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Breve acercamiento a la lingüística
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Breve acercamiento a la lingüística

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El lenguaje es lo que nos hace humanos.

En este Breve acercamiento a la lingüística general se ha pretendido hacer un repaso a las diferentes teorías que se han sucedido a lo largo del tiempo, a través de la obra de los distintos lingüistas, a los que se les cita a través de sus obras, lo que, a veces hace al texto un tanto enojoso.

Tras hacer un repaso a las generalidades del lenguaje y de la lengua, como entidades distintas, y apuntar las principales características que definen ambos conceptos, se acerca a una definición de la lingüística como disciplina, que intenta unir la explicación del lenguaje y de la lengua, a través del término Lingüística General y de las ciencias afines que aportan conceptos esenciales a la disciplina lingüística.

Presenta una breve historia de la lingüística desde el siglo III a.C., hasta principios del siglo XXI, presentando, a través de los principales autores, los fundamentos de las superaciones teóricas de la teoría lingüística.

Se acaba con un glosario de los términos más importantes, presentados a través de las distintas acepciones que los autores les han dado.

IdiomaEspañol
EditorialCaligrama
Fecha de lanzamiento15 feb 2018
ISBN9788417321550
Breve acercamiento a la lingüística
Autor

Pascual Hernández del Moral

Pascual Hernández del Moral nació en 1949 en Mengíbar (Jaén). A los tres años se trasladó a Arjona, donde pasó su infancia y adolescencia. En Barcelona acabó su formación: Magisterio y Filosofía y Letras. Ejerció la docencia como Profesor de E.G.B. Profesor Agregado de Instituto, y Catedrático de Lengua y Literatura Españolas. Ha sido Profesor de Lengua Española y de Didáctica en la E.U. del Profesorado de la Universidad de Barcelona, hasta su marcha a Brasil. Su tesis la dedicó a Benjamín Jarnés, novelista de la generación del 27, del que realizó la edición crítica de su novela Su Línea de fuego (Guara Editorial). Pasó ocho años en Brasil, donde ejerció en el Colegio Español Miguel de Cervantes, y fue Asesor Técnico de la Consejería de Educación de la Embajada de España en ese país. Vuelto a España, se jubiló en 2010. Ha publicado varias obras. Unas de carácter profesional (El proceloso mundo de las perífrasis y frases verbales, La superclase de los pronominales -en ediciones de la Embajada de España en Brasil) y otras en ediciones no venales, destinadas a sus familiares (Y así os lo he contado, De ocasos y auroras). Su última novela, FIAT VOLVNTAS TVUA, se publicó en esta misma editorial en julio de 2017.

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    Breve acercamiento a la lingüística - Pascual Hernández del Moral

    Glosario

    Índice de términos

    —ACTUACIÓN

    —ALÓFONO

    —ALÓGRAFO

    —ANÁLISIS

    —ARTICULACIÓN

    —COMPETENCIA

    —COMPONENTE

    —COMUNICACIÓN

    —CONSONANTE

    —CONSTITUYENTE

    —CONTEXTO

    —DIACRONIA

    —FIGURA

    —FONEMA

    —FONÉTICA

    —FONOLOGÍA

    —FORMA

    —FORMANTE

    —FUNCIÓN

    —GLOSEMÁTICA

    —GRAFEMA

    —GRAMÁTICA

    —HABLA

    —LENGUA

    —LEXEMA

    —MONEMA

    —MORFEMA

    —MORFOLOGÍA

    —NEUTRALIZACIÓN

    —NORMA

    —OPOSICIÓN

    —ORACIÓN

    —PALABRA

    —PARADIGMA

    —PROSODEMA

    —RANGO

    —RASGO

    —RELACIÓN

    —REGLA

    —SEMÁNTICA

    —SEMEMA

    —SIGNIFICADO

    —SIGNIFICANTE

    —SIGNO

    —SILABEMA

    —SÍMBOLO

    —SINCRONÍA

    —SINTAXIS

    —SISTEMA

    —SONIDO

    —SUBSTANCIA

    —UNIVERSALES LINGÜÍSTICOS

    —VALOR

    —VOCAL

    Actuación

    Este término, junto al de competencia, forma una dicotomía básica de la Gramática Generativa, creada por Noam Chomsky.

