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El triunfo del amor sobre el ego
El triunfo del amor sobre el ego
El triunfo del amor sobre el ego
Libro electrónico516 páginas5 horas

El triunfo del amor sobre el ego

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Información de este libro electrónico

Somos hijos de la luz divina y seres puros del Reino de Dios. Con el paso del tiempo nos hemos hecho prisioneros de nuestro ego, lo que nos impide disfrutar de la valentía, fortaleza, salud, riqueza y felicidad. Triunfo del amor sobre el ego explica, de forma sencilla, la relación de estas circunstancias y muestra el camino para salir del cautiverio espiritual. Visualizaremos incontables caminos y pasillos equivocados en el laberinto de nuestra prisión interior. Cada nuevo descubrimiento nos abrirá el camino a la felicidad y nos guiará paso a paso, como el brillo de elfos voladores, a encontrar la luz. Es el camino a la libertad espiritual y al eterno triunfo del amor sobre el ego.


Toda distancia causa separación y soledad, especialmente si nace desde el corazón. Considero a todo el mundo como una gran familia. Por nuestras venas fluye la misma sangre. Somos parte de una Unidad, un cuerpo. Si la más mínima parte de nuestro cuerpo sufre dolor, sufre todo el cuerpo. Así, siento el dolor de la humanidad en general y el de las personas individuales como un dolor propio, y mi interés es prestar ayuda en la medida de lo posible.

¿Alguna vez has observado el comportamiento de las personas ante un semáforo en rojo? En cuanto el semáforo cambia a rojo y los pasantes se detienen, dirigen su mirada hacia quienes también esperan cerca el cambio de la luz, tratando establecer un contacto visual por un breve momento.
IdiomaEspañol
Editorialepubli
Fecha de lanzamiento4 sept 2014
ISBN9783737507325
El triunfo del amor sobre el ego

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    Vista previa del libro

    El triunfo del amor sobre el ego - Saeed Habibzadeh

    Saeed Habibzadeh

    EL TRIUNFO DEL AMOR

    SOBRE EL EGO

    Enviado por la Sabiduría Divina para quien desee

    recibirla en su corazón y realizarla en su vida diaria.

    El triunfo del amor sobre el ego.

    (El título original en alemán : Triumph der Liebe über das Ego)

    No se permite el uso de los textos ni de las imágenes, tampoco de manera parcial,

    salvo autorización explícita por parte del autor.

    Lo mismo es de aplicación para el uso electrónico del libro en cualquier forma.

    Autor : Saeed Habibzadeh

    Imagen de la cubierta : Saeed Habibzadeh

    Composición e impresión : Samuel Schwarzkopf

    Traducción al español : Erika Rossner

    Copyright: 2014 Saeed Habibzadeh, www.saeed.eu

    publicado por: : epubli GmbH, Berlin, www.epubli.de

    (EPUB) ISBN 978-3-7375-0732-5

    Doy mi agradecimiento al hombre

    que dio su joven vida por nosotros en el Gólgota.

    Engel der Liebe

    Índice

    Portada

    Pie de imprenta

    Dedicación

    Índice

    Prólogo

    Introducción

    Sobre el libro

    Notas a la edición de 2014

    Devenir o morir

    Cambio o variación

    Aprender o sufrir

    Objetivamente o personalmente

    Empaque y contenido

    Encontrar e inventar

    Juzgar y reconocer

    La realidad y lo real

    Dirección errada

    Solución o remedios

    Solucionar (liberarse de) problemas o combatirlos2

    ¿¡ Sería aburrida la vida sin problemas!?

    No sueñes tu vida, vive tu sueño

    Sentirse bien y sentirse bien

    El bien y el mal

    Refinamiento e inteligencia

    Corazón e intelecto

    El sentido común

    Saber y sabiduría

    Filosofía

    Ciencia

    Economía

    La palabra, su significado y contenido

    Jerga y jerga técnica

    Escuchar y comunicación

    Apariencia o realidad

    Experiencia y madurez

    ¿¡Ser maduro por la edad!?

    Ser adulto y dejar de ser niño

    Patrones de conducta, mecanismos y automatismos

    ¿Vivir o dejar vivir?

