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Para Mis Alumnos Con Amor
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Libro electrónico295 páginas4 horas

Para Mis Alumnos Con Amor

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Para mis alumnos con amor es una obra de cabecera para madres, padres de familia, estudiantes y docentes que puede servir de referencia educativa para tratar problemticas de difcil abordaje como el embarazo adolescente, la violencia domstica, el suicidio, el abuso sexual, el divorcio y los diversos conflictos familiares y educativos en una forma amigable, constructiva y sabia que permita impactar revirtiendo numeroso riesgos psicosociales que enfrentan las y los jvenes en la educacin media.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento17 abr 2014
ISBN9781463381417
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    Para Mis Alumnos Con Amor - Marialva Duarte

    Copyright © 2014 por Marialva Duarte.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014905822

    ISBN: Tapa Dura   978-1-4633-8140-0

    Tapa Blanda   978-1-4633-8142-4

    Libro Electrónico   978-1-4633-8141-7

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 09/04/2014

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    ventas@palibrio.com

    616318

    Contents

    Agradecimientos

    Prólogo

    Introducción

    Abril

    La señora Mejía

    Maricarmen

    ¿Se lo dices tú, o se los digo yo?

    De paloma a gavilán

    Déjame ir

    Uno de fantasmas

    Octavio

    El casting

    La historia de Iván

    Una adolescente más

    Honrarás a tu madre

    Mi eterno adolescente

    Agradecimientos

    El primer agradecimiento es para Dios, Jesús, mi amada virgen de Guadalupe, mi hermosa virgen de San Juan de los Lagos, Ángeles y Arcángeles, quienes a pesar de mi resistencia, me pusieron en el camino de forma amorosa de mi verdadera vocación, que sin duda me hace feliz, me hace sentir plena y sobre todo, me permite servir a mis semejantes de manera más eficaz.

    El segundo agradecimiento es a mi madre, Enriqueta Díaz Pérez (QPD). Sus palabras de inicio fueron que el estudio no se hizo para los pobres y yo le quise demostrar que el estudio es para quien quiera seguir ese camino. Una vez que la convencí, por su apoyo incondicional, por nuestras madrugadas con una jarra de café y arrullándola con mis poemas de Neruda, las historias de Poe, los cuentos de García Márquez.

    El tercer agradecimiento es para mis hermanos, quienes a través de sus aciertos y desaciertos, formaron mi carácter y mi fuerza para enfrentar los retos que me impone la vida, en especial para Martha, ya que con sus palabras me permitió dar el paso hacia mi realización personal y por su confianza hoy, que me hace superar y vencer las adversidades.

    El cuarto agradecimiento es para mis maestros de quienes conservo una pequeña parte, ya que formaron mi vida profesional. En especial para mi maestra de primero de secundaria, Josefina Ocaña Alcocer, activista social; al profesor Reynaldo Carballido, de segundo grado, dramaturgo y para quien me impartió clases en tercero también a nivel secundaria, profesora Cristina Eguiluz Ordoñez, amante de la lectura y en particular de la latinoamericana de mediados del siglo pasado. Aquellos que me conocen saben que son mis bases académicas más firmes.

    El quinto agradecimiento es para mis compañeros de trabajo, los de antes de ser maestra y los que me acompañaron esos 18 años de trayectoria profesional docente, ya que de cada uno aprendí mucho. En especial para la maestra Clara Mondragón Sierra, mi cómplice, mi mancuerna perfecta, mi amiga, mi hermana por elección.

    El sexto agradecimiento es para el profesor Ricardo León Cabrera (QPD), porque me brindó su confianza y con ello yo adquirí seguridad en mí misma, creyó que yo tenía potencial y me enfrentó con mis miedos y me ayudó a vencerlos.

    El séptimo agradecimiento es para el profesor Edilberto López Pérez, porque me permitió desarrollar parte de mis inquietudes, dándole continuidad a lo iniciado con el profesor León y además por sus palabras siempre sabias para entender mis impulsos profesionales, que hoy sé, son impulsos amorosos

    El octavo agradecimiento es para la profesora María del Rosario Ramírez Linares, quien me encomendó la tarea de impartir talleres a profesores de la zona XXXIX y a los de la dirección operativa 2, ya que consideró que podía aportarles algo de mi experiencia docente.

