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Stickers DF
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Libro electrónico350 páginas1 hora

Stickers DF

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Información de este libro electrónico

El sticker urbano se ha consolidado como un fenómeno gráfico-artístico alternativo. Este libro guarda el testimonio de algunos de los personajes y hechos que iniciaron y le han dado forma. Se abordan los aspectos técnicos, conceptuales y significativos que han incidido en el desarrollo y la consolidación de tal fenómeno.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 ene 2022
ISBN9786074174267
Stickers DF
Autor

Flavio Montessoro

Flavio Montessoro realizó estudios superiores de Diseño Gráfico en la Universidad Iberoamericana así como la Maestría en Artes Visuales en La Academia de San Carlos. Es profesor investigador de la Academia de Arte y Patrimonio de la UACM e imparte clases de ilustración y diseño en la Universidad Iberoamericana. Labora en su estudio, proyectos de pintura, performance, cartonería, ilustración y diseño social y cultural, Así mismo desarrolla desde 2002 proyectos de gráfica e intervenciones urbanas.

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    Stickers DF - Flavio Montessoro

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    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    [LC] NC 1001.5.M658.2016

    [Dewey] 741.60792.M658.2016


    Montessoro, Flavio

    Stickers DF / Flavio Montessoro. – México: Universidad Iberoamericana

    publicación electrónica. – ISBN: 978-607-417-426-7

    1. Stickers – Ciudad de México. 2. Arte callejero – Ciudad de México. 3. Grafiti – Ciudad de México. I. Universidad Iberoamericana Ciudad de México. Departamento de Diseño.


    D.R. © Flavio Montessoro

    D.R. © Universidad Iberoamericana, A.C.

                Prol. Paseo de la Reforma 880

               Col. Lomas de Santa Fe

               Ciudad de México, 01219

               publica@ibero.mx

    Primera edición: 2016

    ISBN: 978-607-417-426-7

    Todos los derechos reservados. Cualquier reproducción hecha sin consentimiento del editor se considerará ilícita. El infractor se hará acreedor a las sanciones establecidas en las leyes sobre la materia. Si desea reproducir contenido de la presente obra escriba a: publica@ibero.mx

    Impreso y hecho en México.

    Agradecimientos

    Este valioso documento bibliográfico no pudo ser posible sin la ayuda de mucha gente e instituciones, quienes aportaron sus conocimientos, su tiempo, su confianza, su solvencia, su fe, su trabajo, su guía, sus ojos.

    Templos de estudio, maestros, colegas, alumnos, artistas de la calle, amigos y familia.

    A los Maestros:

    Alejandro Pérez Cruz, Marimar Sanz, Galdino Morán y Felipe Mejía.

    A la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) y la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (UIA).

    Mis dos casas.

    FICSAC, Fomento de Investigación y Cultura Superior AC.

    A todos los que concedieron su entrevista: Acamonchi, Aser, Bogue, Bozker, Coffee Cup, Doblez, Eker, Fenómeno Spora, Giser, Jet, Jualdi, Juar Juar, Kozmo, Loker, Malarrata, Maleficio, Masiosare, Mauce, Mr. Fly, MRK, Munek, Nies, Omet, Pzer, Ren, Roberto Shimitzu, Sok, Une, Yassc, York y Zerosoga.

    A los artistas que me permitieron el acceso a su colección privada: Yazck, Jet, Coffee Cup, Pobre y Backo.

    Mis hijos Natalia y Paolo Montessoro León y mi esposa Iliana León. Familia que me inspira.

    Y un agradecimiento especial a los cerebros que llenan mis aulas y a la banda estikera de la Ciudad de México.

    Índice

    Prólogo

    Introducción

    Capítulo primero. Grafiti

    Conceptos

    Placa

    Delito

    Crew

    Hip hop

    Capítulo segundo. Street art

    Antecedentes

    Principios

    Capítulo tercero. El sticker urbano en el Distrito Federal

    Previo

    York

    Une

    Acamonchi

    El boom

    Entorno

    Logos

    Básicos

    Percepción

    Anecdotario

    Conclusión

    Notas

    Glosario

    Fuentes

    Prólogo

    A mediados de los ochenta recibí un día al cartero con una carta distinta a las demás, con remitente y domicilio de Tijuana, firmado como Acamonchi. El abrir aquella carta me creaba una emoción por leer su contenido. La sorpresa fue descubrir calcomanías, dibujos y un esténcil en papel de estraza, arte en el correo... mail-art; correspondencia que continuó por muchos años más con aquel remite nte y muchos otros artistas del mundo, que buscaban comunicación epistolar al muro o la calle para pegar sus motivos creativos y panfletos de una poesía urbana.

