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Números
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Libro electrónico228 páginas3 horas

Números

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¿Has leído la Biblia y sentido que tienes dificultades para comprender lo que dice?

¿Las enseñanzas de la Biblia parecen demasiado alejadas de la vida cotidiana?
Pocas cosas son probadamente eficaces para expandir nuestros corazones y mentes, acercándonos Dios de la manera que lo hacen la reflexión tranquila y el estudio de la Biblia. Él nos dio esta revelación de sí mismo en sesenta y seis libros. Los libros de esta serie abrirán la Biblia entera en una forma práctica y fácil de entender. Más que una ayuda al estudio, los libros de esta serie están diseñados para ayudar a los lectores a ver lo que Dios revela sobre sí mismo en la Biblia.

Ud puede utilizar este libro en el culto personal y el tiempo de estudio. Las cuestiones a considerar y puntos para la oración al final de cada capítulo hacen que cada libro sea pertinente para la vida diaria y buenos iniciadores del debate en grupos de estudio bíblico. Al meditar sobre el mensaje de cada libro, usted encontrará su corazón y la mente concentrados en la adoración a Dios.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 ene 2022
ISBN9781005253172
Números
Autor

F. Wayne Mac Leod

F. Wayne Mac Leod was born in Sydney Mines, Nova Scotia, Canada and received his education at Ontario Bible College, University of Waterloo and Ontario Theological Seminary. He was ordained at Hespeler Baptist Church, Cambridge, Ontario in 1991. He and his wife, Diane served as missionaries with the Africa Evangelical Fellowship (now merged with SIM) on the islands of Mauritius and Reunion in the Indian Ocean from 1985-1993 where he was involved in church development and leadership training. He is presently involved in a writing ministry and is a member of Action International Ministries.

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    Números - F. Wayne Mac Leod

    Autor:

    Tradicionalmente se considera que Moisés es el autor del libro de Números. Aunque el libro no lo declara abiertamente, la frase: Habló Jehová a Moisés aparece alrededor de setenta veces en Números, indicando que la esencia del libro provino de las conversaciones entre Moisés y Dios. Números 33:2 también constituye una fuerte evidencia de que Moisés es el autor cuando declara:

    Moisés escribió sus salidas conforme a sus jorna-das por mandato de Jehová. Estas, pues, son sus jornadas con arreglo a sus salidas.

    En este versículo no solo vemos el mandato que Dios le dio a Moisés de escribir referente al viaje del pueblo de Israel por el desierto, sino que también se evidencia que Moisés obedeció ese mandato dejándolo todo por escrito. Aunque ciertamente existe la posibilidad de que Moisés tuviera un asistente que lo ayudara a escribir el material, el contenido de este libro proviene de Moisés, quien registró fielmente lo que Dios le había dado.

    Trasfondo:

    Es probable que el nombre del libro se deba a todos los censos que se registran en él. El capítulo 1 comienza con el censo de las personas que habían salido de Egipto. El capítulo 2 enumera a las personas según cada tribu. Los capítulos 3 y 4 registran el número de levitas al servicio del Señor. Y por último, el capítulo 26 contiene el censo de la cantidad de personas que estaban listas para entrar a la tierra de Canaán treinta y ocho años más tarde.

    El libro de Números comienza en el segundo año después que Israel fue liberada de la cautividad en Egipto (1:1). Éste registra la peregrinación de Israel en el desierto, y lo que Dios exigió de ellos en ese tiempo. El libro no solo nos da la idea del número de personas que estaban en la nación en ese momento, sino también de su carácter. Se describe a Israel como un pueblo descontento e inconforme con el propósito de Dios. El libro termina con el pueblo de Dios acampando junto al Río Jordán, listo para entrar a la tierra que Dios había prometido a sus padres.

    Este libro, de principio a fin, nos da una panorámica de los requisitos de Dios para Su pueblo, así como de la manera en que el Señor continuaba acompañándoles, proveyéndoles y velando por sus necesidades, a pesar de que a menudo le fallaban.

