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Acoso, fracaso escolar
Acoso, fracaso escolar
Acoso, fracaso escolar
Libro electrónico398 páginas4 horas

Acoso, fracaso escolar

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Tus hijos pueden ser triunfadores.

Tanto los estudios de la división del trabajo social, del suicidio y de las formas elementales de la vida establecen unos conceptos inéditos, de categorías nuevas y de hipótesis. Con la ayuda de todo ello se intenta un análisis sociológico de la naturaleza y del rol de educación.

Toda sociedad tiene la moral y educación que necesita para sobrevivir, son un medio que prepara las condiciones de la propia existencia en el corazón de los niños y adolescentes. El proceso educativo tendrá el carácter de la transmisiónde un lenguaje de unas técnicas de pensamiento y de unas reglas morales.

El punto de apoyo, de partida y de referencia, es el lenguaje y este a su vez es la comunicación, que no es más que la expresión de los sentimientos, individuales, gregarios, sociales, familiares...

Como alternativa, la autora presenta, la consideración del otro, el diálogo, la comunicación. El Verbo por ex celencia, la palabra puede curar, no solo matar.

Emprendamos todos el vuelo.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento24 mar 2017
ISBN9788491129073
Acoso, fracaso escolar

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    Acoso, fracaso escolar - Immaculada Concepció Vallès Guinjoan

    Acoso, fracaso escolar

    Acoso, fracaso escolar

    Primera edición: marzo 2017

    ISBN: 9788491127833

    ISBN e-book: 9788491129073

    © del texto

    Immaculada Concepció Vallès Guinjoan

    © de las ilustraciones

    Immaculada Concepció Vallès Guinjoan

    © de la ilustración de cubierta

    Alan Benlloch Vallès, artista y diseñador gráfico

    © de esta edición

    , 2017

    www.megustaescribirlibros.com

    info@ megustaescribirlibros.com

    Impreso en España – Printed in Spain

    Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previstos, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento informático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Diríjase a info@megustaescribirlibros.com si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

    Acoso, fracaso escolar

    Alternativas

    Immaculada Concepció Vallès Guinjoan

    A mis hijos Alan y David, Por saber llevar el timón de su vida, contra viento y marea. Lo importante, es el viento. Con todo mi cariño, amor y ternura,

    Mami.

    Hijos

    Quiero

    A mis

    Hijos

    Abrazarme

    Olor de tierra

    A

    Tibieza de

    SOL ,,

    A mi nuera Paula, por ser el amor que sostiene e impulsa a Alan.

    A mi futura nuera Sarah, por coger la mano de David y andar ambos, de frente, por la vida.

    Con todo mi amor y agradecimiento a mi fallecido padre, Jordi.

    A mi madre Carmeta, por haber sido mi puerto y mi anclaje en esta vida. Por ser mi guía en el arduo trabajo de ser persona. Por seguir persistiendo en la vida. Te quiero, Mamá.

    Padre

    El nombre del Padre es mi referencia, mi tótem, mi antropología.

    El nombre del Padre es mi nombre, mi herencia, mi razón de ser, mi génesis.

    El nombre del padre es mi Alfa y mi Omega.

    Madre

    En este espiral

    Que nos ha impulsado a vivir

    Hemos alcanzado la térmica

    Que nos une, re-une,

    Nos religa a todos

    En un mar de viento caliente

    Arraigándonos en la tierra

    En la… Madre ,,

    A mi hermana Alba, compañera de obstáculos y superaciones en pro de la vida. Con amor y agradecimiento por ser tantas veces mi soporte.

    Alba

    A partir

    De mi centro nucleíco

    De química

    Y aleaciones energéticas

    Y orgánicas

    Yo

    Asumo la explosión

    Reiterativa de la emoción

    Del que

    NO ES ,,

    A Faustino, su esposo, por su apoyo en uno de los momentos más difíciles de mí vida.

    A sus hijos Víctor y Galdric, a su nuera Azahara y a su nieta Noelia.

    Con todo mi cariño.

