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La excepción en la gramática española: Perspectivas de análisis
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La excepción en la gramática española: Perspectivas de análisis

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La excepción (anomalía o irregularidad frente a analogía o regla) en la gramática (y, específicamente, en la española) se constituye como un aspecto esencial y constitutivo de cualquier sistema lingüístico sometido a norma y codificación. Desde el ámbito de la investigación ha sido y es un tema de controversia y discusión científica notable desde las más divergentes tradiciones teóricas. En este sentido, el presente volumen aborda el problema de la excepción desde las perspectivas sincrónica e historiográfica y desarrolla los siguientes temas de interés: cuestiones relativas a la tradición del concepto de "excepción", de su tratamiento y descripción; la terminología pertinente, así como los criterios considerados por los gramáticos en general o en determinados autores en concreto; y, finalmente, las diferentes posiciones teóricas defendidas a lo largo de la historia de la gramática española.
Recoge contribuciones de Julio Arenas Olleta, María Luisa Calero Vaquera, Magdalena Coll, Andreas Dufter, Elmar Eggert, Vera Eilers, Éva Feig, Juan Luis Girón Alconchel, Claudia Polzin-Haumann, Carsten Sinner y Alfonso Zamorano Aguilar.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jun 2014
ISBN9783865278722
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    La excepción en la gramática española - Iberoamericana Editorial Vervuert

    autores

    LA EXCEPCIÓN EN LA GRAMÁTICA ESPAÑOLA:

    VIEJOS TEMAS CON NUEVOS ENFOQUES

    CARSTEN SINNER/ALFONSO ZAMORANO AGUILAR

    El presente volumen se ocupa de la excepción en la gramática española. A través de un total de once contribuciones, indaga diferentes aspectos relacionados con la tradición del concepto de excepción, de su tratamiento y descripción; analiza la terminología pertinente, los criterios considerados por los gramáticos en general o en determinados autores en concreto; y, finalmente, aísla las diferentes posiciones teóricas defendidas a lo largo de la historia de la gramática española.

    No es de extrañar que el estudio de la excepción sea un tema con mucha tradición, puesto que siempre suele llamar más la atención aquello que es divergente y que parece escaparse a una regla o norma, o simplemente a una explicación. La controversia, por ejemplo, entre regla y excepción, dos conceptos dialécticamente relacionados, se halla ya en los gramáticos latinos, como en De lingua latina de Varrón; la Escuela de Alejandría, en la Grecia clásica, debatía ya el papel de la regularidad y de la irregularidad en las lenguas, y analogistas y anomalistas argumentaban acerca de la importancia de la regularidad y, en oposición, de las anomalías, en griego y en las lenguas en general (cf., por ejemplo, Robins 1974: 29-32, Raible 1980: 201-204, Coseriu/Meisterfeld 2003: 183).

    Las analogías acabaron por convertirse en fundamento de las clasificaciones gramaticales en los tratados de las lenguas occidentales y, entre ellas, las lenguas románicas (cf. Anttila 1977, Christmann 1979, Zamora Salamanca 1984: 372-373, Alberte González 1987: 117, Pater 1996, Itkonen 2005, Wanner 2006, y las exposiciones acerca de anomalía en Feig y en Eggert, ambos en este volumen), y los términos relacionados, como regla y excepción, se perpetuaron junto al de anomalía.

    Después del paso de la descripción del latín a la de las lenguas románicas (aunque el fenómeno sería extensible también a otros tipos lingüísticos), los términos se afincaron en el metalenguaje de las gramáticas de las lenguas modernas. Como las lenguas románicas no encajaban con facilidad en el corsé de la gramática del latín, tuvieron que adaptarse y ajustarse, fueron reinterpretados, precisados por adjetivos –como en excepción implícita o simplemente descartados–, y así pasaron por diferentes estadios de interpretación y calificación.¹ En las gramáticas que se hacían eco de las tendencias de la gramática francesa, del racionalismo y la gramática general, muchos aspectos que constituían excepciones a las reglas del latín acabaron por denominarse idiotismos o por adscribirse a la llamada sintaxis figurada, el cajón de sastre del análisis lógico y gramatical para todo aquello que contradecía lo establecido sobre el fundamento de la gramática latina.

    La clasificación de los verbos con la consiguiente necesidad de diferenciar distintos tipos o clases de verbos regulares e irregulares y particularmente el análisis y la explicación de la defectividad de algunos verbos es una constante de la gramática. Hasta lenguas como el inglés, que es considerada una lengua con un sistema muy simple en la flexión, tiene verbos que resultan difíciles para los hablantes en lo que respecta a la conjugación de las formas del pasado (Pinker 1999). Esto explica que la clasificación de verbos, y particularmente la irregularidad y la defectividad, atraiga de igual manera a los expertos de las lenguas más diversas, tanto románicas como germánicas, eslavas o de otras familias (cf. ya Gilliéron 1919 y, recientemente, Baermann 2008 y Fanselow/Féry 2002). La defectividad constituye un caso extremo de la excepción en los paradigmas morfológicos y, probablemente por ello, sigue siendo un reto particular de la teoría lingüística, si bien el uso del término defectivo no se halla exento de polémica. Albright (2003: 1) evita hablar de defectividad por considerar que el término fails to distinguish between forms that are missing for purely semantic/syntactic reasons (such as of impersonal verbs), and those with morphophonological difficulties. Y es precisamente la amplitud de posibles defectos o lagunas paradigmáticas la que parece dificultar la clasificación de los verbos en cuestión.

    La excepción y la irregularidad en la lengua francesa se han analizado con más atención y dedicación que la de otras lenguas románicas: numerosos estudios y obras se dedican a investigar las excepciones e irregularidades de la lengua francesa o a teorizar sobre el tema; además, existen varios trabajos monográficos sobre la excepción en la gramática francesa; véanse, a título de ejemplo, los volúmenes L’exception (Corbin/Dessaux-Berthonneau 1985; y especialmente Corbin 1985 y Al 1985) y L’exception entre les théories linguistiques et l’expérience (Vilkou-Poustovaïa 2005). Obviamente, esto también guarda relación con el hecho de que el francés sea la lengua románica más estudiada como lengua extranjera a lo largo de la historia; es, asimismo, la lengua más divergente de entre todas las lenguas románicas (cf. Haase 2000, que hasta se refiere al francés como lengua exótica, al menos en la comparación con sus lenguas hermanas).

    Sin embargo, también en la gramática española, la excepción ha sido un tema candente desde sus inicios, si bien en comparación con los estudios dedicados a la excepción en su lengua vecina, va claramente a la zaga.

    El uso de la palabra excepción en las gramáticas sirve frecuentemente para señalar el carácter idiosincrásico de los elementos así designados, y no para tildarlos simplemente de incorrecciones. Igual que anomalía e irregularidad, a menudo se emplea para expresar la idea de inexplicabilidad mediante reglas abstractas. Eso supone, no obstante, que no todos los gramáticos los tengan en cuenta como clasificadores (cf. Girón Alconchel, en este volumen). De hecho, ya constató Geckeler (2000: 99) en un trabajo sobre la cuestión de las excepciones en las lenguas románicas que, si se comprueba lo que dicen al respecto los manuales y diccionarios de lingüística, excepción parece no pertenecer al inventario estándar de la terminología lingüística.² Como explica el lingüista alemán, podría tener que ver con la competencia que le hacen otros términos como irregularidad, deviación y desviación, anomalía, etc. También Jacquet-Pfau (2005:19) constata: L’exception se cache en effet sous bien d’autre vocables et formules, simples ou complexes, plus ou moins synonymiques, plus ou moins transparents dans leur relation avec la notion

    Esta variación terminológica ya de por sí constituye una curiosidad que, de analizarse más detenidamente, apunta a una clara falta de sistematización teórica como reflejo de opacidad conceptual. Teniendo en cuenta la larga tradición que poseía la excepción en la gramática, en principio sería de esperar una terminologización mucho más notable, es decir, una tendencia hacia la supresión de la sinonimia como señal de relevancia científica en esta cuestión. Lo que es común a la mayoría de las definiciones de estos términos, si de terminología puede hablarse tan siquiera, es la conexión con ciertos vocablos como norma o regla, por un lado, y con el de dificultad, por otro, tomados, generalmente, como puntos de referencia al aludir a una excepción, de(s)viación, etc. (cf., por ejemplo, Wandruszka 1971: 73, Dubois et al. 1973: 200, Raible 1980: 201-202, Coseriu 1988: 256, Geckeler 2000: 100, Lebsanft 2002, Jacquet-Pfau 2005: 20).