    Importancia del Libro en la Actualidad

    El libro de Números tiene mucho que enseñarnos acerca de Dios. La manera en que distribuyó el campamento israelita nos muestra que Él es un Dios de orden, que tiene un propósito para cada uno de Sus hijos. Al percatarnos de la dimensión de la nación por medio de los censos que se registran en el libro, percibimos los innumerables recursos de Dios a medida que proveía alimentos y sustento para cada israelita. Vemos Su justicia a la hora de castigar a quienes se rebelan contra Él y contra Sus líderes escogidos. El libro nos permite entender mejor la misericordia de Dios cuando lo vemos soportar pacientemente la continua murmuración de Su pueblo. Su protección se evidencia en la victoria sobre Balaam y el rey Balac, quien quería maldecir a Israel. Comprendemos más acerca de Su poder cuando lo vemos usar a Israel para vencer a naciones mejor entrenadas para la guerra que ellos. Dios demostró gran favor y generosidad al sacar a naciones de su territorio para darle la tierra a Su pueblo. También les proveyó una vía de perdón e intimidad con Él por medio de los sacrificios y los votos que les ordenó; mostrándole así a Su pueblo el maravilloso amor que tenía por ellos a pesar de que no lo merecían.

    El favor de Dios reposó sobre un pueblo murmurador y desobediente. Él sacó a Israel de la tierra de su cautividad y los trajo a través del desierto hasta los límites de la tierra que había prometido a sus padres. A menudo Israel escogía alejarse de los propósitos de Dios. Ellos sufrirían las consecuencias de su desobediencia, y muchos de ellos morirían en el desierto sin ver la tierra prometida; pero aun así Dios seguía siendo fiel a Su palabra.

    En este libro podemos vernos reflejados a nosotros mismos. En demasiadas ocasiones no logramos alcanzar los estándares de Dios, pero Él no nos abandona. Algunas veces, al igual que Israel, por nuestra desobediencia hemos perdido oportunidades y bendiciones, pero Dios continúa obrando en nosotros, acercándonos cada día más a Él y a Su propósito para nuestras vidas. El libro de Números habla sobre oportunidades perdidas, sobre las consecuencias del pecado y sobre el juicio; pero también nos habla sobre un Dios de misericordia que demuestra ser fiel incluso cuando le fallamos.

    1 - EL PRIMER CENSO

    Leamos Números 1:1-54

    El libro de Números le da continuidad a la historia de Dios guiando a Su pueblo en el viaje desde Egipto hacia la tierra prometida. En el comienzo del libro el Señor le habla a Moisés. El versículo 1 nos brinda algunos detalles importantes acerca de la cronología de los eventos que se relatan en el libro. Los israelitas estaban acampando en el desierto de Sinaí cuando iban de camino a la tierra que Dios les había prometido a sus padres. Ya iban por el segundo año de un viaje que les tomaría cuarenta años para llegar a su fin.

    Observemos en el versículo 1 que Moisés estaba en el tabernáculo de reunión cuando el Señor le habló. Moisés tenía un papel muy importante que desempeñar al guiar al pueblo a la tierra prometida, y a menudo él venía al tabernáculo para escuchar a Dios. Moisés no confiaba en su propia sabiduría. Era en este lugar, a solas con Dios, que Moisés encontraría la sabiduría y la dirección que necesitaba para guiar al pueblo.

    En esta ocasión, el Señor le dijo a Moisés que Él quería que tomara un censo de la comunidad israelita, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas (v. 2). Moisés y su hermano Aarón debían contar a todos los hombres de Israel de veinte años para arriba que pudieran salir a la guerra (v. 3). Esto revela el propósito del censo, el cual debía determinar cuántos hombres estaban aptos para pelear por Israel. Cada hombre saludable mayor de veinte años era un candidato para ingresar al ejército. Debemos percatarnos de que estos hombres no tenían opción. Ellos debían servir a su país y estar preparados para sacrificar sus vidas por su pueblo.

    ¿Por qué cosas estamos dispuestos a sacrificarnos en la actualidad? Se esperaba que estos hombres estuvieran listos para servir al Señor llevando a cabo el propósito de Dios para Su pueblo. Vendrían tiempos difíciles para el pueblo de Dios, y se requería que estos hombres se mantuvieran firmes contra el enemigo a la hora de proteger sus familias y llevar al pueblo de Dios al lugar que Él había preparado para ellos. Dios busca hombres y mujeres que hagan lo mismo en las batallas espirituales que tenemos por delante.

    Moisés no podía hacer este censo solo. En los versículos 4-15 Dios le dijo que debía ayudarlo un varón de cada tribu de Israel, el jefe de familia. La siguiente tabla muestra a quién Dios escogió de cada tribu para que ayudara a Moisés en este censo.

