No hace falta la droga

Por Rubén Cedeño y Fernando Candiotto

1. COMPRENDE Y AYUDA
Mucha gente habla de la droga; una gran cantidad de personas la condenan; otros la defienden, la trafican y consumen; y una minoría comprende y ayuda. Cuando hay una situación que resolver, o un objetivo que lograr, si se condena, critica o juzga, no se contribuye en nada para solventar el asunto. Cuando las partes se avienen con la intención –primero que nada– de comprender, y con todo el amor para ayudar, se llega a grandes soluciones. Esto es lo que puede suceder con aquellos que tienen la apariencia de adicción a las drogas y los que anhelan su solución.

• Idioma: Español
• Editorial: Editorial Señora Porteña
• Fecha de lanzamiento: 30 nov 2020
• ISBN: 9789878390659

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Catañy

1. COMPRENDE Y AYUDA

Mucha gente habla de la droga; una gran cantidad de personas la condenan; otros la defienden, la trafican y consumen; y una minoría comprende y ayuda. Cuando hay una situación que resolver, o un objetivo que lograr, si se condena, critica o juzga, no se contribuye en nada para solventar el asunto. Cuando las partes se avienen con la intención –primero que nada– de comprender, y con todo el amor para ayudar, se llega a grandes soluciones. Esto es lo que puede suceder con aquellos que tienen la apariencia de adicción a las drogas y los que anhelan su solución.

2. NO ATAQUES

Cuando algo destructivo es atacado, se robustece, toma fuerzas y arremete; si es ignorado, puede silenciosamente acrecentarse; pero cuando ese algo es observado, comprendido, para profundizar en ello, llegar a sus causas y poder trabajarlas, tal vez se las pueda disolver para siempre.

Esto sucede con el tráfico y consumo de drogas. Mientras son atacados violentamente o rechazados brutalmente, lo que se puede lograr es robustecerlos, un resultado contrario a lo esperado. Pero si el hecho es comprendido y se logra que quien consume estupefacientes lo comprenda, se tiene realizada una gran parte del logro esperado.

3. AUTOCONCIENCIA

Consumir drogas, ser drogadicto, no es pecado, como tampoco lo es ninguna de las fallas etiquetadas con este apelativo. El único pecado que existe es la ignorancia, y su único antídoto es la Sabiduría. La gente falla en las acciones de su vida porque no ha hecho autoconciencia plena de lo que la perjudica. Puede que el que falla se dé cuenta del mal que está haciendo pero, si no lo deja de realizar, no se está dando cuenta plena y totalmente porque, cuando esto sucede, el error desaparece instantáneamente en quien