    Él entiende por actuación "el uso real de la lengua en una situación concreta, lo que el hablante de una lengua dice y oye"¹ La actuación, manifestación ideal de la competencia lingüística del hablante/oyente, es "lo que realmente dice o escribe, con todos sus pros y sus contras, errores gramaticales, comienzos erróneos e insistencias"²

    El concepto actuación responde a la pregunta: ¿Cómo utilizan los hablantes/oyentes su competencia lingüística, o sea, cómo se hace manifiesta su concepción lingüística en actos de habla concretos? La actuación, pues, depende del sistema de reglas (competencia) que posea el sujeto hablante. Pero, además de la competencia, hay circunstancias de carácter extralingüístico, que condicionan la actuación de los hablantes/oyentes: su memoria, la atención, la situación socio-cultural, las relaciones psicosociales entre los hablantes, la afectividad… Todas ellas conforman el contexto situacional pragmático, que influye de forma determinante en la actuación de los hablantes y de los oyentes. Los modos de actuación que vienen condicionados por el contexto situacional son del dominio de la Sociolingüística, y de la Psicolingüística, e intentan ser descritos por la Pragmática.

    La Gramática Generativa tiene por objeto primero y principal el estudio de la competencia, la determinación de la gramática de una lengua; pero inmediatamente después, deberá realizar un modelo de actuación de los hablantes, que debe abarcar dos aspectos: un modelo de la emisión (actuación a nivel del hablante) y otro de recepción (actuación a nivel del oyente). Además, deberá elaborar una teoría de los contextos situacionales en los que los hablantes /oyentes ejercitan su competencia lingüística.

    La actuación, concepto muy próximo al de habla en Saussure, es la que suministra los datos observables (el corpus) a través de todos los textos de todas clases, verbales y escritos, en los que comprobar las hipótesis de la gramática de la lengua.


    ¹ N. Chomshy: Aspectos de la Teoría de la Sintaxis. Aguilar, Madrid 1970. Págs. 6 y 221

    ² R. L. Hadlich: Gramática transformativa del español. Gredos, Madrid 1975, pág. 16

    Alófono

    El prefijo alo- que presenta el término que nos ocupa, y que aparecerá en otros términos, se emplea en Lingüística General, en el estudio de todas las unidades lingüísticas de base, con dos posibles valores: uno, como variante de la unidad lingüística considerada; y otro como manifestación o realización concreta de esa unidad.

    Respecto al término Alófono, se emplea con mayor frecuencia con el valor de variante combinatoria de un fonema. Este concepto de Alófono, desarrollado en EEUU, presenta frecuentes contradicciones para los lingüistas que lo utilizan, con las nociones de Neutralización y Archifonema, desarrollados en Europa, principalmente por la Escuela de Praga; para otros lingüistas europeos, Alófono es toda variante de realización fonética, ya sea combinatoria, ya sea libre (estilística, social o individual).

    Si definimos el fonema como una clase de sonidos, será Alófono cada uno de los elementos que conformen o pertenezcan a esa clase; comparte con todos los demás elementos de la clase una serie de rasgos (los llamados rasgos distintivos), pero tiene, además, otros rasgos que lo individualizan. Es Alófono toda la realización concreta y material de un fonema, ya que éste, considerado como unidad abstracta, sólo puede realizarse a través de uno de sus Alófonos. Para determinar si dos realizaciones concretas son Alófonos de un mismo fonema o Alófonos de dos fonemas diferentes, Trubetzkoy³ establece las siguientes reglas:

    1.— Si dos sonidos de la misma lengua aparecen exactamente en el mismo contexto fónico y pueden sustituirse sin producir una diferencia en el significado, esos dos sonidos son variantes facultativas (Alófonos) de un fonema único.

    2.— Si dos sonidos del habla aparecen exactamente en la misma posición fónica y no pueden sustituirse mutuamente sin modificar el significado, o sin que la palabra resulte irreconocible, esos dos sonidos son realizaciones alofónicas de dos fonemas distintos.

    3.— Dos sonidos de una lengua, parecidos desde el punto de vista acústico, deben ser considerados variantes combinatorias (alófonos contextuales) de un mismo fonema.

