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El Dedo Pulgar Del Ingeniero: (Los Misterios De Sherlock Holmes 9)
El Dedo Pulgar Del Ingeniero: (Los Misterios De Sherlock Holmes 9)
El Dedo Pulgar Del Ingeniero: (Los Misterios De Sherlock Holmes 9)
Libro electrónico33 páginas28 minutos

El Dedo Pulgar Del Ingeniero: (Los Misterios De Sherlock Holmes 9)

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Los Misterios De Sherlock Holmes N° 9.
Es el noveno de los 56 relato o historias cortas de Sherlock Holmes.

De Que Trata Este Capítulo
Un ingeniero, llamado Victor Hatherley, dio lugar a la aventura de Sherlock Holmes titulada The Adventure of the Engineer's Thumb (El dedo pulgar del ingeniero). El relato tiene lugar en 1889. El doctor Watson acaba de casarse, ha abandonado Baker Street, y se dedica al libre ejercicio de su profesión. Al tener su consulta cerca de la estación de Paddington, atiende a muchos empleados de los ferrocarriles. Uno de éstos, una mañana de verano, trae a su consulta a un curioso paciente, así descrito por el doctor Watson: "Entré en mi consultorio, y me encontré con un caballero que estaba sentado junto a la mesa. Iba modestamente vestido con un traje de mezclilla, y había dejado su gorra sobre mis libros. Tenía envuelta un pañuelo en una de sus manos, en el que se veían manchas de sangre por todas partes. Era joven, de no más de veinticinco años, según mi cálculo, y tenía el rostro muy varonil; pero estaba muy pálido..." Cuando Watson se entera de que no se trata de un accidente, recurre a su amigo Holmes, que le pide un relato completo.

Victor Hatherley es un joven y emprendedor ingeniero hidráulico, que a la muerte de su padre se ha instalado por su cuenta, sin demasiado éxito. Un tanto desesperado y a punto de tirar la toalla, aparece un extraño individuo que se presenta como el coronel Lysander Stark y le hace una sorprendente proposición. Debe viajar esa misma noche a Berkshire, para revisar una prensa hidráulica y a cambio recibirá cincuenta guineas. A pesar de las dudas que le ofrecen el aspecto del coronel y las intenciones que en él adivina, tentado por su oferta, la acepta. Su decisión le obliga a protagonizar una rocambolesca aventura, en la que pierde un pulgar y está a punto de perder la vida. Holmes se hace cargo de la situación y, una vez más, deja asombrados a Watson y al inspector Bradstreet de Scotland Yard, por la rapidez con que resuelve el caso. Pero demasiado tarde, ya que los malhechores han escapado. Por desgracia, el lector se pierde un hipotético y apasionante enfrentamiento entre el malvado Fritz -el falso coronel Stark- y Sherlock Holmes. Al final, el ingeniero se lamenta ante un eufórico Holmes: "–He perdido mi dedo pulgar y he perdido mis cincuenta guineas de honorarios. ¿y qué he ganado? –Experiencia -le dijo Holmes echándose a reír-. La experiencia puede tener para usted un valor indirecto. no debe sino ponerla en palabras para ganar por todo el resto de su vida fama de excelente compañero."
IdiomaEspañol
EditorialAsterlak llr
Fecha de lanzamiento24 feb 2021
ISBN9791220269483
El Dedo Pulgar Del Ingeniero: (Los Misterios De Sherlock Holmes 9)
Autor

Arthur Conan Doyle

Arthur Conan Doyle (1859-1930) was a Scottish author best known for his classic detective fiction, although he wrote in many other genres including dramatic work, plays, and poetry. He began writing stories while studying medicine and published his first story in 1887. His Sherlock Holmes character is one of the most popular inventions of English literature, and has inspired films, stage adaptions, and literary adaptations for over 100 years.

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    El Dedo Pulgar Del Ingeniero - Arthur Conan Doyle

    Ingeniero

    El Dedo Pulgar Del Ingeniero

    Entre todos los problemas que se sometieron al criterio de mi amigo Sherlock Holmes durante los años que duró nuestra asociación, sólo hubo dos que llegaran a su conocimiento por mediación mía, el del pulgar del señor Hatherley y el de la locura del coronel Warburton. Es posible que este último ofreciera más campo para un observador agudo y original, pero el otro tuvo un principio tan extraño y unos detalles tan dramáticos que quizás merezca más ser publicado, aunque ofreciera a mi amigo menos oportunidades para aplicar los métodos de razonamiento deductivo con los que obtenía tan espectaculares resultados. La historia, según tengo entendido, se ha contado más de una vez en los periódicos, pero, como sucede siempre con estas narraciones, su efecto es mucho menos intenso cuando se exponen en bloque, en media columna de letra impresa, que cuando los hechos evolucionan poco a poco ante tus propios ojos y el misterio se va aclarando progresivamente, a medida que cada nuevo descubrimiento permite avanzar un paso hacia la verdad completa. En su momento, las circunstancias del caso me impresionaron profundamente, y el efecto apenas ha disminuido a pesar de los dos años transcurridos.

    Los hechos que me dispongo a resumir ocurrieron en el verano del 89, poco después de mi matrimonio. Yo había vuelto a ejercer la medicina y había abandonado por fin a Sherlock Holmes en sus habitaciones de Baker Street, aunque le visitaba con frecuencia y a veces hasta lograba convencerle de que renunciase a sus costumbres bohemias hasta el punto de venir a visitarnos. Mi clientela aumentaba constantemente y, dado que no vivía muy lejos de la estación de Paddington, tenía algunos pacientes entre los ferroviarios. Uno de éstos, al que había curado de una larga y dolorosa enfermedad, no se cansaba de alabar mis virtudes, y tenía como norma enviarme a todo sufriente sobre el que tuviera la más mínima influencia.

    Una mañana, poco antes de las siete, me despertó la doncella, que llamó a mi puerta para anunciar que dos hombres habían venido a Paddington y aguardaban en la sala de consulta. Me vestí a toda prisa, porque sabía por experiencia que los accidentes de ferrocarril casi nunca son leves, y bajé corriendo las escaleras.

    Al llegar abajo, mi viejo aliado el guarda salió de la consulta y cerró con cuidado la puerta tras él.

    ––

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