A Cántaro Desnudo

Por Juan Ramos Cardozo

Los días transcurren acompañados de su giro planetario. Es imposible detenerlos desde la razón y los números que acompañan la rutina diaria del poeta. En un ejercicio contra el tiempo y el inevitable olvido; el verso y la belleza que escudriñan su segundo se convierten en las manecillas de su vivir poético. La agenda profesional se detiene en el instante en que la poética de lo sublime lo reclama. Se entrelazan y unen sus venas para que el pálpito de la vida tenga sentido en sus balances.

"A cántaro desnudo", es el inicio de una serie de obras inéditas escritas desde el 2014; que recogen esa poética de la agenda cotidiana prescrita por el reloj de un vivir intenso.

• Idioma: Español
• Editorial: Palibrio
• Fecha de lanzamiento: 15 dic 2020
• ISBN: 9781506535562

Juan Ramos Cardozo

Juan Ramos Cardozo, San Félix, Estado Bolívar, Venezuela, 1964. Poeta, Contador Público. Habitante de una nueva civilización planetaria.

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Copyright © 2021 por Juan Ramos Cardozo.

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Fecha de revisión: 15/12/2020

Palibrio

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764100

ÍNDICE

Hay siempre un cisne

En un principio

No tengo idea dónde estoy

La noche

Para cuando despiertes

Dejemos

En una esquina

¿Cuál tordo negro soy?

Algunas veces

Al llegar la noche

Mujer

Todo el espacio

La mujer

Es justo

Hay

Traspasando las grutas del silencio

Tú

Este fortín

Estoy aspirando

Salgo a pasear

Tengo

Buenos días

Me convertí en la lluvia que alimenta tus ríos

He arado

Escribir

Tu piel

Que ironías

Tizones

Algunas veces cierro todas las puertas

Qué

Yo confío

Qué belleza la tuya

Parece

Es como un fuego

Cuando despiertes

Regresó

Lo urbano del amor

Poniente

Solo tengo

Encendí

Conduce mi mano

Nuestros signos

Escribir desnudo

Besar

Te espero

Soñar

Apostar

Oh, amada mía

Tu cabellera

Soñarte

Una danza

Tú me regalas

Gracias

Vine

Mariposa ensimismada

Esa palmera

Si el atardecer

No se permite

Imaginándonos

Amar

Oh, dancina

Que belleza

Tu amor

Siempre

Imaginarte niña

Me he consagrado

Enciéndeme

En este oficio

A Rosa Vegas

¡Oh gacela!

Hay algo de mí

¡Oh, libertad!

En este momento

Cuando

Para saber

Tú, el olor a hembra

Meditar

Amor

Amar, amor

Yo ahora

Estoy

Nunca

Amor II

Prométeme

Tú que cruzas

¿Cuándo vienes?

Tu mano

Tú amor

Amor bendíceme

Algunas veces creo

Cada instante

Ese cuerpo

Amor, muéstrame

Estuve contigo

Estuve

Yo siempre

Yo te amo

Te siento

Asómame

Tu amor II

Quiero cantar

Dios

Te amo

Compendio de ríos

Amado mío, cuando me daba por vencida

La tibiedad

El desierto

Soy un destello del sol

Amor III

Quiero sembrarte

Caminé en la noche

Mi tarde sin tu tarde

A esta hora

Creo

Llevo

Cae la noche

Amor yo soy quien lleva la contabilidad de tus suspiros

Algunas veces la noche cierra lentamente mis ojos

Ya estás amada mía

Quiero

En este momento II

Necesito

Cómo no detenerme

Avanza

¡Oh mujer!

Llegan los años

Te amo en este amanecer

Descubriéndote

Quiero volar

Quizás

Luz de mis días

Un descuido de la tarde

Aún siento tus piernas rondando las mías

En este segundo

Un aire en evidencia

Hay un río que unió nuestros ríos

Quiero tu café

En este aeropuerto

Amar II

Yo

Te amo II

Entre lo finito y lo infinito

Dónde

Bendito

En medio de las entrañas de una ciudad

¿Quién?

Gracias Padre

Las palabras

Cómo cerrar

Amor IV

Solsticio del amor

Ese samán

Flotar

Poesía

Recordarte

Me gustó

Nada ha sido indiferente

Junio

Mis versos

Amor divino

Queriéndote

Mi sentimiento

Quiero saber todo de ti

Amada mía

No me dejes

Hay siempre un cisne

Hay siempre un cisne

danzando sobre la quietud

que no deja espabilo.

En la hondura de sus ojos

lleva consigo banderas

amarradas en su plumaje.

Hay una polilla

que carcome

toda la caoba de los dedos

buscando una palabra

que sea suficiente.

Una que no requiera explicación.

La de un

sonido propio.

Hay un pájaro

de plumaje de etiqueta

volando sobre los arbustos

y las cabezas de las damas.

Abogando una rama.

Hay un verso suelto

buscando tu boca donde posarse.

Marzo 1, 2014. 12:55 PM.

En un principio

En un principio era un verbo.

Un sonido sánscrito.

Un interminable en la nada.

Allí en esa nada.

En esa convulsión de vacíos.

En ese retoño de ausencias:

Un eco.

Posiblemente un espejo.

De allí

un laberinto

la centrífuga de las fuerzas

y las armonías.

El sostén de los cuerpos.

Después un trajinar

un labrar

un seguir agrupado

unos sentidos agudos

unas formas en evolución.

Tus formas:

De las mismas nadas

vacíos

vacuidades.

Marzo 1, 2014. 2:01 PM.

No tengo idea dónde estoy

No tengo idea dónde estoy.

Algunas veces

siento que un olor a mar

se me orilla.

Que unas manos

llenas de mucha ternura

se me acercan

tímidamente.

Que la lejanía

ya no existe.

Que tomo

las manos de mi hija.

La abrazo.

Le digo que la amo.

Un recuerdo aparece.

Algunas veces

veo piedras

que siempre

me han conocido.

Ahora me hablan.

Espumas

revelándose

sobre las aguas.

Trazos

alejándose

de la realidad.

Palabras surgiendo

desde mis entrañas

como si antes

me hubiesen habitado.

Algunas veces

estoy seguro

que mi sentir

es el de otro.

Que en ese momento

está cerca de la mar

y ahora me observa.

Marzo 1, 2014. 2:46 PM.

La noche

La noche

nos acerca

en su oscuridad

en su brillo plateado

en su blanco arenoso y atenido.

La noche

despierta los sueños.

Los hace naufragar

fuera de los cuerpos.

Ellos:

Los cuerpos

quedan ausentes

como el vacío.

Huérfanos.

Mientras, los sueños se buscan.

La noche

nunca nos aleja

une las manos.

Monta una pierna sobre otra.

Le da la espalda a la boca.

Busca el pecho como un oficio.

La noche

con su temblor frío.

Su sobriedad de vidrio.

Sus labios de acero.

Sus arrebatos y sus aullidos.

Nunca nos aleja.

Nos encuentra

al pequeño parpadeo

al tirar del primer respiro

ahí en el salitre de nuestras almas.

Con las que juega.