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Gálatas: Los ritos o la relación
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Libro electrónico255 páginas8 horas

Gálatas: Los ritos o la relación

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En este comentario acerca de los Gálatas, el Dr. Caram muestra como las obras del hombre son ineficaces para agradar el corazón de Dios, pero más aún, que es solamente por la fe que es posible agradarle a Él.  Los Gálatas habían vuelto a confiar en las tradiciones de los hombres, pero el apóstol Pablo les alienta a buscar ser perfeccionados por medio de desarrollar el amor por la verdad y ser guiados por el Espíritu Santo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 abr 2021
ISBN9781596654778
Gálatas: Los ritos o la relación

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    Gálatas - Dr. Paul G. Caram

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    Capítulo 1

    Pablo defiende su ministerio apostólico

    En este capítulo, y también en el capítulo dos, Pablo defiende su llamado apostólico. El partido judaizante, con gran vigor, no sólo había tenido éxito minando el mensaje de Pablo, sino también extendiendo calumnia acerca de su vida personal.  Por esto, la defensa rigurosa de él está en estos dos primeros capítulos.  

    Gálatas, como un todo, está escrita con aspereza y severidad a fin de mostrar la urgencia de la ocasión, y la seriedad del peligro. También se caracteriza frecuentemente por un tono de tristeza, porque aquellos a quienes Pablo amaba tan entrañablemente estaban apartándose de la verdad y creyendo la calumnia de sus enemigos. Por consiguiente, para remover las semillas de perturbación y desconfianza que habían sido plantadas en la mente de sus convertidos, Pablo empieza su epístola rechazando completamente las falsedades que habían sido propagadas contra él por sus oponentes. Sobre todo Pablo hace una vindicación de su ministerio apostólico, el que recibió directamente de Cristo, y ejerció independientemente de los doce apóstoles. 

    Los judaizantes insistían que Pablo falsamente se presentaba a sí mismo como un apóstol de Cristo. Ellos razonaban que Pablo no había sido, como los Doce, un seguidor de Jesús cuando Él estuvo en la tierra. Por consiguiente, no había recibido su comisión de Jesús.  En cambio, él era sólo un maestro enviado por la autoridad de los Doce cuya enseñanza debía ser recibida mientras estuviera de acuerdo con sus enseñanzas y fuera aprobada por ellos. Pero ahora, la doctrina de Pablo (alegaban ellos) estaba en oposición con la de Pedro y Jacobo, y de los otros pilares de la Iglesia. Con tales argumentos, estos falsos ministros habían alejado en gran manera a los gálatas cristianos de su padre en la fe. Pero en los capítulos uno y dos, Pablo refuta todos sus informes calumniadores muy eficazmente. 

    El saludo: Dios me hizo apóstol, no el hombre

    1:1 Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos). Pablo va directo al punto. Inmediatamente, él restablece sus credenciales ante los gálatas. Yo no me hice un apóstol. Yo no fui entrenado por hombre, ni  fui comisionado y mandado por el hombre, o por los Doce apóstoles, sino por el mismo Señor Jesucristo, quién se me apareció en el camino a Damasco, y por Dios el Padre quién lo levantó de los muertos. Fue el Cristo resucitado quien interceptó a Pablo en el camino a Damasco, y quien lo entrenó y comisionó, no fueron los Doce. De hecho, Pablo ni siquiera fue presentado a los Doce (con la excepción de Pedro) sino hasta diecisiete años después de su conversión. 

    Los hermanos apoyaban a Pablo

    1:2 Y todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia. Pablo no desea oponerse él solo contra la herejía de los judaizantes que se había infiltrado en las iglesias de Galacia. Todos los hermanos que están conmigo se refiere a la unidad con que los compañeros de ministerio de Pablo lo apoyaban en su caso contra los adversarios. Pablo reúne a todos los hermanos que estaban con él y está escribiendo en nombre de ellos, así como en el suyo propio.  El hecho que él se esté dirigiendo a las iglesias de Galacia muestra claramente que aquí estaba involucrando todo el territorio, no sólo una iglesia local. 

    La bendición de Pablo: gracia y paz a vosotros

    1:3 Gracia y paz sean a vosotros, de Dios Padre y de nuestro Señor Jesucristo. Virtualmente todas las cartas históricas de Pablo empezaron con el saludo: Gracia y paz. Aunque la gracia significa el favor inmerecido, obviamente implica mucho más, ya que en el contexto de muchos pasajes de la Escritura, significa también capacitación divina. Es la  habilidad que Dios imparte.  Todo don ministerial opera según la medida de gracia.  Romanos 1:5 dice que se da la gracia para obedecer. En 1 Corintios 15:10, es la fuerza para llevar una carga pesada. En Hebreos 12:15, la gracia mantiene fuera de nuestro corazón la amargura. Se nos ofrece gracia en tiempos de necesidad (He. 4:16). Los gálatas necesitaron todas estas capacidades de gracia, como Pablo deseó para ellos en la bendición de su saludo. Ciertamente necesitarían la gracia para aceptar el mensaje de reprensión y exhortación de Pablo. 

    Pablo también les desea paz. Aunque la palabra hebrea shalom debió haber estado en el fondo de la mente judía del apóstol, (shalom significa prosperidad y bienestar), acá se usa la palabra griega eirene. Eirene, traducida como paz, también se traduce como unidad, en otros lugares.  Paz y unidad son palabras equivalentes en el idioma original. Un corazón unido, un corazón con unidad de propósito, tiene paz. Pero un corazón con lealtades divididas, uno que está sirviendo a dos amos, no tiene paz. Los gálatas de doble ánimo, tratando de estar casados simultáneamente con el Antiguo Pacto y con el Nuevo Pacto, entraron en un estado de agitación y división. Por consiguiente, en su introducción, Pablo le pide a Dios un suministro fresco de gracia divina y paz para los corazones errantes de sus lectores. 

    Toda bendición: del  Padre a través del Hijo

    De Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo. Toda bendición viene del Padre, pero desciende del cielo por Su Hijo, el Señor Jesucristo. Toda la gracia residente en el Padre fue derramada a Su Hijo durante Su vida en la tierra. Ahora, nos es ofrecida a todos y cada uno de nosotros al seguir siendo una rama en la Vid y mientras continuemos extrayendo nuestra vida de Cristo (2 Ti. 2:1). Permanecer en Cristo es la llave para el crecimiento espiritual y para que nuestro corazón sea cambiado; no es absteniéndose de la carne de cerdo o alguna otra observancia externa (He. 13:9). 

    El amor y sacrificio de Dios nos rescatan del destino del mundo

    1:4-5 El cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Cristo se entregó hasta la muerte como una ofrenda por nuestros pecados.  Al pasar de un Evangelio de gracia a los ritos, los gálatas prácticamente se habían olvidado de la muerte sustituta de Cristo en la cruz. La sangre de la cruz compró nuestra alma de las garras de Satanás y del poder del pecado. ¿Será posible alcanzar la perfección absteniéndose de la carne de cerdo? ¿Qué podría agregarse a la maravillosa obra redentora de la

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