El extraño
Por Gian Marcos
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"Dicen que he derramado sangre inocente... pero, ¿para qué sirve la sangre si no es para derramarse?''.
Candyman
Era un automóvil sin distintivos, un Nissan Sentra de color negro con algunas décadas encima, justo en medio del parking del centro comercial más grande de Columbia Washington. Alrededor se podían percibir decenas de policías acordonando el área con cintas amarillas. Desde la distancia se podría pensar que se trataba de otro homicidio más, pero el asombro en los rostros de algunos detectives cerca indicaba que tenía que ver con algo más siniestro que un simple asesinato.
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El extraño - Gian Marcos
Prólogo
Era un automóvil sin distintivos, un Nissan Sentra de color negro con algunas décadas encima, justo en medio del parking del centro comercial más grande de Columbia Washington. Alrededor se podían percibir decenas de policías acordonando el área con cintas amarillas. Desde la distancia se podría pensar que se trataba de otro homicidio más, pero el asombro en los rostros de algunos detectives cerca indicaba que tenía que ver con algo más siniestro que un simple asesinato.
Índice
Prólogo
Índice
Pánico
La búsqueda
Sospechoso
Algo pasó
Final inesperado
Pánico
Washington D.C. 12 de noviembre 6:12 A.M
E
ra un automóvil sin distintivos, un Nissan Sentra de color negro con algunas décadas encima, justo en medio del parking del centro comercial más grande de Columbia Washington. Alrededor se podían percibir decenas de policías acordonando el área con cintas amarillas. Desde la distancia se podría pensar que se trataba de otro homicidio más, pero el asombro en los rostros de algunos detectives cerca indicaba que tenía que ver con algo más siniestro que un simple asesinato.
—¡Santo cielo! Creo que voy a vomitar —dijo el agente Tom Logan justo a medio metro del cadáver femenino en el interior del Nissan. A un lado estaba el inspector en jefe Richard Martel sacando deducciones y analizando minuciosamente con la mirada algunas partes del auto, como tratando de visualizar la escena completa.
—Quien sea que haya cometido esta brutalidad sobrepasa el odio —comentó, alejándose de inmediato a la parte de atrás del auto mientras arribaba Lisa Owen la jefa del departamento de criminología forense.
— ¡Vaya! Al fin llega, — murmuró para sí el inspector —los estábamos esperando, no podíamos irnos sin que hicieran su trabajo.
Ella lo saludó e hizo una cara de pocos amigos mientras avanzó hacia el Nissan a unos tres metros, y luego exclamó— fue una noche cansada para el segundo turno, acabó de dejar otra escena del crimen, y...
A Richard le pareció demasiada la impresión que miró en el rostro de Owen cuando pasó en medio de los agentes que acompañaban a Tom. Naturalmente, no era una reacción normal, debido a que, si bien, el cuerpo de la fémina lucía terrible, Lisa tenía más de seis años de experiencia y aquello no debería haberla puesto así, pero lo que enseguida expresó dejó atónitos a los dos inspectores.
—No puede ser, —manifestó en tono alto. —¿Qué pasa? —se escuchó de inmediato un coro tras de sí mientras al otro lado del vehículo algunos asistentes forenses ya hacían sus labores tratando de recabar pruebas alrededor.
—Sin lugar a dudas, la chica que asesinaron bajo el puente de dónde vengo presenta las mismas marcas y signos de tortura en su cuerpo... y veo que fue asesinada de la misma manera atroz y cruel.
—Me comentaron de un asesinato al lado oeste cuando llegué a la oficina, el inspector Mark es el que fue, pero jamás imaginé que... —comentó Richard sin terminar la frase.
—Todo indica que se trata de... un asesino serial —expresó Tom dubitativo.
—Es muy temprano para deducir ya lo veremos, —respondió Lisa, mientras daba la orden a todos los agentes e inspectores de policía que se alejaran y los dejaran trabajar-.
Richard y compañía guardaron distancia fuera del círculo de cintas amarillas mirando expectativos, mientras la forense y su equipo recababan las pruebas más evidentes que dieran alguna pista de los autores de tan inusual crimen, luego en el