LA PERSECUCIÓN DE LOS GITANOS
¡Oh, forasteros! ¿Quiénes sois? ¿De dónde llegasteis navegando por húmedos caminos? ¿Venís por algún negocio o andáis por el mar, a la ventura, como los piratas que divagan, exponiendo su vida y produciendo daño a los hombres de extrañas tierras?».
Así se inicia el canto IX de la Odisea, el gran poema épico griego cuyo título se ha convertido en sinónimo de los viajes largos, larguísimos, casi eternos, en los que abundan las aventuras desagradables y difíciles. Y justamente esta última definición encarna casi a la perfección la historia, a la vez que odisea, del pueblo gitano.
EL PUEBLO DE LOS MIL NOMBRES
Para referirse al pueblo gitano se han utilizado una gran variedad de nombres a lo largo de la historia, aunque el más utilizado en nuestro país, gitano, proviene de "egiptano", ya que durante mucho tiempo se creyó que los gitanos provenían de Egipto. Así ocurrió en España y en países como Francia (gitanes), Países Bajos (egypyenaren), Reino Unido (gypsies)…
En nuestro país también se han utilizado los términos calós y calés para referirse a ellos, gentilicios que hacen referencia a la lengua que hablaban los gitanos españoles, el caló. Hay otra palabra que identifica a todos los gitanos del mundo, los romà, y que no tiene las connotaciones tan despectivas que aún conservan palabras como gitano o caló. El gentilicio "romà" proviene directamente de la lengua de los gitanos, el romanés o caló, y se traduce por "hombres". De ahí que el pueblo gitano se conozca, también, como pueblo romà.
LA ODISEA DE LOS ROMÀ
Para entender la persecución y el exterminio al que se han visto sometidos los gitanos a lo largo de los últimos cinco siglos, y especialmente durante la Segunda Guerra Mundial bajo el régimen nazi, es necesario conocer el viaje de este pueblo, su gran odisea, que sin duda ha marcado el carácter e identidad del pueblo romà.
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