ARTE
Los cuadros tienen heridas. Heridas que no sanan o heridas que cicatrizan con el paso del tiempo. El lienzo es un campo de batalla interminable, decía Antonio Saura. Una suma de destrucciones en palabras de Picasso. Y hoy, él nos muestra las llagas de su obra. Una obra que recorre más de siete décadas entregado a la pintura. Vibrando entre el informalismo y la abstracción. Entre la vida y la poesía. Una leyenda viva. Él es Rafael Canogar y entre sus manos sostiene dos de esas telas rasgadas por el olvido. Es un cuadro que define toda una etapa de su obra… y que se perdió hace más de 40 años. Un díptico de dos metros de altura por casi cuatro y medio de largo. Una obra gigante. De talla y de importancia.
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos