Confesiones En La Piel

Por Juan Ramos Cardozo

Confesiones en la piel, cuarta publicacin del poeta Juan Ramos Cardozo, en esta ocasin sus poemas son el punto de encuentro entre la unidad del ser y la expansin de la conciencia a travs de una de las manifestaciones ms sublimes del amor y la espiritualidad: el erotismo. Libremente expresado en cada metfora desde el sentir de la piel; en un poemario que tiene un principio seductor, un clmax y contina hacia la unidad como un todo en que el cuerpo, el espritu y el alma se desdibujan para coexistir en el amar sin lmites bordeando las fronteras del universo en un solo palpito de respiracin y xtasis.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 24 abr 2015
• ISBN: 9781506501956

Juan Ramos Cardozo

Juan Ramos Cardozo, San Félix, Estado Bolívar, Venezuela, 1964. Poeta, Contador Público. Habitante de una nueva civilización planetaria.

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Índice

Bésame cada vez que te lo pida

Un barco a la deriva

Pureza del alma

Quiero que estés a mi lado

¿Cómo avanza tu mañana?

Derechos de autor

Programación Neurolingüística (PNL)

Ensálzame

Desde hace algunos días

Emoticonos

Inventar nuevas palabras

Días en mi calendario

Ya no eres

Algunas veces el silencio

La simetría o asimetría del silencio

Hechicera

El privilegio de la eternidad

Sin explicación

Libros contables

Asuntos contables

Una luna

Quisiera hacer

Labios

Entrégame

La Tela

Los ríos de tus jardines

Sombras

Mis deseos por ti no tienen descanso

Déjame

Libertad

Perseguir

Avances

Fruta no prohibida

Deja mi boca atada a tu pecho

Prenda bendita

Hálame

Estudio

Danzar

Tu piel

¡Oh!, mi amado Dios

Confesiones en la piel

Ilumíname

Blancuras

Caricias

Trazos

¿Cómo van tus trazos?

Otra casa

Recitarte

Anclada

Eros-Tao

Volcán

Esa tarde dancé en tu lago

Tus piernas

Respirar Acelerar

Vuélvete a mí

Entrar a ciegas

Subasta

Miel salubre

Tu boca

Ese trópico

La entrega

Esa casa tuya

Un trazo

Dos plumas volando

Tu habitación

Escríbeme

No supliques a tu Dios, agradécele

En ese plano

Que mis dioses

Celebro

Inventar una excusa

Sublimar

Cómo inventar una luna

Otra noche

Deja que la noche

Tu ausencia

Algo extraño

Cuando un aire se solapa

Dichoso

Sólo un pensamiento tuyo

Te amo

Canto al consolador

Eros y psiques

Bésame cada vez que te lo pida

Bésame cada vez que te lo pida.

No importa si estoy

bajo el agua

o en una esquina llena de soledades.

A tientas busca mis labios

como un arcoíris

antes que desaparezca.

Bésame cada vez que te lo pida.

Porque es un grito venido de un niño

desde su cuna en una noche oscura y solitaria.

Entrégate a mi boca como un suspiro desesperado.

Bésame cada vez que te lo pida.

Porque es la mirada de un anciano

que recuerda su juventud

ante un espejo y los recuerdos lo atormentan.

Dame tu boca como una señal del paraíso

que me espera.

Bésame cada vez que te lo pida.

Porque es el jadeo de un adolescente

que no descansa,

que tiene toda la energía y toda la vida para disfrutar

de los misterios de tu boca.

Entonces entrégate

con todos tus labios,

con todas tus bocas,

como si el mundo se escapara

como arenas por una ventana.

Entrégate sin luz o con luz,

con miradas o sin miradas.

Tu boca es el refugio más seguro que tiene mi alma.

El altar donde bendigo a Dios por la creación.

Y donde sueño profundamente sumergido en el aliento eterno de la vida.

Ahora que sabes esto de mí, algo que no conocías.

Bésame cada vez que te lo pida.

Un barco a la deriva

Un barco a la deriva

dices que es mi amor.

Puede que tengas razón.

Siempre voy de un lado a otro

buscando la esencia de mi ser.

Muchas veces me distraigo mirando

en las vidrieras del universo.

Otras sentado en los aromas

de un vino o en la magia de un poema.

Siempre me distraigo.

Pero cuando vuelvo mi mirada

después de tal ausencia,

tú eres la que brilla.

Después de las nubes efímeras

que cubren este árbol

aparecen las raíces que lo sostienen.

Tú eres esas hojas que no cambian

a pesar de la estación.

Un barco a la deriva

dices que es mi amor.

Puede que tengas razón.

Pero el único puerto donde

fondea ese barco eres tú.

Ninguna tormenta

lo detiene para llegar

a su destino.

Un barco a la deriva

dices que es mi amor.

Puede que tengas razón.