Fragmentos del diario
()
Información de este libro electrónico
Relacionado con Fragmentos del diario
Libros electrónicos relacionados
El crítico como artista Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMamie Saloam y otros relatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLeonora Carrington: Una vida surrealista Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Proscritas: Cinco escritoras que cambiaron el mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa voz sola Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPaprika Johnson y otros relatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCon los ojos bien abiertos: Ensayos sobre arte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones600 libros desde que te conocí: Correspondencia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Tres habitaciones en Manhattan Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVosotras bellas, vosotros fuertes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa loca de la puerta de al lado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl deseo de lo único Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Lo que no se ha dicho Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Agudas: Mujeres que hicieron de la opinión un arte Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La linterna sorda Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAlrededor de las rejas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5No te va a querer todo el mundo: Textos de Isabel Coixet Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn sueño fugaz Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos inquietos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesInstantáneas de mundo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna mujer sin importancia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Diario de la mujer es ponja Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La reina está muerta Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl eco de los disparos: Cultura y memoria de la violencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos irlandeses contemporáneos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos apuntes de Malte Laurids Brigge Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesProsas y mitos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa piedra de moler Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un asunto del diablo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Ficción general para usted
Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5100 cartas suicidas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Iliada: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Cómo habla un líder?: Manual de oratoria para persuadir audiencias Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La riqueza de las naciones Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Crimen y castigo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mañana y tarde Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La milla verde (The Green Mile) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Esposa por contrato Calificación: 3 de 5 estrellas3/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Arsène Lupin. Caballero y ladrón Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las siete muertes de Evelyn Hardcastle Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La llamada de Cthulhu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rebelión en la Granja (Traducido) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Fortuna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Alicia en el País de las Maravillas & A través del espejo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mitología Inca: El pilar del mundo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuentos para pensar Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La casa encantada y otros cuentos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Vaya vaya, cómo has crecido Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Sexópolis: Historias de mujeres y sexo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Civilizaciones Perdidas: 10 Civilizaciones Que Desaparecieron Sin Rastro. Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Fragmentos del diario
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Fragmentos del diario - Marie Bashkirtseff
Fragmentos del Diario
colección
Pequeños Grandes Ensayos
Universidad Nacional Autónoma de México
Coordinación de Difusión Cultural
Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial
Contenido
Los cuadernos de Marie Bashkirtseff
Diario de Marie Bashkirtseff
Prefacio
1873
1874
1875
1876
1877
1878
1879
1880
1881
1882
1883
1884
Cronología de Marie Barshkirtseff
Bibliografía mínima
Aviso legal
Los cuadernos de marie bashkirtseff
"Pero, si no soy nada, si no debo ser nada, ¿por qué esos sueños de gloria desde que pienso?
Llegará un día en que por toda la tierra mi nombre se oirá a la manera de un trueno."
Su nombre como un trueno. Heme aquí, más de un siglo después, pensando en Marie. Invitándolas/os a pensar en ella. Imaginando a una Marie del siglo xxi, con una lata de aerosol en la mano, grafiteando muros. Una Marie sin corsé. Dando la pelea en la plaza pública. La escritura de Marie, su vida breve, su ruego repetido por no ser olvidada. La rebeldía. Su cuerpo adolescente condenado a la muerte. La herstory está escrita –también– en los diarios íntimos, entre tantos miedos, tantas represiones, tantas revueltas silenciadas. Hay voces femeninas, sin embargo, que atraviesan los siglos. Nostalgia y gratitud por ellas. Esas mujeres que hicieron la travesía, como escribe Colette Cosnier: De la aguja a la pluma
. Marie dio la pelea en ese ambiente suyo de encajes, gestos retenidos y samovares de plata. Con su escritura y con su pintura. A pesar de sus contradicciones, por momentos, abismales. Rodeada –hasta la asfixia– por una familia conservadora, extensa y codependiente. Tan sobreprotegida y tan sola. Entre las fiebres del alma y las fiebres del cuerpo. Entre Baden Baden, el barrio elegante de París y los barrios populares hacia donde salía a buscar sus modelos.