    El noveno agradecimiento es para todos y cada uno de mis amados alumnos, ya que de todos, me quedé con un trozo de su vida y los llevaré por siempre en mi corazón, si pusiera aquí sus nombres, tendría que añadir un anexo con la lista de asistencia de los grupos en los que por suerte me asignaron para impartirles la materia de español, de 1991 al 2009, enriquecieron mi vida profesional y personal con su juventud que siempre será didáctica.

    El décimo agradecimiento es para los padres de familia, que por la razón que haya sido, inscribieron a sus hijos en el plantel que laboré y confiaron en que podríamos ayudarles en su desarrollo y en su conflictiva, pero hermosa etapa de la adolescencia de sus tesoros más preciados, sus hijos.

    El onceavo agradecimiento es a mis lectores de Mariposa de ala rota, ya que con sus comentarios favorables, me impulsaron para escribir este segundo proyecto. En especial a la doctora María del Rosario Campos Beltrán, quien aceptó de inmediato el escribir el prólogo, gracias amiga, hermana del corazón.

    El doceavo agradecimiento y como se dice en estos casos, los últimos serán los primeros, es para mi esposo, David, para mis hijas Sandra y Liset, por su apoyo, ya que en ocasiones frecuentes ante puse mi responsabilidad como profesora a la de esposa y madre y aún así, siempre me han dado muestra de respeto, de admiración y amor incondicional. Considérense correspondidos y siempre que ustedes me necesiten estaré fortaleciéndolos y manteniendo la unión familiar que siempre hemos mostrado. Los amo infinitamente.

    Y… un agradecimiento especial para Iván Flores Tellez, quien aceptó elaborar el diseño de la portada y contraportada, captaste muy bien la idea, tus inicios como profesional en lo que espero sea tu pasión, como para mí lo es ser maestra frente a grupo.

    Prólogo

    Marialva con una calidad inigualable, a través de sus letras, nos lleva por diversas temáticas, desde el entramado e intensidad de la vida cotidiana en esa relación tan determinante de escuela y familia en la etapa de la adolescencia. Justo en un momento clave donde una decisión mal tomada puede repercutir a lo largo de la vida, donde hay múltiples cambios biológicos y físicos. La autora tiene la cualidad de atrapar en su redacción, cada escrito que he tenido la fortuna de leer de ella, sencillamente no puedo dejarlo de leer. Sabe dar mensajes profundos en un tono muy amoroso, coloquial, desprovisto de intelectualismos y situado en las formas cotidianas, lo que convierte su narrativa en una suerte de historia común donde cualquiera puede encontrar puntos de identificación para revisar su vivencia propia en torno a ese tema y por ello, acaba siendo terapéutica la lectura de su obra. La cual va de la microhistoria a la autobiografía entretejiendo con gran maestría los hilos de la vida propia, con un tono a veces teatral, novelesco y anecdótico.

    La narrativa que usa la autora refleja un gran conocimiento de la identidad nacional que muestra con un estilo ligero y dejando constantemente un hilo de interés para buscar ¿qué pasó después? Y no parar de leer. Entremezcla la realidad y la ficción con genialidad y sin que se pueda notar la frontera entre una y otra. Construye personajes en los que cualquier persona puede verse reflejada ilustrando las contradicciones que cotidianamente vivenciamos en nuestro diario transcurrir, nuestros diálogos internos, aciertos y desaciertos. Y donde siempre, siempre, hay la capacidad de tomar conciencia y rectificar.

    Para mis alumnos con amor es una obra de cabecera para madres, padres de familia, estudiantes y docentes que puede servir de referencia educativa para tratar problemáticas de difícil abordaje como el embarazo adolescente, la violencia doméstica, el suicidio, el abuso sexual, el divorcio y los diversos conflictos familiares y educativos en una forma amigable, constructiva y sabia que permita impactar revirtiendo numeroso riesgos psicosociales que enfrentan las y los jóvenes en la educación media.

    Este libro muestra plenamente la vocación de escritora y terapeuta de Marialva enriquecida por su amplia trayectoria como docente y refleja una gran madurez personal, profesional y espiritual que regala a quien lo lea numerosas premisas y pautas para la convivencia cercana con las y los jóvenes desde un lugar de respeto, confianza, amor y entendimiento. Elementos tan necesarios hoy en día en los diversos espacios relacionales: la familia, la escuela, el trabajo y la comunidad. Propuestas como estas contribuyen a fomentar una cultura de paz y el desarrollo humano.

