ÁFRIPANIA: Una ficción que podría ser real
Por E. LArby
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El titulo de Áfripania es una palabra compuesta por África y España, para tratar de reflejar el carácter bastante africano de la sociedad española y para tratar de reflejar en esta nación ficticia algunos de los defectos que al autor le parece que tiene la sociedad española. Ha tratado de reflejar a algunos personajes re
E. LArby
El autor es ingeniero, empezó trabajando en la industria naval para posteriormente pasar al sector de la ingeniería industrial, su profesión y su espíritu inquieto le llevó a países como Arabia Saudita, Indonesia, Rusia, Pakistán, Argelia, Nigeria y Egipto. en proyecto como construcción de refinerías de petróleo, plantas de tratamiento de gas y petróleo, plantas de cemento, etc.Cuando se retiró decidió escribir sus vivencias para sus nietos. Ahora a sus 82 años ha descubierto una pasión, que siempre estuvo ahí, pero que no pudo desarrollar.Está casado, vive en Madrid, pero añora los sitios donde transcurrió su infancia y su niñez. Casar de Periedo (Cantabria) y Cádiz.
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ÁFRIPANIA - E. LArby
ÁFRIPANIA
ÁFRIPANIA
E. LARBY
Autor: E. Larby
Diseño de cubierta: E. Larby
ISBN: 9789403676753
© Emilio Gutiérrez
Año 2022
DEDICATORIA
A mi esposa por su infatigable ayuda y soporte.
A mis nietos Alexander, Mikaela y Roy porque ellos son el faro que guía mi vida.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
CAPÍTULO I ÁFRIPANIA
CAPÍTULO II ELIZABETH
CAPÍTULO III ATLANTERRA
CAPÍTULO IV JIMMY & TONY
CAPÍTULO V HACIENDO AMIGOS
CAPÍTULO VI LOS DOCUMENTALES
CAPÍTULO VII OLEG KUTNESOV
CAPÍTULO VIII LOS PLANES DE LA CIA
CAPÍTULO IX OPERACIÓN TERMITA
CAPÍTULO X LA INTROSPECCIÓN
CAPÍTULO XI LA HUIDA
CAPÍTULO XII HAAST
CAPÍTULO I ÁFRIPANIA
Áfripania es una isla estado, ficticia, pero que bien pudo existir.
Situada en una posición estratégica en medio del mar Mediterráneo, concretamente el centro de la isla está situado en el punto geográfico 40º30´32 latitud Norte y 5º88´27
longitud este, en el centro del paralelo 40 y entre los meridianos 5 y 10.
Tiene una extensión de 4 000 km² y una población de unos 550 000 habitantes, mide de norte a sur 100 km y 40 km. de este a oeste. Su privilegiada situación geográfica hace que sea un aliado importante para los países que la rodean, pero también una pieza de caza deseada por todos los depredadores.
Su principal industria es el turismo, esta fuente de ingresos hace que su renta per cápita ronde los 37 500 euros, muy por encima de países limítrofes como España (22 000), Italia (26 000) y Francia (31 000) y muy lejos de los países del norte de África que no llegan a los 3 000 euros.
El país, o lo que sea, está estructurado en cuatro
provincias, aunque según quién, lo denominan comunidades e incluso países.
Para nuestros propósitos dividiremos la isla en cuadrantes.
El cuadrante noroeste, está poblado por gentes procedentes de Cataluña y de la región francesa de los Pirineos Orientales, principalmente Perpiñán y Narbona. Estos denominan a su región els Paísos Catalans. Ahí es nada un país dentro de otro país.
Por el contrario, el cuadrante noreste está poblado por descendientes de los habitantes del Norte de África y del próximo oriente, argelinos, tunecinos y libaneses, los antiguos fenicios.
Sin embargo, el cuadrante suroeste está poblado principalmente por gentes provenientes de las regiones andaluzas y levantinas de la cercana España.
El cuadrante sureste, es una amalgama de razas y civilizaciones, sus primeros moradores fueron los fenicios, le siguieron cartagineses y árabes. Y ahora está invadido por marroquíes que entran de forma ilegal y se quedan.
