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Mujeres desde el Vaticano II: memoria y esperanza
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Mujeres desde el Vaticano II: memoria y esperanza
Libro electrónico188 páginas2 horas

Mujeres desde el Vaticano II: memoria y esperanza

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Mujeres desde el Vaticano II es una recorrido de múltiples miradas hacia los recuerdos y los retos del acontecimiento que supuso el Concilio. Leído desde las experiencias de distintas protagonistas que vivieron el momento histórico, se adentra en una reflexión conjunta sobre los gozos de los cambios que el Vaticano II inició. Estos cambios supusieron nuevas comprensiones de la experiencia cristiana y eclesial. Una nueva forma de ser creyente. Pero también quedaron muchas cuestiones abiertas, sin resolver o resueltas de modo ambiguo que siguen afectando a la experiencia creyente de las mujeres. En ellas se albergan las esperanzas de este libro. Esperanzas para una Iglesia más abierta, más acogedora y más incluyente.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento7 abr 2014
ISBN9788499459684
Mujeres desde el Vaticano II: memoria y esperanza

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    Mujeres desde el Vaticano II - Silvia Martínez Cano

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    Consejo de redacción de ALETHEIA

    Dirección y coordinación:

    Elisa Estévez López, Universidad Pontificia Comillas (Madrid)

    Consejo asesor:

    Carmen Bernabé Ubieta, Universidad de Deusto (Bilbao)

    Teresa Forcades i Vila, Monestir de Sant Benet de Montserrat

    Marta López Alonso (Madrid)

    Aurora Salvatierra Ossorio, Universidad de Granada

    Carme Soto Varela (Madrid)

    ÍNDICE

    Consejo de redacción

    Participantes

    Introducción

    Presentación de las Jornadas

    1

    LAS CLAVES DEL CONCILIO VATICANO II

    Juan Antonio Estrada

    2

    GOZOS Y ESPERANZAS DE NUESTRO TIEMPO: RELECTURA ACTUAL DEL TEXTO CONCILIAR

    Pilar Yuste

    3

    IGLESIA, ¿QUÉ DICES DE TI MISMA?

    Teresa Toldy

    4

    SEÑALES Y SEMILLAS

    Dolores Aleixandre

    MESA REDONDA:

    "TESTIGOS DEL CONCILIO.

    TEXTOS EN CONTEXTO"

    Introducción

    Silvia Martínez Cano

    1

    TESTIMONIO DESDE ROMA

    Rafael Aguirre

    2

    RECUERDOS, MENSAJES Y RETOS

    Marifé Ramos

    3

    RECUERDOS DEL CONCILIO Y PERSPECTIVAS EN CONTEXTO

    Felisa Elizondo

    4

    VIVENCIAS Y TRANSFORMACIÓN EN TIEMPOS DEL CONCILIO

    Pilar Wirtz

    Créditos

    PARTICIPANTES

    Juan Antonio Estrada

    Doctor en Teología y Filosofía. Catedrático en el Departamento de Filosofía II de la Universidad de Granada. Es miembro de la Sociedad Española de Ciencias de la Religión y de la Asociación de Teólogos Juan XXIII. Ha publicado recientemente Religiosos en una sociedad secularizada (2008), El sentido y el sinsentido de la vida. Preguntas a la filosofía y a la religión (2010) y De la salvación a un proyecto de sentido. Por una cristología actual (2013).

    Pilar Yuste Cabello

    Licenciada en Teología Dogmática, licenciada en Psicología Clínica, máster en Psicoterapia Individual y de Grupo, máster en Migraciones y Relaciones Internacionales. Profesora de Religión en un instituto. Dedicada al trabajo feminista intra y extraeclesial, con inmigrantes, por el diálogo ecuménico e interreligioso. Miembro del colectivo interreligioso AGAR, del Fórum Ecuménico de Mujeres Cristianas de Europa, de la ESWTR y del extinto Fórum de Estudios Sobre la Mujer (FEM).