    Evaluación de sí mismo

    Carácter y personalidad

    Exhibición, realización y seguridad de sí mismo

    Exhibición, expresión y seguridad de sí mismo

    Arte o artificialidad

    Sensible o sensitivo

    Genios verdaderos y falsos

    Genio y caos

    Caos y orden

    Valorar

    Comparación y valoración

    Igualdad de derechos y equidad

    Inferioridad

    El valor y la importancia de un ser humano

    Gustar o no gustar

    Para lucir hay que sufrir

    Nuestro semejante como instrumento, medio para un fin

    Ganar o ser digno de ello

    ¿El amor lastima? ¡Solo los egoístas lastiman!

    Amor de sí mismo y amor propio

    Romántico o cursi

    El falso y el verdadero amigo

    Amantes y amigos de los animales

    Asilos para animales, zoológicos y circos

    Vegetarianismo

    Los polos opuestos se atraen

    Moral e inmoralidad

    Tradiciones y verdaderos valores

    Valores verdaderos y artificiales

    Perfeccionismo y perfección

    La autodesignación como ayudante desinteresado

    Identificación y pérdida de la identidad

    Modelos o ejemplos

    Entretenimiento y entre-tenimiento8

    La culpa ficticia y la culpa real

    La conciencia y los sentimientos de culpa

    Derecho o justicia

    La venganza es amarga

    Revolución y rebelión

    El héroe

    Impulso y anhelo

    Complacencia o realización

    Desear y necesitar

    Modestia, moderación y humildad

    Desear y desear

    Donde hay luz...

    Lo bueno y lo necesario

    Lo correcto y lo verdadero

    Cometer errores

    Temor ante los errores propios

    ¿¡Todos los caminos conducen a Roma!?

    El valor egoísta y el valor verdadero

    Aburrimiento y efecto de adrenalina

    ¿Diversión o alegría?

    Pasión y dedicación

    Ser crítico o ser desconfiado

    Confianza y confianza en sí mismo

    El efecto placebo y la fe

    Una buena impresión puede engañar

    Manipulación y transformación

    Calcular o planear?

    Dar e invertir

    Gratitud

    Ser bueno por convencimiento

    Ilusión y desilusión

    ¿Expectativas o deseos?

    Empatía verdadera o falsa y compasión

    Libertad e independencia

    Dominio activo y pasivo

    Orientación e instrucción 12

    La libre voluntad

    El gurú y la secta

    El maestro y el discípulo

    El guía espiritual

    Miedo

    Respeto y miedo

    Enemistades y hostilidades

    Seguridad y sensación de protección

    La vida es dura y cruel

    Indiferencia y resignación

    La depresión como un indicador de camino

    Estar triste y quejarse

    Responsabilidad

    Compromisos baratos y compromisos verdaderos

    Unirse y participar

    Autonomía e independencia

    Soberbia y humildad

    Servir

    La profecía que se cumple por si misma

    Pensamiento positivo

    Ser fresco o cool

    Profesionalidad - Conservar la distancia

    Acuerdo y unidad

    ¿Solos o en soledad?

    Capacidades, talentos y dones

    Profesión y vocación

    Satisfacción y felicidad

    Éxito o felicidad

    La carrera

    Concurso y competencia

    El fracasado feliz

    La ambición

    Reconocimiento y contravalor

    Riqueza y pobreza

    El tiempo es oro

    Dinero

    Nivel de vida y calidad de vida

    Lotería y juegos de azar

    La necesidad aguza el ingenio

    Generosidad y autodestrucción

    Tolerancia o decadencia de los valores

    ¿La mejor defensa es el ataque?

    Guerra y paz

    El deporte mata 16

    Competición

    Envidia, rivalidad y competencia

    Violencia

    ¿Noble, nobleza o de casta noble?