    Excepción lingüística suele definirse como irregularidad o anomalía en la lengua en cuanto a una regla o norma de la lengua en un determinado estadio evolutivo (Geckeler 2000: 107), lo que hace palpable tanto la importancia de considerar la manera de formularse las reglas o normas como la necesidad de tener en cuenta la tradición de las mismas. Si examinamos las opiniones de los gramáticos acerca de las reglas y normas de una lengua, tal y como lo propone Geckeler (2000) para algunos aspectos generalmente considerados excepciones de la gramática francesa, puede constatarse que, a lo largo de la historia de la gramática, ha ido cambiando la manera de presentarse y evaluarse excepciones o irregularidades. Al mirar las reglas, resulta de sumo interés observar también cómo son las definiciones de regla aportadas por los diferentes autores.

    La controversia entre regla y excepción puede reducirse a dos posiciones fundamentales: por un lado, el principio de la analogía, según el cual la variación se debe a principios comunes, con lo que la existencia de las diferentes formas sería explicable con reglas transparentes; por el otro, según la posición de los anomalistas, el uso de la lengua operaría en contra de esta analogía, dando como resultado la irregularidad. Como subraya Polzin-Haumann en su contribución al presente volumen, es evidente que en las lenguas naturales ninguno de estos dos extremos puede considerarse del todo acertado.

    El intento de conseguir, en las lenguas universales, la univocidad y regularidad absoluta que en las lenguas naturales no se da constituye el objeto de estudio del primer trabajo incluido en este volumen. Un ejemplo de las dicotomías de las que se han servido los gramáticos es la formada por el par simetría y asimetría, como formas contrapuestas que supuestamente gobiernan las lenguas. De estas posiciones se ocupa María Luisa Calero Vaquera en su contribución sobre la visión de los creadores de lenguas pretendidamente universales sobre las irregularidades en las lenguas. La autora se acerca a la historia de los proyectos españoles de crear una lengua universal. Diferencia grados en la concepción de las lenguas naturales como sistemas lógicos y estables con el objetivo de llegar a un sistema común de intercomprensión lingüística. Hay autores que entienden las lenguas naturales como sistemas de comunicación llenos de ambigüedades y excepciones y, por ello, pretenden crear una lengua científica distanciada por completo de las lenguas naturales; otros que quieren diseñar una lengua universal basada en los principales idiomas europeos; y, finalmente, aquellos que en su afán por una lengua común se sirven de una sola lengua. La autora demuestra cómo fueron cambiando las ideas de los gramáticos sobre las supuestas imperfecciones de las lenguas, lo que supone alterar también la visión sobre las asimetrías e irregularidades.

    Alfonso Zamorano Aguilar se ocupa del metalenguaje de la excepción en las gramáticas españolas. Atendiendo a aspectos terminológicos y conceptuales y mediante el establecimiento de un paradigma de términos y conceptos. El autor propone una tipología de excepciones en función de parámetros como clases de irregularidades, categorías que experimentan anomalías, etc., por ejemplo, a través de giros como verbos irregulares sueltos, irregularidades peculiares de algunos verbos, verbos irregulares peculiares o verbos irregulares que tienen una conjugación especial que se hallan en diferentes gramáticas del español.

    El tema del artículo de Carsten Sinner es la defectividad en la historia de la gramática española. El autor analiza los criterios que a lo largo de la gramática española sirvieron para clasificar verbos como incompletos o defectivos. Presta especial atención a aquellos verbos que, a pesar de disponer de todas las formas, por razones aparentemente semánticas, no se usan sino en determinados tiempos o personas.