    Agradecimiento a todos mis pupilos, a sus padres, a mis fieles lectores de opinión, a mis seguidores en la onda, a mis amigos, a mis primos, por creer en mí y compartir conjuntamente el camino del conocimiento y la sabiduría. Con toda mi ternura.

    De profundis

    Emerge cruel de mi garganta

    Desgarrando mi alma

    Fisurando mi vida

    Un silencio inmenso

    Un chillido ahogado

    Sin lágrimas

    Sin palabras

    Laberinto tenebroso, profundo

    Más…

    Otro grito surge

    Cual huracán

    Cual trueno

    Arrancándome hacia la luz

    Albor en mis ojos

    Génesis de esperanza

    Impulso a Ti

    Mi Verbo amado

    Sin conflicto no hay cambio

    Talcoh Pasrsons

    Introducción

    La necesidad de una pedagogía participativa

    La necesidad de una pedagogía participativa

    Busco esencialmente responder a la necesidad de una pedagogía participativa. El profesor no debe ser el mediador obligado entre la obra y la disciplina. Tiene que ser la persona con recurso capaz de organizar la discusión y de superar las ambigüedades que esta discusión revela.

    Tanto los estudios de la división del trabajo social, del suicidio, de las formas elementales de la vida religiosa, establecen unos conceptos inéditos, de categorías nuevas y de hipótesis. Con la ayuda de todo ello, se intenta un análisis sociológico, de la naturaleza y del rol de educación.

    Toda sociedad tiene la moral y educación que necesita para sobrevivir, son un medio que prepara las condiciones de la propia existencia, en el corazón de los niños; el proceso educativo tendrá el carácter de la transmisión de un lenguaje, de unas técnicas de pensamiento y de unas reglas morales.

    La educación puede pues definirse como una socialización de la joven generación por la generación adulta. Puesto que la conciencia nos ata al querer vivir de nuestra sociedad, la educación no puede evitar el esfuerzo, la presión y la tensión; tiene que ser en el sentimiento del deber, la guía de la conducta. Este sentimiento supone que el educador dispone de un ascendiente que tiende a su vez a agrandar su tarea y la autoridad que le ha delegado una persona moral que le supera: la sociedad.

    La enseñanza es esencialmente un aprendizaje, no consiste en transmitir de golpe el saber de un espíritu a otro, sino que se esforzará en transmitir el saber de una forma inevitable. Comprender es difícil, y supone un esfuerzo de concentración del espíritu. Hay que motivar la voluntad del alumno, para que este llegue a la correcta decisión de querer aceptar el conocimiento que se le proporciona.

    El punto de apoyo, de partida y de referencia, es el lenguaje y este a su vez es la comunicación, que no es más que la expresión de los sentimientos, individuales, gregarios, sociales, familiares...

    Capitulo 1

    Nos ideamos a nosotros mismos

    1.1. Tal como nos ideamos

    Tal como nos ideamos a nosotros mismos y a nuestros congéneres, es como se establece y da por sentado que existe cierta estabilidad en nuestra personalidad y en nuestra manera de ser. Para cada persona hay unos estilos o modos de respuesta más probables que otros. Solemos sentirnos sorprendidos e incluso desorientados cuando alguien actúa de un modo que no concuerda con lo que habíamos previsto.

    Las personas cambiamos la expresión, el tono de voz, la actitud corporal, de una manera sutil pero frecuentemente se capta inmediatamente.

    Cada vez más, el egoísmo impera constituyéndose el gran protagonista de ese deterioro individual y social. El triunfador que pasa por la vida avasallando, sin escrúpulos, con tal de enriquecerse, es apoyado por nuestra sociedad. En cambio, se tilda de inadaptado al hombre que se rige por el principio moral del respeto al prójimo, según ciertos criterios de este tipo de sociedad, se suele denominar a esta persona de fracasado.

    Es un oscurecimiento de la inteligencia, anular a los demás en beneficio propio, convertirlos en sombras de otros, creando su propia invisibilidad. Grave situación que produce una enfermedad mortal, la anulación del propio ser. El ser humano conoce por su propia inteligencia lo que está bien y lo que está mal, lo que debe hacer o no hacer, es el don del discernimiento, que dignifica al ser, potenciando su libertad. Cuando se le impide ejercer esta cualidad humana y no la pone en práctica, su inteligencia se debilita.