    Karma

    Destino

    Determinación

    El pasado y lo ocurrido

    En el ahora y acá

    Reírse de alguien o reír con alguien

    Tomar en serio y seriedad

    Abstracto

    Ojos que no ven, corazón que no siente

    El pasatiempo

    Estrechez de miras e impaciencia

    Esperanza y esperanza

    Arrogancia

    Presunción

    Vanidad

    Autosuperación y autolesión

    Superar el ego o perderse a sí mismo

    Ego, egoísmo y egolatría

    Cumpleaños

    Honradez, sinceridad y valor para enfrentar la verdad

    Aceptar o soportar

    Navidad

    Iluminación y salvación

    El peregrino de la luz

    El triunfo del amor sobre el ego

    Ángeles del Amor (Original)

    Ángeles del Amor

    Bienaventurados los misericordiosos

    Prólogo

    Cuando era niño, siempre me acompañó una extraña sensación que no podía describir. Sentía que algo no funcionaba bien en este mundo, pero no podía precisarlo, ya que el mundo de los adultos me era incomprensible.

    Más tarde entendí que ese sentimiento era el anhelo de un mundo feliz, presente en mí ya desde la niñez. Deseaba un mundo tan perfecto como el de los cuentos de hadas con un final feliz. Me preguntaba qué habría sido de los personajes de los cuentos de hadas, y si aún serían felices. Siempre quise saber por qué en el mundo de los adultos las cosas rara vez terminaban bien como en los libros infantiles y por qué nuestro mundo no era tan perfecto como el de los cuentos que me leían antes de dormir.

    Observé con la mayor atención los gestos de mis padres y comprendí que no eran realmente felices ni juntos ni con su propia vida. Cuando descubrían mi expresión preocupada, me sonreían como lo hacen los adultos que quieren consolar a un niño. Pero tan pronto giraban su cabeza, su gesto cambiaba y yo podía advertir cómo se sentían. Podía vislumbrar sus sentimientos de duda y tristeza, sus preocupaciones y una buena cantidad de problemas imposibles de resolver.

    Entendí que existe una gran diferencia entre el mundo fantástico de los cuentos de hadas y el mundo real.

    Los cuentos solo servían para que nos durmiéramos más fácilmente y tuviéramos sueños agradables. Pero el mundo real era una pesadilla desprovista de un final feliz. Eso me entristecía y por las noches lloraba a escondidas. Sobre todo me invadía una tristeza inconsolable cuando veía a mis padres afligidos y desesperados.

    Una y otra vez, mi madre y yo teníamos conversaciones como la siguiente:

    - ¿Por qué papá se va temprano de la casa y no regresa hasta tarde en la noche?

    - Se va a trabajar.

    - ¿Por qué?

    - Porque tiene que ganar dinero para nosotros.

    - ¿Para qué?

    - ¡Si queremos comprar comida, necesitamos dinero! Nadie nos regala nada.

    - ¿Por qué no?

    - ...

    Esta clase de preguntas y respuestas existen en todas las familias. Preguntas, cuya respuesta final siempre es que somos niños pequeños y todavía no podemos entenderlo todo. Pero tampoco como adultos hemos obtenido respuestas a nuestras preguntas. En algún momento dejamos de preguntar y, con ello, también dejamos de reflexionar.

    Cuando éramos niños, nos leían cuentos infantiles porque el mundo real tiene pocas cosas bellas que ofrecer. Esos cuentos debían calmarnos, distraernos de la realidad y hacernos la vida más agradable.

    Como adultos perdemos, sin percatarnos de ello, la fe en el bien y así perseguimos afanosamente solo sueños inalcanzables. Los niños son consolados con cuentos de hadas, mientras que los adultos son seducidos, engañados y explotados con los sueños.

    Al reflexionar en todo ello, nunca perdí de vista un aspecto fundamental, y me he preguntado siempre: ¿por qué existen el sufrimiento, el hambre, la violencia, las mentiras, el engaño, las guerras y las demás circunstancias que afean nuestra existencia en este mundo?

    ¿Por qué somos infelices?

    Estos interrogantes nunca han abandonado mi mente. ¿Cómo podría olvidarlas, si este mundo me obliga a tenerlas siempre presentes?

    Mis observaciones siempre me llevan a la misma conclusión: sufrimos debido a nuestra posición egoísta, actuando de tal forma que nos hacemos mutuamente la vida difícil.

    Nuestro ego ha creado malentendidos y errores de pensamiento que convierten nuestra vida en un infierno. Estos pensamientos erróneos que en su mayoría hemos adoptado de nuestros semejantes, de las generaciones anteriores, de nuestros amigos y profesores, sin recapacitar si son correctos o no.

