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Los acuerdos comerciales regionales y el TLCAN
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Libro electrónico271 páginas4 horas

Los acuerdos comerciales regionales y el TLCAN

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En este libro se analizan los orígenes y los propósitos de dos de las grandes iniciativas comerciales regionales del siglo XXI, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), así como sus consecuencias para la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El interés de Es
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 nov 2020
ISBN9786075642253
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    Vista previa del libro

    Los acuerdos comerciales regionales y el TLCAN - María Celia Toro

    Primera edición impresa, 2020

    Primera edición electrónica, 2020

    D.R. © El Colegio de México, A. C.

    Carretera Picacho Ajusco, núm. 20

    Ampliación Fuentes del Pedregal

    Alcaldía Tlalpan

    14110, Ciudad de México, México

    www.colmex.mx

    ISBN impreso: 978-607-564-201-7

    ISBN electrónico: 978-607-564-225-3

    Conversión gestionada por:

    Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2020.

    +52 (55) 52 54 38 52

    contacto@ink-it.ink

    www.ink-it.ink

    Índice

    Siglas y acrónimos

    Introducción

    I. Los acuerdos regionales en Asia

    ¿Quién pone las reglas para el regionalismo en Asia-Pacífico?

    El rcep, el tpp y el ftaap

    John Ravenhill

    El tpp como un paradigma potencial para los acuerdos comerciales: implicaciones y oportunidades

    Meredith Kolsky Lewis

    El régimen mundial de propiedad intelectual y los nuevos acuerdos de libre comercio megarregionales

    Jason R. Weidner

    II. El tlcan frente a otros acuerdos regionales

    Evolución de los acuerdos comerciales de México: de la integración comercial a la inserción en las cadenas globales de valor

    Luz María de la Mora

    El Tratado de Libre Comercio de América del Norte a sus veinte años: balance y perspectivas

    Gustavo Vega Cánovas

    Francisco Campos Ortiz

    A veinte años del tlcan: oportunidades en una agenda comercial para la competitividad regional y global

    Luis de la Calle

    SIGLAS Y ACRÓNIMOS

    Introducción

    *

    En enero de 2017, unos días después de asumir la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump firmó un decreto por medio del cual su gobierno abandonó el Acuerdo de Asociación Transpacífico, mejor conocido como tpp (por sus siglas en inglés), e informó al entonces presidente de México, Enrique Peña Nieto, en una conversación telefónica, que las negociaciones para modificar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (tlcan) iniciarían de inmediato.¹ Trump anunciaba de esta manera al mundo que su política comercial se reorientaría para buscar acuerdos aún más favorables para Estados Unidos, de preferencia bilaterales; de juzgarlo conveniente, cancelaría los ya existentes. Con estas decisiones, el presidente estadounidense descarrilaría el tren de las negociaciones comerciales transpacíficas y transatlánticas (al suspender también, frente a la indiferencia europea, la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, el ttip, por sus siglas en inglés). Posponía así, hasta nuevo aviso, lo que parecía ser el inicio de una nueva era comercial, la de los acuerdos megarregionales, que llevaron a México a replantear su propia política comercial, al sumarse desde diciembre de 2012 a las negociaciones transpacíficas.

    En este volumen se analizan el origen y los propósitos de estas iniciativas comerciales, así como sus posibles consecuencias para el tlcan y para la organización del comercio internacional. Por ser la iniciativa regional más ambiciosa y referencia fundamental para las negociaciones comerciales en curso entre México, Estados Unidos y Canadá, el tpp merece un capítulo aparte, aunque se consideran también otras negociaciones megarregionales, como la Asociación Económica Integral Regional, mejor conocida como rcep (por sus siglas en inglés). Éstos fueron los temas del seminario organizado por el Programa México-Estados Unidos-Canadá (promec) en 2014, a propósito de los veinte años del tlcan y de la decisión mexicana de participar en las negociaciones del tpp.²

