Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

T.R.I.A.L.S.: Un Viaje De La Ansiedad A La Paz
T.R.I.A.L.S.: Un Viaje De La Ansiedad A La Paz
T.R.I.A.L.S.: Un Viaje De La Ansiedad A La Paz
Libro electrónico257 páginas3 horas

T.R.I.A.L.S.: Un Viaje De La Ansiedad A La Paz

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Si te dijera que la solución para dejar atrás la ansiedad y tener días positivos y llenos de alegría es tan fácil como leer este breve libro, ¿me creerías? No te preocupes, yo tampoco. Sin embargo, espero que te unas a mí en un viaje para ver si puedes convencerte de que la ansiedad es una opción que todos podemos elegir soportar o dejar ir.&nbs

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento20 jul 2021
ISBN9781952955327
T.R.I.A.L.S.: Un Viaje De La Ansiedad A La Paz
Autor

Chase Turner

Chase es un misionero y ministro para todo el mundo hispanohablante a través de una organización llamada Spanish Missions, que actualmente tiene 30,000 estudiantes. Desarrolló este material y lo enseñó durante un verano. Chase habla anualmente en la conferencia Cursos Biblicos en Centroamérica. Ha hablado en conferencias en Brasil, México, Guatemala, Ecuador, Panamá, Honduras, Costa Rica y en muchos de los estados de los Estados Unidos. Unos meses después de graduarse de la Universidad Freed-Hardeman, se casó con Kristen y tienen cuatro hijos. Han vivido en Monroe, LA. durante los últimos ocho años.

Relacionado con T.R.I.A.L.S.

Libros electrónicos relacionados

Crecimiento personal para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para T.R.I.A.L.S.

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    T.R.I.A.L.S. - Chase Turner

    CAPÍTULO 1

    ¿QUÉ ES EL ESTRÉS Y DE DÓNDE VIENE?

    Cuando era niño, me encantaba leer las historietas cómicas de Archie. Recuerdo haber ido a ventas de garaje cuando vivíamos en Canadá y encontrar una caja de revistas de Archie que valían $0.25 cada una. Compré la caja entera. Parecía que todos los que conocía en la escuela eran uno de los personajes. No estaba seguro de cuál personaje era yo, pero sabía que quería ser Moose. Si pudiera escoger, quería ser alto, tener músculos grandes y tener una novia que pudiera llevar con un brazo. Quería ser atractivo y demasiado seguro de mí mismo. A una temprana edad, (sin saberlo) me puse expectativas poco realistas porque los objetivos que establecí requerían elementos fuera de mi control. Si bien pude controlar la autoconfianza, aprendí rápidamente que los otros objetivos que establecí determinaron mi nivel de autoconfianza. Sin embargo, mi altura, peso y conseguir a la pequeña novia no estaban bajo mi control. ¡También estresé a otras personas que aún ni conocía! Sin darnos cuenta, la mayoría de nosotros nos estresamos a una edad muy temprana.

    A medida que envejezco, quiero desesperadamente decir que vivir sin estrés y ansiedad se vuelve más fácil, pero desafortunadamente aún requiere mucho esfuerzo. El año pasado, me pidieron dar una conferencia en Minnesota. Si continúas leyendo, verás que me esfuerzo por vivir un estilo de vida muy minimalista. Debido a que la conferencia era un sábado, tomé un vuelo el viernes por la noche y planeé regresar el domingo por la tarde. Para evitar tener que llevar equipaje de bodega, puse mi traje en una percha y llevé un maletín de mano con todos mis elementos esenciales. ¡Cuando desperté el sábado por la mañana, mis pantalones no estaban allí! Se habían caído de la percha en algún lugar del avión o del aeropuerto, y me quedé solamente con una chaqueta del traje de vestir y los jeans que llevaba puestos en el avión. Empecé a pensar en todas las posibilidades de dónde estaban mis pantalones, pero realmente no importaba porque no había forma de recuperarlos antes de dar mi charla. Entonces comencé a pensar en lo que los demás pensarían de mí hablando con jeans y una chaqueta de traje de vestir, y el estrés comenzó a aumentar y aumentar.

    Lamentablemente, comencé a fingir que podía leer la mente de todos los que asistieron. Sabía exactamente lo que iban a pensar de mí, por lo menos eso pensaba. Le di mucho valor a sus opiniones, y ni siquiera conocía a estas personas. Me imagino que todos hemos hecho esto en algún momento de nuestras vidas.

    Aunque la mayoría de los diccionarios definen el estrés como la presión o tensión ejercida sobre alguna cosa o un estado de tensión mental o emocional resultante de circunstancias adversas o muy exigentes, estas definiciones no mencionan un factor crucial: el origen de la presión o tensión. ¿Por qué? ¡Para la mayoría de las personas, la lista sería tan larga que requeriría volúmenes de libros para incluir todas las posibilidades! La razón por la que tendríamos listas tan largas y diferentes es por la circunstancia y la percepción.