    A partir de los noventa era claro que el grafiti empezaba a invadir las calles con sus pintas subversivas, anónimas y con intenciones de estilos muy del extranjero. La letra y la palabra decían algo más que simples rayones infantiles, la manifestación del panfleto poético de origen más rebelde y de protesta de los sesenta y setenta era una nueva tendencia que decoraba las paredes de casas particulares, oficinas y demás a complacencia de las distribuidoras de pintura en aerosol; así aparecieron las firmas, los sellos, la marca del territorio de los grupos, delimitado por el poder de la estética urbana. Sin embargo, el placer de la palabra escrita se mezcló entre el buen gusto y el mal gusto por un carácter de violencia vecinal que casi siempre terminaba en la detención policial de los implicados.

    A pesar de la exploración del decir de esta generación se ha gestado otra manifestación que empieza a desarrollar un lenguaje de imágenes solitarias y palabras concretas, alimentadas probablemente del arte-correo o mail-art destacado desde los sesenta en las correspondencias entre artistas, que procuraban no sólo escribir si no enviar objetos del cotidiano encontrados y que construían metalenguajes estructurados en lo urbano. La poesía visual hacía su parte, como síntoma de la protesta en un arte más humilde, menos elitista, elementos que fueron anexados al proceso de estetización de la sociedad. Dibujar, pintar, escribir, contar, apropiar, protestar, superponer, intervenir, son procesos del arte, sin embargo utilizados para el hacer de jóvenes que ante una cultura del medio es el mensaje usan la alianza de proveedores de pinturas, de la tecnificación de los soportes para decir y plasmar ideas y redecorar la ciudad. Surge así el sticker urbano. Las necesidades son infinitas; lo que es cierto es que esta manera de plasmar y dejar huella en imágenes nos conduce a una escritura sobre el muro o la pared, el poste, la escalera, la ventana o donde sea; la ciudad se llena de decorados subversivos, un arte pos-barroco; si bien los silencios de las calles pueden ser vistos como posibilidades para escribir, pintar y pegar pensamientos encontrados y confrontados con el ausente o el presente citadino, el enojo, el disgusto y el placer de leer e interpretar la imagen donde antes estaba el señalamiento de alto, siga, no estacionarse o no fumar, entrada, salida o la simple recomposición de anuncios como medio para comunicar.

    El sticker urbano en la Ciudad de México: la superposición de la ideología de una generación de jóvenes artistas, diseñadores, comunicadores y autodidactas de la imagen y la palabra, una década de cambios al final de un siglo, el arte urbano, el arte del entorno, arte in situ, el concepto contenido en papel adherible que proviene de la protesta, el descontento y la ironía de la vida: asimismo se divierte y burla de la hipocresía de políticas sociales que no tienen otro fin que crear expectativas falsas de la realidad.

    El cotidiano como eje de este arte incomprendido que satura la ciudad, la imagen que está en todos lados y en ninguno, la imagen marginal del no a la violencia, del político postulante, de la carita feliz y sus mil versiones, o de aquel desconocido o desaparecido que busca a su familia entre la incomprensión de la guerra de la comunicación; el muro habla, la puerta se abre con imágenes pegadas por la noche a la sombra de lo que será el día, como el diálogo de los periódicos.

    El material que nos presenta Flavio Montessoro Pérez tiene su base de investigación seria en la historia misma de los muros y su participación en el grafiti. Artista visual, street-art, académico, investigador, Mr. Fly para él, arte es un privilegio, por eso recorre las calles de la ciudad, como necesidad de la libre expresión.

    Como bien lo menciona Montessoro en su texto, la cronología corresponde a su generación, a sus conceptos de origen, a los creadores contemporáneos, a la manera de percibir aquel anecdotario de historias inconclusas, anónimas o firmadas por personajes del hablar común.

    Aparecen frases e imágenes que hablan de lo que pasa en ese momento de lo que se protesta o se hace sarcasmo, de lo real, la pegatina de olor, de sabor y del dolor de los demás. El muro es dequien lo trabaja, reza la frase. No están solos, siempre están por doquier aunque no se conozcan; imaginar y escribir trasgrede, con sus imágenes, la experiencia de materializar una sociedad enajenada por los medios de comunicación masivos. Nuevos códigos aparecen, una semántica visual que se escribe y aparece como mensaje por las mañanas. Es cierto que la libre expresión quedó anulada desde los sesenta también es claro, la lucha de alzar la voz y decir lo que se siente; esto fue cambiando décadas después, y de lo rebelde y subversivo pasó a ser colección visual, un arte palpable. En términos de la gráfica actual, lo ortodoxo y tradicional sigue diciendo lo mismo, pero ahora de manera alternativa; aquí el productor tiene sus destinatarios, en el silencio de las calles a la opinión del ser urbano.

    Alejandro Pérez Cruz

    Artista visual y voyeurista urbano

    2015

    Imagen

    Introducción

    A partir de los años 1999 y 2000, la Ciudad de México fue testigo de la masificación de los stickers impresos, escritos o dibujados sobre sustratos adhe-sivos, convirtiéndose en una

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