    Todos estos hombres escogidos por Dios para ayudar a Moisés eran representantes de las tribus de sus padres y jefes de las familias de Israel (v. 16, RVA).

    El censo se hizo el día primero del mes segundo (v. 18). En ese momento se convocó a toda la comunidad; y a medida que venían, estos hombres escogidos les preguntaban los detalles de su familia (el nombre de la tribu, del clan y de la familia). Ellos debían informar al jefe de la tribu cuántos hombres mayores de veinte años había en su familia. Estos nombres fueron alistados uno por uno. Los versículos del 20 al 46 nos brindan los resultados de este censo. La siguiente tabla resume esta estadística.

    Todos estos hombres tenían veinte años o más, y esta-ban en buen estado físico para servir en el ejército de Israel.

    Observemos en el versículo 47 que la tribu de Leví no se contó junto a las demás. Los levitas quedaron excluidos de esta misión militar. En su lugar, ellos debían trabajar con los sacerdotes, y tenían varias responsabilidades en el cuidado del tabernáculo y sus enseres. Ellos no debían dejar sus responsabilidades para ir a la batalla. En tiempos de guerra no se podía descuidar la adoración al Señor.

    ¡Con cuánta facilidad descuidamos nuestras responsabilidades espirituales cuando estamos ocupados o cuando enfrentamos las batallas de la vida! Los levitas debían mantener la adoración a Dios en todo tiempo. Este era un asunto que nunca debía descuidarse. Ellos fueron excluidos de los deberes militares para que cuidaran las cosas del Señor. En realidad, esta tarea era tan importante como la que desempeñarían los que fueran a la batalla. A lo largo de la historia de Israel vemos que cuando descuidaban los deberes espirituales y la adoración a Dios, sus enemigos los derrotaban. La función de mantener el tabernáculo y la adoración a Dios era vital si Israel quería ser un pueblo victorioso. Y este mismo principio se aplica en nuestros días. No debemos descuidar nuestro andar espiritual ni nuestro tiempo con Dios. Si queremos ser todo lo que Dios quiere que seamos, la obediencia y la adoración son esenciales.

    Para Meditar:

    * En este pasaje vemos cómo Moisés pasaba tiempo con el Señor buscando Su sabiduría y Su dirección para guiar al pueblo. ¿Cuán importante es nuestro tiempo con Dios? ¿Encontramos en esos momentos Su dirección y guía para nuestras vidas y ministerios?

    * Dios escogió hombres que ayudaran a Moisés a realizar un censo. ¿Quiénes son los que nos acompañan en nuestro servicio al Señor?

    * Los hombres de Israel debían estar preparados para sacrificar sus vidas por su país y por el propósito de Dios. ¿Por qué cosas estamos dispuestos a sacrificar nuestras vidas hoy?

    * En este pasaje apreciamos la importancia de no descuidar nuestras responsabilidades espirituales. ¿Qué cosas estorban nuestro tiempo con Dios? ¿Alguna vez hemos estado tan ocupados que pareciera que no tenemos tiempo para Dios? ¿Cuál ha sido el resultado?

    Para Orar:

    * Demos gracias al Señor porque Él desea darnos sabiduría y dirección para nuestras vidas y ministerios.

    * Tomemos un momento para agradecer al Señor por las personas que Él ha puesto en nuestro camino que nos ayudan y nos animan.

    * Pidamos al Señor que nos ayude a pasar el tiempo que sea necesario con Él, adorándole y buscando Su sabiduría. Roguémosle que nos ayude a no descuidar ese tiempo.

    * Pidamos perdón al Señor por las veces en que no hemos logrado ver la importancia de nuestro tiempo con Él. Pidámosle que nos perdone cuando no hemos buscado Su voluntad en las situaciones que enfrentamos en la vida.

    2 - LA DISTRIBUCIÓN DE LOS CAMPAMENTOS DE ISRAEL

    Leamos Números 2:1-34

    ¿Alguna vez nos hemos preguntado si Dios tiene un propósito especial con nuestras actividades diarias? ¿Está Él interesando en nuestras labores cotidianas? En el capítulo dos aprendemos acerca de la especial distribución de las tribus, y cómo éstas debían acampar según atravesaban el desierto. Dios tenía un lugar especial para que cada familia acampara. Aunque puede ser que los detalles de esta distribución no sean de particular interés para un lector moderno, éstos nos muestran que Dios se preocupa incluso por los detalles aparentemente pequeños de nuestras vidas.