    Para continuar por el camino de una integración económica cada vez mayor en la región de América del Norte y conservar las ventajas obtenidas mediante el tlcan, quedaba claro que su actualización o puesta al día resultaba indispensable, ya que el tpp incorporaba nuevos ámbitos y reglas comerciales —inexistentes cuando el tlcan entró en vigor— que se implementarían en un área mucho más vasta que la de América del Norte. De ahí que el gobierno mexicano buscara ser parte, junto con Canadá, de dicho acuerdo. La alternativa de quedarse fuera de un tratado que Estados Unidos había decidido encabezar para fijar las nuevas normas del comercio transpacífico, sin la participación de China, hubiera dejado a México en franca desventaja: con un tlcan debilitado y sin reglas favorables para el comercio con Asia. Con todo, participar en las negociaciones del tpp resultaba un arma de doble filo para el país, pues si bien ofrecía la posibilidad de ampliar el acceso a un buen número de mercados asiáticos, también se perdían las ventajas, exclusivas para México, Estados Unidos y Canadá, que el tlcan había ofrecido durante más de dos décadas.

    Donald Trump cancela la posibilidad de actualizar el tlcan con la incorporación a las legislaciones nacionales de las nuevas disciplinas acordadas en el tpp, firmado en 2016, unos meses antes de las elecciones que lo llevarían a la presidencia. La modernización del tratado recaería así en los países miembros del tlcan, uno de los cuales, Estados Unidos, había solicitado su renegociación desde una posición de privilegio.

    En diciembre de 2017, los siete autores de este volumen aceptaron gentilmente considerar en un par de cuartillas —incorporadas a los textos o a manera de post scriptum— las repercusiones para los acuerdos comerciales megarregionales y para México de las dos decisiones tomadas por el presidente de Estados Unidos, de abandonar aquéllos y de renegociar o incluso cancelar el tlcan. El libro se divide en dos partes: en la primera se analizan los intentos por establecer acuerdos comerciales de mayores alcances en Asia y en la región Asia-Pacífico, con especial énfasis en el tpp; en la segunda, se aprecia la importancia comercial y política del tlcan a más de veinte años de vigencia, y se advierten los riesgos para ese tratado del cambio en la política comercial estadounidense.

    John Ravenhill se pregunta quién terminará estableciendo las reglas del regionalismo en Asia-Pacífico. Compiten en esa región del mundo tres visiones sobre la mejor forma de organizar el comercio entre países: el rcep, el tpp y el Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico (ftaap, por sus siglas en inglés). Nos presenta con toda claridad el origen de estas tres propuestas, en pugna sobre todo desde el fin de la Guerra Fría y la crisis financiera de 1997-1998, que explican el renovado interés por la cooperación económica regional.

    Todos estos acuerdos tienen propósitos económicos y estratégicos. Estados Unidos, apoderándose del ímpetu hacia el regionalismo en Asia, se erige en el país que decide quién participa en el tpp y quién no, privilegiando a sus aliados, sin invitar a China y dejando fuera también a la mayoría de los países miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ansea³ o asean, por sus siglas en inglés). Esta asociación y sus socios comerciales —Australia, ­Nueva Zelanda, China, India, Japón y Corea (asean+6)— proponen el rcep como centro del regionalismo asiático, dos años después de que el presidente Barack Obama decidiera apoyar el tpp.

    El surgimiento de China como la fábrica ensambladora del mundo en la primera década del siglo xxi la llevó a convertirse en el mayor comprador de prácticamente la totalidad de los 16 países que negocian actualmente el rcep. Comparado con el tpp, el rcep es un tratado de menor calidad, es decir, incluye menos productos, muy pocos servicios y concede numerosas excepciones a los países menos desarrollados. La mayoría de los países que han firmado acuerdos con la ansea (o asean+1) consideran que extender los derechos de propiedad intelectual no les conviene, ni están todos dispuestos a negociar capítulos sobre compras gubernamentales, medio ambiente y asuntos laborales.

    La centralidad de la asean también se ve amenazada por la proliferación de acuerdos de libre comercio: más de 40, en su mayoría discriminatorios, con reglas de origen y coberturas arancelarias distintas y limitadas. Desde que Estados Unidos se retira del tpp, los países de esa asociación se han dividido entre aquellos que buscan una mayor y más profunda liberalización al amparo del rcep, como Australia y Japón, y los que, como India, proponen una liberalización diferenciada por temor a la competencia china. Es posible que el rcep termine siendo una serie de acuerdos que ofrecen ventajas diferentes a cada uno de los socios de la asean.