    La voluntad cuando tiene que actuar, y para ello realizar un esfuerzo, tiende a dilatar la decisión, y deja pasar un poco de tiempo. Entre tanto, la inteligencia se va oscureciendo cada vez más y las tendencias inferiores van tomando la delantera. Así el conocimiento del bien y del mal se enturbia, y llega un momento en que la inteligencia y la voluntad se entienden mejor, hasta que se ponen completamente de acuerdo, porque la razón, ya oscurecida, se ha identificado con la voluntad y con los instintos, y acaba pensando que es perfectamente justo lo que éstos sugieren.

    La alienación del ser es la consecuencia de no practicar la capacidad de racionalizar y aceptar las normas sin el beneficio de la duda, sin cuestionarse, sin tomar conciencia de lo que es o no es beneficioso para nosotros. Caminando así hacia la sima del hastío, la inapetencia, la tristeza; sólo es tristeza no ser amado y no amar. La larga reivindicación de la justicia, sus normas, sus leyes, han desterrado el amor que, sin embargo, fue el que dio nacimiento al ser.

    Se ha efectuado el trueque: el amor por el placer, la dignidad por la utilidad, la libertad por la irresponsabilidad, la fidelidad por la deslealtad, la vida por la muerte. El amor por la vida es la única solución para el reencuentro de la alegría perdida, para salir de este pozo negro, en el que algunos se empeñan en introducirse y en sumergir a otros con ellos. Porque hay que tener en cuenta que el placer es consecuencia del amor, y no a la inversa.

    El principio de placer, que hoy se proclama como ley de vida, es, en realidad, auto destructor, porque violenta la naturaleza de la vida, y cuando eso se intenta, la naturaleza se venga. A medida que el individuo se obsesione por la búsqueda intencional de la felicidad, del placer o del sueño, en la misma medida no puede conseguirlos.

    La felicidad resulta como un efecto de la realización de un significado, del encuentro con otro ser humano, del cumplimiento amoroso de una misión que confiere sentido a la vida, de vivir plenamente su cualidad auto trascendente de persona, y se desvanece, en cambio, en la medida en que es perseguida o buscada directamente.

    La verdad funda la libertad, y por la libertad el ser humano accede a la verdad, a la verdad de si mismo como ser. Es la libertad de elección que posee el ser humano como cualidad.

    "A los que sufren

    por estar lejos

    del amor y de la libertad" ,,

    …............

    Si no fuese por el miedo,

    no sabría de coraje.

    Si no fuese por el olvido,

    no sabría de reflexiones

    Si no fuese...

    Porque te siento,

    no sabría de amor

    Si no fuese. ,,

    ….........................

    1.2.- Despertar nuestra conciencia

    Como somos las personas, es una de las cuestiones que más nos preocupan, sobre todo cuando miramos el telediario, las noticias, los eventos. Siempre estamos en la eterna duda de nuestra propia realidad y en muchísimas ocasiones nos sorprendemos de cómo nos ven los demás, nos valoran.

    —¿Seré así, tal como dice fulanita o fulanito?

    —¿Realmente soy tan sensible, fuerte, cariñoso/a, amoroso/a, etc.?

    Vernos reflejados en los ojos de los demás, siempre es una sorpresa. No tenemos la misma percepción propia que las demás personas tienen de nosotros; y lo sorprendente es que no todas ellas coinciden con la denominación y el concepto sobre nuestra manera de ser o nuestros carismas. La causa es muy compleja y precisa de un análisis.

    Las personas estamos formados por un conjunto de informaciones que procesamos ya en el mismo momento de ser engendrados.

    Hay teorías, que aseguran que antes de ser concebidos, los seres, deciden dónde van a anidar ya que su finalidad en esta vida, es la experimentación y la evolución hacía una elevación espiritual...De Dios exitus a Dios reditus De Dios salimos y a Dios volvemos. Aprender y evolucionar es lo que parece más obvio, el destino final, elevar nuestra alma, nuestro animus a lo más elevado para regresar a Dios.