    En el siguiente trabajo, Julio Arenas Olleta se ocupa de la excepción en las primeras gramáticas históricas del español. El autor se acerca a la pregunta de por qué no se produjo ninguna contribución importante al debate sobre las leyes fonéticas que, a finales del siglo XIX, se dio entre los lingüistas europeos, y por qué razón fracasaron, en España, los intentos de describir una gramática histórica.

    Claudia Polzin-Haumann aborda la descripción y clasificación, en gramáticas españolas del sigo XVIII, de los fenómenos gramaticales de leísmo, loísmo y laísmo, un tema clásico de la historia de la gramática española y de los debates normativos (cf. Brumme 1997). Si bien la autora centra su atención en los criterios aplicados a la diferenciación de regla y excepción, analiza también los criterios tanto para establecer reglas como para clasificar y evaluar excepciones, a la vez que reflexiona sobre la importancia de los resultados acerca de la relación entre regla y excepción para la didáctica.

    Vera Eilers trata de las perspectivas sobre la excepción en gramáticas españolas del siglo XIX que combinan los principios de una gramática general con las estructuras particulares de la lengua española. Determina la autora dos enfoques distintos de la excepción: uno que considera cada lengua particular como excepción de una lengua universal; otro que parte del hecho de que la excepción representa una variación de la regla general. Los ideólogos descartan tratar las excepciones en gramáticas pedagógicas porque creen que aquéllas representan informaciones redundantes para el aprendizaje eficaz. En las gramáticas teóricas se sostiene que las excepciones constituyen un obstáculo en la búsqueda de los principios generales del español.

    Éva Feig analiza la aparición de los términos anomalía, excepción e irregularidad, como fundamento de un discurso desviacionista en la Gramática castellana de Andrés Bello. La autora estudia si en el uso de los tres lemas pueden detectarse diferencias significativas en cuanto a los niveles de la lengua y a los tipos de particularidades a los que los aplica Bello. Para completar el perfil semántico y pragmático de los términos en cuestión y determinar sus posibles connotaciones y funciones persuasivas, tiene en cuenta las correlaciones que se establecen entre ellos y el discurso normativo, para así poder revelar las que pertenecen a cada unidad.

    Tras analizar el tratamiento de la excepción en Nebrija y en Benot, José Luis Girón Alconchel estudia la postura de los autores de algunas gramáticas modernas ante lo que llama la excepción implícita del artículo de los relativos compuestos el que y el cual, para así averiguar por qué razón los gramáticos lo siguen llamando artículo. El autor usa el concepto de la excepción implícita para denominar la polisemia como resultado de procesos de gramaticalización aún no concluidos. La propuesta terminológica está anclada en la gramática funcional, incorpora la pragmática y acepta el hecho de que la gramática es dinámica y adaptable a las necesidades de la comunicación.

    Elmar Eggert se ocupa de los conceptos de regla, regularidad, analogía y excepción para pasar al análisis del Arte de trovar de Enrique de Villena (1384-1434), tratado acerca de la lengua vulgar, anterior, como sabemos, a la Gramática de la lengua castellana de Antonio de Nebrija de 1492. Eggert estudia la exposición de Villena para determinar cómo este autor entiende y trata la regularidad y cómo, aplicando reglas adaptadas de las gramáticas de las lenguas clásicas, califica los sonidos del castellano.

    En la siguiente contribución, Magdalena Coll realiza un examen crítico de la representación de las irregularidades verbales del español en diccionarios de español desde el Diccionario de Autoridades (1964 [1726-1739]) hasta la última edición del Diccionario de la Lengua Española (RAE 2001 [1780]) así como en algunas obras lexicográficas especializadas en información gramatical, como son los diccionarios de dudas, diccionarios de conjugaciones y diccionarios filológicos. La autora analiza de forma pormenorizada cómo se tratan las particularidades morfológicas en las entradas verbales, y presta especial atención a las soluciones del Diccionario de la RAE en línea y el aprovechamiento de los nuevos recursos tecnológicos.

