Con ansias vivas, con mortal cuidado: Con ansias vivas, con mortal cuidado

Por Darío Zárate Figueroa

España se encontraba en pleno apogeo como imperio cuando florecieron sus más altos escritores; no por nada los años entre 1500 y 1700 pasaron a la historia como el Siglo de Oro. A nivel histórico, los autores de este libro surgen en pleno fervor religioso: los mayores exponentes en lengua española de la poesía mística y ascética. Este género encarn

• Idioma: Español
• Editorial: Ediciones Castillo
• Fecha de lanzamiento: 14 ene 2022
• ISBN: 9786076219522

Darío Zárate Figueroa

Nació en la ciudad de México en 1987, y estudió Letras Clásicas en la UNAM. Traduce literatura del inglés, francés y latín al español. Por su traducción de las Heroidas de Ovidio, la International Board on Books for Young People (IBBY) lo incluyó en la Lista de Honor IBBY, 2016.

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DIRECCIÓN EDITORIAL: Cristina Arasa

COORDINACIÓN DE LA COLECCIÓN: Mariana Mendía

EDICIÓN: Mario Carrasco Teja y Libia Brenda Castro

DISEÑO DE PORTADA: Javier Morales Soto

FORMACIÓN: Mario Carrasco Teja

CORRECCIÓN DE PRUEBAS: Jorge Sánchez y Gándara

ILUSTRACIÓN DE PORTADA: Juan Palomino

REDACCIÓN DE CONTENIDOS DE SECCIONES DIDÁCTICAS E ICONOGRAFÍA: Darío Zárate Figueroa

ANTOLOGADOR: Darío Zárate Figueroa

TEXTOS: Santa Teresa de Jesús, Fray Luis de León, Fray Pedro Malón de Chaide,

San Juan de la Cruz, Sebastián de Córdoba, Félix Lope de Vega y Carpio,

Luisa Carvajal y Mendoza, Sor Marcela de San Félix, Sor Juana Inés de la Cruz

y Gabriel Álvarez de Toledo

Con ansias vivas, con mortal cuidado. Antología de poesía mística

PRIMERA EDICIÓN DIGITAL: septiembre de 2017

D. R. © 2017, Ediciones Castillo, S. A. de C. V.

Castillo ® es una marca registrada.

Insurgentes Sur 1886, Col. Florida.

Del. Álvaro Obregón.

C. P. 01030, México, D. F.

Ediciones Castillo forma parte del Grupo Macmillan.

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Lada sin costo: 01 800 536 1777

Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

Registro núm. 3304

ISBN Digital: 978-607-621-952-2

Prohibida la reproducción o transmisión parcial o total de esta obra por cualquier medio o método, o en cualquier forma electrónica o mecánica, incluso fotocopia o sistema para recuperar la información, sin permiso escrito del editor.

La transformación a libro digital de este título fue realizada por Nord Compo.

PUERTAS DE ACCESO

Poesía devota

Eran los años de gloria en una España convertida en el imperio más poderoso del mundo, gracias a las riquezas de la enorme porción del continente americano que estaba bajo su dominio. Era asimismo una época de intenso fervor religioso: 1492, el año en que Cristóbal Colón llegó al Nuevo Mundo, fue también el año de la caída del emirato de Granada, último Estado musulmán de la península ibérica, así como de la expulsión de los judíos de España.

La fe católica se impondría de manera implacable en todos los territorios conquistados en las décadas siguientes; el catolicismo era la única religión admitida en el mundo de habla hispana. Era el tiempo de la Santa Inquisición.

En esa España, y en sus colonias, vivieron los autores de este libro. Todos usaron la poesía para expresar su devoción, lo que quizá podría evocar ciertos estereotipos.

Sin embargo, al leer sus obras se descubren giros inesperados, como ocurre en los siguientes versos de Sor Marcela de San Félix, incluidos en el presente volumen:

Préstame tus ojos,

amado mío,

que no quiero, mi alma,

ver con los míos.

[…]

Pero no me contento

con brazos sólo,

a tus labios anhelo,

querido esposo.

Quien leyera versos como los anteriores sin conocer su contexto, pensaría que aluden a una pasión ardiente entre amantes, antes que a un piadoso sentimiento religioso; sin embargo, este género de poesía surgió en el seno mismo de las instituciones de la Iglesia católica y es una de sus tradiciones literarias más importantes.

