Hasta Su Último Día…: Narrativa Y Poesía

Por Andrea Saldaña Rivera

…en el Gabinete de Enfermeras o en el Instituto de las Mujeres, en su programa de radio como en sus libros, la autora ha buscado compartir una vocación por “sanar”: restituir un equilibrio físico y mental a quienes están a su alrededor. Salud en lo individual y en lo colectivo. Al leer, su visión de género y su espíritu académico se combinan con su espíritu poético para indagar en senderos poco transitados. Siempre, como cortesía, deja entre renglones algo más (parafraseo). Nos invita a diferentes miradas. Les invito a sorprenderse descubriéndola en su búsqueda de lo entrañable. Y si ya la conocen, a deleitarse con estos atisbos al silencio y a la memoria.
Alexandro Roque.
San Luis Potosí, febrero 2022.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 15 feb 2022
• ISBN: 9781506540108

Andrea Saldaña Rivera

Andrea Saldaña Rivera. Escritora mexicana radica en San Luis Potosí, S. L. P. Esta publicación incluye sueños, vivencias y ficciones. Ha incursionado en poesía, narrativa, ensayo, biografía y literatura infantil. Agrega una muestra de sus textos para análisis literario y pictórico. Se le han otorgado Reconocimientos nacionales e internacionales como profesional, escritora y poeta. Ejerce su oficio con un amplio concepto de la libertad y los derechos humanos, ambos, su guía e inspiración.

Vista previa del libro

DE LA POESÍA Y LA PROSA

DE ANDREA SALDAÑA

Cuando Andrea Saldaña Rivera me envió este libro me dijo que sería el último. No lo último que quiere escribir, aclaró, sino el último que buscaría publicar. Espero que no. La última y nos vamos, dicen que es una mentira clásica del mexicano.

¿Quién lo sabe? No es fácil dejar un hábito, tan hermanado a otro que es el leer. Juntar palabras, ver que sean las precisas, y dotarlas de la cuerda floja que es la puntuación y el ritmo, puede llegar a ser un vicio, y es un reto que Andrea ha gozado y ha sufrido. He leído varios de sus libros, de varios géneros. La atmósfera femenina se presenta de una u otra forma en los textos de Andrea, hay una mirada de ternura alegre, y de crítica también ante los obstáculos que suelen poner el amor y la familia, la pareja o la comunidad donde nacimos o crecimos. Dónde estamos, por qué, son preguntas que parecen aflorar a cada instante. Un grito de amor, pero de amor libre, del que se sabe amor.

En este, el último libro, encontré alma y calma, poemas y cuentos, reseñas de sus lecturas. recuerdos y anécdotas pasados por el tamiz del tiempo y con la tranquilidad que da el haber andado de la mano de la palabra escrita toda una vida, con los hallazgos y dificultades de este código. Es un caminar por un camino soleado a la sombra de los árboles con quien comparte estos momentos atesorables.

A Andrea, siempre genero...sa (como explicita en el título de una de sus obras), la conocí en un libro de poesía. Empezaba yo a leer y buscaba cómplices. Mi mamá me dijo que fue su compañera en la Escuela de Enfermería de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. En la preparatoria, el maestro de literatura, mi querido Willebaldo Rangel, nos preguntó alguna vez si habíamos leído autores de San Luis Potosí, si conocíamos personalmente a alguno o alguna. Le dije de Andrea y la invitamos a platicar con el grupo. Ella me invitó al colectivo que se reunía en la Casa Museo Manuel José Othón y allí llevé mis primeros textos. A partir de allí coincidimos en reuniones, lecturas, presentaciones. He sido su editor y colaborador, y siempre leo con avidez lo siempre nuevo que tiene para compartir.

En el Gabinete de Enfermeras o en el Instituto de las Mujeres, en su programa de radio como en sus libros, la autora ha buscado compartir una vocación por sanar: restituir un equilibrio físico y mental a quienes están a su alrededor. Salud en lo individual y en lo colectivo. Al leer, su visión de género y su espíritu académico se combinan con su espíritu poético para indagar en senderos poco transitados.