    Este libro ayuda a ver lo profundo que hay en el ejercicio de la docencia como vocación de vida, en la que se forman valores y personas. Es una herramienta para buscar la congruencia y la integridad, valores tan necesarios en el momento actual. Por lo que seguramente será un faro de luz para quien lo lea.

    Dra. María del Rosario Campos Beltrán

    Introducción

    En el año de 1986, me vi con dos documentos en la mano, lo que muchos llaman, una encrucijada, ambos atractivos, ambos determinantes en mi futuro. ¿Cómo elegir la mejor opción? Los puse en una balanza, por supuesto que pesa lo mismo. Uno de ellos es un contrato para comenzar a trabajar en un grupo de danza folclórica, seis meses de ensayos en la ciudad de México, seis meses de gira en el extranjero, viajando por todo el mundo, muy atractivo. El otro, el aviso de inscripción a la universidad. Los dos al mismo tiempo, quizá si me hubiera llegado antes uno u otro, pero no, llegaron a mis manos el mismo día.

    Evalué una y otra situación, quizá si hubiera descubierto mi habilidad para el baile unos diez años antes, porque no me veía en un escenario ya con arrugas y con grasa en el vientre; y además si pensaba en un tiempo mayor en ese ambiente, tendría, quizá que renunciar a mi anhelo de ser madre. Por otro lado, entrar a la universidad había sido el sueño de toda mi vida, sobre todo, entrar a la UNAM. De entrar al grupo de danza no me quedaban más que unos cinco o seis años sobre el escenario y después, a ser maestra de baile y no, no me convenció.

    Entré a la universidad con el firme propósito de ser una de las mejores periodistas de este país, objetiva, veraz, inteligente y muy activa; codearme con los grandes y trabajar con ahínco para dar las noticias diariamente. Sin embargo, la situación económica de mi casa no me permitió picar piedra en ese cerrado círculo del periodismo. No me podía dar el lujo como tantos prestadores de servicios que egresan de la carrera y son explotados porque los ponen a trabajar sin pagarles un salario y pocos, realmente pocos son los que consiguen colarse al medio. Me tocó lo de siempre, condiciones, vejaciones, en fin, que no encontré penetrar en lo que pensé podría dedicarme toda la vida, sin dejar de trabajar en lo que ya estaba. Continué trabajando en la SEP, pero ya no como secretaria, sino tuve que aceptar dar clases en una secundaria como tantos y tantos universitarios que no encuentran una oportunidad en el área que estudiaron, pero con una diferencia: desde el primer día, frente a mi primer grupo, supe que era a lo que me quería dedicar siempre. Como que me negaba a mí misma mi propia vocación, me boicotee, pero siempre Dios estuvo junto a mí para guiarme y para llevarme de la mano a lo que se convirtió en mi mayor satisfacción a nivel profesional: ser maestra frente a grupo.

    Me sentí en desventaja en un inicio, admiraba a los maestros normalistas y trataba de copiarles lo que podía para intentar hacer bien mi trabajo, pero pronto me desilusioné con esa práctica, porque así como hay universitarios o politécnicos que nada tienen qué hacer en la formación de niños y jóvenes de escuelas oficiales, de la misma manera hay normalistas que no encontraron otra forma de ganarse la vida a corto plazo que ser maestro y con la disculpa, pero no tienen amor por su profesión, y los perjudicados principales: los alumnos. Me encontré de todo, maestros maravillosos, que me enseñaron mucho, que me dieron bases firmes pero de igual modo, compañeros que faltaban mucho a trabajar y cuando iban, era para cobrar y trataban con la punta del pie a los alumnos.

    Siempre lo propuse: unir sus conocimientos de psicología de la adolescencia, didáctica, pedagogía, con nuestro dinamismo y formas de llegar a un propósito, objetivo y meta, pero me sentía en desventaja porque me dejaban sola, porque no compartían mis ideas; algunos de ellos las rechazaban porque decían que para qué perder el tiempo con estos entes rechazados hasta por sus propias familias, no merecen nada por groseros y burros, no voy a perder mi tiempo con quienes ya están perdidos, etc., por supuesto que tuve grandes maestros que sí querían cambiar la forma de trabajar, pero algunos ya estaban cansados, como que les ganó la edad, la tecnología y el cambio en la educación y ya no tenían fuerza para contrarrestar eso o bien, de adherirse a la tecnología. Y los que sí buscábamos un cambio, no sabíamos por dónde entrarle.