    4.— Dos sonidos que cumplan las condiciones de la regla anterior, no pueden considerarse como variantes del mismo fonema si, en la lengua en que se estudien, pueden aparecer uno junto a otro, en el mismo grupo fónico, en las mismas condiciones en que uno de ellos aparece aisladamente; en este caso, deben ser considerados como dos fonemas distintos.

    A modo de resumen de las cuatro reglas anteriores, diremos que los criterios para considerar los sonidos del habla como variantes alofónicas de un mismo fonema son dos:

    —la distribución complementaria⁴, que se comprobará mediante la conmutación; y

    —la semejanza articulatoria y acústica.

    Las variantes alofónicas se producen "dentro de ciertos límites articulatorios (lo que se llama campo de dispersión de cada fonema) que están determinados por el margen de seguridad que impide la confusión con los campos de dispersión de otros fonemas"

    Los alófonos se acostumbran a dividir en dos grupos:

    alófonos contextuales, combinatorios o posicionales, que son las variantes producidas en la articulación de un fonema por influencia del entorno fónico. En el continuum fónico, se da una fuerte coarticulación entre los sonidos próximos, que hace que estos se influencien mutuamente. Los alófonos contextuales de un fonema se encuentran siempre en distribución complementaria, y se dan en número limitado, porque los entornos son limitados y fácilmente descriptibles.

    alófonos libres o individuales, cuya realización depende de las características y voluntad de los hablantes. Está comprobado que no se repiten casi nunca dos sonidos iguales, debido a las imperfecciones del aparato fonador y a los diferentes estados de ánimo de los hablantes. Cuanto más agudo sea el oído del receptor o más perfectos los aparatos de registro empleados, mejor se apreciarán las diferencias en las articulaciones repetidas de la misma secuencia fónica. El número de alófonos libres es, en consecuencia, infinito, y a ellos no puede prestar excesiva atención el fonólogo, dada la imposibilidad de describirlos todos.

    La principal función de los alófonos, según Harmmanström, igual que la de los fonemas a los que pertenecen, es la significativa, en tanto que sirven para identificar signos lingüísticos.

    Los alófonos libres o individuales cumplen, a la vez, las funciones siguientes:

    —función de contornema, ya que mediante sus propiedades fonéticas expresan cómo se articula la cadena fónica (ironía, irritación, alegría…)

    —función idiolectal, porque informa de las características individuales del hablante (carácter, sexo, edad…)

    —función sociolectal al aportar información sobre el grupo socio-cultural al que pertenece el individuo hablante.

    —función dialectal cuando informa sobre el origen geográfico del hablante.

    Para representar a los alófonos mediante signos gráficos se emplean los elementos del alfabeto fonético colocados entre corchetes: [b], [m]…


    ³ Trubetzkoy: Principios de Fonología. Cincel. Madrid 1973

    ⁴ En el capítulo segundo de sus Principios de Fonología. Cincel, Madrid, 1973

    ⁵ E. Alarcos Llorach: Fonología española. Gredos. Madrid 1968, pág. 43

    Alógrafo

    Si consideramos el grafema como una clase de alógrafos, de naturaleza abstracta, podemos definir el término como la representación concreta y material (o una de las posibles representaciones concretas y materiales) de los grafemas. La relación que existe entre grafema y alógrafo (relación entre la clase y el elemento) es la misma que se da entre fonema y alófono, entre morfema y alomorfo o entre lexema y alolexo.

    Si los grafemas son elementos de un sistema que se individualizan por sus componentes (equivalentes a los rasgos distintivos en los fonemas), los alógrafos de un mismo grafema tendrán en común los componentes distintivos que los incluyan en la clase, y se distinguirán por otros componentes indistintivos que, sin hacer variar el significado del signo gráfico, los diferencien entre sí. Para determinar si dos realizaciones concretas son alógrafos de un mismo grafema, o dos alógrafos de grafemas diferentes, puede seguirse la cuarta regla de Trubetzkoy para la identificación de alófonos:

    1.— Cualquier alógrafo que esté en distribución complementaria con otro, de tal modo que constituyan un grafema único, son alógrafos de ese mismo grafema.