    En este libro vamos a tratar de descubrir y dilucidar algunos aspectos en el manejo de nuestro ego. Sería maravilloso si esta obra pudiese contribuir a hacer de este mundo un lugar más bello, pacífico y feliz. Sin embargo, ello depende de nuestra voluntad de corregir nuestra conducta tanto como nos sea posible.

    El lector honesto encontrará tanto en sí mismo como en sus semejantes una infinidad de errores de pensamiento, de ideas adquiridas equivocadamente. El reconocer esta verdad es el primer paso hacia la felicidad individual, la felicidad colectiva y la global.

    Lo que no podemos reconocer, no podemos comprender.

    Así como no podemos mejorar para bien, lo que no comprendemos.

    Quien logra liberarse poco a poco de su propio ego transforma una parte significativa de nuestro mundo en algo más bello, armónico y pacífico: a sí mismo.

    Seamos o no conscientes de ello, creámoslo o no, todos tenemos la misma responsabilidad: legar a nuestros hijos un mundo mejor del que recibimos de nuestros padres.

    Cuanto mayor sea el número de individuos que coincidan con este comportamiento, cuantos más sean quienes actúen con amor, respeto, consideración y entrega, tanto mejor será el resultado y más bella se podrá tornar nuestra existencia en este mundo.

    Todos anhelamos un mundo en el cual no sea necesario recurrir a los cuentos de hadas para calmar a nuestros hijos de sus miedos y distraerlos. Un mundo en el que no existan para los adultos sueños comprables, sino medios para poder realizar una vida plena y feliz

    Si todos anhelamos un mundo así y, sobre todo, deseamos transferir un mundo mejor a nuestros hijos, estamos ante la ineludible obligación de vivir y luchar por lo que es bueno, verdadero y bello. Una lucha contra el ego propio, colectivo y global. Solo el amor verdadero y desinteresado puede lograr que esta lucha culmine en un triunfo:

    ¡El triunfo del amor sobre el ego!

    Saeed

    Introducción

    Estimada lectora, estimado lector:

    Toda distancia causa separación y soledad, especialmente si nace desde el corazón. Considero a todo el mundo como una gran familia. Por nuestras venas fluye la misma sangre. Somos parte de una Unidad, un cuerpo. Si la más mínima parte de nuestro cuerpo sufre dolor, sufre todo el cuerpo. Así, siento el dolor de la humanidad en general y el de las personas individuales como un dolor propio, y mi interés es prestar ayuda en la medida de lo posible.

    ¿Alguna vez has observado el comportamiento de las personas ante un semáforo en rojo? En cuanto el semáforo cambia a rojo y los pasantes se detienen, dirigen su mirada hacia quienes también esperan cerca el cambio de la luz, tratando establecer un contacto visual por un breve momento. ¿Acaso también a ti te ha acontecido, has percibido ese sentimiento indescriptible mientras conduces por la autopista, al observar a personas que, simplemente paradas en un puente, contemplan el tráfico y te saludan? ¿Tal vez tú también has estado en la misma situación, de pie, saludando a los conductores de los coches que pasan? Esos sentimientos indescriptibles son sentimientos de soledad, de duelo por este mundo y, sobre todo, de anhelo de amistad, de una familia sana y de un mundo perfecto en donde haya un trato amigable mutuo, de paz y de amor común.

    Todos somos parte de un cuerpo, miembros de una sola familia y habitantes de un mismo mundo. Para mí cada ser humano es mi hermano. Todas las personas son mis amigos a quienes yo amo. Considero a cada ser humano como una hermana, un hermano. Por eso me excuso de antemano si te tuteo.

    Siento una alegría muy grande de que tengas este libro en tus manos y leas estas líneas que emanan directamente de mi corazón. Te invito muy cariñosamente a sumergirte en mis pensamientos luminosos y a que lleves contigo lo que consideres bello y bueno.

    Sobre el libro

    La meta de este libro es sacar a la luz en un breve resumen de malentendidos y errores de pensamientos e iluminar de manera comprensible las conexiones entre estos. Por eso, las explicaciones están concentradas en lo esencial. Algunos temas requieren de ejemplos para vislumbrar los conjuntos. En otros caso decidí conscientemente no poner ejemplos para conceder así al lector la posibilidad y la libertad de reconocer los ejemplos que le da su propia vida.