Su capital, Tángerpan, está situada en el oeste, en una bonita ensenada y equidistante de Valencia y Barcelona y es una amalgama de razas, religiones y nacionalidades, ciudad que acoge por igual a todos los ciudadanos, no hay tensiones lingüistas ni nacionalistas, solo se habla castellano y todos los ciudadanos se sienten áfripanos.
Su privilegiada situación geográfica, hace que la isla estado sea cortejada, como aliada, por los países colindantes, pero también como pieza de caza favorita. Es como una gacela rodeada de depredadores.
Esta faceta ha permitido a Áfripania mantenerse independiente, aunque siempre ha sido la vecina España la que ha ejercido mayor influencia sobre ella. No en vano tienen un lazo que las une, el idioma.
Sus costas distan 500km de España, 370 de Francia, 600 de Italia, 481 de Argelia y Túnez y unos 1 000 km del estrecho de Gibraltar.
La historia de esta isla estado ha sido siempre muy convulsa, fue ocupada por fenicios, cartagineses, romanos y árabes.
Cuando Tarig ben Malluk, desembarcó con 1 700 hombres en la bahía de Julia Traducta (hoy día bahía de
Algeciras) en el sur de Hispania, el 27 de abril del año 711,
asentó sus reales en el Yibal al Tarig, o la montaña de Tarig, hoy conocida como Gibraltar.
Esta es una historia de traiciones, venganzas y envidias tan propensas a los habitantes de la Hispania visigoda y que parece haberse incrustado en los genes de los habitantes de ese país y que perdura hasta el día de hoy.
Tarig era uno de los lugartenientes de Abú Abd al Rahmán Musa, que en el año 698 fue nombrado virrey del Norte de África, y que al frente de una flota sometió y
conquistó todas las islas mediterráneas cercanas, entre ellas una a la que llamó Áfripania.
Reinaba en Hispania Rodrigo, que se había proclamado rey destituyendo a Witiza, en una más de las interminables luchas y traiciones que propició una interminable lista de reyes godos, que era nuestro calvario cuando en el colegio nos la hacían memorizar.
Los aristócratas locales, los caciques de ayer y la casta política de hoy, habían elegido a Rodrigo en detrimento de Agila II.
Los partidarios de este, como los socialistas de ahora y de siempre, no aceptaron esta decisión y decidieron pedir la intermediación del gobernador de Ceuta, el conde Don Julián, ante el Virrey del Norte de África el ya poderoso Abu Musa, el famoso «moro Musa» de la imaginería popular.
La historia cuenta que D. Julián envió a su hija Florinda, mujer de gran belleza, a la corte visigoda para ser educada.
Rodrigo, el rey, se encandiló con ella, y de buen grado o por la fuerza, la poseyó. Dicen que le prometió matrimonio, promesa que no cumplió. ¿A que me suena esto de no cumplir las promesas, ¡ah a los políticos!?
Los juglares cantaban: Ella dice que hubo fuerza / él que gusto compartido.
El romancero español tan rico y extenso dedicó unos versos al tema.
En Ceuta está D. Julián / en Ceuta la bien nombrada / que por las calles de allende / viene a traer la embajada.
El resultado fue que D. Julián para lavar la ofensa recibida, ofreció al moro Musa barcos y le ayudó a cruzar el estrecho.
Después de alguna que otra intentona fracasada, el 30 de abril de 711, su lugarteniente Tarig desembarcó con 7 000 hombres. Los visigodos estaban guerreando con los levantiscos vascones, (otros a los que hay que echarles de comer aparte, siempre tan alborotadores ellos). Esta distracción y la proverbial cachaza de los visigodos, ¡esto no va a suceder aquí!, ¡esto aquí no pasa! Hizo que se relajaran, esto es una tormenta de verano, no hay que preocuparse, robaran todo lo que puedan y se volverán a sus casas, etc, etc.
¿Les suena de algo? La pandemia no va a llegar a España, la guerra no va a afectar a la economía española, etc, etc, etc.
Cuando Rodrigo quiso reaccionar, como siempre tarde, mal y nunca como es proverbial en este país una vez llamado España, los invasores se habían reforzado y desembarcado más tropas. En una semana, entre el 19 y el 26 de julio del año 711, derrotaron a los visigodos en la batalla del rio Guadalete.