    2.— Dos grafos emparentados por la forma (semejanza gráfica) son alógrafos del mismo grafema.

    Hay dos clases de alógrafos:

    Alografos facultativos: son de naturaleza individual y no cumplen normalmente función distintiva. En comparación con el lenguaje hablado, el lenguaje escrito posee muy pocos alógrafos facultativos.

    Alógrafos combinatorios: en la escritura manual, los trazos de los grafos vienen condicionados por la situación del grafo en su contorno gráfico, de acuerdo con unos criterios de practicidad. Como afirma Hammarström, "aquellas partes del texto que son fáciles de interpretar se escriben a menudo con poco cuidado […] Escribimos de un modo especialmente legible allí donde el contexto no da información (o apenas la da) a este respecto"

    La principal función de los alógrafos es la significativa, en tanto que sirven para identificar signos gráficos. Los alógrafos facultativos cumplen, además, las funciones siguientes:

    —función idiolectal

    —función sociolectal

    —función dialectal.


    ⁶ Véase lo incluido en el término Alófono

    ⁷ G. Hammarström: Las unidades lingüísticas en el marco de la lingüística moderna. Gredos. Madrid 1974, pág. 99

    Análisis

    En metodología de la ciencia, "analizar" es descomponer un complejo en sus componentes, hasta sus unidades mínimas. Con este mismo valor se emplea en Lingüística: dado un complejo lingüístico, descubrir la naturaleza y la función de los elementos que lo integran.

    Saussure distingue dos modalidades de análisis lingüístico: el denominado análisis subjetivo, que es el que realiza el hablante de su propia producción lingüística, y el análisis objetivo, llevado a cabo por el especialista sobre la producción lingüística de un hablante, basándose en la historia del complejo lingüístico.

    Para la Gramática Tradicional, cuyas teorías, de base sintética e inductiva, pasaban de lo particular a lo general, el análisis era un mero ejercicio escolar, mediante el cual, y de acuerdo con las categorías previamente establecidas, y con una terminología institucionalizada, se debía descubrir la naturaleza y la función de los elementos lingüísticos.

    Para la Lingüística Estructural el análisis es un método de investigación científica, ya que no se basa en definiciones previas. La Glosemática, en la descripción del lenguaje, parte del principio del empirismo: "La descripción habrá de estar libre de contradicción (ser autoconsecuente), ser exhaustiva y tan simple cuanto sea posible"⁸ El investigador debe enfrentarse con la producción lingüística como un todo, en el que realizar sucesivos análisis hasta llegar a sus componentes mínimos: "Si algo hay que dar al investigador lingüístico es el texto todavía sin analizar, indiviso y en su integridad absoluta. El único camino a seguir, si aqueremos ordenar un sistema que permita el proceso de ese texto, es realizar un análisis en el que se considere el texto como clase, dividida en componentes, después estos componentes como clase dividida en componentes, y así sucesivamente hasta agotar el análisis. El procedimiento puede definirse brevemente como una progresión de la clase al componente, no del componente a la clase, como análisis y especificación, no como síntesis y generalización"⁹ Es un método deductivo.

    En la lengua hay diferentes niveles estructurales: fónico, morfológico, sintácticoConviene distinguir claramente cada uno de ellos de todos los demás, si queremos lograr una descripción más útil, aunque corrientemente esta separación es más difícil de realizar que de aconsejar.

    El análisis fonológico consiste en dividir el continuum fónico en una sucesión de unidades discretas mediante las operaciones de segmentación y sustitución. Un texto segmentado suministra con facilidad el inventario de fonemas y alófonos de una lengua, tras clasificar con criterios formales las unidades discretas descubiertas.

    El análisis semántico, abandonado durante mucho tiempo por la Lingüística por las dificultades de formalización que ofrece, es realizado hoy de dos maneras: el análisis de los campos semánticos, y el análisis componencial basado en los campos semánticos.