    La pregunta es:

    —¿Estamos marcados por un destino fijo inamovible, o, determinamos nuestro destino?

    En esta segunda opción; si, marcamos nuestro destino, lo escribiremos como si elaborásemos un guión de una película. Este proceso se realiza entre el momento de ser engendrados y más o menos hasta los tres años, según las teorías de la psicología humanística. Durante este periodo, el ser toma su entidad individual que va paulatinamente componiéndose de carismas. Todo ello, en su vida más adulta, a partir de los tres años, empezará a convertirse en distintas cualidades y defectos, en actos que llevarán al ser a unos conceptos y luego se forjarán como ideas propias. Toda esta evolución, el ser no puede hacerlo en solitario, la persona es un ser social y como tal, toda interrelación con los demás implica una tendencia u otra.

    Somos esencialmente individualistas y seres individuales pero formamos parte de una conciencia colectiva, todos somos hermanos... hijos de Dios. Somos duales tal como nos enseña el Tao, el Ying y el Yang; egoístas y altruistas, buenos y malos; sinceros y falsos; frágiles y duros; etc.

    Los seres somos repetitivos hasta que, no tomamos conciencia. Entonces repetiremos hechos, actos, incluso vidas. Con el fin de elevarnos en nuestra experimentación personal y nuestro retorno al Verbo (según Aristóteles). Debemos de tomar conciencia, es decir Despertar para realizarnos como personas. Pero cuando nos preguntamos como somos, debemos de tener en cuenta que somos un conjunto de cosas, de entornos, un grupo de personas interrelacionadas, formando parte de un colectivo.

    Nuestros actos indican nuestra manera de ser. Si somos repetitivos en la forma, si nunca sabemos cómo salir de un problema y siempre nos encontramos con tropezones, porque repetimos los mismos defectos; debemos de cambiar las circunstancias que nos llevan a ello. Ver los problemas y cosas que nos limitan. Si observamos las repeticiones, veremos la realidad y es en este momento cuando observando los errores aprendemos de ellos y rectificamos. Mágicamente, se anula la repetitividad, la causa del problema.

    La palabra es nuestra fuerza, la sonrisa el vínculo comunicativo. Si cambiamos el sistema, es decir el lenguaje, cambiamos nuestra manera de ser. Uniones, consolidaciones, comunicación, pactos... Sonriamos al futuro... Hablemos en positivo y todo mejorará.

    1.3.- La infancia determina el futuro

    La infancia determina el futuro y las tendencias del adulto, así como las futuras actitudes sociales, vandálicas, terroristas, criminales…

    ¿Qué les pasa a los jóvenes?

    Londres, nada que ver con Chile. En los medios nos informan de manifestaciones promovidas por jóvenes, para mejorar las reformas educativas. En la Puerta del sol, jóvenes indignados se asientan en la plaza, y muchas más notificaciones de eventos y manifestaciones juveniles. La convivencia social nunca resulta indolora ¿por qué? Se le ha dado demasiada importancia a lo social y lógicamente ha quedado minimizado el sentimiento individual. Se espera demasiado de la sociedad y disminuye la responsabilidad individual. Esta proviene del conocimiento personal, del bien y del mal. Lo social ha ahogado la ética, por pérdida de lo moral. Se espera demasiado de la alternativa social y la indolencia, en lo personal aparece bajo miles escusas.

    En las familias, en las escuelas, se permutó el castigo por el control. Es ya un avance, pero el control intimida al ser, tanto a niños como a adultos. Las personas al ser controladas, se sienten intimidadas, observadas, vigiladas, enjuiciadas. El control hace perder el tiempo y este se llena con videojuegos, ocupaciones adictivas etc. El control menosprecia al ser y este pierde la autoestima y como consecuencia anida en él, la rebeldía, la violencia y el desprecio a los que están por encima. Los jóvenes se rebelan contra las limitaciones que la convivencia en sociedad impone a la libertad personal. No se consigue ser lo que realmente se quiere ser, se es lo que los otros exigen que se sea. La sociedad es una entelequia ya que los únicos que existen realmente son los individuos

    Jean-Paul Sartre en su libro, A puerta cerrada, dijo:

    El infierno son los demás.