    Excluí a propósito algunos temas a causa de la complejidad de su contenido, ya que constituyen de por sí material para un nuevo libro. Por ello quisiera tratarlos en forma separada y más detalladamente. Se trata de asuntos tales como Dios, el esoterismo, la astrología, la autodisciplina, la riqueza, la convivencia, la sexualidad, la felicidad y otros tópicos esenciales de contenido semejante. Me interesa especialmente la temática de la astrología debido a una razón muy especial, que yo llamo karmalogía, es decir, una combinación del karma y la astrología, disciplina que he venido desarrollando y he probado desde hace ya un par de años. La obra dedicada a la karmalogía aclarará la verdadera astrología y su sentido real. A los interesados les va a brindar conocimientos nunca antes vistos sobre el destino humano y les dará a conocer relaciones ocultas de la vida.

    Te suplico, verifica profundamente el contenido de este libro y asimílalo solo cuando hayas aprobado por experiencia propia la corrección de su mensaje, ya que solo lo que reconocemos por propia voluntad alcanza nuestra conciencia y aborda nuestra alma más profundamente.

    ¡La verdad es y seguirá siendo una experiencia muy personal! Cada ser humano es responsable de sus propios pensamientos, palabras y acciones. Esa responsabilidad NO es transferible. Tendemos a responsabilizar a otras personas de nuestra infelicidad, ya que es más fácil y conveniente evitando así reconocer que somos nosotros mismos quienes hemos tomado decisiones equivocadas. Cada uno tiene que determinar lo que acepta libremente o no. Considero recomendable leer este libro varias veces, especialmente los temas que parezcan incomprensibles, poco claros o incluso contradictorios. La conciencia necesita tiempo para crecer. Es muy probable que en la segunda lectura obtengas una comprensión más profunda. Esto siempre es así, ya que constantemente estamos ampliando nuestra conciencia. Ocurre automáticamente al vivir acontecimientos, experiencias y conocimientos que vamos adquiriendo con el tiempo. La consecuencia de ello es una percepción incrementada y una mente más alerta.

    Cuanto más crece la conciencia, tanto mayor será su capacidad para recibir y asimilar.

    Quiero pedirte que no generalices el contenido de este libro. Si doy una explicación sobre las personas en un contexto específico, no significa que toda la humanidad actúe de la misma manera. No quiero agobiarte con una explicación permanente de que no estoy generalizado. Mis conclusiones se basan en malentendidos que, en mi opinión, nacen del ego propio, colectivo y global. Si bien esa situación existe en todas partes, no todo el mundo participa en ella. Algunos eligen el camino del desinterés propio.

    Por lo general sospechamos una generalización solo si nosotros mismos tendemos a generalizar, o si nos sentimos tratados injustamente a causa de u mensaje de otra persona.

    Aunque yo rechace mucho de lo que los seres humanos hacen, no significa que rechace al individuo, a la persona que está actuando. Existe un gran malentendido que provoca que la humanidad se identifique con sus acciones egoístas. Esa es la razón por la cual nos sentimos heridos cuando alguien critica nuestras acciones. Por eso te ruego de no tomar el contenido de este libro personal, especialmente si te sientes criticado o atacado. No juzgo a mis semejantes. Simplemente rechazo su actuación egoísta.

    La verdad no necesita ser defendida.

    Más bien, la humanidad necesita aclaraciones.