    El volumen se cierra con la contribución de Andreas Dufter acerca del que galicado, en concreto, su distribución y descripción gramatical. Después de un análisis minucioso de los contextos en los que se documenta el que subordinante en las perífrasis de relativo (y donde es rechazado por la gramática normativa), el autor estudia cómo el fenómeno ha sido abordado en trabajos sobre el tema y en gramáticas del español. Se incluye, asimismo, una comparación con la situación en otras lenguas románicas, particularmente el francés, con el fin de pronunciarse después acerca de la práctica de atribuir el que galicado a la influencia de esta lengua.

    Referencias bibliográficas

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    COSERIU, Eugenio (1988): ‘Historische Sprache’ und ‘Dialekt’, en: Albrecht, Jörn et al. (eds.): Energeia und Ergon. Sprachliche Variation, Sprachgeschichte, Sprachtypologie. Studia in honorem Eugenio Coseriu. Vol. 1: Schriften von Eugenio Coseriu (1965-1987). Tübingen: Narr, 45-61.

    COSERIU, Eugenio/MEISTERFELD, Reinhard (2003): Geschichte der Romanischen Sprachwissenschaft. Von den Anfängen bis 1492. Tübingen: Narr.

    DUBOIS, Jean et al. (1973): Dictionnaire de linguistique. Paris: Larousse.

    EGGERT, Elmar (en este volumen): "Acerca de la gramática antes de Nebrija: regla y excepción en el Arte de trovar de Enrique de Villena".

    FANSELOW, Gisbert/FÉRY, Caroline (2002): Ineffability in Grammar, en: Fanselow, Gisbert/Féry, Caroline (eds.): Resolving Conflicts in Grammars: Optimality Theory in Syntax, Morphology, and Phonology. Hamburg: Buske, 267-307.

    FEIG, Éva (en este volumen): "Sistema y libertad del uso: el discurso desviacionista en la Gramática castellana de Andrés Bello".

    GECKELER, Horst (2000): Zur Frage der „Ausnahmen in unseren Sprachen", en: Staib, Bruno (ed.): Linguistica romanica et indiana. Festschrift für Wolf Dietrich zum 60. Geburtstag. Tübingen: Narr, 99-116.

    GILLIÉRON, Jules (1919): La faillite de l’étymologie phonétique: Étude sur la défectivité des verbes. Résumé de conférences faites à l’École pratique des Hautes Études. Neuveville: Beerstecher.

    GIRÓN ALCONCHEL, José Luis (en este volumen): Excepción implícita y gramaticalización. Los gramáticos ante el artículo de los relativos compuestos.

    HAASE, Martin (2000): Das Französische als exotische Sprache, en: Staib, Bruno (ed.):Linguistica romanica et indiana. Festschrift für Wolf Dietrich zum 60. Geburtstag. Tübingen: Narr, 117-130.

    ITKONEN, Esa (2005): Analogy as Structure and Process. Approaches in Linguistics, Cognitive Psychology and Philosophy of Science. Amsterdam et al.: Benjamins.

    JACQUET-PFAU, Christine (2005): "Les référents de lexception: linguistique du terme et validité de la notion", en: Faits de Langues 25, 19-30.

    LEBSANFT, Franz (2002): Complexité et difficulté des orthographes française et espagnole, en: Schmitt, Christian (ed.): La faute. Actes du colloque international sur la , organisé en 1998 à l’université de Bonn. Bonn: Romanistischer Verlag, 115-127.

    PATER, Wim A. de (1996): Analogie, en: Dascal, Marcelo et al. (eds.): Sprachphilosophie/Philosophy of Language/La philosophie du langage. Ein internationales Handbuch zeitgenössischer Forschung/An International Handbook of Contemporary Research/Manuel international des recherches contemporaines. Vol. 2. Berlin/New York: de Gruyter, 1236-1250.

    PINKER, Steven (1999): Word and Rules: The Ingredients of Language. New York: Basic Books.

    POLZIN-HAUMANN, Claudia (en este volumen): "Regla y excepción en la historia de la gramática española: el ejemplo del leísmo/loísmo/laísmo".

    RAIBLE, Wolfgang (1980): Regel und Ausnahme in der Sprache, en: Romanische Forschungen 92, 199-222.

    ROBINS, R. H. (1974): Breve historia de la lingüística. Madrid: Paraninfo.