    Lo cierto es que entre estos jóvenes y las generaciones anteriores, hay como siempre lo ha habido, una incomunicación. La respuesta obviamente, es diferente a la de la generación del 68, por ejemplo; pero no deja de ser una respuesta. A través de ella podemos definir el problema que mueve a estos jóvenes.

    Las sociedades modernas de masas, tienden a despersonalizar las relaciones humanas. Estas son apresuradas, frías y actualmente casi inexistentes. Queda un hilo conectivo, a través de las redes sociales, pero el contacto, la confrontación de tú a tú, potenciando el yo, ¡no está!

    En su tiempo ya, Mrs. Thatcher, decía: - Parece evidente que las sociedades no son simplemente un acuerdo más o menos temporal, conveniente, al que llegan individuos racionales y autónomos, sino que por el contrario los individuos racionales y autónomos son productos excelentes de la evolución histórica de las sociedades, a cuya transformación contribuyen luego a su vez. ¿Cómo podría ser de otro modo?

    Por justificadas o no que estén las protestas contra las sociedades; lo cierto es que el ser humano está configurado para y por nuestros semejantes, ya que somos seres lingüísticos, somos obviamente comunicadores. La ausencia total de trato es aniquiladora, por ello, los jóvenes, que han sufrido estos últimos cambios sociales, y a los que todo y todos les han pedido explicaciones, irónicamente, no se ha comunicado con ellos, ni a través de los medios, ni a nivel individual. No es de extrañar que la respuesta sea grupal, a través de las clases, de los grupos, de la familia.

    El joven siempre ha estado solo e incomunicado, lleno de desconfianza, incertitudes, inquietudes que desgastan su creatividad individual. Ha buscado en el grupo de la infancia, su apoyo y sus bases morales que implicarán su ética de pertenencia. No tiene porque ser la ética de lo impuesto por la sociedad. A través de los medios tienen acceso a técnicas de coaching, psicológicas, de dominación y manipulación a las personas…

    Ellos se forjan sus propias leyes. No es necesario acusar a las drogas; ellos saben, aprenden y pueden ser vandálicos sin necesitar drogas ni alcohol, simplemente, ellos copian lo que ven en los medios, en la escuela, en el hogar...

    La violencia siempre ha sido una alternativa rebelde de protesta, en si es una comunicación y hay que saber qué es, lo que están comunicando.

    Recogiendo frases que se han dicho en los medios:

    Niños que no saben lo que hacen. Saqueadores de intimidad, que luego cuelgan en las redes sociales... Es lógico, es su manera de demostrar a sus colegas, a los suyos, de lo que son capaces.

    Los niños solos, frente al ordenador, acumulan mucha información, pero su procesamiento, deja mucho que desear, véase las consecuencias. Analicemos otro comentario:

    Se considera que los padres deberían educarlos mejor

    —¿Cómo, si la sociedad encierra a los hijos, cada vez más, tempranamente en guarderías y escuelas?

    —¿Cómo si el sueldo de la madre solo sirve para pagar gastos de escuela y el del padre a duras penas los gastos generales y las hipotecas?

    Si según los criterios generalizados, una parte de la sociedad está enferma, falta de responsabilidad y falta de ética ¿Por qué no se plantea que parte, real, de la sociedad está mala? Cuando hay un cáncer, no hay que decir que la persona está enferma, hay que buscar la causa y erradicarla.

    Hay que replantearse la educación global; los dominios raciales y las peleas de grupos, de bandas y de peñas. Todo ello, en conjunto, es el reflejo de nuestra sociedad actual. Los responsables de los conflictos sociales, de nuestra sociedad, hay que buscarlos en las causas decadentes de la ética y moral que impera en nuestra actualidad. No hay que juzgar e inculpar solo a la juventud, hay que buscar la causa del mal en todos los ámbitos.