    Aún así, no perdí la esperanza y lo que hice fue acercarme a mis alumnos de forma más humana, que no me vieran como la tirana que a la menor provocación los va a reportar o a la barco que no les presta atención. Afortunadamente en ese andar, encontré a grandes aliados, como a mi querida amiga Clarita, o al profesor Alejandro o a Jorge y por supuesto a Rubén, de forma coincidente los tres primeros universitarios y el último politécnico, ninguno normalista.

    Y creo que lo conseguí, en muchos casos lo hice, aunque no con todos mis queridos alumnos como hubiera querido. Lo que sí logré es el respeto, porque como les decía en clases: yo doy lo que recibo, si ustedes son respetuosos, yo lo seré con ustedes, si me dan afecto, yo ya los quiero, si me dan confianza yo les entrego la mía y bueno, tuve grandes satisfacciones y es lo que quise plasmar en este libro, mis vivencias, sólo unas cuantas, por supuesto, cada alumno representa una historia, pero seleccioné algunas y es lo que ofrezco para el lector, una ventana a lo que se vive diariamente en las escuelas oficiales del distrito federal.

    He errado, por supuesto, y creo que lo plasmo en algunas historias, pero aprendí la lección. He acertado con algunos alumnos, así es y cuando me iban a visitar ya ex alumnos, y en ese momento matriculados en un preparatoria o universidad con buenos resultados, me llenaba de orgullo y me decía, que todo ha valido la pena, no así cuando me enteraba que no les había ido del todo bien, pero la semilla quedó, y como siempre les decía, lo que sus padres y sus maestros hacemos por ustedes, tarde o temprano lo van a aprovechar y saldrán adelante.

    Son once relatos y dos piezas teatrales de historias mitad ficción, mitad verdad, o tal vez no, en las que los alumnos me confiaron lo que vivían en sus casas y utilizando mí imaginación puse lo demás, y como se dice en estos casos, los nombres fueron cambiados y cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia. Espero que el lector lo disfrute tanto como yo al escribir este libro, en el que dejo mi admiración y cariño sincero para quienes fueron a lo largo de esos 18 años mis alumnos, los seres a quienes más atención les puse aun sobre mi familia por obvias razones, a mis compañeros maestros con quienes compartí ideas, y también con quienes no pude nunca lograrlo, a los padres de familia que confiaron la educación de sus hijos a la escuela donde presté mis servicios y a la Secretaría de Educación Pública, quien me permitió ganar un salario de manera digna durante esos años y desarrollarme con una de mis grandes pasiones, ser maestra frente a grupo.

    PARA MIS ALUMNOS, CON AMOR

    Abril

    Abril

    -Buenas tardes. –Saludó la maestra de Formación Cívica y Ética a los contrariados padres de familia, de alumnos de una escuela secundaria vespertina del Distrito Federal.

    -Buenas tardes. –Contestaron en unísono los padres, esperando lo más rápido posible el contenido de la junta, ya que tenían como siempre múltiples ocupaciones que los esperaban.

    La maestra dejó sus objetos sobre el escritorio y observó a los padres de familia presentes, al ver que estaba la persona que su mirada buscó, decidió no pasar lista y entrar de lleno a la junta.

    -Los he mandado llamar a esta junta que no estaba programada porque necesito como siempre, su ayuda y colaboración, como se los mencioné desde la primera reunión que tuvimos al inicio del año escolar que siempre que los requiriera, los llamaría. Me parece que el tema lo amerita y…

    -Maestra, -interrumpió la mamá de Abril, volteando a ver a los demás como buscando la aprobación con la mirada- podría usted comenzar ya, tengo un poco de prisa y efectivamente, no tenía planeado venir, pero como el citatorio decía que era obligatoria…

    -Así es señora, trataré de ser breve, aunque les traigo mucho material en folletos, ligas de internet y bibliografía para que podamos hacer trabajo en equipo y ayudar en sus dudas a sus hijos.