    En los versículos 1 y 2, el Señor les dijo a Moisés y a Aarón que Él quería que los israelitas acamparan alrededor del tabernáculo de reunión. En otras palabras, el tabernáculo debía ser el centro de su campamento. No podía pasarse por alto la importancia de esto. Dios deseaba ser el centro de la vida de Israel; y no espera nada menos en nuestros días.

    Observemos en el versículo 2 que, aunque los israelitas debían acampar alrededor del tabernáculo de reunión, ellos debían guardar cierta distancia (LBLA). Debemos entender que el tabernáculo era santo, y que el pueblo de Dios debía tenerlo en alta estima. El pueblo de Israel no era perfecto. A menudo ellos eran culpables de quejarse en contra de Dios o de desobedecer Sus mandatos. El pueblo de Dios debía acampar a cierta distancia del tabernáculo para que de esa manera no lo profanaran con su maldad. Había una distancia entre Israel y su Dios. Los pecados de Israel le impidieron estar en la presencia de Dios, pero Su misericordia los mantuvo alrededor de ella.

    Observemos también en el versículo 2 que Dios quería que cada familia se identificara con una bandera familiar. Esto implicaba que cada familia patriarcal tenía una bandera que los representaba. Las familias acamparían juntas bajo esa enseña.

    En los versículos del 3 al 4 Dios le mandó a Moisés que ubicara a cada tribu en un lugar específico alrededor del tabernáculo. La distribución de las tribus se muestra en la siguiente tabla.

    Observemos que los levitas debían vivir próximos a tres lados del tabernáculo. Según Levíticos 3:38, Moisés y Aarón vivían delante del tabernáculo de reunión, al oriente.

    Percatémonos también cómo el Señor proveyó para la organización del campamento. Parece ser que las doce tribus estaban organizadas dentro de los cuatro campamentos. Cada campamento tenía un líder, y de tres tribus, una era escogida para ser la tribu principal.

    Esta distribución de las tribus sería particularmente útil cuando el pueblo de Dios se moviera de un lugar a otro en el desierto. Dios designó un orden particular para que las tribus salieran cuando Él las llamara a moverse hacia otro lugar. Cuando el Señor guiara a Su pueblo para que se prepararan y se mudaran hacia otro lugar, el campamento del este guiado por Judá (Judá, Isacar y Zabulón) sería el primero en salir (2:9). El campamento del sur guiado por Rubén (Rubén, Simeón y Gad) le seguiría (2:16). Entonces la tribu de Leví le seguiría llevando el tabernáculo y todos sus enseres. Luego seguiría detrás de los levitas el campamento del occidente guiado por Efraín (Efraín, Manasés y Benjamín) (2:24). Y el último campamento en salir sería el campamento del norte guiado por Dan (Dan, Aser y Neftalí) (2:31). A medida que ellos se trasladaran, cada tribu llevaría una bandera para identificarse.

    El resultado del censo mostraba que el total de hombres mayores de veinte años que estaban aptos para la guerra ascendía a 603 550. Aquí no se incluían aquellos hombres que fueran demasiados ancianos para pelear, ni las mujeres ni los niños ni los levitas (v. 33). Podemos suponer con certeza que al menos dos millones de personas viajaban por el desierto con sus animales y suministros. Era muy importante que estuvieran organizados para que el traslado de un lugar a otro fuera menos pesado.

    Dios había planificado cuidadosamente todos los detalles concernientes a la manera en que el pueblo de Israel debía acampar en el desierto, el orden en que debían viajar y quiénes serían sus líderes. Los israelitas debían seguir con mucho cuidado estas instrucciones, y lo hicieron todo como Dios se lo ordenó a Moisés (v. 34).

    Este capítulo nos muestra que Dios se preocupa por nuestro diario vivir. Él tiene un propósito para nosotros. Él es un Dios de orden, y es importante que tengamos en cuenta Su presencia y Su propósito en todo lo que hacemos, tal y como lo hizo el pueblo de Israel en este capítulo.

    Para Meditar:

    * ¿Qué nos enseña este capítulo acerca de Dios y Sus propósitos? ¿Tiene Dios planes y propósitos para nuestras vidas?

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