    La economía mundial cambia y hay que preguntarse:

    —¿Está cambiando nuestra sociedad y no nos apercibimos de ello? ¿Ha habido y habrá otros tipos, otros sistemas de sociedades? ¡Nadie, ni antes ni ahora, llega a una humanidad sin los otros!

    1.4.- Los niños necesitan caricias (1)

    Toda persona tiene «hambre», hambre de ser acariciada y reconocida por los demás. Esto es realmente una necesidad biológica y psicológica.

    Para que los niños sacien su autoestima, deben de recibir caricias para su estimulación y para el reconocimiento de la presencia del otro. Lo que les proporciona un estímulo social, el cual, les da crédito de la propia existencia.

    Spitz 1956, demostró que la privación sensorial en el niño puede dar como resultado no sólo cambios psíquicos, sino también deterioro orgánico. Ello nos da la imagen de la importancia que puede llegar a tener el entorno socio-familiar en el niño.

    Las formas más esenciales y efectivas del estímulo sensorial (caricias) las proveen el contacto social, familiar y la intimidad física.

    Cuando el feto, se haya dentro del seno materno, está en contacto íntimo y total con toda la corporeidad materna. Al nacer se rompe de un modo brusco y para siempre esta profunda intimidad. A partir de este momento, es el propio individuo el que deberá de luchar para buscar, de la mejor manera posible, aunque sea de forma parcial y simbólica, el restablecimiento de ese ideal.

    Ser abrazados, acariciados, abrigados, alimentados, alentados, escuchados, elogiados (caricias positivas). Incluso si estas caricias positivas no son posibles, la persona, al ser por lo menos, agredida o compadecida (caricias negativas), encuentra en cualquiera de estas acciones, una forma de reconocimiento, como ser humano.

    Cuando existen carencias ambientales, de importancia tales, como la de privación maternal, el abandono, la falta de contacto físico, etc. O sea, por las razones que fueran y en función de la gravedad, las reacciones van a ser de ansiedad aguda, de necesidad de amor, de sentimientos de tristeza, de miedo. Estas emociones son demasiado grandes e intensas para las inmaduras posibilidades de control del niño y por ello van a constituir el consiguiente trastorno en su organización psíquica.

    Al iniciarse el curso escolar, es necesario que los padres, los educadores, tengan presente estas bases de la psicología transversal para poder abonar las bases emocionales de los alumnos y que estos puedan empezar el curso con sus seguridades íntimas, bien alimentadas y fortalecidas para no caer prematuramente en un fracaso escolar.

    1.5.- Los niños necesitan caricias (2)

    A medida que el niño crece, el hambre primario que sentía cuando era pequeño, el de contacto físico real, se va modificando y se va convirtiendo en hambre de reconocimiento.

    ¿Cómo detectamos esta hambre? ¿Cómo los padres y los maestros pueden saber cuando realmente un niño tiene hambre de caricias? ¿Cómo nos lo comunica? Lo comunica ora, en la hiperactividad, ora en actitudes autistas, ora en la rebeldía, ora en el absentismo. Comunican con los adultos, en todas las transacciones que los niños envían y que muchas veces, se interpretan erróneamente; como si fuera una patología del niño y no una auténtica carencia de la cual, ni él conscientemente se da cuenta.

    Al detectar uno de estos comportamientos que nos molestan, que nos trastornan en sí mismos, debemos de re-enviarles una transacción, que sea captada por su inconsciente. Practicar la empatía y comprender que el niño, nos está pidiendo a «gritos, de silencio», comprensión, aproximación, cariño; en sí, caricias positivas.

    Estas caricias alimentan, a todas las personas, pero especialmente a los niños. Una sonrisa, una señal de asentimiento, una palabra, un gesto... reemplazan las caricias físicas y sirven para alimentar la seguridad de todo niño, de toda persona.

    Las caricias, son las grandes dosis que podemos dar y que, en la transacción del niño, al «otro». Ellas se convierten y se transforman en un reconocimiento que potencia la autoestima y desarrollo en él.

    Si el niño se encuentra en un ambiente adecuado, con abundantes caricias positivas incondicionales, tanto de los padres como de los maestros, el

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