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Miniguías Parramón: Comprender la perspectiva
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Miniguías Parramón: Comprender la perspectiva
Libro electrónico232 páginas1 hora

Miniguías Parramón: Comprender la perspectiva

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La perspectiva se basa en el uso de rectas diagonales convergentes para provocar la ilusión de profundidad. Muchos principiantes y aficionados a la pintura consideran el método de la perspectiva un tema complicado; sin embargo, una buena aplicación de la misma es fundamental para comprender el entorno: el volumen de los objetos, los términos de un paisaje, pero sobre todo es en el escenario urbano donde esta estrategia de representación se convierte en indispensable. En este libro se demuestra que los principios de la perspectiva son más sencillos de entender y de aplicar de lo que se cree.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 jun 2019
ISBN9788434214781
Miniguías Parramón: Comprender la perspectiva

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    Libro muy útil para los principiantes y novatos en la perspectiva.

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Miniguías Parramón - María Fernanda Canal

Perspectiva básica

Gracias a la geometría, es decir, a las líneas rectas trazadas con una escuadra, un cartabón o, si se tiene buen pulso, a mano alzada, puede simularse el efecto visual de la perspectiva proyectando los objetos tridimensionales sobre un plano que se asienta sobre unas rectas diagonales, las cuales convergen en uno o varios puntos que se pierden en la lejanía. El dibujo en perspectiva trata de facilitar el trabajo del artista controlando la variación entre el tamaño de los sujetos u objetos representados y colocando cada uno de ellos en el plano que le corresponde. La profundidad de la escena se consigue combinando líneas convergentes y divergentes, tamaños relativos, zonas de diferente luminosidad y nitidez. En este apartado, se exponen los fundamentos básicos del dibujo en perspectiva: los elementos que intervienen, los tipos de perspectiva que pueden desarrollarse y cómo calcular el tamaño de los objetos o sujetos a medida que se alejan del primer plano.

La altura del horizonte

La recta del horizonte es una línea imaginaria fundamental en toda representación en perspectiva, ya que es donde se asientan los puntos desde los cuales parten las diagonales que definen el espacio y crean la ilusión de profundidad. Cada modelo tiene su propio horizonte, que contribuye a regular el espacio. En las marinas y los paisajes llanos, el horizonte perspectivo coincide con el horizonte real, mientras que en los paisajes de montañas, el horizonte se encuentra algo por debajo del límite del perfil superior de éstas.

Un horizonte elevado permite destacar los accidentes del terreno, los distintos planos del paisaje acaparan todo el protagonismo (a).

El horizonte justo a la mitad del papel suele utilizarse mucho en vistas urbanas y equilibra enormemente la escena (b).

Un horizonte bajo apenas deja espacio para el terreno y otorga todo el protagonismo al cielo (c).

Aquí, el horizonte aparece muy bajo para destacar las altas montañas, que se levantan altivas, en contraposición al diminuto espacio donde se amontonan las casas.

Un horizonte ficticio

Antes de empezar a dibujar cualquier objeto deformado por la perspectiva, hay que decidir el nivel de visión o línea del horizonte. Ésta es una simulación del horizonte real, una línea imaginaria que se sitúa a la altura de nuestros ojos. La vemos, por ejemplo, cuando miramos el mar: representa el límite donde éste termina y empieza el cielo. Esta línea representa también la altura y la postura del observador, es decir, se encuentra a la altura de sus ojos y asciende o desciende según la posición de éste. Así, si el observador está de pie, la línea está alta, mientras que si se agacha, la línea desciende.

La altura del punto de vista

Es el nivel donde el dibujante se sitúa respecto al tema del dibujo. Determina la altura a la que debe trazarse la línea del horizonte. Existen tres posibilidades. En la visión desde arriba o punto de vista elevado, a unos tres cuartos del papel, el espacio que se reproduce aparece en extensión, con el primer plano situado en la parte inferior del papel. Es un método muy adecuado para dibujar paisajes, porque ofrece una visión ampliada del terreno. El horizonte medio proporciona un punto de vista de alguien que se siente cercano y forma parte de la escena. Por último, el punto de vista bajo se produce cuando el observador se encuentra sentado en el suelo; es una visión muy rasante, que concede todo el protagonismo al cielo.

La línea del horizonte contribuye a regular el espacio. Este horizonte alto permite incluir muchos elementos en la parte inferior del marco del cuadro y hacer que las líneas perspectivas de las hamacas converjan hacia éste.

Perspectiva paralela

Se llama perspectiva paralela o cónica a aquella que consta de un solo punto de fuga, el cual se encuentra bastante centrado en la línea del horizonte, justo frente al espectador o desviado de él ligeramente. Se emplea cuando un lado del modelo es paralelo al plano del cuadro. Un ejemplo de ello es el dibujo de unas vías de tren que se alejan en la distancia hasta fundirse en un punto en el horizonte.

Para construir un cuerpo volumétrico con perspectiva paralela es necesario que una de sus caras se encuentre completamente paralela al espectador, es decir, en vista de frente (1).

Se marca un punto sobre la línea del horizonte y se une cada arista del cuadrado con líneas diagonales que convergen todas en ese único punto (2).

Para concluir, se trazan rectas paralelas a los lados del cuadrado que limitan su profundidad. El resultado es una forma volumétrica cuadrangular que ya se puede empezar a sombrear (3).

Empezando con un cubo

La manera más gráfica y sencilla para ejemplificar la perspectiva paralela es representar un cubo. Primero se dibuja un cuadrado, y desde sus vértices se trazan unas líneas diagonales que se encuentran en un único punto situado sobre la línea

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