Ukemì: Cuando Todo Comenzó

Por Pia Barletta

Tenkan es un Guardián del Mundo y debe acudir en ayuda de los Elfos invisibles, pero un accidente amenaza con alterar sus planes.
Por suerte para él pasa a la casa de Ukemì, quien lo salva y decide acompañarlo en su misión.
Este es solo el primer viaje que harán juntos los nuevos amigos, el murciélago y la gatita volarán nuevamente al rescate de mariposas carnívoras, tortugas gigantes, niños-serpientes y hombres-halcón.
Sin embargo, no siempre todo irá bien.

• Idioma: Español
• Editorial: Babelcube Inc.
• Fecha de lanzamiento: 13 nov 2020
• ISBN: 9781071574898

Vista previa del libro

UKEMÍ

Una novela infantil de

Pia Barletta

UKEMÍ

Cuando todo comenzó

Prefacio de:

CINZIA BALDINI

UKEMÍ

Cuando todo comenzó

Autora: Pia Barletta

© 2018 CIESSE Edizioni

www.ciesseedizioni.it

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PROPIEDAD LITERARIA RESERVADA

Todos los derechos reservados. Cualquier reproducción de la obra, incluso parcial, está prohibida, por lo que ningún extracto de esta publicación puede ser reproducido, distribuido o transmitido de ninguna forma ni por ningún medio sin el consentimiento previo del Editor.

Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, lugares y hechos narrados son fruto de la imaginación del autor o se utilizan de forma ficticia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, eventos o lugares existentes debe considerarse pura coincidencia.

A todos esos locos

que dedican tiempo y recursos

a los animales:

los voluntarios, almas nobles

Prefacio

"¿No podía entender que una gatita solo necesita compañía? Si tuviera al menos un hermano pequeño con quien luchar, una mariposa que perseguir o un árbol al que trepar, ¡no habría tenido que arreglárselas con el rompecabezas!

Como voluntaria de una asociación creada para la defensa de los animales y amante de los gatos, creo que la protagonista especial de estas historias ha encontrado una forma fantástica de superar el aburrimiento de los días, que siempre fluyendo igual, se arriesgaría a quitarle su espíritu orgulloso y combativo lo que hace que cada gato, y Ukemì en particular, sea insustituible, original y única.

La modernidad, o más bien la actualidad, se desprende de las situaciones en las que se encuentra nuestra heroína o de los escenarios de los mundos que visita. Planetas y pequeños universos que reflejan los problemas a los que nos enfrentamos a diario, como la crueldad hacia los animales, la opresión de los más débiles, la explotación indiscriminada del entorno que nos acoge.

Como lo que nos pasó cuando éramos niños escuchando los cuentos contados por nuestros abuelos, esperamos a la exuberante gatita Ukemì y la corte de sus amiguitos - en primer lugar el murciélago Tenkan - armados con su franqueza, descienden a nuestro corazón para ayudarnos a soñar. . Cuando esos valores, ahora al borde de la extinción, como el respeto a la amistad y la solidaridad entre los seres vivos, la bondad y la gntileza, resultan insuficientes para resolver los problemas más complicados, el autor, que conoce los hechizos arcanos como un hada madrina, transforma la historia en un cuento de hadas y... ziiippp, la magia devuelve el orden y la armonía a cada situación.

Las aventuras son sencillas, claras, llenas de detalles y referencias que animan a los pequeños lectores a dar rienda suelta a su imaginación y volar por los cielos de los mundos fantásticos en los que vive la multitud de seres vivos que encuentra Ukemì.

El libro es tan rico en ideas, colores, sonidos y aromas, que no tengo dificultad en imaginar a adultos incapaces de resistir la tentación de dejarse llevar por aventuras inverosímiles para ver revivir su creatividad, desanimados por la rutina y los problemas que, puntualmente, oscurecen la existencia. Es tan hermoso, de vez en cuando, despojarse del frío razonamiento y recordar el encanto de la infancia, abandonar la lógica y montar la imaginación, perderse en ese universo irreal de animales parlantes, revivir las criaturas de los mitos y leyendas que representan la cultura originaria, la tradición más antigua, el alma de cada pueblo.