    En este punto es importante mencionar lo siguiente: no pertenezco a ninguna religión ni a ninguna iglesia. Creo en Dios, nuestro padre divino, y en nuestro hermano y salvador, Cristo. Por lo tanto, si menciono a Dios o a Cristo en este libro, no tiene nada que ver con la religión, la Biblia o la Iglesia, y no debería ser relacionado con ello. No pertenezco a ningún partido político ni a una secta, comunidad religiosa o similar. No tengo ningún interés en predicar para las personas ni en guiarlas en cierta dirección. Porque eso sería, a mi modo de ver, manipulación. Mi meta es, antes que nada, iluminar a las personas y aclarar malentendidos y errores de pensamiento. La verdad divina es libre y no depende de las creaciones humanas como la economía, la política, la religión, la ciencia y la filosofía. Es y continúa siendo una oferta que podemos aceptar o rechazar. Lo que cree una persona siempre es y será su asunto personal. Dios nos transmitió tal derecho a la libertad, la cual no debe ser restringida, manipulada o explotada por el ser humano. La verdadera fe se puede reconocer por medio de dos preguntas. Primera: ¿a quién le sirve el ejercicio de la fe? Segunda: ¿los líderes religiosos cumplen ellos mismos con lo que divulgan? ¡Los árboles se reconocen por sus hojas y frutos, a los seres humanos los reconocemos por sus obras y no por sus palabras! Por lo tanto, si la fe es buena o mala, egoísta o desinteresada, humana o divina es algo que se reconoce según si sirve a un grupo pequeño de personas egoístas que sueñan con dinero y poder, o si sirve a toda la humanidad y persigue metas desinteresadas que le sirvan a la comunidad, es decir, metas divinas. La verdadera fe libera a la gente del ego propio, colectivo y global, y las guía hacia la unidad, igualdad, fraternidad, libertad y justicia. Estos son los principios básicos del orden divino. Quien sigue a una persona aún no ha reconocido la verdad. Porque Dios es el Camino, la Verdad y la Vida. Aunque se cometan crímenes en el nombre de Dios, Él es libre e independiente de todas las obras humanas.

    Solo podrás entender el contenido de este libro si comprendes su sentido: hay que superar el ego para tomar los acontecimientos de manera objetiva, sincera y no personal.

    Me he esforzado en presentar los temas siguiendo un orden lógico, aunque esto no siempre fue posible o útil. En parte prescindí a propósito de obedecer a un orden exacto por secciones. Así quiero lograr que tú mismo reconozcas en las diferentes partes del libro ciertos contextos desde diferentes perspectivas y que de esta manera obtengas el efecto ¡ah!. Solo así se puede asegurar que alcances un conocimiento y logres ponerlo en práctica con sus consecuencias y su relevancia en la vida cotidiana.

    Me alegraría mucho si este libro animara a muchos lectores a reflexionar, de modo que recuperasen una de las más grandes habilidades de la niñez, que como adultos han olvidado: ¡hacer preguntas!

    Tenemos que volver a aprender a cuestionar todo de manera sincera y franca para detectar nuestros errores de pensamiento y nuestros falsos valores. Si no somos críticos, atentos y honestos, tomamos por cierto todo aquello que se nos dice. Los medios de comunicación nos bombardean constantemente con ideales y sueños. Si tomamos nuestros sueños e ideales fuera de nuestro corazón, tarde o temprano sufriremos a causa de la desorientación espiritual. El ser humano solo encuentra sus verdaderos valores en su corazón, donde habita su conciencia y palpita su anhelo de verdad, justicia y amor.

    Quien cesa de preguntar deja de buscar la verdad.

    Quien deja de buscar la verdad deja de vivir.

    Saeed

    Notas a la edición de 2014

    Estimados amigos:

    He dialogado intensamente con lectores de El triunfo del amor sobre el ego. En las correcciones y ampliaciones para esta segunda edición he incluido las conclusiones que adquirí en tal intercambio. Deseo presentar aquí un resumen.

    La meta de este libro no es desterrar al ego y a los egoístas de este mundo. ¡De ser así, nos tocaría a todos abandonar el mundo! No es una deshonra ser un egoísta, ya que nunca aprendimos otra cosa. Todos somos egoístas. Unos más, otros menos. Sin embargo, tenemos que actuar conjuntamente y unirnos para lograr un mundo mejor. Por ello, la intención de este libro no es la de juzgar o desterrar a todos los egoístas o el egoísmo en sí, ya que el egoísmo nació del desamor. En conclusión, los egoístas son personas que han recibido poco amor o no lo han recibido en absoluto, y el amor es el único escape del egoísmo. Por tanto, deberíamos tratar a nuestro propio ego y a los egoístas con comprensión, paciencia y amor.