    La salida de Donald Trump del tpp despeja el camino a China para impulsar el rcep como el vehículo para la cooperación económica regional, aunque habría que resolver todavía las diferencias entre China e India. A diferencia del tpp, el rcep incluiría a las tres grandes economías del noreste de Asia: China, Japón y Corea. Al ser menos ambicioso, impondría menos costos de liberalización a los países asiáticos.

    La propuesta de lograr un ftaap, es decir, un acuerdo inclusivo para la región Asia-Pacífico, se convierte en parte de la agenda del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (apec, por sus siglas en inglés) a fines de 2014, un triunfo indudable de la diplomacia china. Desde el punto de vista económico, John Ravenhill arguye que si los tres acuerdos que compiten por establecer una región y reglas comerciales en Asia ofrecieran lo mismo, el mejor sería el ftaap porque vincula el mayor número de países de América y del Pacífico.

    Para Meredith Lewis, los orígenes del tpp se remontan a los primeros esfuerzos en apec por liberalizar el comercio y la inversión entre los miembros de esa asociación, a principios de la década de 1990. En 2005, Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur firmaron el Acuerdo Transpacífico de Asociación Económica Estratégica, mejor conocido como p-4, al que se suma Estados Unidos en 2008, lo cual dio inicio a nuevas negociaciones comerciales y despertó el interés de otros países de la región Asia-Pacífico en lo que, a partir de entonces, se llamó tpp.

    Lewis subraya, al igual que Ravenhill, la importancia política y comercial de ese tratado como paradigma de las negociaciones comerciales del siglo xxi. Los doce países que participaron en ese acuerdo asumieron compromisos no arancelarios sobre formas de producción y mercadeo que no habían sido considerados tan ampliamente, aceptaron disciplinas o reglas más estrictas, sobre todo en el ámbito de la protección a las inversiones y a los derechos de propiedad intelectual, y optaron por mecanismos de solución de controversias en el ámbito laboral y ambiental. Estas y otras medidas, conocidas como disciplinas behind the border, van más allá de las normas comerciales tradicionales.

    De acuerdo con Lewis, además de ventajas comerciales, el tpp proporcionó una oportunidad estratégica para que Estados Unidos formara parte de un acuerdo en Asia-Pacífico y para que fuera clave en la negociación de sus condiciones (p. 58), lo que podía conducir después a la creación de un área de libre comercio transpacífica, que incluyera a Estados Unidos y dejara fuera a China. En respuesta a este interés estadounidense, el grupo asean+6 inicia negociaciones en 2012 para crear el acuerdo megarregional conocido como rcep, en el que participa China, pero Estados Unidos no, aunque un buen número de países participa en los dos acuerdos. En realidad, desde el inicio de las negociaciones del tpp, otros grandes acuerdos regionales e interregionales cobraron ímpetu: el rcep, el Acuerdo de Libre Comercio entre China, Japón y Corea, y el ttip entre Estados Unidos y la Unión Europea.

    El tpp terminó por ser menos ambicioso de lo que se anunciaba, sobre todo en materia de derechos de propiedad intelectual, y la salida de Estados Unidos cancela la posibilidad de ratificarlo, pues el texto del acuerdo prácticamente exige que Estados Unidos y Japón lo ratifiquen antes que los demás. Los once países restantes han decidido revisar el acuerdo original y suspender algunas de las obligaciones más difíciles de aceptar, pero que Estados Unidos consideró indispensables durante las negociaciones (p. 65). Por lo pronto, los miembros del nuevo Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (cptpp, por sus siglas en inglés) han mostrado su disposición para aceptar a otros países y que este renovado acuerdo consti­tuya la base de un acuerdo de libre comercio de Asia-Pacífico. En ausencia de Estados Unidos, el futuro del cptpp dependerá, en buena medida, de la participación y el liderazgo de Japón, y desde luego, del interés de Estados Unidos en volver a participar.

    En el tercer capítulo de este libro, Jason Weidner señala que quizá la propuesta estadounidense más complicada y contenciosa en las negociaciones regionales recientes es la que busca extender la protección de los derechos de propiedad intelectual más allá del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (adpic o trips, por sus siglas en inglés) acordados en la Organización Mundial del Comercio (omc) en la década de 1990 (p. 73). Weidner investiga de manera

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