El autor, adhiriéndose a la mejor tradición de la fábula, no ha descuidado ni siquiera la enseñanza moral. Cuidadosamente, con un bolígrafo ligero, sin apelmazar los pasajes, deja que cada historia imparta una pequeña lección de vida. En cuanto a un hechizo benéfico, dejado por un polvo mágico impalpable, el mensaje subliminal lo siente el lector solo al final de la historia, mientras respira el fatídico suspiro de alivio por el estrecho escape de nuestros queridos.

Sí, porque como en cualquier cuento de hadas que se precie, Pia Barletta en su Ukemì también quiso darle al lector un final feliz y, personalmente, le estoy agradecida.

En un mundo ahora desprovisto de imaginación, en el que el interés primordial de todos se reduce a acumular dinero y alcanzar el poder a cualquier precio, pisotear la moral para lucirse, interpretar la justicia según sus propios fines deshonrosos, para ahogar los sentimientos en el egoísmo más estrecho y mezquino, elegir a la hipocresía como la reina indiscutible de nuestras vidas, convertirnos en sujetos pasivos del embotamiento para cultivar el racismo y la intolerancia, el final feliz es un derecho que todo lector debe exigir para poder lograr su catarsis. Es una necesidad que siente principalmente el público más joven y que no se puede negar.

De hecho, los cachorros humanos siempre necesitan sueños para crecer. La tecnología no es suficiente, deben ser capaces de correr por los horizontes de los cuentos de hadas y alimentarse de cuentos de hadas que inspiran principios sólidos e inculcan valores sólidos para no perder la esperanza en el mañana y la aspiración de ser mejores hombres que los de las generaciones que los precedieron. En ellos está nuestra riqueza y son nuestro futuro.

Gracias, pues, a Ukemì, Tenkan, Sebastian, Siolas, Zelda, Peppe y los otros mil personajes de estas fantásticas historias y, sobre todo, gracias a quienes las crearon con gran sensibilidad.

Y gracias a ti, pequeño / gran lector, que te regocijarás junto con estos héroes inusuales. Ábreles tu corazón y conserva celosamente la amistad eterna que, al final de la lectura, te brindarán.

Que el final feliz acompañe cada acción en tu vida. ¡Que tengas una buena historia!

Cinzia Baldini

Ukemì y Tenkan, el encuentro

Ukemìììì... ¡mira lo que has hecho, ven aquí ahora!

Pero ni siquiera  en tus sueños, pensó la gatita corriendo hacia el ático. Esta vez lo había hecho a lo grande jugando con el rompecabezas de su humana.

Ukemììììììììììì.

El grito llegó inexorablemente, pero ¿qué quería ella? ¿No podía entender que una gatita solo necesita compañía? Si tuviera al menos un hermano pequeño con quien pelear, una mariposa que perseguir o un árbol al que trepar, ¡no habría tenido que conformarse con el rompecabezas! Sin embargo, afortunadamente, el ático donde se había refugiado estaba lleno de maravillas de todo tipo, cosas que habrían hecho perder la cabeza incluso a un gato anciano con artrosis. ¡Qué belleza ese baúl lleno de basura! ¿Y qué decir de las baratijas de cerámica dejadas en el estante?

Una verdadera maravilla.

También le gustaba mirarse en el espejo del viejo armario. ¿Pero quién era esa linda gatita con el pelaje despeinado que soplaba y saltaba sobre sus patas? Lástima que nunca sale del espejo. Quién sabe, tal vez está atrapada detrás del cristal, pero Ukemì no sabía si había una manera de liberarla. ¡Cómo le gustaria jugar con ella! Y en cambio tenía que estar satisfecha con lo sucedido y confiar sobre todo en la fantasía.

¡Ella ciertamente no se perdió eso!

Sin embargo, una noche, en ese ático del segundo piso de una bonita casa habitada por tres humanos y una gatita llamada Ukemì, sucedió lo inesperado.

Ukemì estaba jugando a perseguir una pelota cuando, de repente, creyó oír una voz. Bueno, en realidad no era una voz, era una especie de susurro, pero con muchas notas altas, como las de un silbido.

¡Ay, hola, estoy lllllesionado!

Sorprendida, Ukemì saltó hacia atrás. En verdad, estuvo tentada a esconderse. ¿Una voz en el ático? ¿Y cómo había sucedido? Sus humanos estaban fuera, ¡esos dos todavía estaban trabajando! - la pequeña humana estaba en el gimnasio y no había nadie más que ella en la casa. Finalmente, la curiosidad se hizo cargo y se dirigió al paragüero del