D urante el conflicto estudiantil de 1968, en sólo dos meses, se desarrolló en la Ciudad de México una actividad político-creativa que hoy se denomina “artivismo”.
Vinculado al arte político y sin embargo diferente, el artivismo no se concentra únicamente en la realización de una pieza. La fuerza de su propuesta se encuentra en la hibridación entre actividad política, creación artística, e intervención –o exhibición– en el entorno del conflicto social. El destino de este arte no es el mercado o el museo, es la comunicación que logra establecer con el contexto social. Por lo mismo, el artivismo es callejero, efímero, y asume Es un tipo de arte que no se limita a una disciplina específica sino que recurre a las expresiones que caracterizan el momento histórico en cuestión.