    VILKOU-POUSTOVAÏA, Irina (ed.) (2005): L’exception entre les théories linguistiques et l’expérience (= Faits de langues. Revue de Linguistique 25). Paris: Ophrys.

    WANDRUSZKA, Mario (1971): Interlinguistik: Umrisse einer neuen Sprachwissenschaft.München: Piper.

    WANNER, Dieter (2006): The Power of Analogy. An Essay on Historical Linguistics. Berlin/New York: Mouton.

    WASOW, Thomas/JAEGER, T. Florian/ORR, David M. (en prensa): Lexical variation in relativizer frequency, en: Simon, Horst J./Wiese, Heike (eds.): Expecting the Unexpected. Exceptions in grammar. Berlin: Mouton de Gruyter; <http://www.bcs.rochester.edu/people/fjaeger/papers/WasowJaegerOrrDGfSpaper.pdf> (consulta realizada en julio de 2008).

    ZAMORA SALAMANCA, Francisco José (1984): La tradición histórica de la analogía lingüística, en: Revista Española de Lingüística 14, 2, 367-419.

    LAS IRREGULARIDADES LINGÜÍSTICAS DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS INVENTORES DE LENGUAS UNIVERSALES

    MARÍA LUISA CALERO VAQUERA

    Universidad de Córdoba

    Se estudian en este trabajo tres momentos de la historia de los proyectos españoles de lengua universal, los cuales coinciden en el utópico objetivo de ofrecer a la humanidad un sistema común de intercomprensión lingüística. Se distinguen en ellos, no obstante, diferentes grados en la concepción de las lenguas naturales como sistemas lógicos y estables: a) en primer lugar, se encuentran aquéllos que, como B. Sotos Ochando, conciben las lenguas naturales como instrumentos de comunicación caprichosos y plagados de ambigüedades, excepciones, etc., por lo que pretenden construir lenguas supuestamente científicas; b) otros, como el anónimo de 1852, en Del idioma universal, sus ventajas, y posibilidad de obtenerlo, prefieren actuar de forma más práctica y realista, diseñando una lengua universal sobre la base de los principales idiomas europeos; y c) por último, autores como J. López Tomás, en su Lengua española universal (1918), se basan en una sola lengua (en este caso, la española) para ofrecerla como idioma de uso común. Se demuestra, pues, que en la historia de los proyectos de lengua universal se ha ido imponiendo cada vez más un criterio realista: de manera tácita ha terminado por dominar la idea, frente a prejuicios anteriores, de que tal vez el discurso ordinario no es la maquinaria imperfecta que se pensaba, y que algunas de sus supuestas carencias no son sino sutiles mecanismos que lo vuelven más maleable, como han venido a confirmar los estudios de pragmática lingüística.

    This work analyses three stages in the history of Spanish projects on Universal Language, which share the Utopian idea of offering humanity a common system of linguistic inter-understanding. It must be said, however, that there are different degrees in their interpretation of the natural languages as logical and stable systems: a) first those, such as B. Sotos Ochando, who think the natural languages as capricious instruments of communication riddled with ambiguities, exceptions, etc. and therefore they try to construct supposedly scientific languages; b) others, such as the anonymous one of 1852, in Del idioma universal, sus ventajas, y posibilidad de obtenerlo, who prefer acting in a more practical and realistic way, designing a universal language on the basis of the main European languages; and c) finally, authors, such as J. López Tomás, in his Lengua española universal (1918), who focus on one language alone (in this case, the Spanish language) to offer it as the language of common use. It is proven therefore, that in the history of the projects on universal language a realistic criterion has been increasingly imposed. In opposition to the previous prejudices, the idea that maybe ordinary speech is not the imperfect machinery that it was thought to be, and that its supposed deficiencies are not but subtle mechanisms that turn it more malleable, has become the prevailing principle as confirmed by the studies in pragmatic linguistics.