    Rafael Aguirre Monasterio

    Doctor en Teología. Catedrático emérito de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto. Fue director de la Asociación Bíblica Española entre 1989 y 1995, fundador de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones y pertenece a la Studiorum Novi Testamenti Societas y a la Society of Biblical Literature. Ha publicado recientemente Así empezó el cristianismo (2010) y El mundo del Nuevo Testamento en su contexto (2013).

    Pilar Wirtz Molezún

    Religiosa gallega de la compañía de María. Licenciada en Matemáticas. Inserta desde hace diez años en una comunidad rural de Galicia que pertenece al ayuntamiento de Santa Comba (A Coruña), donde comparte la vida con unas cien familias. Es miembro de la asociación Mulleres Cristiás Galegas e integrante de la Red Miriam de Espiritualidad Ignaciana Femenina.

    Felisa Elizondo Aragón

    Licenciada en Filosofía y Letras, doctora en Teología. Teresiana y profesora jubilada de Antropología Teológica en el Instituto Superior de Pastoral de Madrid (ISPM) y en la Universidad San Dámaso. Es miembro de la Asociación Europea de Teología Católica y de la Asociación de Teólogas Españolas. Entre sus publicaciones están: Las mujeres en la Iglesia, una cuestión abierta (1997), Jesús y la dignidad de la mujer (2003), Dignidad de la persona humana, en Nuevo diccionario de catequética (1999).

    Marifé Ramos González

    Doctora en Teología Dogmática y Fundamental. Licenciada en Ciencias Religiosas. Licenciada en Teología Pastoral. Profesora de Pedagogía y Didáctica de la Religión en el Centro de Estudios Superiores Don Bosco. Profesora invitada del ITVR. Laica y madre de familia. Es miembro y cofundadora de la Asociación Mujeres y Teología de Madrid. Trabaja activamente en la formación bíblica del profesorado y colabora con diferentes congregaciones religiosas.  Es coautora en Diez mujeres oran ante un cuadro (1998), Orar desde las relaciones humanas (2002) y 10 palabras clave sobre violencia de género (2004).

    Teresa Toldy

    Portuguesa, doctora en Teología por la Philosophisch-Theologische Hochschule Sankt Georgen, de Frankfurt. Postdoctorada en Ciencias Sociales por el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coimbra. Profesora asociada de la Universidad Fernando Pessoa, donde es docente de Ética, de Responsabilidad Social y de Estudios de Género. Presidenta de la Asociación Portuguesa de Teologías Feministas y contacto del grupo portugués con la ESWTR. Vicepresidenta de la Asociación Portuguesa de Estudios sobre las Mujeres. Publica en el área de la teología feminista, de los derechos de las mujeres y de la religión en una perspectiva postcolonial.

    Dolores Aleixandre

    Licenciada en Filología Bíblica Trilingüe y en Teología. Religiosa del Sagrado Corazón. Profesora jubilada de Sagrada Escritura en la Universidad de Comillas. Algunas de sus últimas publicaciones son: Mujeres ignacianas (2011), Un tesoro escondido. Las parábolas de Jesús (2011), Hilvanes y pespuntes. Cuando la Biblia y la vida se tejen juntas (2011). Imparte ejercicios espirituales, retiros, cursos y conferencias, generalmente en torno a Biblia y espiritualidad.

    SILVIA MARTÍNEZ CANO

    INTRODUCCIÓN

    Este libro, Mujeres desde el Vaticano II, es un recorrido de múltiples miradas hacia los recuerdos y los retos del acontecimiento que supuso el Concilio Vaticano II. Al reunir nuestras miradas, nuestras memorias y nuestros recuerdos, nos acercamos al momento histórico de una forma más personal, más comunitaria, dando contexto al hecho histórico para mejorar su comprensión. Nos interesan los textos, las conclusiones del concilio, pero también qué se vivió, que cambió en las mentes y los corazones de los que vivieron ese momento. Experiencias que se han convertido en acciones, compromisos y participación renovada en las comunidades cristianas. A ellos les acompañan los gritos, contrariedades y sinsabores en un proceso de cambio eclesial que quedó abierto en muchos aspectos.