    El análisis morfológico y sintáctico, al que prestaremos especial atención aquí, tenía, en la Gramática Tradicional, como base, la palabra. Hoy se rechaza esta base por la dificultad para definir formal y funcionalmente este término, especialmente por lo difícil que resulta establecer sus límites, ya que a veces fallan los criterios fonológicos, formales o funcionales, o no coinciden entre sí, y porque los criterios empleados para clasificar las palabras tienen mucho de arbitrario¹⁰. Por eso, en la Lingüística Estructural se llega al Morfema como unidad básica y constituyente de la producción lingüística.

    Desde siempre, se han propuesto esquemas o simbolizaciones que evidenciaran de una manera intuitiva las relaciones entre los elementos que integran una oración, ilustrando gráficamente el análisis. Hall nos ofrece este ejemplo de análisis gráfico de la primera oración de De Bellum Civile, de César (que la mayoría de nosotros ha analizado y traducido): "Gallia omnis divisa est in partes tres", en el que la línea superior sostiene los constituyentes básicos de la oración, las expansiones aparecen en la línea inmediatamente inferior, y las preposiciones, elementos de relación, aparecen escritos lateralmente.

    Esta notación gráfica del análisis es antieconómica, pues ocupa mucho espacio, y poco representativa, ya que no atiende a las clases de palabras, y las funciones están definidas a la manera tradicional. Una formalización de este esquema gráfico la supone el análisis de la oración en sus constituyentes inmediatos, basado en una sucesiva división binaria de las construcciones. Los métodos gráficos de análisis varían en cada autor:

    Well propone la parentización: incluir en paréntesis sucesivamente incrustados los componentes de la oración:

    ( ( (Aquel) (señor)) ((compró) ((un) (sombrero) (negro) ) ) )

    Hocket divide la oración mediante líneas verticales en sus constituyentes, los cuales vuelven a ser divididos también mediante líneas verticales, sucesivamente, dando como resultado el encasillamiento de los sucesivos componentes. Este método gráfico es denominado las cajas de Hocket (ver un ejemplo en el término Constituyente). Bloch y Harris añaden a las cajas de Hocket los rótulos de las clases sintácticas, y Chomsky invierte el orden de los constituyentes (de arriba abajo) y representa el análisis de la oración mediante un diagrama de ramas o de árbol.

    El análisis en los constituyentes inmediatos tiene algunas limitaciones: cuando se desciende en el análisis al nivel de los morfemas, la representación no es siempre posible, debido a la existencia frecuentísima de amalgamas en los morfemas; por otro lado, resulta problemático tratar de igual modo los lexemas y categorizadores, por una parte, y a los relacionales (preposiciones y desinencias de caso) por otra. "Es, pues, ingenua por demás la idea, implícita a veces en los autores que emplean esta notación , de que recoge la totalidad de los datos gramaticales útiles y se realiza de un modo, por así decirlo, automático. Es útil, eso sí, para representar gráficamente la estructura de frases previamente analizadas y, sobre todo, para comparar las estructuras paralelas en caso de ambigüedades o en las traducciones de una frase a distintas lenguas"¹¹

    Considerando el análisis como ejercicio escolar que complementa la enseñanza de la lengua como instrumento, ejercicio que ayuda a la reflexión sobre la estructura de la lengua propia, Jesús Tusón¹² propone una metodología para el análisis sintáctico tendente a evitar que el alumno actúe de una forma desorganizada y que resume así: "Los pasos que hay que seguir al hacer este tipo de análisis son realmente pocos: 1) división de la frase en sus dos zonas básicas: conjunto nominal, CN, y conjunto verbal, CV; 2) señalización de sus núcleos; 3) colocación de los símbolos que identifiquen la clase gramatical de cada elemento; 4) trazado de líneas (verticales y en ángulo recto) que señalen las confluencias de los otros elementos; 5) colocación de los símbolos que marcan las funciones gramaticales; 6) trazado de la línea que conecta los conjuntos nominal y verbal, y marca la unidad de la frase. A grandes rasgos, en este proceso se dan dos tipos de información: la formal o morfológica, en la medida en que se señalan las clases gramaticales a que pertenecen los elementos de la frase, y la funcional o sintáctica, porque se explicitan las relaciones que contraen entre sí esos elementos (desde las relaciones entre un determinante con su determinado hasta la que existe entre los dos grandes conjuntos que constituyen la frase.

    Gráficamente, el método se representa así:

    "Los camiones grises destrozaron las

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