Los vaivenes de Marie. La presión familiar y su propio deseo de casarse con un noble millonario. Sus largas jornadas de trabajo ante sus lienzos. La tuberculosis a edad muy temprana. A los 14 años comenzó su diario. Murió tres semanas antes de cumplir los 26. Para entonces, ya había escrito los 105 cuadernos con las 19 000 páginas de su diario. La niña de la pequeña
nobleza rusa que baila y se encarna en Petipa, la célebre bailarina del Ballet Bolshoi, y congrega a la familia para que la admire mientras baila. La joven que se disfraza de distintos personajes para recibir a sus visitas y jugar a los cuadros vivientes
se encanta con los modistos más exclusivos de París, toca el piano, el arpa, la mandolina, se desvela para leer a los clásicos, a los autores de su época, lee como una desaforada. Se interesa en la ciencia. La apasionan la literatura, las artes, la filosofía. La muchacha que propuso en su academia de pintura proyectos para pintar desnudos; le ordenaron concentrarse en las naturalezas muertas. No lo hizo.
Una vidente leyó el futuro de su madre y le dijo que tendría dos hijos: su hijo sería un hombre común
, pero su hija sería una estrella
. La madre lo creyó a pie juntillas y ella y la familia se dedicaron a adorar a Marie como a un ser de excepción. Y lo fue, sin duda. Pero hay mucho de especulación en esa adoración
de la madre por la hija. La señora Bashkirtseff, a la que Marie amaba y detestaba y de la que tenía una gran dependencia, miró siempre más a la estrella
que a la hija. Separada de su esposo después de dos años de matrimonio, entregada al ocio de una nobleza adinerada, la madre convirtió a la hija en su proyecto de vida. Para bien y para mal. Quizás fueron esta exigencia y este mandato los que provocaron ese narcisismo tan intenso en Marie. Tan desesperante. Marie arma escenas. Es temperamental, demandante, egoísta. Eclipsa bien consciente y bien gozosa a su hermano Paul y aun a su prima Dina que vivió siempre con ella y quien fue la más leal de sus acompañantes, su paciente modelo en el taller, su guardiana, aunque Marie no la haya considerado su interlocutora.
¿A quién sí consideraba un interlocutor? La breve correspondencia de Marie con Guy de Maupassant es una delicia de inteligencia, profundidad, desparpajo y coquetería. Sabiéndose ya condenada por la tuberculosis, buscaba un editor para su diario. Le escribe a su autor admirado con el seudónimo de Miss Hastings. Esa Marie libre y lúdica, ante la solicitud del escritor de revelarle su verdadera identidad, ¿es gor-da?, ¿es delgada?, ¿es una anciana?, ¿es joven?, en algún momento le responde: ¿y si fuera yo un hombre?, y agrega a la epístola dibujos de un señor regordete. La que se atreve a responderle al maestro: Usted no es el hombre que yo busco. Yo no busco a nadie, señor. Estimo que los hombres no deben ser sino accesorios, para las mujeres fuertes.
Se le habrá caído el bigote a Maupassant.
En muchas ocasiones, Marie describe su contrariedad por no ser hombre, rabia que se traduce más bien en su rebeldía ante la suerte de las mujeres. Las más simples libertades de la vida cotidiana: tomar el sol sin chaperona en una banca en el Jardín de Luxemburgo, visitar sola el Louvre y detenerse ante una pintura el tiempo que quisiera, internarse en el Coliseo en silencio. Considera disfrazarse de hombre, hacerse lo más fea posible para no correr riesgos. No tengo de mujer más que el envoltorio y ese envoltorio es terriblemente femenino. Con respecto al resto, es terriblemente otra cosa.
Marie reivindica la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y al mismo tiempo afirma que nunca podrán ser iguales dos seres tan diferentes. Quizás ahora podríamos decir que fue una feminista de la diferencia, avant la lettre. Marie se enamora con los alientos del romanticismo más exacerbado. Rechazó propuestas y fue rechazada. No adoro a nadie, pero busco a aquel a quien adoraré. La linterna de mi imaginación está encendida.
Pero también escribe: Un ser, hombre o mujer, trabajando siempre y preocupado por la gloria, no ama como quienes no tienen otra cosa que hacer.
Se enfurece contra las limitaciones de su enfermedad. Habla cinco lenguas y lee en griego y latín. Se ajusta el corsé y sueña con hacerlo estallar. Visita con una amiga (ambas con nombres falsos) a la