¿Cómo surgió esta expresión poética en una sociedad famosa por su férreo conservadurismo? ¿Por qué ha trascendido el ámbito del catolicismo para ubicarse entre las corrientes más influyentes de la poesía en lengua española? Las respuestas radican en el adjetivo con que se conoce a esta poesía: es mística.

Mística y ascética

Del antiguo verbo griego myein, encerrar, se deriva el adjetivo mystikós, cerrado, arcano o misterioso, y de éste proviene el vocablo español místico. De modo coloquial, empleamos esta palabra para designar cualquier cosa que nos parezca mágica, misteriosa o sobrenatural, sobre todo si tiene que ver con prácticas espirituales antiguas o exóticas; pero, en sentido estricto, se refiere a un fenómeno espiritual específico: la unión íntima del alma humana, en vida, con lo sagrado o la divinidad.

Aunque por lo general forma parte de una religión, la experiencia mística es muy distinta de las expresiones religiosas más comunes; por ejemplo, lo místico tiene poco que ver con misas o sermones y evoca, en cambio, a un individuo profundamente transformado por haber sentido de manera personal e intensa la presencia de lo divino en su vida. Esta unión suele traducirse en visiones y estados alterados de conciencia. Son muchas las religiones que, a lo largo de la historia, han visto nacer en su seno tradiciones místicas, desde el hinduismo, el jainismo y el budismo hasta las grandes religiones monoteístas: el zoroastrismo, el cristianismo, el judaísmo y el islam. Las maneras de buscar la unión mística con lo divino son muy diversas; por ejemplo, son famosas las prácticas de los yoguis hindúes y la meditación de los monjes budistas. Aquí nos centraremos en el misticismo cristiano y, más específicamente, católico. El erudito español Marcelino Menéndez y Pelayo afirmaba:

Para llegar a la inspiración mística no basta ser cristiano ni devoto, ni gran teólogo ni santo, sino que se requiere un estado psicológico especial, una efervescencia de la voluntad y del pensamiento, una contemplación ahincada y honda de las cosas divinas, y una metafísica o filosofía primera, que va por camino diverso, aunque no contrario, al de la teología dogmática. ¹

Los poetas místicos a los que nos acercaremos en estas páginas cumplen estos requisitos: aunque muchos eran teólogos, y los más prominentes entre ellos alcanzaron la santidad oficial, fueron capaces de ir más allá y lograr, en la soledad de sus celdas conventuales, ese estado psicológico especial que les permitió experimentar directamente a Dios en visiones y éxtasis; su poesía expresa la dicha profunda de esta unión y, al plasmarla en palabras, la sistematiza en cierto modo.

Debemos advertir que no todos los poetas de esta antología son propiamente místicos: también se incluye a representantes distinguidos de lo que Menéndez y Pelayo llamó varios géneros de poesía sagrada, devota, ascética y moral ² que constituyen otras tantas formas de aproximarse a la divinidad. Destaca entre éstas la ascética, estrechamente relacionada con la mística.

En el siglo XV se publicó en España la obra Tratado espiritual de las tres vías, purgativa, iluminativa y unitiva, del clérigo valenciano Bernardo Fontova (1390-1460).

Las tres vías a las que alude el título de la misma sentaron las bases para las tradiciones mística y ascética en España. Veámoslas:

La vía purgativa es un conjunto de prácticas o procedimientos por los que un individuo busca purificar su alma, lavar sus vicios y pecados por medio de la oración y la penitencia.

En la vía iluminativa, complemento de la anterior, el alma, ya purificada, se somete con humildad a la voluntad divina, en espera de que Dios decida entrar en contacto con ella.

Estas dos primeras vías son propias de la tradición ascética.

Por último, la vía unitiva constituye la verdadera experiencia mística: el alma siente la unión completa con Dios y alcanza un éxtasis que sobrepasa los sentidos y la capacidad de la mente y el lenguaje humanos.

Incluso las expresiones más elevadas de la poesía mística no son sino un débil reflejo de esta experiencia indescriptible. Quienes lograron este tipo de unión a veces fueron reconocidos como santos por la Iglesia, y la tradición les atribuye todo tipo de milagros debidos a su estado especial.

La ascética y la mística cristianas resultan, pues, dos formas de aproximarse a lo sagrado y, aunque son distintas entre sí, están estrechamente relacionadas. Una se centra en la disciplina, el trabajo arduo y constante (y a menudo doloroso, como veremos), mientras que la otra es una experiencia casi espontánea de dicha ilimitada. Aunque en la obra de los poetas de nuestra antología predomina