    -¿Tan grave es el asunto? –Preguntó el papá de Alberto.

    -Yo siempre he considerado que las cosas pasan por algo, así que si ustedes no han platicado con sus hijos acerca del tema, pues, es una muy buena oportunidad para hacerlo.

    -¿Qué tema es ese, maestra? –Nuevamente intervino la mamá de Abril, con gesto de fastidio.

    -Les explico: antes de entrar de lleno en materia, quiero darles los antecedentes; dentro de la Reforma Educativa de Educación Secundaria, se contemplan los proyectos trasversales.

    -No entiendo ese término y nos va a dar una clase de eso o nos va a informar algo de nuestros hijos, perdón, pero insisto, tengo prisa. –Nuevamente tomó la palabra la mamá de Abril.

    -Es como si quisiera dar una justificación de algo malo que pasó y yo tampoco entiendo. –Intervino la mamá de Dolores.

    -Es que el tema es delicado y quiero explicarles brevemente cómo se gestó. Los proyectos trasversales lo único que significan es que son alternos al programa de estudios de cada materia, pero que intervienen todas por un fin común, por algo que hayamos detectado y es importante que todos participemos, incluso ustedes. Este proyecto se planeó porque el año escolar pasado tuvimos cinco embarazos entre las adolescentes y en el plan de trabajo del presente año escolar se acordó que trabajaríamos el tema desde la perspectiva de cada asignatura, por ejemplo: si se tratara de nutrición, el proyecto tendría como objetivo dar a conocer a los alumnos lo que hay de información del tema, como en la materia de español, se encargará de leer algunos textos informativos, cuentos, folletos donde les explicara el problema de la obesidad, de bulimia, de anorexia, así como las estadísticas en matemáticas, los daños en la salud en biología, los países con estos problemas en geografía, y así.

    -¿Pero no es un problema de nutrición, por lo que dice de los embarazos?, -preguntó con fastidio la mamá de Mariana.

    -Así es, el proyecto se llama La responsabilidad de mi sexualidad

    -Me parece que es un tema que… no se debe tratar en la escuela, somos los padres de familia los encargados de orientar a nuestros hijos, usted concrétese a enseñarles los artículos de la ley, la de español los verbos y sustantivos, la de matemáticas las sumas y restas y ya. –Con un tono muy agresivo intervino la mamá de Abril.

    -Señora, por eso los mandé llamar, tuve un primer acercamiento con los muchachos, y créame, sus hijos tienen muchas dudas, no los estoy juzgando, ni a ustedes y mucho menos a los alumnos, más bien, los posibles errores que hayamos cometido como orientadores de los muchachos vamos a corregirlos, estamos a tiempo.

    -Pues no estoy de acuerdo, mi hija está educada por mí, y no creo que tenga dudas, porque ya me hubiera preguntado a mí, ella y yo tenemos muy buena comunicación. Así que no teniendo nada más que hacer, me retiro. –Le respondió la señora, levantándose de la silla que había elegido para sentarse.

    -Por favor, le pido que se siente, les traigo un resumen de las preguntas que hicieron los muchachos con respecto al tema y hubo unas que me llamaron la atención, así que vamos a continuar con la junta, si le parece.

    -Yo no creo que haya preguntas de mi hija, así que con permiso, ¿vienes Teresa? Sería una ofensa a nuestras hijas si nos quedamos, es como si pensáramos que son unas ordinarias y vulgares niñas que andan en la calle, ya sabes que a Abril, nunca la dejo salir, siempre anda conmigo y bueno, eso es por inscribirla en una secundaria de barrio y además con tanto pelado que ya me imagino la clase de preguntas que han de hacer. Pero lo bueno es que con mi hija hay comunicación, ya me encargaré del asunto.

    -Yo me quedo, Lucía, discúlpame, a mí sí me interesa saber si mi hija tiene dudas, para como dice la maestra, informarme y estar preparada y orientarla. –Respondió la mamá de Renata.

    -Allá tú, yo me voy porque mi hija merece respeto.

    La señora Lucía salió con evidente muestra de enojo y a pesar que la maestra hizo un último intento por detenerla, fue inútil.

    La junta se desarrolló, con evidentes muestras de preocupación por parte de la maestra e interés por parte de los padres

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