    1.De simetrías y asimetrías

    Uno de los tópicos sobre los que han vuelto recurrentemente los pensadores de cualquier tiempo y lugar es la interpretación del mundo como un sistema dominado bien por las formas simétricas, bien por una morfología de carácter irregular. Según algunos, la simetría, el orden, la perfección, lo inmutable, la necesidad… son los principios que imperan en la naturaleza y, por ende, en la cultura; según otros, son sus opuestos (la asimetría, el caos, el movimiento, lo impredecible y el azar) los que gobiernan el cosmos. Es un debate que, existiendo desde tiempos inmemoriales y adoptando diferentes ropajes y modos de argumentación, se prolonga hasta nuestros días, como demuestra la reciente publicación del libro de Chris McManus, Right Hand, Left Hand: The Origins of Asymmetry in Brains, Bodies, Atoms and Cultures (2004), donde sostiene que la asimetría es el principio rector tanto de la biología como de la cultura. Frente a esta perspectiva se sitúa la que adoptan los físicos Leon M. Lederman y Christopher T. Hill, en su trabajo sobre La simetría y la belleza (2006), donde afirman que lo simétrico gobierna las leyes fundamentales de la física y define las fuerzas primarias de la naturaleza. En efecto, de entre los científicos, son los físicos y los biólogos quienes en mayor medida se han visto implicados en el debate: los primeros aseguran que la materia y el universo, desde sus más ínfimas partículas, están presididos por la simetría; los segundos, que es justamente la asimetría lo que conforma la psique y la anatomía humanas: desde el cerebro, en el que cada uno de sus hemisferios realiza funciones diferentes, hasta los órganos internos, que muestran una disposición claramente asimétrica y desigual (un hígado, un páncreas, un corazón, dos pulmones y dos riñones diferentes, etc.).

    El litigio entre partidarios de la simetría, por un lado, y de la asimetría, por otro, como configuraciones dominantes en el ámbito de la naturaleza, encuentra también su expresión en las creaciones humanas. En el mundo del arte, por ejemplo, algunos estudiosos aseguran que la simetría, dado que se asocia a la proporción, se suele relacionar con la belleza, siendo una forma más primitiva y simple de expresión (así, en arquitectura, el Partenón de Atenas o el palacio de Versalles, o en pintura el conocido hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, considerado el canon de las proporciones humanas, encierran en sus formas la denominada proporción áurea, definida por el número π). Los mismos teóricos aseguran que cuando el arte evoluciona, gana en elaboración, se vuelve más sofisticado y tiende a la asimetría; en este sentido, se pueden citar como muestra los cuadros cubistas de Picasso o, en arquitectura, algunos ejemplos del deconstructivismo, estilo contemporáneo que se opone a la ordenada racionalidad arquitectónica, y que incluye ideas de fragmentación y procesos no lineales, como el abigarrado edificio del museo Guggenheim de Bilbao. Del mismo modo, podemos encontrar la dialéctica simetría/asimetría en el ámbito del urbanismo, donde conviven modelos muy dispares de concepción urbana según predomine un patrón geométrico y racional (piénsese en la ciudad de Buenos Aires o en el distrito del Eixample en Barcelona) o bien un modelo caótico e irregular (el barrio judío de Córdoba y otros núcleos urbanos de la época medieval).

    Situándonos ya en el marco del lenguaje, también aquí hallamos una versión de la polémica simetría/asimetría como formas contrapuestas que gobiernan las lenguas. Como es bien sabido (cf. Robins 1974: 29-32), en la Grecia clásica algunos pensadores de la Escuela de Alejandría centraban su interés en la regularidad (άναλογία) de las lenguas frente a la Escuela de Pérgamo, que destacaba la irregularidad (άνωμαλία) de las mismas. Analogistas y anomalistas discrepaban acerca de la presencia que el orden y la regularidad tenían en la lengua griega y, por extensión, en el lenguaje en general, y hasta qué grado las irregularidades (= anomalías) pesaban en ella. Los analogistas buscaban (y encontraban) las regularidades lingüísticas fundamentalmente en los paradigmas formales: cuando varias palabras presentaban las mismas terminaciones morfológicas y una estructura prosódica semejante se las integraba en la misma categoría gramatical. Sobre estos tipos de analogías se fueron estableciendo las distintas clases y subclases de palabras, paradigmas sobre los que se han asentado las gramáticas de las lenguas occidentales.