Siempre, como cortesía, deja entre renglones algo más (parafraseo). Nos invita a diferentes miradas.

Les invito a sorprenderse descubriéndola en su búsqueda de lo entrañable. Y si ya la conocen, a deleitarse con estos atisbos al silencio y a la memoria.

Alexandro Roque

San Luis Potosí, SLP, febrero de 2022.

INTRODUCCIÓN

Lo más notable para quienes tratamos de escribir narrativa y poesía, es como se nos facilita y complica, lo que tanto disfrutamos: explorar el lenguaje. Algunas veces me sorprenden las múltiples aplicaciones de los vocablos.

Debido a que, en los diccionarios de la R.A.E., las acepciones de cada palabra suelen ir numeradas, la tarea enriquece a quien, ante la más ligera duda, se toma el trabajo de cotejar significados: El/la autor/a y lector/a.

Sabemos que el lenguaje se revisa y se trabaja, tanto para evitar palabras repetidas, como para eliminar cacofonías y vocablos, que pudieran causar un sonido o efecto desagradable o diferente, al que se busca.

Finalmente, encontrar o crear metáforas, comparaciones, figuras, imágenes o redactar parábolas y tropos es, como ir moldeando el barro. Aunque las manos trabajan con él, la mente, la lleva de la mano, hasta encontrar o no, lo que se buscaba.

Andrea Saldaña Rivera

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HASTA SU ÚLTIMO DÍA

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"Hay seis millones de tiros

en un juego de billar."

Albert Einstein

El billar es un juego de precisión. En ocasiones, las bolas chocaban en lugares muy diferentes a los planeados. El Gallo, (así le llamaban, nunca supe su nombre, pienso que el apodo, lo tomaron de sus hábitos, por levantarse temprano. Algunos le decían gato o micifuz, por sus ojos verdes y rasgados, mi padre me advirtió que no usara esa palabra porque lo consideraba un insulto). Cuando jugábamos, el Gallo me decía cariñosamente anda chambona, así me ganas fácil.

Ante mi insistencia, él aceptó ser mi maestro en los juegos de billar. Me enseñó lo que sabía de ese juego y deporte. Eso no estaba entre sus obligaciones, como empleado de mi padre. Tal vez, fue la razón para sentir por él un agradecimiento, que después se transformó en un amor platónico, uno que nadie conoció.

La creación del billar es atribuida a un francés y a un inglés, vaya usted a saber. Aprendí a usar las palabras carambola, bandas, troneras, buchacas, mesas, paño, bolas, tacos, tiza y otras.

Cuando mi padre llegaba al negocio, yo seguía jugando, ante su mirada complaciente. Siempre sospeché que el Gallo, procuraba fallar sus golpes. De ese modo hacía que las bolas quedasen en inmejorable posición, para que yo lograra hacer carambola ante mi padre. El entonces, prometía premiarnos.

El premio era dejarnos jugar con su balabushka, su tesoro, su espléndido taco de billar. Lo había adquirido en Estados Unidos. Fue después de trabajar arduas jornadas en un campo de algodón, pizcando. Para él, era más que un simple taco de billar.

La balabushka fue la herramienta con la que obtuvo ingresos adicionales en torneos de billar. Nos contaba que, gracias a la balabushka, pudo regresó a tiempo para estar en mi nacimiento. Además del viaje, tuvo suficientes recursos para establecerse como empresario, el tesón es una cualidad que espero heredar.

Varias veces quisieron comprarle la balabushka. Él, siempre se negó. Entonces me decía: la carambola manda, mientras se acierta, se sigue jugando. Lo hizo, hasta su último día.

TÍA ÚRSULA, EL

FUEGO QUEMABA LOS

MALES Y LA IRA…

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Ahora entiendo

la pena de tus ojos.

Y tu origen, navegando

en el gran cementerio…

Graciela Huinao

Viuda por obra y gracia