El 2023 fue un año Bolaño. Y por eso, cuando llega el turno de las preguntas, uno del público pide el micrófono:
“Más que hacer una pregunta, quiero contar que soy estudiante de psicología aquí en la UNAM, y que recién estoy entrando en la obra de Bolaño, a la que llegué de casualidad. Y no puedo dejar de leerla. Por eso agradezco este encuentro”.
Por momentos, más que una actividad académica en torno al autor de Los detectives salvajes (novela que este año cumplió 25 años), parece un encuentro de nuevos lectores de su obra. Entre el público hay una docena de veinteañeros mexicanos que, perfectamente, podrían ser la versión 2023 de los poetas infrarrealistas: uno tiene entre sus manos una edición vieja de Estrella distante, otro carga en su bolso varios libros de poesía, y hay uno con el pelo largo que se parece mucho a la versión joven del escritor chileno que nació en Santiago en 1953.
Estamos en la UNAM, la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario. Y todo esto es parte de “Encuentros con Bolaño”, una actividad de la Cátedra José Emilio Pacheco para homenajear al escritor que murió en Barcelona hace 20 años y que aquí, en Ciudad de México, vivió su época de mayor agitación literaria y el inicio de su mitología.
Han sido tres días de ponenciasy mesas redondas en torno a la obra y la resignificación de su trabajo. Están los que hablan del Boiaño queer, o del Bolado de la narcocultura, o del Boiaño y su relación con las nuevas masculinidades. Me gusta esta