A partir de esta crucial batalla, las huestes de Tarig, acuñaron la famosa frase: ¡Ancha es Castilla! Y comenzaron una rapidísima expansión por la península; Que ríanse ustedes del blitzkrieg de Alemania en la segunda guerra mundial.
Musa, no se quiso perder la gran fiesta y desembarcó con más tropas, el botín prometía ser interesante. Lo hizo en Cádiz al frente de 18 000 soldados.
Sin prisa, pero sin pausa, fue conquistando las plazas de Medina Sidonia, Carmona, Sevilla, Mérida y Toledo.
Las tropas invasoras se dividieron y Musa, (ahora entiendo yo que siendo niño nos metían miedo diciéndonos: ¡pórtate bien que si no viene el moro Musa!), se dirigió a tomar León, Astorga, Zamora y Lugo. Al jodido del Musa le gustaba viajar y para amenizar el agreste recorrido por Hispania se entretenía masacrando y cortando el cuello a todo visigodo que se encontraba por el camino.
Hay que reconocerle su hazaña, porque que un vejete de 74 años, en solo tres años conquistase todo el reino visigodo, de sur a norte, tiene su mérito (y también demuestra el grado de degradación al que había llegado el reino visigodo). Los romanos habían tardado 200 años en hacer lo mismo, y eso que los romanos tenían el pecho de lata, como se suele decir popularmente.
Musa, como buen padre, repartió sus nuevos dominios entre sus hijos. Esta lección la han aprendido muy bien los políticos actuales, que reparten los cargos y prebendas, y el dinero que afanan, entre sus familiares y amigachos como si les perteneciera, (una ministra, no recuerdo si se llamaba Calvo la cabra o la Cabra de Calvo, dijo aquello de que el dinero público no es de nadie y se quedó tan ancha) como si fueran los dueños del país.
El sultán de Damasco llamó a capítulo a Musa y fue condenado a muerte por malversación de caudales públicos, aunque la pena le fue conmutada y tuvo que pagar una cuantiosa multa. Se le prohibió regresar a Al Ándalus, como llamaban ahora al sur de lo que fue Hispania.
Al llegar a este punto no tengo menos que preguntarme: ¿Dónde están los 680 millones de euros dilapidados en los famosos ERE, y en que cárcel están sus responsables? ¡Ah que están en sus lujosas residencias disfrutando de su bien merecido botín!
Mientras Tarig y Musa, o Musa y Tarig, hacían picnic por el reino visigodo, en su casa se habían soliviantado los vasallos, los bereberes son muy rebeldes, así que Musa decidió darles un escarmiento en Tánger y Ceuta.
Aquellos que solo estaban de pasada, que habían venido a tomar café, robar un poco y luego, de motu proprio, se volverían a sus casas a jugar al parchís con sus nietos, se quedaron 781 años, hasta que los Reyes Católicos, ¡qué horror, reyes y encima católicos! dirán los «progres» de hoy. Bueno un pseudo académico de la lengua ha llegado a afirmar que la Reconquista no ocurrió, que fue un mito inventado por Franco.
Pero apareció un kamikaze llamado D. Pelayo, y se dijo: «A mí no me gustan estos tíos barbudos, que escriben al revés que nosotros, que calzan babuchas y rezan mirando todos al mismo sitio, y además son okupas
y no pagan alquiler, ¡voy a echarlos!» Y se puso a guerrear con ellos.
Para nuestros padres, abuelos y bisabuelos y demás ancestros D. Pelayo es un héroe, un libertador. Para los progres de hoy día, es un machista, violento, asesino, insolidario,
xenófobo, fascista, facha y retrógrado.
Los franceses, siempre tan chauvinistas ellos, nunca nos han agradecido que parasemos a los árabes, porque estos ya habían penetrado en el sur de Francia y amenazaban con conquistar todo el territorio galo.
