En Defensa De Antíoco Epífanes: 47 1/2 Tesis Sobre El Libro De Daniel

Por Ricardo Abos-Padilla

El autor, presenta hechos históricos documentados, en forma de tesis y extraídos del libro de Daniel, reivindicando a Antíoco IV Epífanes. En resumen, el rey de Seleuco está libre de las “vilesas” que se le imputan, y Daniel permanece en concepto correcto estando en la Babilonia de su tiempo. De esta manera el profesor Abos-Padilla sugiere acertadamente que la “tesis macabea” de Daniel debe ser al menos revisada -si no rechazada totalmente-, porque los supuestos que la favorecen, dados tanto por teólogos como algunos historiadores, o bien están “basados ​​en evidentes errores de información, o son producto de un análisis muy superficial de las fuentes históricas provenientes de la época de Antíoco Epífanes

• Idioma: Español
• Editorial: Miguel Ángel Núñez
• Fecha de lanzamiento: 25 ene 2021
• ISBN: 9781005560881

Ricardo Abos-Padilla

Ricardo Abos-Padilla: Nacido en Concepción, Chile, Estudios de Teología en Colegio Adventista de Chile, Seminar Marienhöhe, Darmstadt, Alemania, Johannes Gutemberg Universität, Mainz. Estudios de Historia y Geografía en Universidad de Chile, Universidad de Concepción, Johannes Gutenberg Universität Frankfurt am Main. Misionero de Asociación Sur de Chile, Profesor de Teología en Colegio Adventista de Chile, Profesor de Historia Contemporánea en Universidad de Concepción, Universidad de Chile y Academia Diplomática de Chile. Pastor de Asociación de Suiza Alemana, Evangelista de la Unión del Sur de Alemania, Pastor de la Asociación de Baden-Würtemberg. Cocreador de la Escuela Bíblica. Se jubiló en Diciembre de 2014.

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Juan Carlos Priora, nacido en Argentina. Licenciado en Historia por la Universidad Nacional del Sur, Argentina (1967), con estudios de posgrado en las Universidades Nacionales de La Plata y Córdoba (Argentina). Doctor en Humanidades, H.C., por el Cary Theological Seminary (Linsay, California) y Doctor en Educación (Universidad Adventista del Plata, Argentina). Autor de doce libros y centenares de ensayos, artículos científicos y de divulgación. Ejerce la docencia desde 1958. Dictó clases, conferencias y seminarios en Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, España, EE.UU., México, Uruguay y Venezuela. Especialista en Filosofía de la Historia.

Agradecimientos

A mi familia, que soportó mis ausencias mientras escribía este ensayo.

Al Dr. Ricardo Bentancur, por prestigiar este trabajo con el prólogo.

Al Dr. Miguel Ángel Núñez y a Fortaleza Ediciones por creer en este proyecto.

Dedicatoria

A Margarita, fiel compañera de la vida durante los últimos 58 años.

A Kendall, mi primera bisnieta (3 años).

A Regina, mi última nieta, que llegó cuando estaba terminando este libro (5.12.2016).

Es muy grave el olvido de la historia o su deformación, porque la realidad siempre se venga del que no cuenta con ellas.

Julián Marías (1914- 2005)

Prólogo

Ricardo Bentancur*

Cuando el Dr. Juan Carlos Priora me solicitó que escribiera el prólogo de este libro, me pregunté: ¿Qué hace un historiador hablando del futuro? ¿Qué nos puede enseñar la historia?

Siempre hay detrás de la historia algo importante. Jorge Luis Borges alguna vez dijo que la historia universal es la de un solo hombre.¹ Adscribiendo al pensamiento de Rabindranath Tagore:

No hay más que una historia: La historia del hombre. Todas las historias nacionales no son más que capítulos de la mayor.²

En definitiva, la historia, tediosa para algunos, tiene que ver con el hombre que somos usted y yo. Tiene que ver con nuestro destino común como seres humanos.

No podemos ignorar la historia sin caer en el riesgo de repetir los errores cometidos en el pasado. Los seres humanos somos las únicas criaturas que tropezamos varias veces con la misma piedra. Por eso, nunca está de más conocer la historia, para volver a reescribirla. Y para madurar como especie humana, porque, como dijera Cicerón: no saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños,³ inmaduros.

¿Pero qué hacer con la historia, en un tiempo cuando la civilización parece haber perdido el sentido del futuro porque ha perdido el sentido del pasado? Vivimos en tiempos que los filósofos denominan hipermodernidad. Con ese término quieren significar la muerte de los relatos, de las grandes ideologías que, amparadas en una determinada filosofía de la historia, ofrecía al hombre alguna esperanza y algún sentido para su vida.

Ahora el futuro parece estar lleno de imprevisibles emboscadas, como escribiera Graham Greene.⁴ La añoranza del pasado, la irrealidad del presente, portador de tantas amenazas, porque el hombre se ha transformado en un peligro para sí mismo, convierten el futuro en algo sombrío, inquietante. Y como el futuro en su conjunto resulta incierto, no hay previsión racional ni amparo en algún tipo de esperanza que se rebele contra el mal y la injusticia en el mundo.

Ya no quedan hombres rebeldes, sino seres resignados a su propia suerte. Hoy, habita el planeta un nuevo tipo de individuo: independiente, narcisista, interesado en su propio bienestar más que en los demás, obsesionado por el dinero, replegado sobre sí mismo, transitando la vida con sus auriculares puestos, o enviando mensajes por su celular, insensible a la presencia del prójimo. Inseguro y con miedo, el sujeto humano camina en soledad las calles de cualesquiera de las urbes que se multiplican en el planeta con la violencia y la rapidez de un rayo.

El apóstol San Pablo se adelantó cuando, hace casi dos mil años, escribió:

También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella.⁵

En esta situación innegable, de la que usted y yo