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Dibujo: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura
Dibujo: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura
Dibujo: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura
Libro electrónico352 páginas1 hora

Dibujo: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura

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Éste es un libro dirigido tanto a los aficionados que desean iniciarse en el dibujo artístico como a quienes ya poseen experiencia en esta actividad. Todas las técnicas del dibujo, los secretos de los profesionales, los trucos del oficio, etc. Aparecen aquí explicados de modo que resulten accesibles para el público lector.

Una obra que enseña a dibujar desde la base, que expone con claridad los principios teóricos que gobiernan la práctica y que muestra el desarrollo de los procedimientos técnicos que permiten realizar todo tipo de temas utilizando los medios característicos del dibujo artístico.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 jun 2019
ISBN9788434214873
Dibujo: Método para aprender, dominar y disfrutar los secretos del dibujo y la pintura

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    Dibujo - Equipo Parramón Paidotribo

    Presentación

    Como todo el mundo sabe, el dibujo es el fundamento de cualquier trabajo artístico. Pero, sobre todo, es una actividad enormemente satisfactoria que no requiere grandes equipamientos, ni mucho espacio, ni tampoco un gran desembolso económico. Lo único que pide es un poco de tiempo: una cierta dedicación que enseguida desemboca en resultados interesantes si se toma el camino adecuado. Este libro le muestra ese camino de una forma ágil, amena y directa.

    En las páginas iniciales de esta obra encontrará una completa introducción a los materiales de dibujo: lápices, carboncillo, cretas, pasteles, papeles, gomas de borrar y todo el material auxiliar necesario, con explicaciones precisas sobre su utilización.

    No faltan las sugerencias acerca de la distribución y organización del espacio de trabajo, los trucos y pequeños secretos del profesional y los consejos prácticos para que se ahorre complicaciones innecesarias.

    La parte central del libro está dedicada a las grandes cuestiones del dibujo como son la representación de la luz y la sombra, el claroscuro, la perspectiva, el encajado, y, en definitiva, todas las técnicas que constituyen la esencia de este arte. Es preciso subrayar que no necesita ninguna experiencia o conocimiento previo acerca de estas técnicas: todos estos contenidos se hallan explicados de forma sencilla y amena, profusamente ilustrados y expuestos de manera ordenada para que no tenga ninguna dificultad para avanzar en su aprendizaje.

    Poco a poco, casi imperceptiblemente, irá dominando los entresijos y los recursos del dibujante profesional, sobre todo si se anima a realizar las obras que aparecen desarrolladas paso a paso en la sección final. Estos ejemplos están explicados en forma de secuencia para que pueda ver cómo se resuelven los distintos aspectos de la obra en cada fase del trabajo; estas secuencias visuales, con los comentarios, sugerencias y consejos que las acompañan, son la mejor pedagogía que un libro puede ofrecer.

    El dibujo puede ser un paso previo para la pintura pero, sobre todo, constituye un fin en sí mismo, una actividad que nos revela el encanto, la armonía y la belleza de las formas reales y una de las raras oportunidades de ser creativo y personal en un mundo cada día más convencional.

    A solas con el material

    El material de dibujo está compuesto por utensilios muy sencillos, algunos tan populares como el lápiz, que se puede encontrar en diferentes calidades. Es aconsejable emplear materiales de buena calidad desde el principio y adquirir los hábitos necesarios para sacar todo el partido al poco o mucho tiempo que podamos dedicar a nuestra actividad artística.

    Para dibujar sólo son necesarias tres cosas: un lápiz, un papel y ganas de dibujar. Seguro que no le faltan deseos de ponerse manos a la obra y probablemente dispone de un lápiz y de una hoja de papel. Pero es muy posible que ni ese lápiz ni ese papel sean los adecuados: que el lápiz sea demasiado duro y el papel muy fino, que los trazos no tengan la suficiente intensidad y que cuando intente borrarlos, la hoja se arrugue o incluso se rompa. Hay una opinión muy extendida, según la cual a los principiantes les basta cualquier material, incluso el de baja calidad, para aprender; esto es un error, los principiantes, más que nadie, deben trabajar con utensilios de calidad. Si a las dificultades lógicas de todo aprendizaje se suman los inconvenientes de unos instrumentos inadecuados, lo más normal es que el proceso parezca mucho más difícil de lo que en realidad es.

    A las dificultades del aprendizaje no hay que sumarles el inconveniente de unos instrumentos inadecuados.