    El concilio quiso leer los signos de los tiempos del siglo anterior, buscando una actualización de la vida de la Iglesia. Muchos de nosotros no seríamos lo que somos sin este gran acontecimiento en la vida de la Iglesia del siglo XX. Algunas no seríamos teólogas y otras no estaríamos comprometidas en militancias femeninas y feministas. Muchas de nosotras dejamos nuestras casas y nos convertimos en pueblo que camina para la consecución del Reino de Dios, el cielo en la tierra. Comenzamos a configurar nuevos modos de ser creyentes: nuevas comprensiones, nuevas prácticas y nuevas relaciones en la experiencia cristiana y eclesial. Y digo bien nuevos modos, porque con el concilio descubrimos la pluralidad que la sociedad civil había empezado a desvelar bastantes décadas antes.

    Como cualquier inicio, las primeras décadas del giro copernicano no están siendo fáciles. La pluralidad conlleva un enriquecimiento en muchos aspectos, pero también miedos, inseguridades e involuciones. Es importante que recordemos mientras leemos estos textos que las décadas posteriores al concilio están siendo años de gozo, pero también años duros de diálogo, de encuentros y desencuentros. Y de ciertas decepciones. No todo quedó resuelto en su momento; muchos temas siguen inconclusos porque los cambios sociales y eclesiales no habían hecho más que empezar.

    Una nueva forma de comprender el mundo irrumpe en el siglo XXI. Muchas de las cuestiones eclesiales que se entrevieron en el concilio vuelven a salir con fuerza en los diálogos y encuentros de nuestras comunidades. Los cambios de la globalización, las tecnologías y la comunicación nos están situando en una transformación de los paradigmas vitales: nuevas formas de relacionarnos en sociedad, estructuras políticas y económicas en crisis sufriendo una metamorfosis que no sabemos dónde terminará... Incluso sentimos la necesidad de una hermenéutica del Evangelio que encuentre el rostro de Dios en un mundo en pañales. Quizá el Vaticano II fue el inicio de una Iglesia nueva en un mundo nuevo que aún está por definir.

    Leamos, pues, a los participantes de estos textos con el corazón encendido frente al nacimiento en el que nos encontramos. Juan Antonio Estrada nos sitúa en las claves teológicas para entender el concilio desde la situación histórica y eclesial de la primera mitad del siglo XX. Intenta ofrecernos una lectura de los distintos cambios desde una interpretación en la que vincula necesariamente el ámbito dogmático con el pastoral. Se pregunta si realmente es una ruptura con la historia teológica y eclesial anterior o es una continuidad que nos impulsa a una nueva sociedad del Amor.

    Pilar Yuste desmenuza las aportaciones del concilio en la Gaudium et spes y las comprende como llamadas proféticas para las mujeres. Espacios de compromiso y acción que nos permiten seguir entretejiendo una Iglesia más justa, más humana y más plena.

    Era necesario para entender nuestra situación actual compartir experiencias. Por eso, en la mesa redonda propusimos a Rafael Aguirre, Pilar Wirtz, Felisa Elizondo y Marifé Ramos que dibujaran un mapa poliédrico de las experiencias vividas en su propia piel, pero que era espejo de muchos y muchas creyentes. Desde sus recuerdos nos introducimos en un mar de preguntas que todas y todos como gran comunidad debemos responder.

    Teresa Toldy nos proyecta desde ahí hacia los desafíos de la Iglesia para el siglo XXI: la participación, el reparto del poder y la palabra y el diálogo en la diversidad. Plantea cuestiones que como mujeres creyentes estamos llamadas a esclarecer y transformar en la Iglesia.

    Por último, Dolores Aleixandre nos ofrece las semillas y señales del concilio que estamos sembrando en nuestras comunidades y en las distintas culturas y sociedades. Semillas que crecen aun cuando pasemos tiempos fríos, señales que nos interpelan y nos tocan el corazón.

