era dirigente de pequeñas ligas en Caguas le llamaban don Domingo. Él relata en un video de su vida que nos obsequió que era muy joven cuando lo firmaron para jugar en la MLB en 1966, solo tenía 18 años. Estando en su casa en Cataño, unas navidades, vinieron los muchachos del barrio gritando que había un señor en un carro Cadillac, buscándolo. ¿Quién era? Roberto Clemente. ¿A qué venía? A visitarlo, orientarlo y aconsejarlo de lo que le esperaba. Quizá sobre cómo manejar el racismo, la presión del juego, la nostalgia. Este es otro ejemplo de hermandad de Roberto con sus compatriotas. Willie agradeció siempre esa deferencia de Clemente, que era 14 años mayor que él.

    Por su parte, Willie tuvo una gran actuación en la MLB, jugó 14 años y tuvo un .275 de promedio de bateo. En 1976 fue el número uno en juegos jugados, con 163; en 1972, el número uno en 39 doble conectados; y en los años 1975, 1976 y 1978, el número uno en asistencias en la primera base.

    En la liga invernal jugó 18 temporadas con Caguas, donde reside y militó con Santurce también. Terminó con promedio de vida de bateo de .266, uno de los mejores inicialistas de nuestro béisbol.

    Willie Montañez, en el extremo derecho, fue el dirigente del equipo de pequeñas ligas, Los Àngels, en la liga de Villa Blanca en Caguas. En el equipo militaba su ahijado y nuestro nieto, Francisco. A la izquierda, Jerry Morales el gran guardabosque central de los Criollos de Caguas. Al centro, Tintín García. Los tres atletas asistieron en 2017 a un homenaje al polifacético atleta Martín Beltrán, orgullo del Barrio Capetillo en Río Piedras. Los Amigos del Deporte Riopedrense le rindieron en esa ocasión un merecido homenaje a uno de sus hijos predilectos. (Fotografía cortesía del amigo Chiqui Iglesias)

    Los fanáticos decían que Willie, apodado showboat, imitaba a Pellot, por su gran defensa del primer saco. Pellot fue el que inventó cómo jugar primera base; claro, en el sentido figurado. Ganó siete guantes de oro cuando empezó a otorgarse este premio. Roberto Alomar ganó 10 como segunda base. Iván Rodríguez terminó con 13 como cácher. Clemente, la mejor defensa del bosque derecho de la historia, con 12 guantes de oro. Estos cinco puertorriqueños hicieron historia dorada en el béisbol organizado.

    Don Guillermo usaba una frase muy sabia como dirigente en las pequeñas ligas de Caguas: el béisbol es un juego, no sufran, disfrútenlo, vívanlo sin estrés, es solo un juego.

    Récord histórico

    Los clementinos nos pasamos rebuscando récords, anécdotas y aquellos detalles que lo inmortalizan.

    Hace unos años se encontró el baúl de los recuerdos, producto quizá de los avances de la tecnología, uno especial, nunca igualado. Fue un récord de Clemente único en su clase, un jonrón de piernas, en la última entrada, la de recoger los bates, con las bases llenas, para acabar el baile, era la última oportunidad, no había mañana.

    Clemente da un batazo grande, como él era. Observen que no le quita la vista a la bola según se va elevando, a la vez que comienza su carrera hacia primera. Su uniforme, nítido, fitted. Los fanáticos también miran la bola, al igual que los del dugout. No suelta el bate, a ver si la bola se llevó la verja. (Fotografía cortesía de Duane Rieder, Museo Clemente)

    El 25 de julio de 1956, los Piratas jugaban contra los Cachorros de Chicago, en el viejo armazón de acero estructural del Forbes Field en Pittsburgh. Clemente era un novatito de segundo año con los Bucaneros. Ya finalizando el juego, en su último turno al bate, dio un palote, pero se quedó dentro del parque; no sabemos si fue de línea, pero coronó a los guardabosques. La bola chocó con la verja y rodó hacia el bosque central. Las bases estaban llenas de piratas, que estaban abajo en el juego, 8 a 5; corrió como una gacela. Se comió el pare del coach de tercera, resbaló en jon, pero se estiró y tocó el plato para sellar una gran victoria.

    Se salvó de una multa de $25 dólares por desobediencia a la señal del coach, de la que se defendió diciendo:

    Si me sacaban de out el juego lo dejaba empate; si anotaba, ganábamos. Estaba cansao y quería irme pa’ casa.

    De los mejores artículos de este evento es: The greatest forgotten home run of all time, escrito por Martín Espada, poeta, editor, ensayista, traductor y profesor de inglés. Martín es de ascendencia puertorriqueña y su escrito es fácilmente encontrado googleando.

    Peter Edward Rose

    El periodista Rai García, en su artículo de El Vocero del 30 de diciembre de 1995, habla de los muchos títulos de los peloteros de la MLB que no han sido superados. Rose dio 4,256 hits, un récord aún no igualado.

    En el citado artículo hay una fotografía la mar de interesante y que apareció en El Vocero el 30 de diciembre del 1995 y que forma parte del reportaje de prensa. En esta se observa a Rose, tirándose de cabeza en jon a lo Jim Rivera. Jim fue un exitoso pelotero cagüeño de los años cincuenta, de ascendencia boricua, que se tiraba de cabeza en el

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