    Cuanto más amor reciba un egoísta, tanto más se reducirá su ego y tanto más crecerá su espíritu

    Esta obra ha sido escrita de manera fácil y clara, de un modo que absolutamente toda persona puede entenderla. Pero esta claridad no nos debe hacer creer que a la primera lectura rápida ya habremos captado el contenido del libro. ¡Es de vital importancia saber que la sencillez textual de este libro lleva a consecuencias de gran alcance y profundidad si logramos comprenderlo y aplicarlo!

    Otro aspecto es el hecho de que con solo entender el contenido del libro no avanzaremos automáticamente.

    1- Tenemos que comprender sus conclusiones y su alcance.

    2- Tenemos que comparar nuestra vida personal con su mensaje para llegar al autoconocimiento requerido.

    3- Tenemos que descubrir las partes débiles en nuestro carácter y en nuestra vida aplicando los conocimientos adquiridos a través de esta obra. Todo conocimiento carece de valor si no lo transferimos e integramos en nuestra vida. Solo corrigiendo nuestro comportamiento podemos manejar con verdadera maestría nuestros déficits y separarnos de los egoístas. Es muy importante comprender que también los conocimientos más sencillos deben ser aplicados y que dicha aplicación es mucho más difícil que la sola comprensión.

    El siguiente aspecto se refiere al procedimiento de la lectura. Cada quien puede leer el libro tal como presuma que le conviene. Podemos abrir cualquier página y empezar a leer lo que se nos presenta. También podemos elegir en el índice los títulos que nos interesen. Sin embargo, mi ineludible recomendación es leer el libro desde su comienzo. Solo así se puede asegurar que comprenderás la ley interior y el núcleo del libro en su totalidad. Así como con una película de cine, vale la pena resistirse a la tentación de leer primero los capítulos interesantes. Muchos temas se construyen y completan entre sí uno con otro. Lo he escrito de tal forma que las conclusiones decisivas se repiten en diferentes contextos. De ese modo quiero acompañarte en cada temática y en cada capítulo para que juntos nos acerquemos al triunfo interior del amor sobre el ego.

    El sentido y la meta de este libro es la transformación en tu conciencia y en tu alma. Esto significa que tenemos que pensar seriamente sobre el contenido de los capítulos para interiorizarlo. Solo si elaboramos nuestros pensamientos serán útiles los conocimientos de este libro. Por un lado tenemos que revisar nuestras emociones, nuestros sentimientos y nuestras percepciones. A través de la transformación en nuestro espíritu tendremos cada vez más sentimientos divinos, armónicos y amables. Eso nos convierte en seres llenos de luz, amor y perfección, ¡lo que nos ayuda a evitar sentimientos e intenciones malsanas y negativas y nos convierte en seres cada vez más bellos, sanos, ricos y felices! Que haya entonces luz en nuestra conciencia y en nuestra alma. La iluminación consiste en encender la luz en nuestra conciencia. La salvación es la iluminación de nuestra alma.

    ¡Hágase la luz!

    Saeed

    Para una nueva humanidad por amor a

    la unidad, igualdad, fraternidad, libertad y justicia.

    Para una nueva humanidad por amor a

    la unidad, igualdad, fraternidad, libertad y justicia.

    Devenir o morir

    La vida es un constante crecimiento y un devenir. Quien no tiene interés en un crecimiento espiritual, se queda estancado y vive una vida sin sentido. Eso lo experimentamos desafortunadamente día a día en la convivencia con nuestras amistades y en otras relaciones humanas.

    La ley eterna de la vida es el eterno devenir.

    Esta ley es especialmente importante para nosotros, los seres humanos, porque tenemos que comprender que la vida es un constante proceso de maduración. Entonces, vivir es aprender. Quien no muestra disposición a aprender sufrirá. Solo cosechamos golpes del destino, enfermedades, separaciones y dolores a no ser que estemos dispuestos a aprender nuestras lecciones.

    Llegar a ser significa sobrepasar las fronteras y restricciones de la conciencia para poder madurar y ser más sensato. También significa que tenemos que superar nuestro propio ego paso a paso de modo que lleguemos a convertirnos en seres más desinteresados y plenos de amor. Solo así podemos devenir hasta ser más nobles, generosos y perfectos.