    No voy a decirte que todo el estrés está en tu cabeza, pero ¿no es ahí donde está? ¿No es presión el hecho que nos impongamos a nosotros mismos para ser de cierta manera, para realizar una tarea determinada, para estar en un lugar determinado o para tener ciertas cosas? ¿Dónde se origina nuestra percepción si no es en nuestra cabeza? Uno de los beneficios del estrés es que la gente no puede verlo a menos que lo permitamos. Los problemas surgen porque tienden a crear impostores de muchos de nosotros. Nos convertimos en marionetas controladas por nuestro deseo interno de asegurarnos de que todos piensen que todo en nuestra vida está bajo control.

    Desafortunadamente, las redes sociales también juegan un papel importante en perpetuar la falsa realidad. ¿Con qué frecuencia se retrata la realidad en Facebook, Instagram, Twitter, etc.? ¿Cuántas fotos tomamos antes de encontrar la sonrisa perfecta? ¿Cuántas instantáneas de vacaciones felices mostramos al mundo para que todos sepan que fue un viaje perfecto cuando la realidad es que dos personas de nuestra familia estuvieron enfermas la mitad del tiempo? No mencionaré que también llovió en los momentos más inconvenientes, y perdí los estribos con mi hijo o hija de cuatro años porque él o ella estaba actuando como un niño o una niña de cuatro años. Si no estuviéramos tan preocupados con lo que otros piensan de las decisiones que tomamos y de cuán buenos o malos fueron nuestros días, ¿cómo podríamos ocupar nuestro tiempo?

    Otro atributo debilitante de esta espiral descendente que creamos dentro de nosotros mismos es que nos hace creer que no tenemos otra opción. La confusión interna creada por nuestra psique equivocada funciona en contra de nosotros hasta que explotamos. Lamentablemente, estas explosiones tienden a lastimarnos a nosotros y a las personas más cercanas a nosotros. Quizás la peor parte de todo es que la explosión no es una solución al problema, sino simplemente un producto.

    Cuando nos damos cuenta del poder que tenemos dentro de nosotros mismos para controlar nuestra reacción a las circunstancias, podemos entender que no tenemos que vivir con ansiedad. Sin embargo, esto también produce que desafortunadamente nos demos cuenta de que elegimos vivir con ansiedad.

    ¿DE DÓNDE VIENE EL ESTRÉS?

    A diferencia de la creencia popular, nuestras reacciones al estrés son una decisión, no una obligación. Una de las mayores luchas en la vida es la fuente de nuestro estrés. Cuando consideramos las decisiones que tomamos cada día, ¿cuáles son los factores influyentes más importantes?

    El emperador romano, Marco Aurelio, dijo: Muchas veces me he preguntado cómo es que cada hombre se ama más a sí mismo que al resto de los hombres, pero a pesar de todo, le da menos valor a sus propias opiniones de sí mismo que a las opiniones de otros (Meditaciones, Marco Aurelio).

    Este pensamiento pinta una imagen de una realidad que la mayoría de nosotros vivimos. ¡Qué triste es vivir cada día dando permiso a nuestros amigos, compañeros de trabajo, miembros de la iglesia y al público en general (a quienes realmente no conocemos personalmente) para determinar qué vestimos, cómo lo vestimos, qué decimos y cómo lo decimos! Incluso influyen en nuestra crianza de los hijos, las finanzas, el ejercicio (si es que hacemos ejercicio) y nuestra comida. La verdad más triste de todo esto es que la mayoría de las personas a quienes damos este poder no les importa en absoluto lo que estamos haciendo, comiendo, vistiendo, etc.

    La mayoría de nosotros admitiríamos que nos amamos, al menos en cierta medida. ¡Yo sí lo admitiría! Me imagino que también admitiríamos que estamos más preocupados por lo que otros piensan de nosotros que por lo que pensamos de nosotros mismos. Incluso estaría dispuesto a apostar, a veces, que nos importan más las opiniones de aquellas personas quienes no nos agradan más de lo que nos importa nuestra propia opinión.

    Muchas veces me he preguntado cómo es que cada hombre se ama más a sí mismo que al resto de los hombres, pero a pesar de todo, le da menos valor a sus propias opiniones de sí mismo que a las opiniones de otros. – Marco Aurelio

    Cuando vivimos así, si no somos afirmados en las decisiones que tomamos, nuestra autoestima se desploma. La baja autoestima es un detonador de nuestras propias percepciones negativas. Una de las claves para superar las percepciones negativas es la confianza. Para que podamos creer en nosotros mismos, debemos encontrar la capacidad de superar el valor que le damos a las opiniones de los demás. ¿Sería posible despertar mañana y tener menos preocupación por lo que otros piensan de nosotros? ¿Pensar menos en las opiniones que nos rodean crea menos estrés en nuestras vidas? Es un paso en la dirección correcta. No sugiero de ninguna manera que debemos ser irrespetuosos con nadie, pero deberíamos tener un poco de respeto y valor por nuestra propia opinión. La forma en que vivimos enseña mucho a los demás sobre quiénes somos, pero nuestros pensamientos nos enseñan la misma

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1