    El repaso de materiales de dibujo que sigue a continuación no es exhaustivo; en él podrá encontrar lo básico: los lápices de grafito y de color, el carboncillo, los lápices carbón y los papeles de dibujo. A medida que avance en este libro, se presentarán otros utensilios complementarios. A este repaso, se añaden consejos e indicaciones sobre cómo organizar el lugar de trabajo y los hábitos que conviene adquirir. Siempre nos parece poco el tiempo disponible para dibujar; por eso, merece la pena aprovecharlo bien, sin tener que ir buscando los materiales por los rincones, por no recordar dónde los dejamos la última vez. Es muy importante tener un espacio, por pequeño que sea, exclusivamente dedicado a dibujar; en él guardaremos nuestro material, nuestras carpetas, y todos aquellos dibujos enmarcados y recortes de imágenes que puedan servirnos de inspiración o de modelo.

    El conocimiento de las características de los materiales de dibujo es fundamental antes de iniciar cualquier práctica. Cada utensilio rinde ciertos resultados y posee unas particularidades inimitables por cualquier otro medio.

    Los lápices blandos son los más aconsejables para dibujar; su trazo es intenso y facilitan los sombreados. Una buena selección de lápices debe incluir, al menos, 3 lápices blandos, y también un lápiz de dureza intermedia, que puede ser el HB.

    Lápices de grafito y otros utensilios afines

    Es obvio que usted conoce los lápices y sabe que su trazo es de un color gris oscuro. Lo que quizá no sepa es que ese trazo varía según la dureza de la mina, que está fabricada de un mineral llamado grafito. Esta dureza nos permite alternarlos para conseguir sombras más claras o más intensas en un mismo dibujo. La dureza del lápiz viene indicada por un número y una letra grabados en el costado. Los lápices grabados con la letra H son los de mina dura y trazo suave y los lápices con la indicación B son los de mina blanda y trazo intenso. El número que acompaña a la letra indica el grado de dureza o blandura (tanto mayor, en ambos casos, cuanto más alta sea la cifra): a la izquierda pueden verse los trazos de los lápices más indicados para el dibujo artístico, esto es, los blandos y los de dureza intermedia. Una selección de lápices puede ser ésta: 5B, 3B, B y HB. En la ilustración inferior puede verse el surtido de material básico y complementario para el dibujo a lápiz.

    Todos estos materiales están relacionados con el dibujo a grafito. Aparte de los lápices, destacan las barras de grafito puro, las minas para portaminas y los afilalápices.

    UTENSILIOS PARA EL DIBUJO A LÁPIZ

    1. Ésta es una barra de grafito sin funda de madera que puede afilarse igual que un lápiz.

    2 y 3. Lápices de calidad escolar, adecuados para la mayoría de dibujos. Este afilalápices acepta dos calibres distintos de lápiz.

    4 y 5. Portaminas de diferente calibre. Las minas se venden sueltas.

    6. Mina gruesa para portaminas.

    7, 8, 9 y 10. Lápices de calidad profesional.

    11. Barra de grafito para dibujos de gran tamaño.

    12. Afilalápices de papel de vidrio.

    13. Goma de borrar escolar. Tiene el inconveniente de soltar mucha borra.

    14. Portaminas para barras de sección cuadrada.

    15. Goma de caucho especial para grafito.

    16. Barra plana de grafito para sombreados amplios.

    A la izquierda pueden verse barritas de carboncillo de distintos grosores: los tamaños intermedios son los más aconsejables. Abajo, tres lápices de carbón de distinta dureza, que producen un trazo más o menos oscuro; los más blandos son los más utilizados.

    GRAFITO Y CARBÓN

    La diferencia básica entre el el carbón radica en sustancia seca, mientras es graso. Por esta razón, el carbón no se adhiere a la superficie del papel con tanta firmeza. Este inconveniente queda compensado por la facilidad con que se extiende el carboncillo sobre el papel, realizando todo tipo de sombreados y difuminados.

    Estuche de lápices de colores de calidad superior. Ésta es una de las gamas más extensas de lápices de colores disponibles en el mercado. Tener muchos colores evita las mezclas, cosa no demasiado fácil cuando se trabaja con lápices de colores.

    LÁPICES DE COLOR DUROS Y BLANDOS

    También entre los lápices de colores existen unas versiones más duras que otras. En general, los lápices de mina blanda son los mejores, ya que tienen mayor cantidad de pigmento y su trazo es más cubriente. Los lápices duros suelen ser de calidad escolar, su color no es tan intenso y la dureza de la mina deja surcos en el papel. Estos surcos se hacen visibles cuando se pinta sobre ellos y pueden afear el resultado final.

    El carbón y sus derivados

    El carboncillo es el más simple y antiguo de los medios de dibujo. Como puede comprobarse en la ilustración, los carboncillos son barritas irregulares

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