    La muerte corporal no es la única forma de morir. Cada uno de nosotros muere día a día paulatinamente, sin que seamos conscientes de esta realidad. Si nuestra meta solo es trabajar para sobrevivir, nos vemos prácticamente privados de nuestra propia existencia ya que no vivimos, sino que solo sobrevivimos. Esto significa que estamos vivos, pero no sentimos más la alegría de vivir, ya que tenemos que combatir constantemente nuestros problemas existenciales. De esa manera vivían los esclavos en la Antigüedad. La única diferencia entre la actualidad y aquellos tiempos es que los dueños y comerciantes de esclavos de ahora son invisibles. Si solo vivimos para solucionar nuestros problemas, perdemos día a día la calidad de nuestra existencia y sucumbimos cotidianamente. La vida auténtica debe estar plena de alegría, transformación y regocijo. Podemos comprender la belleza y la magnificencia de la vida si dejamos de verla como una batalla por la supervivencia. La vida es un regalo infinito de Dios con el que podemos disfrutar de felicidad, armonía, riqueza y amor.

    Mucha gente desea la muerte. Cree que en la muerte encontrará la salvación. Pero esto es una apreciación errónea. Cuando morimos, únicamente muere nuestro cuerpo terrestre, nada más. Nos desprendemos de nuestra cubierta terrenal y material y nos convertimos en algo invisible para nuestros semejantes. ¡Pero ello no significa que estemos muertos! La salvación no tiene ninguna relación con la muerte. Son dos aspectos completamente diferentes. Sucumbimos porque la materia es efímera y nuestro tiempo en la tierra llega a su fin, pero la salvación es una liberación paulatina de las memorias negativas guardadas en nuestra alma (karma). Es decir, nuestra muerte no conlleva automáticamente la salvación.

    Muchas personas, especialmente los jóvenes, creen que pueden solucionar sus problemas con el suicidio. ¡El caso es todo lo contrario! Al fallecer, llevamos con nosotros exactamente los mismos problemas que hemos sufrido hasta nuestra muerte y nos veremos enfrentados al hecho de que tenemos que solucionarlos también en el más allá. Es decir, en realidad no hemos solucionado nada y seguimos cargando con nuestras angustias y problemas. El suicido conlleva aún una mayor cantidad de problemas que la muerte normal, porque es un asesinato y por ello permanece escrito en nuestra alma como una gran memoria de energía negativa. En consecuencia, la vida del alma será mucho más difícil en los otros mundos. Por eso te recomiendo enfáticamente que te abstengas de pensamientos suicidas o de otra clase de anhelos de muerte.

    No llegamos a este mundo para morir, sino para aprender.

    Lo que no aprendemos, llevamos con nosotros como problemas no solucionados.

    Tomamos una decisión contra la vida si nos concentramos en nuestros problemas, en vez de buscar soluciones. También negamos la vida si nos entregamos al quejido de nuestro ego y lamentamos que nuestra existencia sea diferente de la que deseamos. Vivir significa iniciar cada día con alegría y gratitud y concluirlo con amor y armonía. Quien se decide por la vida, trabaja cada día en sí mismo y afirma la vida en cada minuto con amor y gratitud. No sufre por sus problemas, al contrario, lucha con dinamismo por resolverlos. La decisión por la vida nos trae vitalidad, alegría de vivir y verdadera fuerza. ¡Quien vive de esa manera será premiado por la vida con salud, riqueza, éxito y felicidad en abundancia!

    Cambio o variación

    Nuestra alma ama la vida y el cambio constante, ya que la vida es una permanente transformación, un llegar a ser eterno. Nuestra existencia nos proporciona día tras día impulsos, estímulos e ideas sobre lo que debemos modificar para que la vida fluya mejor y lleguemos a ser individuos más felices. Mientras que nuestra alma se orienta hacia la vida eterna, nuestra razón se rige por lo efímero y desconoce lo demás. Por eso entendemos mal el anhelo de nuestra alma por un verdadero cambio interior, asumiendo que es solo un deseo de cambio de nuestro entorno. Así creemos que llegaríamos a estar más felices si cambiáramos de novio o de novia, si consiguiéramos otro trabajo o si tuviéramos mucho más dinero. En otras palabras, lo que el alma percibe y nos transmite como anhelo de cambio es percibido por nuestra razón como un simple impulso de variación.

    Una plausible explicación es que

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