    Aristóteles se decantó como defensor de la analogía y de la normatividad: "la proporcionalidad (análogon, analogía) aparece en varios lugares de su obra como principio orientador de la conducta y de la razón (Robins 1974: 32), mientras que para los estoicos (como Crisipo, quien escribió un tratado sobre las anomalías del lenguaje) la irregularidad era el rasgo dominante de las lenguas, puesto que consideraron el lenguaje como una capacidad humana natural que había que aceptar tal como era, con todas sus imperfecciones, que se reflejaban en el habla. Valoraban, pues, el uso frente a la razón y, por ello, tenían una idea más laxa sobre la corrección y la norma en la lengua griega, al concebir el lenguaje como medio de expresión no sólo del pensamiento sino también del sentimiento, con los desvíos que éste conllevaba en el discurso (por ejemplo, las construcciones figuradas").

    2.Las lenguas como construcciones irregulares: la visión de los inventores de lenguas

    En tiempos más cercanos, la disyuntiva de considerar las lenguas como construcciones simétricas/no simétricas es resuelta por lógicos y matemáticos adhiriéndose a las filas de quienes denuncian las imperfecciones de las lenguas naturales. En esta tesitura, apuestan por la construcción de sistemas formales, los que juzgan más adecuados para el intercambio científico. Junto a lógicos y matemáticos –con ideas, métodos y objetivos equiparables– se alinea un grupo de pensadores, idealistas (¿tal vez mejor ingenuos?), de la casta de los soñadores que Marina Yaguello (1984, 1986) califica como fous du langage, que van tras la quimera de inventar una lengua de alcance universal. También a ellos, las lenguas naturales les parecen instrumentos de comunicación caprichosos, redundantes, ilógicos, irregulares, plagados de ambigüedades, cambiantes e inestables. Nos referimos aquí, en concreto, a aquellos teóricos europeos que, fundamentalmente en el siglo XVII (aunque no faltan intentos similares en el XIX, como se verá), pretendieron construir lenguas supuestamente científicas, con un criterio apriorístico (procediendo ex nihilo, es decir, sin tener en cuenta las lenguas naturales). Tales lenguas debían estar gobernadas de principio a fin por la racionalidad y la lógica, por la economía de recursos, por la claridad y la armonía, y permanecer ajenas a las supuestas carencias de que adolece cualquier lengua natural; es decir, debían contar con todos los requisitos de la primitiva lengua adámica, hablada por el género humano antes de la multiplicación de las lenguas en Babel (cf. Galán 2006). Aquellos autores aspiraban a construir, en definitiva, códigos racionales y filosóficos, idiomas de élite para uso exclusivo de los hombres de ciencia, necesitados como estaban de una herramienta de intercomprensión exacta y permanente. Como ha descrito Marina Yaguello, en este tipo de inventores de lenguas

    il y a avant tout chez lui une préoccupation de nature esthétique: le désir de produire un tout, une totalité, un ensemble clos mais exhaustif, doté d’une parfaite symétrie, dont les rouages baignent dans l’huile, où aucune discordance ou ambiguïté ne saurait s’introduire, d’où le gaspillage, l’équivoque, le malentendu sont bannis. Une construction agréable à l’œil et satisfaisante pour l’esprit car on n’y trouve pas ces regrettables exceptions, ces ratés, ces manques, ces flous qui constituent les tares des langues naturelles (Yaguello 1984: 36).

    Georges Dalgarno (1661) y John Wilkins (1668), en Inglaterra, o Gottfried W. von Leibniz (1678), en Alemania, son algunas de las más reconocidas figures que en el siglo XVII proyectaron nuevas lenguas sobre la base de tales condiciones de racionalidad.¹

    3.La solución de las lenguas filosóficas

    En España contamos con un caso tardío, el de Bonifacio Sotos Ochando (1785-1869), quien, pese a escribir su obra en el siglo XIX, se encuentra claramente en la línea de los diseños de lenguas apriorísticas del XVII.Este autor ideó la más lograda propuesta española de lengua universal que conocemos, proyecto que concitó un sorprendente número de adhesiones, incluso por parte de renombrados políticos de la época, y que llegó a interesar a la Société Internationale de Linguistique, con sede en París.

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