    Nuestro recorrido por el concilio es un recorrido de fe, de fe reflexionada, ansiosa por intervenir en la historia. Nuestro recorrido es un recorrido de esperanza. Nos sentimos llamadas a construir nuestras comunidades cristianas de forma más evangélica. Esperanzas para una Iglesia más abierta, más acogedora y más incluyente.

    En el día del nacimiento del Salvador,

    cabeza, corazón y entrañas de la Iglesia universal

    24 de diciembre de 2013

    CARMEN BERNABÉ

    PRESENTACIÓN DE LAS JORNADAS

    Como se ha hecho en otros muchos foros, también en la ATE hemos querido tratar el tema del Vaticano II ¹. Nos parecía más oportuno que nunca recordar el espíritu en el que fue convocado; mirar desde él sus documentos para poder entender mejor lo que pretendieron, lo que significan hoy y hacia qué futuro señalan.

    El Concilio Vaticano II fue convocado por Juan XXIII con la preocupación de sacar de su torre de marfil a una institución eclesial anclada en el pasado. El papa quiso que la Iglesia escuchara los problemas y los anhelos de la humanidad, que prestara oído a sus preguntas y a los nuevos retos que iban surgiendo en el mundo moderno. Parece haberlo considerado necesario para que la Buena Noticia del Evangelio fuera realmente noticia y buena. Juan XXIII quiso que la Iglesia fuera capaz de leer, en los signos de los tiempos, la presencia de Dios manifestada en la historia y en la creación, para que pudiera responder de forma constructiva. Así puede leerse en la Gaudium et spes 4:

    Para cumplir esta misión es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos e interpretarlos a la luz del Evangelio, de forma que, acomodándose a cada generación, pueda la Iglesia dar respuesta a los perennes interrogantes de la humanidad sobre el sentido de la vida presente y de la vida futura y sobre la mutua relación de ambas (GS 4).

    Con esta frase de la constitución Gaudium et spes, el Concilio Vaticano II parece expresar un cambio en su autocomprensión: de propietaria de la Verdad, distribuida con recetas hechas, a hermana y compañera de camino, dispuesta a escuchar las preguntas planteadas por el mundo actual y a buscar respuestas a la luz del Evangelio; dispuesta a dejarse interpelar por la presencia de Dios, más grande que ella, en la historia y en la creación.

    El evangelio pone en boca de Jesús la exhortación a saber interpretar la presencia de Dios en los signos históricos (Mt 16,3). Una cita a la que alude el mismo Juan XXIII en un documento anterior a convocar el Concilio, la Humanae salutis: Siguiendo la recomendación de Jesús cuando nos exhorta a distinguir claramente los signos de los tiempos (Mt 16,3), creemos vislumbrar en medio de tantas tinieblas no pocos indicios que nos hacen concebir esperanzas de tiempos mejores para la Iglesia y la humanidad (Humanae salutis 4). Se puede afirmar, por tanto, el sustrato evangélico de la exhortación a interpretar los signos de los tiempos.

    Los signos de los tiempos fue una idea clave en la Gaudium et spes y en el espíritu que movió al Concilio. Esta expresión, de hondo sabor evangélico, nos remite a un concepto teológico tan importante como es el de lugar teológico. A grandes rasgos, se podría decir que los signos de los tiempos hacen referencia a aquellas situaciones, acontecimientos y experiencias que destacan y son percibidas por una gran mayoría del género humano como mejoras y avances o como retos que se le presentan a la humanidad en su conjunto. Para los creyentes son lugares donde se puede percibir o intuir la presencia de Dios como don o/y como tarea. Son considerados lugar teológico en la medida en que son contemplados como un lugar de encuentro entre Dios y el ser humano, al que se le manifiesta como regalo y como exigencia. La razón es que, para los creyentes, la historia de salvación no es algo postizo y superpuesto ni transcurre al margen de la historia común, sino que está inserta en ella, en lo más profundo del devenir histórico. Sin embargo, hace falta saber mirar para descubrir en él la huella del Dios creador y liberador, al estilo de lo que muestra la Tradición bíblica desde sus inicios en el pueblo de Israel.

    La idea de los signos de los tiempos como lugar teológico provocó tras el Concilio Vaticano II una

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