Tarig nombró a un lugarteniente de su confianza, de nombre Ahmed Ben Susan, como gobernador de Áfripania, que gobernó con guante de seda y puño de hierro a los díscolos nativos, una dictadura islámica; aprovechándose de las rencillas internas de los invasores y de qué Tarig y Musa, Musa y Tarig, estaban de turismo por la península, sangriento, pero, al fin y al cabo, turismo. El tal Ahmed instauró una especie de dinastía islámica que pasó de padres a hijos. Dinastía que perduró en el tiempo hasta que Rodrigo Diaz de Vivar, el Cid Campeador liberó la zona levantina de Hispania y se disponía a liberar la isla.
El sultán de turno, descendiente del original Ben Susan, se las ingenió para llegar a un apaño con el aguerrido caballero cristiano, y a cambio de ciertas prebendas, hoy día se llamaría comisión, consiguió mantenerse en el poder. Se convirtió, y convirtió a su familia y a toda la población al cristianismo.
Los Ben Susan permanecieron en el "machito" hasta bien entrado el siglo XX.
Habían establecido una estrecha relación con la vecina Hispania, después de todo eran almas gemelas, (la tradicional amistas hispano-árabe, como si los árabes entendiesen de amistades), primos como dicen los ingleses de los americanos.
Y con este soporte consiguieron mantener su preciada posesión isleña, a la que habían convertido en su finca particular. Todo se canalizaba a través de los Ben Susan, que proliferaban como los hongos después de la lluvia veraniega.
Para unos, esta preponderancia hispana ha sido muy negativa, ha importado todos los malos hábitos de sus vecinos. Los críticos le achacan que: «la envidia, la desidia y la escasez de principios morales de sus protectores ha calado hasta el tuétano de los áfripanos». Para otros, los hispanófilos, esta les transmitió sus ideales cristianos, su idiosincrasia y su cultura. Está visto que nunca llueve a gusto de todos.
Cuando el golpe de estado de 1936 triunfó en España y el general golpista se autoproclamó jefe del Gobierno y del Estado español, al Ben Susan de turno, un tal Nadeen, le faltó tiempo para correr a rendirle pleitesía
y ofrecerle un pacto de amistad y cooperación. El ya incipiente dictador español, aislado internacionalmente,
acogió esta oferta como agua de mayo. Era el primero y, de momento, el único, país que le reconocía.
Se inició un «romance» entre ambos dictadores que perduró hasta que el hecho biológico, como sutilmente decían los sicofantes que rodeaban al general, autodenominado el Caudillo, llevó al dictador a morir en su palaciega cama.
Este hecho fue el principio del fin de la dinastía Ben Susan.
En España se había demolido, autodestruido, el aparato dictatorial, se había redactado una constitución y se había instaurado una monarquía parlamentaria. Los tiempos
cambiaban de forma acelerada en la vecina y protectora España, y esta tormenta no tardó en llegar hasta Áfripania.
La dinastía Ben Susan desapareció y dio lugar a una democracia, o eso decían, de tipo liberal. Bueno decir democracia son palabras mayores, lo que realmente se instauró fue una mediocracia, es decir la toma del poder por los ciudadanos más mediocres, pero menos conflictivos. «Los políticamente correctos».
Los padres de la constitución quisieron contentar a todos y no lo hicieron a ninguno Las antiguas y caducas nacionalidades emergieron, crecieron como las malas yerbas, se instauraron parlamentos autonómicos, en definitiva, se crearon países, o pseudo países, dentro del
país. En resumen, ¡un caos! Ya no había un solo país, había cuatro.
En este totum revolutum, apareció un apóstol, proclamando a voz en grito, con el dinero de una potencia extranjera interesada en socavar los cimientos de la incipiente democracia, que la casta dominante, los fascistas ben susanitas, seguían en el poder y que él era el nuevo Mesías, que los iba a liberar de sus cadenas.
En realidad, era un calco de lo que había acontecido en la vecina y protectora España, donde gobernaba un psicópata, narcisista y mentiroso compulsivo, aliado con comunistas, separatista, terroristas y todos los istas que fueran necesarios.
Me recuerda una anécdota que me contaba mi padre, que era bastante socialista y que decía:
En un convento de clausura, las tres comidas del día era sopa de ajo. Los monjes estaban, hasta los cataplines
, cuando murió el prior, se convocaron